Este mes se ha instalado en Asunción un
nuevo concepto de hotelería, donde el lujo se encuentra en los detalles
susurrados, en el sentirse en casa, en la calidez humana, en la evocación y en
un nombre que se ha vuelto un referente internacional de la hotelería boutique
y la hotelería de autor: La Alondra.
Conversamos con Valeria Rolón, la creadora de La Alondra Corrientes y la
Directora del recientemente inaugurado Hotel La Alondra de Asunción.
La Alondra presenta un concepto muy
innovador. La idea conceptual es construir una fábrica para albergar un hotel
con el objetivo de contar la historia de Paraguay de una manera romántica,
tratando de recrear la belle époque de
Paraguay. Para contar esa historia, sus creadores usan el recurso de un diario
que escribe una mujer que hereda ésta fábrica y que va encontrando recuerdos; y
a través de esos recuerdos el huésped va recorriendo en el hotel y viviendo
experiencias que a su vez evocan sus propios recuerdos. Todo el hotel está
lleno de pequeños detalles que suman a esta historia así como a la historia
propia de cada visitante.
Para dar forma a esta historia un equipo de
expertos, museólogos, historiadores y creativos fueron co-creando este espacio
romántico y original que es La Alondra. Una vitrina con antiguas botellitas de
cristal de perfume francés –desenterradas del campo de batalla y compradas de
un coleccionista- remiten un hecho real como lo fue la Guerra de la Triple Alianza,
mientras que una colección de mariposas remiten al tío explorador que conforma
la parte ficcionada de esta historia contada sin melancolía, con respeto y
honrando al pasado. Ahora nos toca
conocer más sobre la mágica historia de
La Alondra.
¿Cómo
nace el Hotel La Alondra de Corrientes?
La Alondra en Corrientes la verdad que
surge casi de casualidad por un proyecto inmobiliario. Compramos un espacio sin
mirarlo para destinarlo a galpón; y cuando entramos nos dimos cuenta de que era
una casa hermosísima, que estaba muy destruida; y bueno, entonces mi esposo me
dice “¿te da el alma para tirarla abajo?” y le digo “no”, y entonces me dijo
una frase célebre: “hacé lo que quieras amor”. (risas) Bueno, y así surge, y poco a poco va tomando
forma. Y así surge ‘La Alondra Casa de Huéspedes’, ¿por qué? Porque el concepto
es que el huésped sea el invitado principal, y que te evoque emociones de la
casa de tu abuela, de tu tía con un restaurant que llamamos bistró, con platos
muy abundantes pero sencillos, con postres para golosos que te recuerdan al
niño que fuiste. Así surge la Alondra de Corrientes.
¿Y a
qué crees que se debe el éxito que tuvo ese concepto?
Creo que el éxito es la autenticidad que
tiene la Alondra, que es un trabajo de equipo y que está hecho con materiales
nobles que envejecen bien, que el producto es muy bueno como diseño, y creo que
el 50% del éxito es la gente que está atendiendo. Creo que es un muy buen
producto con un muy buen equipo, y eso es imbatible. Y por supuesto, con
clientes muy fieles, y bueno; creo que ese combo hizo que sea un producto
exitoso en el tiempo.
A mí
me dijeron que hay gente que viene de Europa y Estados Unidos, que van
específicamente a conocer el hotel, nada más. ¿Es así?
Es cierto. El huésped me enseño que viene como
destino a la Alondra, no importa dónde está la Alondra, viene a conocer la
Alondra. Me tocaron huéspedes –realmente- irlandeses, o ingleses o italianos
que iban a los esteros y yo preguntaba por qué venían a Corrientes, ya que era
más fácil ir a los estero por otro lugar y me contestaban que primero iban a la
Alondra y luego a los esteros. Y eso me enseñó que la Alondra es un destino en
sí mismo.
¿Y
cómo surge la idea de replicar una Alondra aquí en Asunción?
A decir verdad la Alondra en Asunción es parte
también de un circuito turístico. Estamos en construcción con la Alondra, de
una pequeña casa de pueblo a orillas de los esteros del Iberá, y nos parecía
que Asunción era el lugar perfecto para hacer otra Alondra. Pero aparte en
Asunción desde hace unos años hay una energía especial de crecimiento de una
ciudad cosmopolita que se va a transformar en una de las ciudades más pujantes.
Paraguay se va a transformar en uno de los países más pujantes de
Latinoamérica, y uno siente la sensación de “yo quiero estar en éste proceso,
yo quiero formar parte de él”. Este proyecto tomó forma con socios inversores y
mi trabajo es ser la operadora del hotel.
¿Cuál
crees va a ser la sensación de los huéspedes al conocer La Alondra y qué querés
generar con ésta Alondra?
Yo te digo lo que deseo. Creo que fue un
trabajo en equipo, con museólogos, historiadores. Tratamos de recrear la belle époque de Paraguay con mucho
respeto, así que es una forma de honrar a éste país que nos ha recibido a
nosotros hace mucho tiempo. Así que lo que yo espero es que toda persona que
entre, todo paraguayo que entre a la Alondra se sienta honrado, y tratamos de
que sienta de que estamos honrando a un pasado y a un presente también, a un
país que está creciendo.
Va a
ser el primer hotel esencialmente de lujo aquí en Paraguay ¿cómo transmitís esa
idea de lujo? ¿En dónde el huésped en la Alondra encuentra el lujo?
Yo al lujo lo defino con muchas palabras,
no con una frase. Te voy a decir palabras sueltas de lo que es el lujo para mí.
Para mí el lujo en un hotel es un diseño único, es un hotel que es irrepetible,
que está hecho artesanalmente, es lujo el uso de materiales nobles como la
madera, el hierro, las texturas del terciopelo, el lino. Creo que el lujo es el
espacio - el espacio no solo público- porque muchos de los hoteles tienen mucho
espacio para el uso común pero las habitaciones son muy chicas. Creo que el
nuevo lujo es también el tiempo. Nuestro hotel es lujoso en sus habitaciones,
la más sencilla es muy grande y las master
suits son realmente lujosas en todo sentido. Pero no hablo de un lujo de
materiales caros, sino hablo de un lujo hecho con artesanos, con buenos
materiales. Creo que lujo está en la experiencia que requiere que el hotel esté
insertado en el contexto del país en donde se desarrolla y que aparte tenga una
identidad que se integre a la comunidad en donde está. Y creo que también el
lujo está en que el servicio sea personal, que cada persona que entre a la Alondra
aunque sea a tomar un café, sea importante para el personal.
¿Y tienen otros proyectos más allá del que ya
están construyendo? ¿Va a haber alguna vez una Alondra en otro continente?
¡Sí! Hay propuestas de Alondra en New York,
hay propuestas de Alondra en Uruguay, pero bueno, yo tengo cuarenta y seis
años, tengo tres hijos y también está el momento de la vida en que uno dice
“¡cómo quiero vivir!”. Yo le pongo mucha pasión al trabajo, y somos un mismo
equipo creativo que se va moviendo para hacer los hoteles, y por ahora estamos
completos. Pero nuestra intención como inversores es continuar con un
proyecto-cuya maqueta está en el hotel- de departamentos muy amplios también,
de un dormitorio y de dos dormitorios donde la gente puede vivir con servicio
de hotel si quiere, como opción, como un servicio. Esto no es novedoso en el
mundo pero creo que acá va a ser el primero. Y estamos a punto de lanzarlo.
Más allá de ser huésped, una persona local,
¿de qué más va a poder disfrutar en La Alondra?
La verdad es que la Alondra de Corrientes,
son dos productos: la hotelería y el restaurant. Así que cualquier persona,
aunque no sea huésped del hotel puede venir a tomar un té, un café ya que vamos
a servir la mesa del five o’clock tea a
las cinco de la tarde. Tratamos de rescatar las tradiciones que fuimos
perdiendo. Y por supuesto, almuerzo y cena con una carta de platos con pastas
caseras, pan amasado en el día; tratar de rescatar lo tradicional, lo casero.
Así que van a poder venir a desayunar, almorzar, a tomar el té y cenar en la
Alondra. Y por supuesto también se pueden hacer eventos, porque el tamaño del
hotel da para cerrar el hotel y hacer un gran evento. Las bodas son muy
divertidas porque paran todas las personas en el hotel y la familia se adueña
prácticamente del hotel y realmente se genera un evento desestructurado, muy
relajado.
¿Tenés
algún espacio favorito dentro del Hotel?
Hay tantas cosas que me gustan del hotel, por
lo que cuando uno lo recorre el hotel se ve siempre sorprendido; pero creo que
lo que te saca el ¡wow! del alma son las dos master suits del cuarto piso que son muy amplias (de 150 metros
cuadrados): una muy masculina con una terraza que se ve ésta Asunción tan verde
y tan linda; y la otra muy femenina, muy blanca, muy clara, muy naif para que la novia venga, pase el
día con sus amigas, mientras se prepara.
¿Mirando
ahora a la obra concluida que sentís?
Cuando uno trabaja en equipo solo ve una
parte del rompecabezas, y a todos los miembros del equipo nos sorprendió el
todo. Y lo digo con humildad pero sobre todo con mucha pasión, y se lo digo a
mi esposo, nunca estuve en un hotel tan lindo como éste; o sea, me encariñé
tanto, y estoy enamorada del producto. Realmente si me decís “elegí algún lugar
en el mundo, o algún hotel en el mundo” hoy elegiría este.
¿Cómo
definirías la esencia de la Alondra?
¡Qué buena pregunta! Con muchas palabras.
Creo que hay pasión, creo que hay amor, creo que hay autenticidad, creo que hay
respeto por todo y creo que es lujosa, en el concepto del nuevo lujo.
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