El deporte siempre formó parte de la vida de Fátima. En su infancia, las clases de baile dieron paso a la gimnasia acrobática, modalidad en la que llegó a competir hasta los 16 años, acompañada y alentada siempre por sus padres Manuel Guillermo López Moreira y Estela Campos Cervera. Con los años siguió vinculada al deporte y la actividad física, dando clases de spinning y baile mientras cursaba la carrera de Psicología en la UCA.
Un postgrado que le cambiaría la vida
Al terminar su carrera, fiel a su amor por el deporte, eligió como tesis un tema nunca antes abordado en su universidad: “Los beneficios psicológicos del deporte”. Luego siguió un Postrado en Psicología Clínica. A pesar de que estaba feliz con la carrera que había elegido, el bichito del deporte le seguía picando, no se resignaba a tener que relegarlo a un mero hobby. Fue justo allí cuando se enteró de que existía un área relativamente nueva en la psicología (surgida en los años ochenta) llamada Psicología Deportiva. Como en Paraguay no existía la carrera viajó a Buenos Aires, donde cursó en la UBA el postgrado en Psicología Aplicada al Deporte, un postgrado que sin lugar a dudas estaba hecho a su medida. Finalmente pudo convertir su pasión en su profesión.
Luchando contra el desaliento
Tomar la decisión de dedicarse en nuestro país a esta rama de la psicología no fue nada fácil. Como suele suceder con las carreras nuevas Fátima tuvo que hacer frente a mucho escepticismo con respecto a la viabilidad de su elección. A su familia le parecía algo rarísimo. Sus amigos le decían que era muy utópico pretender seguir una carrera vinculada al deporte en un país donde no éste no tenía mucho apoyo. Por otro lado le desalentaban por su género, insinuando que al ser mujer le sería muy difícil trabajar en un lugar donde los deportes más promovidos eran netamente masculinos. No pudo evitar dudar sobre la decisión que había tomado, pero si bien al comienzo se desalentó, decidió perseverar y apostar por esta carrera que unía sus dos pasiones: el deporte y la psicología.
Afianzándose en su profesión
Fátima decidió sacar provecho del hecho de ser una de las primeras psicólogas del país especializada en psicología deportiva. Como muy pocas personas conocían esta especialidad y no entendía en qué consistía, tuvo que publicitar y difundir lo que hacía. Como era de esperar, al comienzo no le llovieron los pacientes. Afortunadamente, muchos deportistas y atletas de élite que habían entrenado en el extranjero y ya familiarizados con la psicología deportiva empezaron a acudir a su consultorio. Cada vez fueron llegando más pacientes gracias a que sus compañeros veían como éstos mejoraban su rendimiento gracias a la terapia. Para Fátima, la fortaleza mental, la seguridad y la tranquilidad es lo que marca la diferencia en un atleta, y esto se logra a través de una terapia psicológica orientada al deporte. Actualmente atiende a todo tipo de atletas ya sea de deportes grupales o individuales. Entre sus pacientes hay golfistas, tenistas, basquetbolistas, amazonas, jinetes y futbolistas. También practica la psicología clínica con pacientes no vinculados al deporte. Al respecto sostiene que a sus pacientes clínicos siempre trata de incentivarlos a que practiquen algún deporte, pues el deporte es un antidepresivo natural, ayuda a fijarse metas y a mantenerse motivados, mejora la autoestima, combate la ansiedad y conecta a quienes los practican con gente saludable.
El deporte en su vida
Fátima asegura que el deporte es su terapia. Entrena todos los días ya sea trotando, haciendo yoga o yendo al gimnasio. Al entrenar intenta siempre meditar y conectarse con su respiración, sobre todo cuando trota. Los fines de semana junto a su marido, Carlos Barreto, quien al igual que ella ama el deporte, practican actividades recreativas relacionadas con el ejercicio, buscado conectarse con la naturaleza ya sea trotando, pedaleando o practicando esquí acuático en el verano. También dedica mucho tiempo a acompañar a sus pacientes en sus competencias, entrenamientos, torneos y viajes.
La Psicología Deportiva: En los atletas la psicología deportiva ayuda a mejorar la concentración, aprender a manejar la presión y la tensión, salir de la frustración, levantarse rápido de las caídas, aprender a trabajar en equipo, mantenerse motivados, evitar lesiones deportivas y a aprender de los errores y potenciar las virtudes, logrando mejorar el rendimiento general del atleta. Esta modalidad abarca tres grandes rama: la iniciación deportiva, el deporte profesional y el retiro deportivo.
Un postgrado que le cambiaría la vida
Al terminar su carrera, fiel a su amor por el deporte, eligió como tesis un tema nunca antes abordado en su universidad: “Los beneficios psicológicos del deporte”. Luego siguió un Postrado en Psicología Clínica. A pesar de que estaba feliz con la carrera que había elegido, el bichito del deporte le seguía picando, no se resignaba a tener que relegarlo a un mero hobby. Fue justo allí cuando se enteró de que existía un área relativamente nueva en la psicología (surgida en los años ochenta) llamada Psicología Deportiva. Como en Paraguay no existía la carrera viajó a Buenos Aires, donde cursó en la UBA el postgrado en Psicología Aplicada al Deporte, un postgrado que sin lugar a dudas estaba hecho a su medida. Finalmente pudo convertir su pasión en su profesión.
Luchando contra el desaliento
Tomar la decisión de dedicarse en nuestro país a esta rama de la psicología no fue nada fácil. Como suele suceder con las carreras nuevas Fátima tuvo que hacer frente a mucho escepticismo con respecto a la viabilidad de su elección. A su familia le parecía algo rarísimo. Sus amigos le decían que era muy utópico pretender seguir una carrera vinculada al deporte en un país donde no éste no tenía mucho apoyo. Por otro lado le desalentaban por su género, insinuando que al ser mujer le sería muy difícil trabajar en un lugar donde los deportes más promovidos eran netamente masculinos. No pudo evitar dudar sobre la decisión que había tomado, pero si bien al comienzo se desalentó, decidió perseverar y apostar por esta carrera que unía sus dos pasiones: el deporte y la psicología.
Afianzándose en su profesión
Fátima decidió sacar provecho del hecho de ser una de las primeras psicólogas del país especializada en psicología deportiva. Como muy pocas personas conocían esta especialidad y no entendía en qué consistía, tuvo que publicitar y difundir lo que hacía. Como era de esperar, al comienzo no le llovieron los pacientes. Afortunadamente, muchos deportistas y atletas de élite que habían entrenado en el extranjero y ya familiarizados con la psicología deportiva empezaron a acudir a su consultorio. Cada vez fueron llegando más pacientes gracias a que sus compañeros veían como éstos mejoraban su rendimiento gracias a la terapia. Para Fátima, la fortaleza mental, la seguridad y la tranquilidad es lo que marca la diferencia en un atleta, y esto se logra a través de una terapia psicológica orientada al deporte. Actualmente atiende a todo tipo de atletas ya sea de deportes grupales o individuales. Entre sus pacientes hay golfistas, tenistas, basquetbolistas, amazonas, jinetes y futbolistas. También practica la psicología clínica con pacientes no vinculados al deporte. Al respecto sostiene que a sus pacientes clínicos siempre trata de incentivarlos a que practiquen algún deporte, pues el deporte es un antidepresivo natural, ayuda a fijarse metas y a mantenerse motivados, mejora la autoestima, combate la ansiedad y conecta a quienes los practican con gente saludable.
El deporte en su vida
Fátima asegura que el deporte es su terapia. Entrena todos los días ya sea trotando, haciendo yoga o yendo al gimnasio. Al entrenar intenta siempre meditar y conectarse con su respiración, sobre todo cuando trota. Los fines de semana junto a su marido, Carlos Barreto, quien al igual que ella ama el deporte, practican actividades recreativas relacionadas con el ejercicio, buscado conectarse con la naturaleza ya sea trotando, pedaleando o practicando esquí acuático en el verano. También dedica mucho tiempo a acompañar a sus pacientes en sus competencias, entrenamientos, torneos y viajes.
La Psicología Deportiva: En los atletas la psicología deportiva ayuda a mejorar la concentración, aprender a manejar la presión y la tensión, salir de la frustración, levantarse rápido de las caídas, aprender a trabajar en equipo, mantenerse motivados, evitar lesiones deportivas y a aprender de los errores y potenciar las virtudes, logrando mejorar el rendimiento general del atleta. Esta modalidad abarca tres grandes rama: la iniciación deportiva, el deporte profesional y el retiro deportivo.
Consultorio:
Lic. Fátima López Moreira Campos Cervera.
Psicóloga clínica y del deporte.
Tel.0981375599
Fatimalmcc@hotmail.com
www.sanamente.com.py