Con esto del fin del mundo se me pasaron muchos pensamientos por la cabeza. Los primeros fueron obviamente aquellos más desesperados y absolutamente ridículos que surgen en los momentos de crisis, lamentaciones como: “tantos años coleccionando zapatos para dejar algo a la posteridad y ahora no va a quedar nada de mis Louboutins”; o preguntas existenciales como: “¿Será que me convertiré en polvo de estrellas?”
Luego tuve un periodo de agitación histérica, rápidamente solucionado con un leve aumento en mi prescripción de Prozac. Una vez reajustada mi dosis, pude pensar con claridad y empecé a idear mi bunker anti apocalipsis, el “Nicoletta Universe Apocaliptis Spa & Resort”. Le llamé a Phillipe Stark y le dije: “Phil, quiero que el Faena Universe quede básico”. El siguiente paso fueron las provistas. Si están pensando en que corrí a Clorinda a comprarme todos esos enlatados rascas de vacaí y sardinas, están mal de cerebro. Si me toca vivir en un mundo post apocalíptico, tendré que crear una burbuja glamorosa y no hay nada como las burbujitas de champagne para hacer que todo se vea más lindo. A los parajes devastadores de la hecatombe los pintaré de rosa con Navarro Correas Rosé y si me toca enfrentarme a una ola sísmica o a un meteorito inmenso lo haré regia, valiente y ebria con una copa de champagne en la mano.
Bunker, check. Champagne, check. Vestuario, check. Solo me quedaba algo para hacer antes de enfrentar al apocalipsis. Todo este tema apocalíptico me hizo dar cuenta que aun tengo muchos asuntos pendientes en este mundo. Por este motivo, ideé “La lista de Nicoletta de las cosas a hacer antes de que se acabe el mundo”. ¿Qué harán ustedes en este tiempo que nos queda? Si no tienen idea, aquí les presento mis sugerencias para que se inspiren y den algo de glamour a sus vidas antes de perderlas para siempre.
Dense el gusto con algo que siempre quisieron: ¡Hacé polvo de tu cuenta bancaria, antes de que el mundo se convierta en polvo! Un crucero por el Caribe con todas tus amigas, un zapato verde de miles de dólares, un tigre albino de mascota, fijar residencia en un spa… ¿por qué no? Mímense y háganse mimar por la sencilla razón de que ustedes lo valen. Nada más te tiene que preocupar. Basta de ahorrar, basta de tener prudencia, basta de contenerse, abstenerse y luego lamentarse. ¿Para quien vas a guardar tu platita? ¿Para los gusanos?
Hagan algo que siempre quisieron hacer: Basta de postergar. Después del 20 de diciembre del 2012 ya no van a poder dejar nada para el año que viene. Pero sean realistas y no abusen del hecho de que soñar es gratis. No pretendan cumplir su sueño de ser una top model a los cuarenta….Hasta aprender chino mandarín en un año les va a ser más fácil. Sólo espero que hagan lo que hagan, opten por hacer algo salvaje, extremo, divertido y fuera de lo común, y no un mero curso de ikebana. Llegar al umbral del fin del mundo dándose cuenta que lo que anhelan hacer es tan poco original ¡verdaderamente dan ganas de agradecer que el mundo esté llegando a su fin!
Vuélvanse locas: Si mantuvieron la cordura hasta el 2011, este año apocalíptico es el momento ideal para perderla A LO GRANDE. Compren un poni rosa y úsenlo como medio de transporte urbano, vistan de alta costura 24 horas al día y pónganse a cantar arias melodramáticas a todo pulmón mientras pasean por la calle. En los momentos de crisis, no hay nada más liberador que declarar demencia.
Saquen su Lupita Ferrer interior: Si ya están cansadas de ser chicas bien, el apocalipsis es el momento ideal para que sean BIEN MALAS. Saquen su diva interior más maléfica y conviértanse en la mala de la telenovela, que como ya les dije en ediciones anteriores, es siempre la más divertida. Si estás podridas de ser la única chubby en Ñu Gua, te autorizo plenamente a lanzarle a viva voz una maldición gitana a cuanta regia firmemente siliconada y tuneada se te cruce: “¡Escuálida odiosa, subirás todos los kilos que yo adelgace!”
Registren sus últimos pasos sobre esta tierra: Enfrentémonos a la realidad, es altamente improbable que otra persona se interese en tu vida tanto como para escribir tu biografía. Está bien. Sabemos que no tenés el corazón de la Madre Teresa de Calcuta, el cerebro de Marie Curie, la diveza en la sangre de la Callas, los genes de Kate Moss, la creatividad de Frida Kahlo, ni siquiera la caradurés de Paris Hilton. Pero el hecho que tu existencia en esta tierra sea poco memorable, no significa que no tengas que registrarla. Dedicá tu último año en este mundo destinado a desaparecer escribiendo tu autobiografía. Ya sé que nadie va a leerla; pero va a ser una forma interesante de rever tu vida, recordar tu infancia y revolver tus memorias de juventud. Algo interesante vas a encontrar. Si no hay nada, invéntate alguna historia fantástica, total no va a haber nadie para contradecirte. Al escribir tus memorias, hacelo con la ilusión de que este sea el único texto que sobreviva a la hecatombe. ¡Imaginate que fantástico sería si la rescatan los simios sobrevivientes y lo convierten en texto sagrado, convirtiéndote a vos en la diosa del nuevo mundo! ¡Qué fantastiquérrimo!
Pónganse regias: Nunca es tarde para empezar una renovación. Estoy segura que el hecho de que sólo te quede un año en este mundo, será motivación suficiente para que FINALMENTE te cargues las pilas y cumplas tu eterna promesa de fin de año de bajar 20 kilos para el año siguiente. ¡Fuerza gordi vos podés!
Depilen los pelos de su lengua: digan todo aquello que en otras ocasiones callaron por discreción, modestia, penita o vergüenza. Si estás harta del novio hippie de tu mejor amiga, decíselo. La próxima vez que estrese tu existencia, gritale bien fuerte (porque seguro el muy sucio no se limpia la cera del oído porque así es más “natural”): “NO QUIERO COMPRARTE NINGUN ATRAPASUEÑO Y NO QUIERO QUE ME HABLES MÀS DE LA PAZ INTERIOR PORQUE CADA VEZ QUE ABRIS LA BOCA LA PIERDOOOO!” Decile como si nada a tu jefe que tiene un juruné satánico, confesale a tu ex novio que no solo es pésimo en la cama, sino que eso de que “el mejor vino viene en las botellas más pequeñas” es LA mentira del milenio.
Hagan algo estúpido y rían como nunca antes rieron: En los momentos más trágicos, la risa es el mejor escape. Hagan algo que jamás harían con la única intensión de romper la monotonía o pegarse una carcajada. Peléense en twitter con la Chipera Gaga, jueguen ring raje como si tuvieran 7 años, fílmense bailando “estilo turro” y compartilo con tus amigos. Les garantizo que no hay nadie más feliz que quien sabe reírse de sí mismo, ya que nunca le falta motivo de diversión.
CARPEDIEM: A pesar de lo negativo de nuestro futuro, el 2012 es el momento idóneo para ser positivas y decirle SÍ a la vida. Párense sobre una silla y díganle SÍ a todo y vivan intensamente cada día como si fuera el último…. ¡porque, de hecho, podría bien serlo!
Amen como en una novela rosa: Si solo les queda un año más en este mundo en que vivimos, asegúrense de pasar cada uno de sus 365 días amando intensamente. Amen a sus amigos, a su familia, a su pareja. Si se acaba el mundo el 20 de diciembre del 2012, asegúrense de tener ese día bien cerca a todos sus seres queridos para abrazarlos bien fuerte.
Por mi parte voy a rezar cada uno de los 365 días del 2012 para que la profecía maya esté equivocada. Que el 2012 sea sólo otro gran fiasco como el Y2K del 2000 y el ñembo apocalipsis del 2011. Al fin y al cabo, no estamos hablando de un informe de la NASA. Estamos guiándonos por una profecía generada por una civilización que creía que el hombre fue creado de una mazorca de maíz, adoraban a una serpiente emplumada y sacrificaban a sus hijos para que llueva. De todas maneras, recemos para que los malditos mayas estén tan locos como Ixtab (su diosa del suicidio) y podamos seguir disfrutando miles de años más de nuestro querido planeta tierra. Si nos salvarnos de la hecatombe, tenemos que estar infinitamente agradecidos de que por más ingenuos que fuimos en creer en una profecía arcaica y ridícula, al menos tuvimos la fortuna de vivir tan intensamente e el 2012.
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