viernes, 30 de julio de 2010

VALENTINO MI MEJOR AMIGO


Yo nunca fui muy amiga de los animales. Los perros grandes siempre me resultaron molestos y torpes y los falderos me daban la impresión de que hacían mucho ruido para pocas nueces. De los gatos no soportaba sus pelos esparcidos por toda la casa, aunque debo admitir que siempre respeté su elegancia innata y su actitud soberbia. Se saben hacer respetar esos bichitos.


Por suerte me crié en una familia en la que los animales estaban destinados a la estancia o a la parrilla, por lo que crecí en un ambiente íntegramente humano y exento de seres subdesarrollados (con la salvedad de los eventuales pretendientes adolescentes que alguna vez pasaron por mi casa).


Mi prueba de fuego la pasé al crecer mis hijos, cuando se les activó un gen (evidentemente heredado del lado paterno) que les hacía clamar por una mascota. Mucho tiempo me opuse con absoluta tenacidad. Reivindicando mi autoridad materna y respondiendo a sus constantes súplicas con un rotundo “NO”. Si me preguntaban porqué simplemente les respondía “PORQUE SÍ” y ahí se acababa el tema.


Pero como a toda madre, llegó un momento en el que las lágrimas y súplicas de mis hijos ablandaron mi corazón. Como aún no estaba preparada psicológicamente como para tener una mascota de mayor envergadura acepté que tuvieran un pez. Era el Lassie de la pecera. Para mis hijos era más carismático que Flipper y hasta yo estaba encantada con el poco trabajo que me daba. Creo que aquel pececillo que llegó a mi casa como mascota y que llevaba el ostentoso nombre de Shamú, fue el pececillo más amado del mundo (aunque debo admitir que en realidad fueron varios, aunque mis hijos jamás se percataron de ello). El único stress que ocasionaban era cuando cada tanto aparecían flotando en la pecera y tenía que correr a la tienda de mascotas a comprar otro idéntico, que disimuladamente pasaba a sustituir a aquél que pasó a mejor vida.


Como los niños se aburren rápido pronto empezaron nuevamente los reclamos. Tal como temía, ¡les había pasado la mano y me estaban agarrando del codo! Ahora el cielo era el límite. Pedían desde ponis hasta elefantes y tigres blancos. Por supuesto que ante estas alternativas opté por la más viable: el perro. Así llegó el primer mamífero cuadrúpedo a mi vida, un simpático cachorro de bóxer llamado, Acahatá, que aún no sabía era la encarnación de Lucifer.


El nombre que le habían puesto los chicos en nuestra dulce lengua nativa resultó ser profético. Decir que el perro era travieso, sería quedarme corta. ¡Hasta me quedo corta diciendo que era un demonio con piel de perro! Destrozó el pasto, los sofás, mis azaleas, y estuvo a punto de transformar el árbol de mango en un bonsái. A la semana ya estaba planeando mentalmente mil formas para exorcizar mi hogar de ese huracán de cuatro patas. Y ni se imaginan lo que le extrañé en ese momento a Shamú tan tranquilito en su pecera.


La gota que colmó el vaso fue un sábado de noche, cuando me disponía a ir a una boda en todo mi esplendor. Después de haber pasado horas en remojo hasta quedar impecable de pies a cabeza fui atropellada por el cuadrúpedo satánico quien se ensañó con los volados bordados en Richelieu de mi fantástico vestido, un auténtico Saiach, que por supuesto quedó hecho añicos. No solo lloré hasta hacer correr ríos de rímel a prueba de agua por mis mejillas. También me juré a mí misma deshacerme de una vez por todas del cachorro endemoniado. Mi primer instinto fue el de desollarlo allí mismo para hacer una estola de bóxer con su pelaje al más puro estilo Cruella de Vil, pero tuve que controlarme para no traumatizar a los niños que evidentemente ya le habían tomado cariño.


Me quedaban solo dos alternativas: Plan A: Prepararle un delicioso Bife de Racumín y echarle la culpa a los vecinos o Plan B: el exilio. Tras pensarlo mucho resultó mucho más práctico y humano el plan B. Por lo que rápidamente lo despaché a la estancia y le dije a los chicos que el pobrecito de Acahatá le extrañaba muchísimo a su mami que vivía en el campo y que se había ido a su encuentro y que lo visitaríamos cada semana santa y en las vacaciones de invierno.


Siguió un breve periodo de duelo y justo cuando las cosas empezaron a calmarse y me sentía de nuevo feliz en mi ordenado ambiente libre de animales, empezaron de nuevo los reclamos por parte de mis hijos. Como sabía muy bien que no iban a parar hasta convencerme, decidí poner una condición casi imposible de cumplir. Si mis tres hijos exoneraban todas sus materias les premiaría con un nuevo perrito que por supuesto elegiría yo. Creo que fue el primer año que no me senté a estudiar con ellos y hasta les puedo confesar que secretamente deseaban que se aplazaran con tal de no tener que comprarles otro perro. Pero al llegar la libreta, ¡hasta Juancito que desde el prácticamente desde el preescolar venía llevando materias a febrero trajo la mejor libreta de su vida! Y yo en vez de ponerme contenta quería largarme a llorar como una condenada a la guillotina francesa, quería arrancarme las uñas esculpidas y hasta rasgar mi blusa de seda favorita de HC Collections.


Como no quedaba vuelta atrás hice una seria investigación para encontrar la mascota ideal para mí. Ya no quería ninguna bestia salvaje e incontrolable por lo que estaba decidido que de ahora en más en mi casa solo ingresarían perros falderos. Me encontraba dividida entre un Chihuahua a lo Paris Hilton, un Yorkie a lo Gisele Bundchen y Susana Giménez o un Caniche Toy a lo Marilyn Monroe y Grace Kelly. Un perro digno de una rubia regia como yo, que hasta hiciera sus necesidades en miniatura. Del chihuahua me preocupaba un poco su tamaño, ¿que pasaría si terminaba aplastado bajo mis estiletos o tragado por la aspiradora? La idea de tener que hacerle brushing a un perro borró al Yorkie de la lista y salió ganador el caniche toy.


Esa tierna bolita de pelos que llamamos Valentino en honor al rey de la moda, pasó a ser el rey de nuestra casa. Hasta ahora me asombra como supo ganarse mi corazón. Yo que toda la vida me pasé dándoles discretas pataditas bajo la mesa a los odiosos perros de mis amigas estaba fascinada con mi pequeño Valentino. Y en cima es un perro tan pero tan chic. Cuando sale de la peluquería todo perfumadito y esponjoso con su coqueto corte caniche dan ganas de llevarlo a todas partes como un accesorio.


A pesar de que Valentino cambió mi vida. Aún no me considero una amante de los animales. En primer lugar porque sigo amando las pieles y en segundo lugar porque soy racista con los perros ya que solo amo a los caniches.

Paola Irún: En Borrador, teatro en construcción


Paola Irún: En Borrador, teatro en construcción – Valeria Gallarini Sienra

“En Borrador, Teatro en Construcción” es un ambicioso proyecto teatral desarrollado por la joven actriz, dramaturga y directora de teatro Paola Irún. Este proyecto tiene la particularidad no solo de incluir la participación de artistas de diversos medios, sino también la de ser una creación colectiva. El proyecto arranca de una página en blanco, sin un guión preestablecido, gestándose a partir de una idea que va siendo desarrollada en conjunto durante los ensayos.

El punto de partida, en esta ocasión (pues hay planes de repetir esta experiencia más adelante abordando una temática distinta) tiene que ver con la comunicación virtual, los avances de la tecnología y como Internet influye, o no, en nuestras vidas, en el relacionamiento con los demás y sus efectos en la sociedad. La virtualidad como tema de la obra surge a partir de inquietudes que surgieron en la creadora de este interesante proyecto, Paola Irún, mientras se encontraba realizando un máster en Nueva York. La distancia con los seres queridos y el tener a internet como único enlace emocional y cultural, fueron despertando numerosas preguntas que ella intenta responder con este proyecto y finalmente con la pieza teatral.

Paola, siguiendo un interés personal a nivel creativo y artístico, optó por la creación multidisciplinaria e interdisciplinaria, reuniendo a artistas nacionales e internacionales para que participaran en la creación de este espectáculo. Así formó primeramente la “Mesa Colaboradora New York”, una mesa de crítica y debate sobre el proceso de creación, conformada por artistas como Dan Hurlin, uno de los directores y creadores teatrales más reconocidos actualmente dentro del teatro experimental; Colleen Sullivan, directora y profesora de teatro; Danny Kopel, artista visual y crítico de arte neoyorquino; Krissy Smith, directora y dramaturga; David Neumann, director, bailarín, coreógrafo, actor y creador teatral; Tony Schultz, físico dedicado a la investigación de la ingeniería informática aplicada al movimiento, a la danza y a la interacción entre tecnología y movimiento escénico.

Al volver al Paraguay, reunió a artistas y referentes de distintas disciplinas en la “Mesa Colaboradora Paraguay”, conformada por Mónica González, Artista plástica; Alejandra Díaz, coreógrafa; Mauricio “Pinchi” Cardozo Ocampo, músico; Darío Cardona, director de cine; Juanma Teixidó, diseñador web; Pablo Meilicke, artista multidisciplinario y Diana García, Socióloga. Así también reunió a un gran equipo creativo conformado por Gabriela Zuccolillo (diseño audiovisual), Juanchi Franco (diseño gráfico y producción técnica audiovisual), Christian Ceuppens (diseño de vestuario), Diego Serafini (música original y producción musical), Bettina Brizuela (escenografía), Bea Bosio (asistente en estructura de guión), Santiago Schaerer (diseño de luces), Fátima Fernandez (asistente de dirección y coordinación) y Patricia Masera (productora ejecutiva).

A través de audiciones virtuales, seleccionó al elenco de la puesta teatral, conformado por Jorge Báez, Natalia Cálcena, Tania Irún, Mauricio Martínez, Rayam Mussi, Andrea Quattrocchi, Juan Rolón y Ma. Elena Sachero. La obra, dirigida por Paola Irún, será estrenada el 6 de Agosto en el Teatro de las Américas, permaneciendo en cartelera hasta el 22 de Agosto.

¿Cómo surgió la idea para este proyecto?

Primero que hace ya un tiempo, desde que me fui, estoy con muchas ganas de crear un espectáculo acá en Asunción. Mi problema fue que mientras hacia mi máster, el programa era muy pesado, agotador, sin respiro y no tenia tiempo de detenerme y pensar en lo que quería contar. Ahora que ya terminé pude dedicarle tiempo y así empieza EN BORRADOR. El tema de Internet viene por el lado de que es algo que siempre fue muy importante para mí, en muchos sentidos y a muchos niveles. No necesariamente ahora que estoy lejos y es mi único medio de comunicación con mis afectos aquí en Paraguay, sino mucho antes inclusive, desde que tuve mi primera computadora en los 90 y mis primeras incursiones en Internet.

¿Qué te llevó a abordar la temática de la virtualidad?

Me es importante comentar que la obra no necesariamente es solo sobre Internet. La obra transita por varios momentos. Internet y la virtualidad son las herramientas que elijo para contar estos momentos, mostrar y compartirlos con la gente que vaya a ver. Realicé una investigación de 6 meses previos a mi venida a Paraguay sobre todos los conceptos virtuales que yo quería utilizar y fue al llegar aquí que "linkeé" esos conceptos con el aporte vivencial de los actores y el mío propio, HOY, que evidentemente se va transformado a lo que fue AYER cuando empecé mi investigación. Quizás llegué a utilizar 20 de esos conceptos, y quedaron detrás y archivados unos 50 más que ya no alcance a introducir… será para otra obra.

¿Por cuales motivos decidiste trabajar en colaboración con una mesa creativa?

Justamente mi máster es un máster en teatro multidisciplinario y estuve estos 3 años trabajando y creando de esta manera, multi e interdisciplinariamente y quería continuar con esa forma de trabajo. De igual manera, en el ambiente donde yo me estuve moviendo y formando, la critica es fundamental. No existe ninguna nueva creación que no pase por el filtro de la crítica, que puede ser positiva o negativa pero constructiva. No existe nada que vaya del autor al público directo. La crítica y el feedback es un paso más en el camino a la creación de una obra original (en todas las disciplinas) y para mí eso enriquece muchísimo. De repente, en nuestro ambiente, muchas veces la palabra "crítica" nomas ya tiene una especie de connotación negativa, y no tiene por qué ser así. El proceso creativo siempre es a puertas cerradas hasta la noche del estreno. Lo que yo hago, es abrir las puertas a un grupo de artistas colaboradores desde el día UNO, asumiendo que se esta en proceso y creando todo "artesanalmente". Yo trabaje en mis primeros 6 meses de investigación con la MESA COLABORADORA NEW YORK con gente de primera, de la vanguardia del teatro experimental neoyorkino y ahora acá con un equipo de lujo, la MESA COLABORADORA PARAGUAY, que no tengo palabras para expresar el honor que tengo de que hayan accedido a trabajar conmigo, algunos incluso antes de ni siquiera saber que es lo que quería hacer. El resultado de este proceso ya supera todas mis expectativas incluso antes del estreno. No podría haber tenido un mejor equipo y un proceso de trabajo más enriquecedor y estoy muy orgullosa y agradecida.

¿Qué metodología seguiste para desarrollar el proyecto?

Antes que nada, la creación en rompe cabezas. Del trabajo con el elenco, parte la materia prima, en pedazos, momentos independientes que existen por sí solos. A partir de ahí, el equipo de diseñadores lleva en video para analizar y dar su aporte desde su disciplina. Luego, una vez por semana se reúne la mesa colaboradora y asiste a una pequeña función donde vamos mostrando segmentos. Al mismo tiempo voy mandando todo en video a la MESA NY y sigo recibiendo feedback de ellos. Recibo la opinión y el punto de vista distinto de unas 30 personas al mismo tiempo, uniendo a todos los equipos. Proceso esa información sin volverme loca y perder la cabeza en el proceso y luego voy viendo como ir ajustando los segmentos de acuerdo a lo que a mí me parece conveniente. Mas adelante, llega la primera estructura, donde ya se resume a un "mover de piezas" y de que mejor manera funciona para seguir la "historia". Y todo absolutamente todo se encuentra documentado en texto, audio y video, TODO. Quizás después se convierta en otra cosa, ¿por qué no? También hay que saber que esta NO es una obra tradicional, y no tiene una línea conductora totalmente recta, porque Internet es eso: miles y miles de momentos que te saltan en la pantalla, que te llevan a otro totalmente distinto o no, y al final es un mar de información y uno ELIJE con que se queda…, la obra esta yendo por ese camino.

¿Cómo fue evolucionando el proceso?

Con todo lo que una evolución puede tener: altos, bajos, mesetas, rachas de creatividad, nervios, tranquilidad, superficialidad, profundidad, desesperación, emoción, risas, casi llantos, gritos, apagones, mucho video, mucho café, lomitos y empanadas trasnoche, calor, frio, mosquitos, enojos, encuentros, romances, reales e imaginarios, enojos, alergias, perdidas de llave, de candado, mucha química ...., y al final, la obra.

¿Te esperabas la evolución que tuvo la obra?

Todo me sorprendió. Si bien esta todo pensado, y mis 6 meses previos, a mi ya me tiraban hacia un lugar especifico, muchas otras cosas surgieron en sala de ensayo, en la mesa colaboradora, en mi casa yo sola con mi computadora, o en noches sin dormir. Cosas que no estaban en el plan original ¡y eso es maravilloso! Este método de trabajo me da la libertad de priorizar esas cosas que salen solas porque el momento es ahora…, y no salieron antes porque todavía yo no había llegado a ese momento. Y es así, esas cosas son las que te dan mas satisfacciones y las que entran en la estructura como si el espacio para ellas haya sido medido antes milímetro a milímetro, cuando en realidad no, sino que ocupan su lugar porque reflejan el momento que todos y cada uno de nosotros, todo el equipo EN BORRADOR, esta experimentando aquí y ahora. Es así de simple.

¿Que fue lo más enriquecedor de este proyecto para vos?

Una de mis metas desde que concebí el proyecto: unir a la mayor cantidad de artistas posibles, y aquellos que no se quieren llamar artistas también, y todos juntos colaborar desde cada lugar a la creación de un espectáculo teatral.

Este proyecto supone muchos desafíos. ¿Cuál fue el desafío más grande que tuviste que afrontar en esta obra?

El mayor desafío fue crear la obra, el proceso en sala de ensayo. Ese proceso tiene que ver con el trabajo con los actores. El poder primero transmitir a los actores lo que quería hacer, construir una simbiosis creativa con ellos y con ellos hacer realidad concreta los conceptos que tenia en la cabeza. La creación primera de los materiales, como llegar a esos materiales. El trabajo de lo abstracto y de lo literal y cuál es la diferencia para el actor en el momento de crear situaciones concretas. Esto fue el mayor desafío, porque de ahí parte todo. Si no esta el material primero que sale de los actores, los diseñadores no tienen con que trabajar, el equipo de producción no tiene que producir, la mesa no tiene que venir a ver y como colaborar y yo no tengo obra a dar forma. A la hora de la verdad, nada hubiera sido posible sin el elenco talentosísimo con el cual tuve la suerte de trabajar.

¿Que esperás transmitir al público con esta obra?

Espero transmitir que mas allá de la "maquina", para bien o para mal, el uso o el mal uso, el exceso o la carencia, el ser humano necesita comunicarse, necesita tener a alguien con quien conectarse y ese ser humano existe por el simple hecho de que tiene alguien con quien compartir cosas.

¿Que papel jugó la virtualidad en el desarrollo de la obra?

Mi propia experiencia con la virtualidad tiñó toda la obra. Lo que yo viví en Internet desde mis comienzos en los años 90 hasta hoy, movió todas las piezas en la construcción de este espectáculo. Eso para empezar. También toda la comunicación entre nosotros (equipo creativo, diseñadores, producción) se realizo a través de Internet la mayoría de las veces. Todo el traspaso de información de uno a otro se volvió mucho más rápido y fácil gracias a la red. Y también, yo sigo comunicada por emails o video chat con la MESA NEW YORK continuando el trabajo que empezamos allá.

¿El proyecto En Borrador tendrá nuevas ediciones?

Mi idea desde un principio fue crear un método de trabajo que pueda tener una continuidad. “EN BORRADOR...Teatro en construcción” tiene que seguir existiendo luego de esta obra. El año que viene quiero construir otro EN BORRADOR ya con otro tema, otra obra nueva, otra historia que contar, pero siempre con el mismo método. Por eso esta obra va a tener otro titulo diferente a EN BORRADOR. EN BORRADOR es el proyecto, esta obra aún no tiene título. Quizás el título definitivo es lo que va a llegar al final de todo.

La Mesa Creativa: 7 entrevistas y 7 miradas distintas

ALEJANDRA DÍAZ, Danza

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Mi aporte es brindar una colaboración desde mis conocimientos y experiencias como artista de la danza, del movimiento y la expresión, así como desde los procesos creativos. Creo que me sumo también desde una mirada amplia del creador, donde se engloba la visión escénica, humana, los conceptos y contenidos del mensaje propuesto en relación a los avances de nuevas tecnologías y a los cambios generacionales.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Es un proceso rico, renovador, el tener la ocasión de compartir y escuchar distintas opiniones, otras miradas, compartir el proceso de creación, tanto de la autora como de los actores, quiénes con coraje se exponen a vivir los diferentes momentos de la creación en sí. El artista se despoja de todo al ser blanco de las miradas y pensamientos en ese proceso, donde aún a lo mejor no logra el tono justo de su rol, o no tiene aún aprendido, memorizado o logrado un papel, y se abre a participarlo. Esto implica un riesgo y también mucho respeto por parte de los que compartimos para conjugar una construcción de la obra, y para que la creadora, Paola, logre encontrar la resultante final de lo que quiere transmitir. Creo también, que es de parte de Paola, quién ha sabido rodearse de un buen equipo de trabajo, una propuesta y oportunidad increíble de provocar desafíos y sinergias de cambio que son un soplo de aire renovador y maravilloso. Al mismo tiempo, como cada colaborador viene de áreas muy diferentes, uno puede escuchar y participar de diferentes miradas y lecturas de un mismo hecho, lo cual abre nuevas ventanas, punto en el cual coincide, por así decirlo, con los procesos que ofrece la nueva tecnología, desde donde se sitúa el eje y la dinámica de la obra.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Es fantástica en su justa medida, y en relación siempre a los aportes que brinda a la comunicación, al conocimiento en la realización del ser humano y a la velocidad de transferencia de conocimiento e información. Es genial conocer desde la sala de tu casa por ejemplo, detalles de un ensayo de música de un amigo que está en Senegal, o crear una obra de danza en Asunción y pasárselo a la bailarina que ensaya en un estudio en New York, como ya me pasó. Creo que se vuelve nociva en cuánto queda supeditada a la dependencia, excesos o mal uso, ligados a las carencias o debilidades humanas. Creo profundamente en que nada reemplaza a la calidez humana, no hay maquina que supere a la energía del contacto de un ser con otro: un profesor que enseña a un alumno, una caricia, una mirada, un abrazo, un pensamiento, una palabra transmitida de persona a persona.

DARÍO CARDONA, Cine

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Entender la mirada de Paola a través de lo que sus actores cuentan, reinterpretando a través de mi propia mirada lo que lo que el conjunto hace. No te puedo definir un aporte propio o personal mío, más bien veo como un trabajo conjunto que se va creando día a día, que tiene que ver con lo que están haciendo ellos, y va creciendo con ellos. Lo que está proponiendo Paola es tremendamente experimental y desafiante. Mi aporte implica intentar acompañarla a ella y lo que los actores cuentan a través de ella en la sumatoria de toda la gente que estuvo involucrada.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Es un proyecto súper desafiante. El proceso se va definiendo hasta el último día de la última función.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

La virtualidad ya dejó de ser el futuro. Es un presente absoluto. Es lo que está empezando a enmarcar lo que será el futuro.

JUANMA TEIXIDÓ, Diseño Web

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Creo que el papel de todos en este sentido es ayudar en la alquimia creativa desde la experiencia de cada uno. En mi caso estoy en el tema de internet desde hace 15 años y esto ayuda a diferenciar ciertas cosas desde un punto de vista más lógico y no tan artístico. Nunca participé en algo como esto, por lo que me encantó esta oportunidad, porque lo que normalmente yo hago es crear algo para que alguien lo utilice detrás de una pantalla pero no se puede tocar. Este proyecto me permitió formar parte de algo físico y que existe

¿Cómo fue para vos el proceso?

Es un concepto que es muy nuevo acá pero que a nivel global se está utilizando cada vez más y se llama crowd sourcing, y que consiste en una suma de ideas que superan los aportes individuales. El resultado es mayor que la suma de sus componentes. Son aportes grupales con un mismo objetivo. Esto se ve mucho en el tema de diseño, para mejorar productos, y es la primera vez que yo lo veo aplicado en una obra teatral.

¿Cuál es tu opinión sobre la virtualidad?

Esta es una discusión para largo. Yo creo que se trata de un canal virtual, pero lo que se decodifica, tanto en el lugar de origen como en el lugar de destino, es real. Es comunicación, como alguna vez fue el teléfono, el telegrama o la carta y ahora es la computadora. Lo virtual es simplemente el canal, las emociones y sentimientos que se generan son reales y existen. Es algo que viene a transformar simplemente la manera en la cual nos relacionamos, pero las personas siguen siendo las personas, con sus mambos, sus historias y sus problemas.

MAURICIO “PINCHI” CARDOZO OCAMPO, Música

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Yo fui convocado como músico, para evaluar específicamente aspectos referentes al audio y a la música de la obra. Pero finalmente, como es un trabajo de grupo, todos, desde nuestra área, fuimos aportando nuestros pareceres y nuestras ideas de lo que estábamos viendo y así se fue armando el trabajo conjunto creativo.

¿Cómo fue para vos el proceso?

La verdad que es un proceso interesantísimo. Yo nunca estuve en algo así, cuando me convocó Paola Irún, de quien todos conocemos su talento, me sentí muy interesado. Me parece muy original el trabajo de grupo, algo a lo que no estamos acostumbrados, sobretodo los de mi generación, que somos muy individualistas. Nosotros hacemos todo, escribimos la obra, dirigimos o hacemos la música. Este trabajo nos ayuda un poco a dejar de ser tan egos y hacer un trabajo grupal, y creo que el resultado va a ser impresionante porque se potencia la creatividad de este grupo de gente joven, capaz, muy talentosa y preparada, del cual me siento halagado de formar parte.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Es una cuestión que nos toca a todos cada vez más. Cuesta adaptarse, sobre todo a la gente de mi generación. Muchos pescamos la onda final, a partir de los noventas, cuando acá tuvimos acceso a las computadoras a nivel profesional. A mí personalmente me fascina la virtualidad porque en mi trabajo musical nos permite hacer orquestas virtuales con sonidos y frecuencias sonoras que antes no podíamos ni soñar y que ahora podemos lograr gracias la virtualidad. En el aspecto humano, la comunicación virtual, el hecho de estar conectado con gente en otro continente es mágico. Al menos yo lo veo así. A lo mejor para la nueva generación ya es algo tan normal, que no se podrían imaginar otro mundo que no fuera así, pero para la gente de mi generación es mágico.

PABLO MEILICKE, Artes Multidisciplinarias

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Definir el aporte de cada uno es muy difícil. Yo pienso que lo principal que cada integrante dio, fue su opinión, desde su esencia y su carácter. Paola y los actores fueron como elementos más activos y nosotros tuvimos una presencia más pasiva, opinando como espectadores.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Fue simplemente observar lo que teníamos enfrente y entre todos ir viendo lo que resultaba y lo que no. Admiro a Paola, porque creo que solo una persona con mucho carácter puede estar a la cabeza y ser el catalizador de algo así, ya que escuchar tantas opiniones, filtrarlas y saber con cuales te podés quedar y engranar eso que te van diciendo es muy difícil.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Esta obra describe una realidad que no es virtual como yo pensé que sería. La virtualidad es ya algo cotidiano.

DIANA GARCÍA, Sociología

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Yo vengo desde la sociología y la literatura. De alguna manera estoy trabajando los textos y también las conexiones y los signos en general. Yo vengo más del campo de la ciencia, y para mí fue muy enriquecedor poder trabajar en algo que permite integrar las múltiples miradas a partir de la creación colectiva. En este sentido es muy destacable el esfuerzo que hace Paola para poder escuchar y articular estas diferentes miradas. Esto es algo que en nuestro país generalmente no se da.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Complejo pero desafiante. En el sentido que uno después de los encuentros recién empieza a pensar en todo lo que implicó este paso a paso; como los diferentes lenguajes se fueron articulando y como cada uno fue aportando desde lo actoral, desde la mesa, desde lo audiovisual y desde el diseño en general. Es un proceso cuya complejidad recién puede ser dimensionada con el tiempo.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Es interesante que se empiece a plantear este tema en Paraguay. Tenemos que salir del tabú de que es una realidad que no existe y demostrar de qué manera esta nueva forma de comunicación ha cambiado o no nuestra forma de relacionamiento.

MONICA GONZÁLEZ, Artes Visuales

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Creo que mi principal aporte fueron mis comentarios, que siempre surgieron desde lo que yo sentía. Yo no entiendo mucho de teatro, por lo que mi manera de ver habrá sido bastante diferente a la de las miradas habituales. Como artista yo soy bastante minimalista, por lo que los detalles me sobran y tiendo a preferir lo simple. Mis comentarios probablemente hayan tendido ese enfoque.

¿Cómo fue para vos el proceso?

El proceso me parece maravilloso. Me encantó la propuesta de Paola y le estoy agradecida por incluirme en este proyecto que me enriqueció muchísimo. El proceso me generó muchísimas emociones. Hubo momentos en los que lloré de emoción y otros de risa durante los ensayos. Lo que me encanta es que usa un sistema muy similar al que yo uso en mis clases de instalación, porque ella trata de que cada persona saque de su interior y vaya construyendo así la obra.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

A mí me parce que la vida virtual es como una vida pobre. Yo te decía que la otra vez lloré en uno de los ensayos. Lloré por la pena que me generaba el sufrimiento de las personas que se ve en la obra y sobretodo esa sensación de encierro que se da con la virtualidad.