domingo, 13 de marzo de 2016

Juan Carlos Capelli: con Longines en el puño y en el corazón



En ocasión al Gran Premio Latinoamericano de Longines, realizado en el Hipódromo de Palermo de la ciudad de Buenos Aires, tuvimos el honor de entrevistar al Vicepresidente de Longines y encargado Internacional de Marketing de la prestigiosísima relojería.

Nacido en Suiza, en el seno de una familia ítalo-española, el Sr. Juan Carlos Capelli nació en un ambiente multicultural que desarrolló su interés por otras culturas y otros países. Creció en Tramelan, Suiza, en la región de “Jura Bernois”, una región casi enteramente dedicada a la industria relojera. En 1990 empieza su carrera en la “Compagnie des Montres Longins Francillon SA”, en Saint-Imier, dentro del departamento de Comunicaciones de la empresa. En sus 25 años con Longines, el Sr. Capelli ha explorado casi todas las áreas del marketing, desde eventos hasta publicidad. Desde el 2007, tras una larga y exitosa carrera en comunicaciones, Juan Carlos se convirtió en la cabeza del departamento internacional de marketing y miembro del consejo administrativo de Longines, hasta que fue nombrado vicepresidente de la misma en 2010.

¿Cuál es la principal característica que según su criterio hace de los relojes Longines relojes excepcionales?
Somos una marca desde 1832, de larga tradición Suiza, al punto que la fabrica sigue en el mismo lugar físico donde fue fundada. Yo he nacido en ese lugar, por eso la marca Longines es parte de mi vida también. Los relojes tienen una manufactura especial, cada reloj es único y de hecho cada reloj está numerado. Cada reloj de Longines lleva detrás un número, desde el primero que fue hecho hasta el último que está siendo terminado ahora. Por ejemplo hoy ya vamos por los 42 millones y algo. Este número nos permite saber la historia de cada reloj, donde ha ido originalmente, quien fue la primera persona que lo compró, en qué país y eso da una parte humana a la marca. Cada reloj tiene una historia y una trazabilidad. Creo que esto es único en el mundo de la relojería., es por esto que la marca Longines es muy especial.

¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de elegir un buen reloj?
En primer lugar cuanto uno quiere invertir y si quiere un reloj más deportivo, o más elegante, un reloj para salir de noche o para ir a correr, ya que hay relojes de distintos tipos y distintas funciones. Luego vas a la tienda, ves los relojes, y al final compras un Longines. (Risas)

Es cada vez más difícil mantenerse vigentes en un mundo tan cambiante como el nuestro, ¿Cómo se mantiene la marca asociada al mundo del lujo sin pasar de moda?
Creo que es importante concentrarse en lo que se hace bien, sin perder el foco. Hemos visto marcas relojeras que luego empiezan a hacer bolígrafos y después hacen gafas y luego bolsos de mano, y luego ya no se sabe que hacen relojes. Longines hace relojes desde 1832 y sólo relojes, porque es lo que sabemos hacer y lo que hacemos bien. Hacemos relojes de tradición, clásicos y atemporales que pueden ser pasados de generación en generación, de un abuelo a un padre, y de éste a su hijo. No seguimos tendencias, no somos fashion, no estamos de moda, estamos para siempre y esa es una de las fuerzas de la marca.

¿Cuáles son las características de un reloj atemporal? (Timeles time piece)
Principalmente diseño para ayer, hoy y mañana y que no dejan de funcionar nunca. Tenemos clientes que nos mandan relojes para mantenimiento que tienen más de 100 años y funcionan perfectamente. La relación precio calidad de la marca es incomparable.

¿Cómo surge el Gran Premio Latinoamericano de Longines?
Bueno, estamos en la hípica desde 1881, cuando se popularizó entre los jinetes y jockeys un modelo cronógrafo grabado con un jockey y su caballo, que permitía medir el tiempo en segundos. Siempre hemos apoyado a eventos hípicos en todo el mundo  y nos dimos cuenta de que nos faltaba un gran evento hípico en Latinoamérica y decidimos apoyar al mayor de los eventos hípicos en Latinoamérica: El Gran Premio Latinoamericano. Fui a ver la carrera y dije: esto es Longines, es una carrera de tradición, de rendimiento y con mucha elegancia, por eso hemos firmado el Gran Premio Latinoamericano Longines.

¿A qué se debe la asociación de la marca con el mundo ecuestre?
Porque compartimos los mismos valores: elegancia, tradición y rendimiento. Elegancia, porque la gente se viste muy bien para ir a una competición hípica, los hombres van de traje y las mujeres con lindos vestidos y sombreros. Rendimiento, porque para consagrarse ganador, el caballo debe ser el más preciso y el más rápido, tan preciso como un  Longines. Y por último, tradición, porque es uno de los deportes más antiguos del mundo, ya que los deportes ecuestres se llevan practicando desde hace más de 1000 años. Y con Longines estamos asociados al mundo ecuestre desde hace más de 130 años.

¿Existe algún motivo histórico para esta pasión de Longines por lo ecuestre?
La fábrica de Longines está situada en un pueblito que se llama Saint-Imier, en las montañas de Suiza. Y en nuestra región tenemos dos cosas: los relojes y la raza de caballos suizos que se llama Franches Montagnes. Esta situación hizo que la asociación de la marca con el mundo de los caballos se diera de manera absolutamente natural ya que estamos en el mismísimo sitio, y la cría de caballo y la fabricación de relojes son las dos grandes tradiciones de Saint-Imier.





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