La verdad es que las diferencias entre los hombres y
las mujeres son mucho más complejas de lo que nos imaginábamos. ¡Con razón nos
cuesta tanto comprendernos! Casi es como si nosotras estamos hablando en portuñol
fluido mientras que ellos nos contestan en arameo pre arcaico.
Según los científicos, nuestros cerebros evolucionaron
de manera distinta. Hace miles
de años, el hombre era el que cazaba y necesitó desarrollar aquellas áreas
encefálicas que potenciaran el sentido de la orientación y la habilidad para
dar en el blanco. Ellas, en cambio, precisaban facultades que les facilitaran
cuidar mejor de sus hijos, tales como una visión periférica, la facilidad para
hacer varias cosas a la vez y todo lo relacionado con las habilidades
interpersonales. La mujer por lo tanto ve más. Lo vemos todo, tenemos una vista
panorámica completa. Nuestra vista es hasta superdotada. Podemos estar
manejando tranquilamente mientras controlamos de reojo con quien lo que está
chateando por el whatsapp. Si nos toca estar de copilotos, somos perfectamente
capaces de estar observando plácidamente el paisaje por la ventanilla derecha
mientras nuestra visión periférica 360º nos permite saber la ubicación precisa
de su pupila mientras cruza una cuerachona apretujada en lycra en la vereda
opuesta. Por eso, nuestros novios y maridos nunca logran ser lo “discretos” que
pretenden ser y una y otra vez cazamos todos sus tristes intentos para pasarse
de vivos al relojear a una mujer atractiva.
Por otro lado, los científicos aseguran que nuestra
retina tiene mayor cantidad de conos, que permiten ver los detalles, los
colores y los matices. Tal vez por eso sea que prestamos tanta atención a la
hora de seleccionar y combinar nuestra ropa. El lila y el lilita para nosotros
son tan diferentes como el fucsia y el rosado. Un zapato azúl marino no es
igual a un zapato negro y bajo ningún motivo el turquesa puede clasificar de
celeste pastel. Así como los esquimales pueden distinguir 30 tonos del color
blanco, nosotras sabemos la diferencia exacta entre el bordeaux, el borravino,
el marsala, el berenjena y el púrpura,
mientras que las limitadas retinas de nuestros novios y maridos, no son capaces
de distinguir más que un solo color: “el color raro ese”.
Las mujeres también tenemos mejor desarrollados los
centros del habla y del lenguaje. Esto seguro que no es ninguna novedad para
ustedes. Si todas somos perfectamente capaces de romper records de duración de
llamadas telefónicas y de longitud de plagueos encadenados. Resulta que los
hombres tienen su centro del habla y lenguaje en el lado occipital izquierdo,
mientras que las mujeres tenemos doble tracción 4 x4 con mp3 bluetooth y wifi incorporado
del lado izquierdo y del derecho. Es por esto que hablamos más y queremos que
nos hablen. Necesitamos expresarnos constantemente. Las mujeres podemos
pronunciar de 6 a 8000 palabras al día…lo cual puede fácilmente duplicarse o
triplicarse si nos enojamos con nuestros mariditos.
Así como necesitamos comunicarnos también necesitamos
ser oídas. Es por esto que nos irritamos tanto cuando queremos hablar con ellos
y nos responden con monosílabos. Nuestra respuesta: un suspiro seco, que me
imagino que a estas alturas saben BIEN lo que puede significar. (así como somos
agiles con nuestro lenguaje oral, tenemos un PHD en lenguaje corporal y
metalinguistica). Solo una mujer logra manejar los espacios de un suspiro de
tal manera a que adquiera una amplia gama de significados.
Como nuestro
centro del habla está tuneado también tenemos una excelente aptitud para lanzar
indirectas y confundir a los hombres. No es que nos hagamos las dramáticas simplemente
somos taaaan superdotadas que hasta hemos desarrollado una técnica para
discutir sin discutir. Obviamente que esta técnica funciona mejor cuando se
desarrolla entre mujeres. Entre nosotras nos entendemos al toque todos los
inuendos, indirectas y frases con doble suspiros, lenguaje visual, corporal y
del suspiro. Pero cuando nuestro interlocutor es un hombre, la cosa se complica.
EL: ¿Estás bien?
ELLA: Si (los hombres tienen que
aprender a diferenciar bien las inflexiones del tono, porque el Si, en un caso
como este EVIDENTEMENTE quiere decir NOOOOO!!! HELLOOOO!!!
EL: ¿Te enojaste conmigo?
ELLA: NO (Que por supuesto quiere decir SIIIIII ESTOY
FURIOSA Y SI ENCUENTRO UN CUCHILLO TE LO REBANO A LO BOBBIT!!!)
EL: ¿Seguro?
ELLA: (A darse cuenta de que no
captó la indirecta de las sutilezas de nuestro lenguaje corporal e inflexión
del tono) SUSPIRO SOSTENIDO (que quiere decir ATAJATE CATALINO QUE SE VIENE LA
TORMENTA... Y LUEGO DE UNA BREVE PERO NECESARIA PAUSA PARA MANTENER LA CALMA y
el SUSPENSO SE VIENE LA CATARSIS FINAL) Esa tarada del vestido lilita te estuvo
tirando el lance toda la noche. Y vos en vez de pararle el carro, seguías
hablando con ella como si nada.
EL: QUEEEE! ¿Acaso esa no era tu amiga Maru?
ELLA: Dije la del vestido LILITA, no
LILA!! (RECUERDEN LOS CONOS) Que a esa rasca en celo no la conoce ni su
abuela y menos yo que no me muevo en sus mismos círculos.
No es que se haga el desentendido. Él jamás se dio
cuenta que la mujer en cuestión le estaba coqueteando. Por más de que por
supuesto TODAS las mujeres de la fiesta se dieron cuenta de sus intenciones sin
siquiera mover la cabeza (ayudadas por supuesto por la visión periférica), él
jamás pudo descifrar las señales vocales, visuales y corporales de la
insidiosa.
Pero además de todas estas dotes científicamente
comprobadas. Las mujeres tenemos además un as bajo la manga que nos distingue
de manera excepcional de cualquier espécimen masculino: la intuición femenina.
Nosotras sabemos leer el interior de cualquier persona. Tenemos como una
brújula interna que nos hace detectar al toque cuando algo va mal. Esta
intuición nos hace verdaderos prodigios de la lectura de los rostros, de los
gestos, de las miradas….y de los mensajes cifrados del Facebook y likes del
instagram (que para toda mujer también tiene su lectura esotérica). Este
talento para captar el lenguaje no verbal hace que sea prácticamente imposible
engañarnos cara a cara sin que nos demos cuenta en el acto.
Pero la otra vez me topeté con esta investigación que
me dejó helada. GELIDA. Al fin los médicos encontraron la piedra angular de uno
de los problemas más frecuentes de las relaciones de pareja: la comunicación
defectuosa. Seguro se habrán quejado y escuchado quejarse a otras mujeres con
rostros sagrados y sufridos diciendo: “Mi marido no me escucha” “Mi novio no me
entiende”. Saben que encontraron los científicos. Que somos verdaderamente
grandes incomprendidas y no en el sentido metafórico, sino en el literal ité.
Según los médicos de la Universidad de Sheffield, la voz de la mujer es mucho
más compleja y musical que la del hombre, no tanto por el nivel de la voz, sino
por sus ondas. De ahí que para el hombre resulta más difícil de descifrar y
requiere de ellos una gran concentración, por lo que les cansa rápidamente.
“Estos científicos británicos llegaron a esta
conclusión de la siguiente manera: Expusieron a un grupo de hombres a
grabaciones de sonido de la voz de doce mujeres y de doce hombres. A
continuación analizaron las reacciones en el cerebro de los participantes con
ayuda de una tomografía cerebral. Fue entonces cuando descubrieron que la voz
de las mujeres activaba células cerebrales diferentes a las que activaba la voz
del hombre, y que a la voz de las mujeres reacciona el área del cerebro que
procesa el sonido y la música, no el lenguaje.”
Como les dije me quedé ATÓNITA PASMADA ESTUPEFACTA y
también más confundida que un hombre. Mas de alguna romanticona ilusa entre
ustedes seguro lo va a ver del lado poético, pensando: que divinooo, sonamos
como música para sus oídos. Pero se las pongo clara. Imagínense que los hombres
son todos metaleros…. Y vos les estás hablando con tono de reggetonero. O
imagínense que son todos cachaqueros y vos les hablas con voz de ópera. En
síntesis esto de la voz musical no tiene nada de poético. Nuestra voz les abuuurreeee,
les cansa, les hace perder el interés y desenchufarse de la conversación
convirtiendo nuestras silabas en ruido blanco.
¿Entendea?
Mi sano consejo ante tanta diferencia comunicativa es
que la próxima vez que hable con un hombre. No le hable de varios temas a la
vez, si ya sabe que no va a hilar y vas a terminar hablándole a la pared. No
pierdan su tiempo preguntándoles “que tal les fue en el rally” esperando un
relato de 10 horas, si ya saben que su respuesta va a ser BIEN. Recuerden que
ustedes tienen todo el vocabulario de un tesauro y ellos no llegan ni al de un
diccionario ilustrado infantil. Y por sobre todo, LES RUEGO, no le pregunten
“no notas algo nuevo”. Acuérdense que al pobrecito le faltan conos, no hay
manera en el mundo que se dé cuenta de que te perfilaste la ceja mi reina. ¡Paren
de sufrir y abracen y comprendan las diferencias! ¡Sean inclusivas y tolerantes
con el prójimo!
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