En el pasado mes de Julio, Paris (y como excepción Roma para
Valentino) fue el escenarios donde las grandes firmas de Alta Costura presentaron sus
colecciones de Otoño Invierno 2015-2016. Glamour, magia, delicadeza, fantasía,
lujo y encanto, todos sumados para montajes fastuosos, puestas en escenas
impactantes y prendas sacadas del lugar mismo donde nacen los cuentos de hada
más hermosos.
En la segunda parte de este reporte especial de Alta
Costura, les invitamos a realizar con nosotros un recorrido por todo lo mejor
de las colecciones de Alta Costura.
Giorgio Armani Privé:
Giorgio Armani decidió hacernos ver a través de lentes de color de rosa,
más específicamente lentes de color rosa shocking contrastado con un profundo
azúl marino (color favorito del diseñador). Con plumas, bordados y
combinaciones de géneros, logró una colección muy texturada y en degradé que convirtieron
a las prendas en un festín táctil y visual. La colección puso en escena el
corte impecable tradicional de esta casa de moda y todos los elementos icónicos
de Armani: sastrería, joyas audaces, vestidos de paillettes y una dosis
saludable de terciopelo. La colección parecía capturar el ambiente de una calle
nocturna iluminada por brillantes y coloridas luces de neón que se veían
reflejadas en charcos de lluvia sobre el asfalto.
Stephane Rolland: Las
tradicionales siluetas fluidas del diseñador estaban sostenidas por cuero
dorado. Muy inspirado en la estética de los años 30, en el art decó, y con
muchos detalles geométricos, asimetrías, transparencias y veladuras. También se
vio mucho degrade de colores. La paleta muy tenue, con blancos y tostados y el
verde como el único elemento de color. Una vez más el diseñador hizo gala de
sus volúmenes arquitectónicos, con prendas que hacían gala de detalles fuertes
y llamativos en el torso. En la pasarela no faltaron los habituales elementos
de la iconografía Rolland: los monopantalones, los vestidos con capa y los
vestidos corte sirena.
Chanel: Este año
el diseñador Karl Lagerfeld decidió poner sus apuestas en un Casino como telón
de fondo para el espectacular show de alta costura que regala Chanel cada
temporada al público. Esta casa de moda ya se ha hecho famosa por llevar sus
puestas en escena a la esfera teatral, ofreciendo auténticos shows visuales
que acompañan a toda una narrativa. El
káiser sentó a todas las celebridades asistentes en mesas de ruleta o black
jack. Entre las invitadas a apostar se encontraban: Vanessa Paradis, Kristen
Stewart, Lara Stone, Stella Tennant, Lily Collins, Geraldine Chaplin, Lily Rose
Depp, Rita Ora y Julianne Moore. Toda la colección seguía una silueta y
temática de los años 20, que era acompañada por un estilismo que reforzaba la
estética de los años locos del charleston, con mejillas repletas de rubor y
pelucas que recordaban al corte de Louise Brooks. En la colección muchos
brillos, plumas y siluetas relajadas salvo por las hombreras muy rígidas de sus
sacos, que en realidad proporcionaban una silueta muy poco favorecedora,
haciendo parecer roperitos a las modelos. En los vestidos mucha asimetría,
bordados, superposición de géneros livianos y cinturas altas. La novia, Kendall
Jenner, lucía pantalones de satén,
reforzando la temática emblemática de la maison Chanel: el casual chic. En esta
partida, nuevamente ganó la casa.
Giambattista Valli: Este
desfile fue muy especial ya que conmemoró los 10 años de carrera del diseñador
italiano. El desfile concluyó con un extravagante baile en la opulenta Opéra
Garnier llamado “Flower Obsession Ball” (Baile de la Obsesión Floral) para el
cual la tenida obligada era floral. En homenaje al diseñador MAC lanzó una
línea de coloretes en tonalidades inspiradas en los rosas de su colección de
alta costura. El diseñador lanzó una colección muy joven que abrió con pasadas
en blanco y negro para dar lugar a estampados de op art y gradualmente a tonos
más intensos primero incorporándose a estampados y luego ya en prendas en colores
plenos. La textura, la paleta, la textura y la silueta de las prendas
recordaban a esporas de flores, las últimas pasadas, mucho más voluminosas y
exuberantes recordaban a flores florecidas en su máximo esplendor. Mucha
combinación de vestidos llevados sobre pantalones, recordaban a la estética de
los años 70, la cual era reforzada con los estampados de los géneros. Los
bordados agregaron mucha textura a las prendas generando un efecto 3D en muchas
de ellas.
Schiaparelli: La
famosa casa de moda reabierta hace 3 años, tras casi 50 años, estaba estrenando
diseñador. El italiano Marco Zanini fue reemplazado por Bertrand Guyon quien
hizo un excelente trabajo revisando archivos y fusionando la iconografía de
Schiaparelli a nuestros tiempos. Muchos detalles oníricos y surrealistas
pusieron en evidencia que Guyon estuvo haciendo su tarea en la casa
Schiaparelli. El diseñador llamó a esta colección “El teatro de Elsa” en
homenaje al amor de la diseñador por las artes escénicas. Aires muy vintage y
glamorosos en las siluetas inspiradas en los años 30 y 40, décadas doradas para
la diseñadora. Guyon logró a la perfección hacer relevante a lo retro, con
piezas muy fuertes y muy ponibles. La pasada final fue un auténtico broche de
oro para el homenaje a la creadora del color rosa shocking: un vestido de
organza en este color que verdaderamente quitaba el aliento.
Dior: Raf Simons jugó con la idea de Tentación,
deseo y lo prohibido para crear esta colección inspirada en el jardín de los
placeres terrenales. La colección sin lugar a dudas fue muy femenina y mucho
más ornada, texturada y floral de lo que uno espera de este diseñador. Simons
jugó mucho con las siluetas, proponiendo elementos muy variados, desde mangas
holgadas, hasta abrigos XL y vestidos más entallados. La colección fue
presentada en un invernadero que fue un gran aporte visual, pero un sofocón
para los presentes, quienes aseguraron que el calor allí adentro fue infernal.
El diseñador jugó con la idea de la pureza e inocencia, contrapuesta a aquella
del lujo y la decadencia. En cada pasada se iban alternando vestidos muy
ornados y suntuosos, con otros sencillos y sin adorno alguno, vestidos
texturados o estampados, y túnicas lisas y sueltas. En este juego de opuestos
el diseñador hizo gala de solidez conceptual de sus colecciones.
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