Nacido en Alemania en 1964, Teller abandonó el colegio para trabajar como
aprendiz en un taller que fabricaba instrumentos musicales. Obligado por una
alergia, tuvo que buscar un nuevo sustento, lo que le llevó en los años ochenta
hacia la fotografía. Estudió en el Bayerische Staatslehranstalt für
Photographie de Munich y luego se mudó a Londres donde se
estableció, empezando a fotografiar a músicos famosos. A raíz de la tapa que
hizo con Kristen McMenamy posando desnuda con la palabra “Versace” escrita en
un corazón sobre su pecho para una revista alemana en 1996, empezaron a
llamarle reconocidas revistas vanguardistas tipo iD y The Face. Luego diseñadores transgresores, quienes buscaban
una nueva manera de retratar sus campañas.
Desde 1998 Marc Jacobs lo ha elegido para retratar sus campañas
publicitarias, en las que han aparecido Cindy Sherman, Winona Ryder, Sofía
Coppola, Charlotte Rampling, Alice Dellal, el mismo Teller, entre otros. Teller
colabora desde hace tiempo con otros diseñadores como Helmut Lang y Vivienne
Westwood y casas de moda como Yves Saint Laurent, Celine y Moschino.
Rebelde, poco convencional, trasgresor y brillante, Juergen se niega a fotografiar
en digital ni a retocar sus fotografías en plena era del photoshop y de la
fotografía digital. Además tiene un don para retratar a las personas, logrando
desentrañar de sus sujetos una naturalidad y espontaneidad poco frecuente.
Logra relajarlos tanto que se olviden de la presencia de la cámara y pone
énfasis en los rostros, gestos y la expresión sicológica de sus sujetos.
Retrata con la misma naturalidad con la que fueran parientes posando para fotos
familiares ya sea a modelos o personajes famosos. Y sus fotografías publicitarias
comparten esa cualidad tan propia de las
instantáneas fotográficas.
Le encanta desnudar a sus sujetos, tanto literal como metafóricamente,
mostrándolos vulnerables frente a su impertinente cámara. Muchos afirman que
ser fotografiados por Teller es como aceptar una apuesta. Por la cantidad de
famosos que de buena gana acceden a posar ante su descomedido lente, podemos
asumir que también hay muchísimo prestigio en ello. Fotografió con la misma
genial irreverencia a Vivienne Westwood desnuda a los 68 años, a Kate Moss
tirada como un trasto viejo en una carretilla y a Victoria Beckham metida
dentro de una bolsa de compras y convengamos que estas son sus fotos más
convencionales. Las modelos saben que al aceptar trabajar con él de seguro van
a verse retratadas en situaciones poco convencionales, ya sea tirada desnuda en
un basurero rodeada de unos cachorros abandonados o deambulando desnudas frente
a la Mona Lisa.
Famoso fue el caso en que teniendo que posar él para la campaña para la línea masculina de Marc Jacobs junto
a una desnudísima Charlotte Rampling (una de sus musas) en el hotel Louis XV de
París terminaron posando ambos desnudos
ya que el fotógrafo, algo excedido en peso no logró entrar en más que un par de
shorts. Pero esta circunstancia le fue indiferente al artista quien siguió de
lo más cómodo posando para una campaña de moda en la cual no aparecía ninguna
ropa salvo el único short que le entró. Esta campaña contrariamente a lo
imaginable fue utilizada por el diseñador, un gran admirador del trabajo de
Juergen Teller, quien supo percatarse que la sesión había transgredido las
convenciones de la fotografía de moda adentrándose en el arte más puro.
Su particular manera de encarar la fotografía lo han convertido en uno de
los fotógrafos más solicitados y mejor pagados de la industria de la moda y en
uno de los referentes de la fotografía contemporánea. A la par que su trabajo
en la moda, ha desarrollado una importante carrera en la fotografía artística,
ganando el premio Citibank en el 2007 y exhibiendo en importantísimas galerías
de todo el mundo, así como en el MOMA, en el Tate e incluso en la Bienal de
Venecia.
En muchas de sus fotos sus sujetos parecen encandilados por sus flashes de
su cámara Contax G2 y sorprendidos por la cámara en situaciones íntimas, en
otras la cámara parece haberse esfumado estableciendo un diálogo íntimo entre
el sujeto y el observador. A pesar de sus transgresoras imágenes, el fotógrafo
asegura jamás haber tenido que obligar a nadie a hacer algo que no se sintiera
absolutamente cómodo haciendo: “Si hago un retrato, sé cuanto pueden aceptar.
Si una persona es dulce y tímida, las fotos serán dulces y tímidas.”
Sus autorretratos se muestran aún más sinceros y controvertidos. Se ha
fotografiado en las situaciones más absurdas e incómodas, haciendo el número
dos sobre la nieve, desmayado sobre un plato de comida y también completamente
desnudo frente a la tumba de su padre, con un pie sobre una pelota de futbol,
tomando cerveza y fumando un cigarrillo. El artista explica que la toma fue
motivada por los sentimientos hacia su padre, un alcohólico que se quitó la
vida cuando el fotógrafo tenía 24 años. “Sentía un poco de pena por él y quería
estar con él. Quise mostrarle, o mostrarme, mi vulnerabilidad y que yo también
tenía problemas con el alcohol y fumaba.”
Hoy en día Juergen Teller es considerado uno de los fotógrafos más
provocativos y creativos del momento, desafiando siempre los cánones de la
fotografía de moda y publicitaria, y
alterando todas las convenciones en la relación fotógrafo/modelo.
Cualquiera sea el entorno o el sujeto, el resultado siempre será intenso,
irreverente, honesto y sorprendente.
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