Actrices con Elizabeth Taylor, Audrey Hepburn, Grace Kelly y Catherine Deneuve pusieron por sentado de que toda mujer chic debe incorporar un pañuelo de seda a su look. Eternamente funcionales y elegantes y absolutamente atemporales, suaves y durables y ponibles en cualquier estación, no es de extrañar que hayan sido llevados por tantas mujeres y hombres elegantes a lo largo de los siglos.
La seda fue descubierta en china hacia el siglo 27 antes de cristo y luego fue llevada a otras partes del mundo. El material era tan apreciado que era todo un símbolo de riqueza vestir de seda. Cuenta la leyenda que Yuen Fei, una concubina del emperador, descubrió el hilo de seda por accidente, al caerse un capullo de gusano de seda en su te, deshilvanándose dentro de la tasa. Gracias a su descubrimiento se la venera como patrona de la Seda.
Los primeros pañuelos de seda aparecen en la China casi 1000 años antes de Cristo. Del oriente, siguiendo las antiguas rutas de seda, estos productos llegaron a Europa. Los romanos tenían la costumbre de llevar un pañuelo enrollado alrededor del cuello llamado sudarium pues servía para limpiarse el sudor del cuello y de la cara. Con el tiempo este paño con funciones tan específicas se convirtió en un accesorio de moda que era llevado tanto en el cuello como en la cintura tanto por hombres como mujeres.
Hoy sabemos que la seda es uno de los materiales más hipoalergénicos debido a su origen natural y a la proteína y la cantidad de amino ácidos que contiene. Deja respirar la piel y da una sensación muy agradable al ser llevada sobre la piel. En invierno los pañuelos de seda son llevados para proveer abrigo y proteger al cuello y la cabeza contra el viento, la lluvia y la nieve. En el verano son una protección ideal contra el polvo, la arena y resguardar del sol.
Desde la antigüedad acostumbraron llevar pañuelos de seda los jinetes, quienes los usaban envueltos al cuello para protegerse del frio y del viento en invierno y durante el verano se valían de la rápida absorción y evaporación de la seda para refrescarse al galopar en climas cálidos y áridos. En los primeros años de la aviación, los pilotos empleaban pañuelos de seda para evitar paspaduras en el cuello causadas por el roce de los pesados y ajustados trajes de aviación.
El hilo con el cual se tejen los pañuelos de seda se extrae de los capullos de los gusanos de seda. Cada capullo contiene entre 300 y 400 metros de seda. ¡Para producir tan sólo 1 kilogramo de seda se requieren 5500 gusanos!
Los pañuelos de seda, llevan horas y horas en producirse, desde el tiempo que toma diseñarlas, pasando por la selección de colores y matrices para su estampación hasta las costuras a mano que suelen tener, se emplean más de 750 horas en su confección. Por este motivo siempre fueron productos de precio bastante elevado. Las mujeres que no podían permitirse comprar un pañuelo de seda pudieron tener una versión de bajo costo cuando se inventó el rayón en 1930 y finalmente se pudieron producir imitaciones en masa. Durante décadas los pañuelos de seda fueron parte esencial del guardarropa cotidiano de la mujer, un accesorio tan clave como un lápiz labial favorecedor y una buena cartera.
Durante la segunda guerra mundial, su uso se debió más a cuestiones prácticas que al glamour, ya que al empezar a trabajar en las fábricas, las mujeres los empleaban sobre la cabeza para impedir que sus cabelleras fueran atrapadas por accidente por la maquinaria. En todas las fábricas se obligaba a usarlos por motivos de seguridad.
En los años 70 los diseñadores empezaron a incluir logos en los pañuelos y también se empezaron a incluir bocetos y motivos menos tradicionales como paisajes, frases, retratos y hasta reproducciones pictóricas.
Una de las marcas más emblemáticas de este rubro es Hermes. Cada uno de los pañuelos de Hermes tiene una historia. Cada temporada sacan una colección inspirada en una temática en especial y diseñadas por artistas provenientes de todo el mundo. El primer pañuelo Hermes fue creado en 1937 basado en un grabado de Robert Dumas, un miembro de la familia Hermes.
Hoy en día las principales casas de moda cuentan con líneas propias de pañuelos de seda. Tal es el caso de Carolina Herrera, Christian Dior, Gucci, Pucci, Missoni, etc. A pesar de ser un clásico, por mucho tiempo los pañuelos cayeron en desuso, pues eran vistos como anticuados. Sin embargo, en los últimos meses hemos visto un resurgir de los pañuelos, volviendo éstos a ser un elemento clave para dar un poco de sofisticación y color al guardarropa femenino.
Los pañuelos de seda ha pasado la prueba del tiempo,
manteniéndose esencialmente igual en su funcionalidad, diseño y confección. Ya
sea llevándolos atados bajo el mentón, envueltos
alrededor del cuello, anudado como top o como turbante, los pañuelos de seda
transmiten su sofisticada elegancia a quien los lleva, impregnándolos con su
indiscutible aura de glamour.
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