El caso del estilo de Olivia
Palermo es verdaderamente fascinante, pues se trata de una chica que alcanzó el
status de ícono de moda por su buen gusto innato puesto a la luz en un reality show, programas que por lo
general muestran de todo, menos buen gusto.
Esta chica nacida en Connecticut
en 1980, es hija del
empresario de bienes raíces de Connecticut, Douglas Palermo, Olivia se
estableció en Nueva York durante la universidad donde fue introducida a la
escena social neoyorquina por su mejor amiga Byrdie Bell, convirtiéndose muy
pronto en una it girl de la alta
sociedad neoyorquina gracias a su elegancia instintiva. Sus estudios los
realizó en las selectas escuelas privadas de Nightingale, Windward y St. Luke’s
School y luego los prosiguió en la Escuela de Arte y Diseño Parsons de Nueva
York y París.
Olivia empezó su sideral ascenso
a la fama, asentando su nombre en los anales de la historia de la moda de este
siglo, en un lugar poco probable. Olivia formaba parte del reparto del reality “The City”, producido por MTV,
donde filmaban su día a día como estilista de la revista “Elle” y para el
departamento de relaciones públicas de Diane Von Furstenberg. No llamó la
atención por escandalosa, ni polémica, ni por volverse tan omnipresente como
las Kardashians, sino simplemente por mostrarse siempre impecable, en cada una
de sus apariciones en las dos temporadas que duró la serie.
Su estilo depurado, sobrio, pero
siempre con un pequeño giro de tuerca la hacía elevarse sin estridencias sobre
el común denominador de la industria de la moda, donde los diseñadores,
fashionistas, editores, tienden más a un estilo excéntrico o de vanguardia.
Sus acertado street style empezó a empapelar los
blogs y revistas y Olivia empezó a convertirse en todo un fenómeno. Sus
estilismos personales siempre generaban admiración e iban acompañados de frases
como “Simplemente Perfecta”, “Siempre perfecta”, “La It Girl más Imitable”. Su
estilo personal causaba furor al punto de que además de las cámaras del reality decenas de paparazzi empezaron a seguirla en sus idas y vueltas por la ciudad
de Nueva York. Se necesitaba un registro de sus impecables looks para nutrir a
todos los blogs y revistas y páginas webs que hablaban sobre ella.
Probablemente hay una foto de toda y cada una de sus salidas oficiales y hasta
de cada uno de sus estilos diarios, y en toda esta avalancha de imágenes nunca
una en la que salga con ojeras, con el pelo revuelto, ni siquiera con un look
improvisado. ¡Qué sacrilegio! Es que ella siempre se muestra impecable y
compuesta ante las cámaras, recordándonos al glamur de las antiguas estrellas a
quienes jamás de los jamases se le hubiera ocurrido siquiera salir ni siquiera
a comprar leche sin estar de punta en blanco.
Al poco tiempo Olivia era una
personalidad, un referente, una fashionista admirada que inspiraba colecciones,
era retratada como imagen de campaña de importante marcas y chica de tapa de
prestigiosas revistas. Para el 2010 Olivia ya era considerada una de las it
girls más influyentes y admiradas del planeta.
Sólo entre 2010 y 2011 lanzó una
línea de joyería con Roberta Freymann y de zapatos para Stuart Wetizman, fue
imagen de Carrera y Carrera y Mango, fue editora invitada de Piperline, fue
jurado en la novena temporada de Project Runway, y la edición inglesa de The
Next Top Model y lanzó su propia web de moda: Olivia Palermo Style Blog,
actualizada por ella misma.
Su estilo es inconfundible, 100%
elegante y chic. Es de esas personas
tocadas por la varita mágica a la hora de vestir. Se nota en la atención que
presta a cada detalle de sus outfits diarios
que la moda es para ella una verdadera pasión.
Tendencia tras tendencia, ella es una de las
primeras en llevarlas y de manera magistral.
Lo suyo es sin lugar a dudas el Street
Style y sus looks cotidianos nunca pasan desapercibidos. También es una artista
a la hora de combinar prendas económicas con prendas de marcas importantes.
Olivia sabe balancear su tradicional clasicismo añadiendo accesorios y complementos
inesperados, ya sea géneros estampados, zapatos llamativos o bolsos XL o de
colores vistosos. Olivia es una gran aficionada de las botas, botines y
sandalias peep toe, así como de los blazers y sacos. Para grandes eventos opta
por vestidos largos en tonos claros como el blanco, el nude o el beige. Es una
aficionada a los Little black dresses y a los colores suaves. Su exceso de
clase y bon ton nos anima a afirmar que ya es un ícono de estilo.
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