martes, 5 de agosto de 2014

LA HISTORIA DEL TRENCH: En la Guerra y la paz




Como ocurrió con muchas otras piezas de indumentaria, la creación del trench está disputada entre dos grandes marcas británicas. Tal vez nunca sepamos quién de ellos tiene razón, pues más que inventarse, el trench fue evolucionando de acuerdo a las necesidades de los hombres de la época. Cada individual característica del trench nació por motivos prácticos.

El bisabuelo del Trench es sin lugar a dudas el abrigo de los cocheros británicos del siglo XVIII. Como iban en el exterior portaban gruesos abrigos de lana para protegerlos de los elementos y principalmente mantenerlos un poquito más secos cuando llovía. En 1823 Charles Macintosh, un astuto hombre de negocios, encontró la manera de impermeabilizar telas untándolas con una solución plástica. El untaba el material entre dos capas de tela, de manera a que sus abrigos no se sentían de plástico. A pesar de que estos abrigos tenían un olor bastante desagradables, en 1824 funda en Manchester la fábrica de tejidos impermeables Charles Macintosh & Co.  para proveer la materia prima para la fabricación de los primeros abrigos impermeables. Lastimosamente el olor no fue el único problema de estas prendas, también se volvían pegajosos con el calor y duros como un tronco con el frio. Para 1830 los impermeables de Macintosh ya habían perdido su popularidad inicial.

En 1853 la compañía británica Aquascotum (nombre que significa escudo de agua) inventó y patentó una lana impermeable para producir abrigos que fueron destinados a los soldados que peleaban en la Guerra de Crimea. Estos tenían una fórmula mejorada para su impermeabilización, además de modelos más a la moda de la época, pero si bien los modelos de esa época poco tenían que ver con lo que hoy en día conocemos como trench, como fueron los primeros en producir impermeables en serie ellos se adjudican la invención del trenchcoat.

Un par de años después, un pañero aprendiz de solo 21 años llamado Thomas Burberry abrió una tienda de abrigos en Basingstoke, Inglaterra. Al crecer en el campo se había percatado de que las prendas de lino de los granjeros tenían muchas propiedades favorables para el trabajo a la intemperie y se propuso transferirlas a sus abrigos.  Las prendas eran livianas, cómodas, abrigadas en invierno, frescas en verano y como el material se encogía al humedecerse, resistían bastante bien al agua. Por esto Burberry se inclinó a preferir el algodón en vez de la lana, impermeabilizando el tejido antes y después de la confección y llamándolo Gabardina. Así logró un material ligero, inodoro, resistente e impermeable, patentándolo en 1879.

En 1901 Burberry diseñó su primer trenchcoat en su Gabardina. Para el diseño pensó en las necesidades de los soldados ya que el gobierno británico estaba buscando un reemplazo más liviano para sustituir a los pesados abrigos que el ejército entregaba a los soldados. Así Burberry presentó con mucho éxito su nuevo diseño a la Oficina de Guerra Británica. Durante la Primera Guerra Mundial los oficiales británicos llevaban sus propios abrigos impermeables de Aquascutum y Burberry al frente. Como estas prendas eran muy útiles en las húmedas trincheras de esta guerra, al poco tiempo se les pegó el nombre de trench coats  o abrigos de trinchera.

Al finalizar la guerra, los oficiales que regresaban a casa siguieron usando sus cómodos trench coats que también resultaban muy prácticos en el lluvioso clima británico. Pero como suele suceder, Hollywood también jugó un papel determinante en la popularización de este abrigo de guerra en tiempos de paz. El actor Humphrey Bogart las popularizó en sus películas “Casablanca” y “El Halcón Maltés”.

La popularidad de los trench coats se mantiene hasta hoy en día gracias a su resistencia y versatilidad, convirtiéndose en una prenda icónica de la moda inglesa. Este clásico que fue creado para emplearse en tiempos de guerra, sin lugar a dudas se adaptó muy bien al tiempo de paz.


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