"Lo que me llevó a querer
trabajar en la moda no fue la historia del diseño ni las ropas, sino la fantasía
de las mujeres.”
-Alber Elbaz
Desde que asumió como director creativo de Lanvin en
2001, convirtió a esta casa de moda en una de las más reverenciadas de la
industria. ¿El secreto? Saber fusionar la herencia de esta marca antigua y
sofisticada con su toque distintivo: sutil, femenino y moderno.
Nacido en 1961 en Casablanca, Marruecos, Elbaz fue
criado en Israel desde los 10 años por lo que se considera a sí mismo más
israelita que marroquí. Se podría decir que el color siempre estuvo presente en
su vida, su padre era pintor y su madre colorista en una peluquería. Su amor
por el dibujo y por la moda se desarrolló muy pronto. El diseñador asegura que
a los siete años tomó la costumbre de retratar todos los días a su profesora,
prestando especial atención a lo que ésta llevaba puesto. De niño, mientras
dibujaba vestidos en su pequeña habitación soñaba que se encontraba en París.
Muy pronto sus sueños se harían realidad.
Al terminar la
escuela y tras concluir su servicio militar en el Ejército Israelí decidió
estudiar Moda y Diseño Textil en la
Universidad de Shenkar. Al graduarse en 1985 empacó sus maletas y se mudó a la
Gran Manzana, donde trabajó durante 7 años con Geoffrey Beene. Este diseñador
le enseñó a rechazar las tendencias y concentrarse en el estilo y también lo
ayudó a conocer el arte del drapeado. En el ’96 su sueño parisino se cumplió
cuando fue nombrado jefe de la línea de pret-a- porter de Guy Laroche, Paris y
director de Yves Saint Laurent Rive Gauche en 1998. Según el propio diseñador,
este no fue un asenso en su carrera, sino la realización del sueño de su vida.
De todas maneras, este sueño duraría poco ya que al
comprar el grupo Gucci la línea YSL Rive Gauche en el 2001, Tom Ford, el nuevo
director creativo de Yves Saint Laurent, quien quería encargarse personalmente
de todas las responsabilidades de diseño, lo despidió. Así un muy alicaído
Alber fue a parar trabajando brevemente para Krizia en Italia hasta que llegó
una oferta irresistible. En el 2001 es nombrado director creativo de Lanvin y
su sueño parisino volvió a materializarse y esta vez ya no se escaparía de sus
manos.
Hoy, 12 años después, Elbaz sigue al frente de la casa
francesa y se ha ganado la reputación de ser uno de los más talentosos
diseñadores de nuestro tiempo. En el 2005 fue galardonado como mejor diseñador
internacional por la CFDA y en el 2007
el gobierno francés lo nombró Caballero de la Legión de Honor. Estas
distinciones se sustentan en el hecho de que Elbaz adora a las mujeres, y ellas
lo saben, motivo por el cual adoran los diseños de Elbaz. Al respecto, el
diseñador asegura: “Yo amo y respeto a la mujer…Como sabrán, nuestro logo de
Lanvin es una madre con su hija. Siempre he dicho: no es un león y no es un
caballo. Es una madre con su hija y encuentro a este logo especialmente
emotivo.”
Además de la moda, Elbaz es un
apasionado de la ilustración. Todo un artista a la hora de bocetar, sus
ilustraciones muchas veces se escapan de las paredes del atelier apareciendo en
packagings, remeras y por supuesto hasta en las prendas diseñadas por Alber.
Elbaz domina no sólo el arte del diseño, sino también
es uno de esos diseñadores que comprenden que en la moda, lo comercial no debe
ser tenido encuentra solamente por los departamentos comerciales de la marca.
Al fin y al cabo, la ropa debe ser bella y ponible a la vez. Elbaz es uno de
esos diseñadores que comprenden el arte y el pragmatismo del diseño por lo que
todas sus colecciones son bien recibidas tanto por la crítica como por la
clientela. La prueba de esto se vio con la colección que diseñó en Noviembre de
2010 para H&M, que fuera una de las más exitosas colaboraciones de la
historia de esta tienda. Los fans hicieron filas larguísimas la noche antes con
tal de poder comprar algo diseñado por uno de los más queridos y prestigiosos
diseñadores de la Alta Moda.
Quienes lo conocen aseguran que además de creativo,
Elbaz es muy histriónico y divertido. Un hombre de grandes dimensiones y gran
personalidad quien asegura no entender como siendo tan maniático con el orden
no puede resistirse a un pedazo de torta. En una entrevista reciente el
diseñador se describió a sí mismo como una “contradicción con patas”,
agregando: “Amo la primera clase, pero no me gusta la gente de la primera
clase. Prefiero a la que viaja en Turista. Me gustan los restaurantes finos,
pero prefiero el sabor de McDonalds. Me gusta ser perfecto, pero no me gusta la
perfección- creo que es peligrosa. No hay nada después de la perfección.”
Sus muy humanas contradicciones sumadas a su gran
sentido del humor lo hacen agradable – algo difícil en el competitivo mundo de
la moda- pero su talento lo hace especialmente adorable. Sus diseños no
solamente son etéreos, femeninos y gráciles, sino también son sumamente cómodos
y prácticos y usables. En su practicidad se nota que a la hora de inspirarse
para diseñar tiene muy en cuenta lo que quieren las mujeres y también todo lo
que hacen y hasta como se sienten. Elbaz asegura que quiere que sus clientas no
sólo se sientan hermosas, sino que también puedan manejar un auto y disfrutar
de un postre con sus vestidos
Otra de sus ideas es la de que el lujo no debe
intimidar. “Todos creen que el lujo debe ser muy intimidante; uno entra a la
tienda y todo debe verse como una farmacia. Pero adivinen qué? No estamos
comprando Tylenol! Estamos comprando una cartera roja, un zapato de
diamante y un vestido estampado, por lo que creo que debería haber un poco de
levedad, y ser menos estrictos con todo”, así se explayó el diseñador sobre su
idea del lujo en una entrevista para el diario The Independent. En el 2012 puso
hechos para sustentar sus palabras, lanzando un irreverente video para la
colección de otoño invierno de la refinada casa francesa, en el cual los y las
modelos bailaban vestidos con los lujosos y sofisticados trajes de Lanvin,
desenfadadamente al son de “I know you want me” de Pitbull.
Todas las mujeres, jóvenes y
viejas, flacas y formosas, se rinden por igual a los pies de Alber Elbaz. En el
mundo de la moda, se le rinde una especie de culto tanto por su gran
personalidad como por su enorme talento.
Lo suyo son las siluetas
estructuradas, la simplicidad de la forma, la generosidad de los volúmenes y
tamaños y el lograr prendas que impactan por su femineidad y que nunca pasan de
moda. Ya que sus diseños juegan con la fantasía y con la convicción de que un
vestido de chiffon roja siempre logra hacer que una mujer se sienta maravillosa.
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