martes, 12 de marzo de 2013

La elegancia atemporal de Giambattista Valli




“Trabajo con el entusiasmo, la pasión y la alegría, tres mensajes que quiero aportar hasta e en el último centímetro de tela.”
-          Giambattista Valli

Nacido y criado en Roma, Giambattista Valli, ha sido calificado como el nuevo Valentino Garavani. Incluso cuando este diseñador anunció que se retiraría, se rumoreó que Giambattista sería su sucesor.

Nació en 1966 en la magnífica ciudad eterna, una ciudad que indiscutiblemente embruja a todos sus habitantes, por lo que no es de extrañar que Valli afirme que una de sus principales fuentes de inspiración son sus raíces romanas. También asegura que los realizadores cinematográficos italianos fueron quienes lo impulsaron a perseguir la belleza. En 1974 descubriría el cine de Antonioni y vería una película que marcaría su vida: “El Gatopardo” de Luchino Visconti. Valli afirma que cuando vio a Claudia Cordinale sonreir en esta película sintió una emoción indeleble que se ha convertido desde entonces en una imagen icónica para el surgimiento de su carrera como diseñador.

En 1980, estudiando en el Liceo Artístico descubre los dibujos de Cocteau y las ilustraciones de Gruau para Dior, así como las acuarelas de Yves Saint Laurent. Se siente inspirado por ellos y empieza a imitarlos y decide perseguir el sueño de convertirse en diseñador, inscribiéndose a la facultad de moda. En 1986 se gradúa del “Istituto Europeo del Design” de Roma y en 1987 inicia un curso de ilustración en la prestigiosa “Central St. Martin’s School of Arts” de Londres.

En 1988 regresa a su Roma natal para trabajar para Cecilia Fanfani, gracias a quien consigue un puesto como asistente del famosísimo diseñador Roberto Capucci. En el estudio de Capucci se ve introducido al mundo lleno de dramatismo y belleza de los trajes de alta costura del gran maestro romano. Luego recordaría, “Capucci fue la educación más grande que tuve. No se trataba sólo del conocimiento técnico, como el color y el volumen, sino también sobre las reglas secretas, y los hermosos códigos de respeto entre el atelier y el maestro.”

En 1990 es llamado por la familia Fendi para supervisar, como diseñador en Jefe, la nueva línea de la marca: Fendíssime. Así pasa del mundo de la alta costura al del pret-á-porter, donde se empieza a codear con una clientela más joven y cool.

Su posición lo lleva a viajar mucho para inspirarse entre colecciones, llenando su imaginación y mente continuamente con muchísimas influencias variopintas. Se enamora de la India representando sus pasajes mentales con las canciones de la seductora Mina, se siente seducido por el Nueva York de Halston, Antonio López y Bianca Jagger, se imagina París con Jeanne Moreau, Marie-Heléne de Rothschild y Jane Birkin. También rondan su imaginario los enigmáticos trajes de las películas de Fellini, la gracia de Gena Rowlands, Louise Bourgeois y también se nutre del mundo de las mujeres del café society (un club nocturno neoyorquino famoso durante la era del jazz, por donde pasaron grandes figuras del jazz como Billie Holliday, Ella Fitzgerald y Dinah Washington), una fuente constante de inspiración para Valli.
En 1995 se muda a Milán, donde es nombrado Diseñador en Jefe para la línea de prét a porter de la prestigiosa marca italiana Krizia.

Dos años después cumple uno de sus grandes sueños: vivir en París, cuando es contratado por el mismo Emanuel Ungaro como diseñador y se traslada a vivir a París, una ciudad que adoraba desde sus años de adolescente. Al año siguiente es nombrado Director de Arte de la línea de pret-á-porter y desde entonces lideraba el atelier como mano derecha del gran diseñador hasta que en el 2001 Ungaro lo elige como su sucesor y es nombrado Director Creativo tanto de la línea de Pret-à- Porter y de la línea de accesorios y licencias de Ungaro, así como de la línea Ungaro Fever (línea deportiva de Ungaro). 

Al terminar su contrato con Ungaro lanza, en marzo de 2005, su primera colección propia en París. Firma con Gilmar para producir y distribuir su nueva colección y al mismo tiempo es nombrado co-director creativo de Iceberg junto con Paolo Gerani, con quien colaboraría para esta marca hasta la primavera de 2009. Al terminar su contrato con Gilmar pasó a firmar un contrato con el Grupo Mariella Burani.

Su colección epónima en seguida gana adeptos entre las celebridades y socialitès del jet set internacional. Entre su clientela habitual se encuentran: Cameron Diaz, Penélope Cruz, Scarlett Johansson, Sarah Jessica Parker, Diane Kruger, Halle Berry, Julianne Moore, la reina Raina of Jordania, Natalie Portman. Mary-Kate Olsen, Ashley Olsen y Jessica Biel.

Seis años después de establecer su propia marca, decide lanzar su primera colección de Alta Costura en Julio de 2011. Para sus diseños juega con agudas líneas arquitectónicas, suavizándolas con de detalles femeninos como volados y moños a la vez, logrando balancear los delicado con lo dramático. Sus modelos son sumamente detallados, sensuales y sofisticados al mismo tiempo. Según la escritora de Vogue, Plum Sykes, sus vestidos de noche de pret a porter “son lo más parecido a la alta costura que se podría producir para una línea de pret a porter.” Giambattista Valli representa a la perfección el concepto moderno del lujo y la femineidad, adaptándose de maravilla al estilo de vida de su amplia clientela internacional.
 
Hoy en día presenta colecciones cuatro veces al año durante el Fashion Week de París. Además de su línea de pret y de alta costura, también diseña una línea de resort y otra de accesorios con su nombre, una línea de abrigos de piel y una línea de vestidos de novia. Su marca tiene más de 245 puntos de venta en 41 países del mundo y ha colaborado con una colección cápsula para Macy’s el año pasado. 

Según el diseñador su principal preocupación a la hora de diseñar es la silueta y la línea, comentando: “Estoy muy interesado en jugar con la estructura y la construcción, no solo con la decoración” y luego agregando “quiero que la mujer que las lleve pueda percibr el corte de las tijeras en las prendas.” Al respecto de sus siluetas y cortes, se podría agregar que además de ser muy femeninas y precisas también tienen muchas influencias retro. Según el diseñador esto se debe a que “yo amo aquellas piezas en donde uno no sabe si son del pasado, del futuro o de ahora mismo.”

La elegancia atemporal de Giambattista Valli ciertamente ha tenido mucha repercusión entre su selectísima clientela. Desde sus inicios sus ventas se han más que triplicado y  se ha convertido en poquísimo tiempo en uno de los diseñadores más prestigiosos del mundo.

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