(Suspiro y luego otro suspiro
otra vez de manera muy sonora para agregar drama a la declaración.) Es hora de
que lo diga: “No es fácil ser hermosa.”
Si lo he dicho y al hacerlo he
roto la ley tácita que prohíbe a que toda mujer bella se declare públicamente
bella. (No sé a qué tarado se le ocurrió
que las mujeres bellas debemos también ser modestas). Sé que todas ustedes me
están odiando en este momento por el solo hecho de que con esta frase estoy
afirmando que soy muy consciente de mi belleza, algo que, según la misma ley
tácita antes citada, también debería ignorar. Básicamente la ecuación es la
siguiente: LINDA = BURRA y como burras debemos ser totalmente ignorantes de
nuestra belleza o al menos fingir demencia o fingir modestia al respecto.
La realidad es que muchas bellas
han dominado el arte de hacer parecer al resto de los mortales, y
principalmente a la gente fea, que ellas no están al tanto de lo lindas que son
y si lo saben, no le dan luego importancia a su belleza. No hay miss que logre ganarse
su corona sin antes haber dominado esta técnica, porque nadie quiere a una miss
que se crea linda. No, esa es la gran contradicción. A pesar de haber accedido
a un cetro casi inaccesible, destinado únicamente a mujeres absolutamente
preciosas, está terminantemente prohibido que la miss se crea linda. Cuando
esto sucede, automáticamente queda tildada de antipática, argel, creída,
santoró, pura, ojejapó y todos esos apelativos autóctonos que la gente ha
acuñado para desacreditar a las mujeres lindas, simplemente porque son
conscientes de su belleza. HELLO! GANARON UN TÍTULO DE MISS! ¿Cuán tonta tienen
que ser para no creerse la última Coca Zero del Gym? ¿Porqué cuando se trata de
belleza una no se puede creer lo que ES? A mí me resulta tan ridículo negar la
propia belleza, como Michael Jackson haciéndose pasar por blanco y tan falso
como político haciéndose del honesto.
Lo que la mayoría de la gente
común y corriente y absolutamente toda la gente fea ignora es que no es fácil
ser bella. Existe una creencia popular que dice que “la belleza abre muchas
puertas”, algo que no voy a negar porque es muy cierto, pero lo que la mayoría
sabe, es que así como abre muchas puertas, la belleza también cierra (y de un
puertazo con estruendo) muchísimas otras puertas. ¿No me creen? Sabía luego que
no lo iban a hacer. Pero vamos a ver si al terminar de leer esta columna siguen
pensando que estoy diciendo sandeces. Comencemos entonces a analizar todos los
sinsabores que las mujeres hermosas enfrentan en su día a día. Les aseguro….
(suspiro)… que al contrario de lo que suponen ¡no son pocos!
SER BELLA DESPIERTA ENVIDIAS: Si, no hay nada que despierte más
antipatía que ser linda, sobre todo en lo que respecta a las otras mujeres. Lo
único positivo de todo esto es que esta envidia parece ser directamente
proporcional a la fealdad de las envidiosas.
ECUACIÓN: BELLA = TONTA: Este es el primer de los prejuicios con
los que toda bella tiene que lidiar. Obviamente esta creencia se ha forjado
gracias al generosísimo aporte de muchas bellas idiotas y otra tanda de
comentarios brillantes hechos por misses y modelos que han opacado por completo
a una gran cantidad de mujeres bellas E INTELIGENTES; porque aunque Ud. no lo
crea, también se puede ser bella E INTELIGENTE por más injusto que parezca. No todas las mujeres bellas creen que Gandhi creó
el yoga, que Picasso es paraguayo, que Confucio es un chino japonés que inventó
la confusión y que la estatua del Mariscal López en realidad es de Lino Oviedo montando
a caballo. No se olviden que también hay
“desgraciadas” como Natalie Portman que además de ser hermosas, ganó un Oscar,
fue suma cum laude de psicología en Harvard y habla perfectamente hebreo,
francés y japonés. Y no nos olvidemos de una de las actrices más bellas del
mundo que también fuera Miss Mundo en 1994, Aishwarya Rai, quien además es
arquitecta y habla perfectamente 7 idiomas. Es más, el sistema de comunicación
que constituye la base del GPS, la telefonía celular, el Bluetooth y el wifi fue
inventada en sus ratos libres nada más y nada menos que por la diva de
Hollywood Hedy Lamarr. Esta sirena de la gran pantalla, durante los años 40 y
en plena Segunda Guerra Mundial de día filmaba musicales y por la noche
inventaba sistemas para guiar misiles. Bueno, creo que ya he probado mi punto.
SER BELLA TE LLENA DE BABOSOS: Uno se imagina que las mujeres
lindas están todo el día rodeada de potros. Uno cree que ellas son como las
Barbies, solamente acompañadas de muñecos Ken. Pero la realidad es muy
distinta. El hombre es sin lugar a dudas el animal más baboso y pretencioso que
exista sobre la tierra. Por más feo que sea no va a dudar de lanzarse al ataque
ante toda mujer linda que se le cruce. Imagínense lo que es tener que pasarse
el día rodeada de seres babosos que porque sos linda y tenés buenas curvas te
persiguen como animales en celo aunque no te acercarías a ellos ni por caridad
cristiana. Bienvenida a la jungla que deben atravesar las valientes mujeres
hermosas de esta tierra, llena de bichos depravados que ¡Ni con repelente te
los sacás de encima! ¡DI-VI-NOS!
NO PODES SER BELLA Y TALENTOSA: Parece que por el pecado de ser
bella, no se puede ser nada más que eso. Así como no podés ser inteligente
tampoco podés tener ningún otro talento. Por más bien que haga lo suyo, siempre
van a encontrarle peros. Con tal de no darle valor a lo que hace, van a
compararla con el mayor exponente del arte en cuestión. Si hace tartas le van a
comparar con Ferrán Adriá, si baila la compararán con Maya Plisestkaya, si
actúa con Meryl Streep. Bien que si era feita la gente por caritativa le iba a
dar mérito por lo que hacía. Por ejemplo, pongamos a dos cocineritas una fea y
otra linda. Les aseguro que la más ponderada iba a ser la fea. No van a faltar
los comentarios tipo: “si pobrena ella co es tan fea angá, pero cocina tan
riiico que no te imaginas, ni en el cielo se han de comer manjares tan
deliciosos como los que ella prepara.” Si estuviéramos hablando de lo que
prepara la cocinerita linda no iba faltar el buey corneta que acote al
instante: “Nada que ver. Pura pinta lo que es. Eso co decís nomás porque es
linda.”
SER BELLA DESACREDITA: Este punto está íntimamente ligado a los dos
puntos anteriores. Como está tan generalizada la presunción de que las lindas
son tontas y no queremos luego saber de que tengan talentos porque nos hace
odiarles aún más, nadie espera luego que una chica linda haga algo más que ser
linda. Si van a un consultorio y les atiende una doctora rubia glamorosísima y
yeguísima, no van a poder luego disimular su asombro. Seguro le van a decir: “¡¿voooos
sos la doctora?!” Seguro que adentro suyo se imaginan que es la asistente o la
secre y más seguro aún que cuando se enteren que ELLA es la NEUROCIRUJANA que
les va a operar van a dudar mil veces en operarse con la linda. ¿Por qué?
Porque en el fondo todos creemos que las lindas lo tienen todo más fácil, que
se les regala las notas y que pasan porque los profesores son unos babosos que
no pueden resistirse a sus sonrisas. Esta es una de las mentiras más crueles.
Hay una legión de bellas esforzadas que quieren ser más que simples caras
bonitas. Ellas entrenan desde los seis años levantándose todos los días de su
vida al alba, se sudan la vida, ganan medallas, llegan a las olimpiadas y todo
para que alguna idiota que lleva cuarenta años postrado en su sofá diga: “Pero esa
está ahí por linda nomás.”
SER BELLA INTIMIDA: Encima de que tenemos que lidiar con tanta
antipatía, otra véz debemos preocuparnos de no herir susceptibilidades,
mostrándonos totalmente ignorantes de nuestra belleza para que nadie se sienta
intimidado por nosotros.
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