No se dejen engañar por la juventud de esta galerista, ya que Sofía lleva
al arte en las venas. Sofía inauguró este mes su propia galería junto a su
padre Daniel, bautizada con el apellido familiar “Hepner”, un apellido que
tiene a sus espaldas una larga tradición artística.
Sofía nace en Asunción el 21 de Abril de
1990, hija del prestigioso marchand Daniel Hepner, por lo que desde su más
tierna infancia se vio envuelta en el maravilloso mundo de las artes,
asistiendo a muestras, leyendo sobre arte, creciendo rodeada de magníficas
obras, y haciendo del arte un tema cotidiano. No es de extrañar que tras
recibirse del Colegio Americano, decidiera seguir una Licenciatura en Artes en
la Universidad de Palermo de Buenos Aires. Tras graduarse trabajó para
importantes galerías y ferias de arte porteñas, como la Feria Eggo y también
colaboró en la revista Arte Online. A su regreso a nuestro país, trae toda su
experiencia, su legado familiar y su energía para crear un nuevo espacio
cultural: la galería Hepner.
¿Cómo decidiste vincularte
al arte?
Yo me crié en el mundo del arte. Mi abuela tenía una galería de arte que
se llamaba Michelle Malingue, que quedaba sobre República Francesa y 25 de
Mayo. Pero en realidad mi familia siempre estuvo muy vinculada al arte. La
vinculación empieza desde mucho antes. Mi bisabuelo, el papá de mi abuela
Maurice Malingue, era escritor de arte. Él escribió un libro sobre Gauguin,
llamado “Gauguin: Le Peintre et Son Oeuvre” Él incluso
era muy amigo de Paul Gauguin, y el gran pintor incluso le regaló un busto de
su autoría, que hasta ahora está en poder de la familia. Mi abuelo, León
Hepner, tenía un teatro en París y tenía una compañía propia y también representaba
a músicos. Incluso Yves Saint Laurent diseñaba el vestuario de sus obras y en
casa tenemos bocetos suyos. Mi tío Daniel Malingue también tiene una galería en
París. Por su parte, no solo le gusta el arte, sino también le gusta comprar y
vender obras y sobre todo apoyar a los artistas. Yo me crié en ese ambiente. Vi
que entraban y salían cuadros de mi casa, conocí a varios artistas y a varios
marchands. Siempre me encantó el arte y sentí una sensibilidad especial ante
los cuadros desde muy chica. Por todo esto siempre sentí que tenía que trabajar
en este mundo. Por eso a los 18 fui a estudiar Historia del Arte y Management
de artes a Buenos Aires.
Aún se recuerda mucho a tu abuela como una
gran galerista. Contame más sobre su galería.
Mi abuela
trabajó en París en la galería de mi tío y al venir a vivir a Paraguay en 1987
abrió su propia galería en Asunción, la cual estuvo abierta hasta 1992. Ellos
tuvieron exposiciones de Edith Jiménez, Koki Ruíz, Bernardo Ismachoviez y
varios artistas importantes.
¡Me imagino que tendrás anécdotas
familiares fabulosas! ¿Compartirías alguna con nosotros?
Siempre
descubro algo sorprendente de mi familia. Hay cosas que por lo visto yo no
registré o ellos se olvidaron de contarme. Por ejemplo, una vez fui a la casa
de Gabriela Zuccolillo y me encuentro con un catálogo que enseguida identifiqué
con la galería de mi abuela ya que tenía el mismo formato. Al levantarlo leo:
“Marc Chagall”. Me quedé asombrada. ¡Imaginate que yo no tenía idea de que
ellos abian hecho una muestra de litografías de Marc Chagall en la galería!
¿Cómo surge la idea de abrir tu propia
galería?
Estando en
Buenos Aires realicé muchas pasantías y también tuve la oportunidad de trabajar
en ferias y galerías. Al regresar a vivir a Paraguay lo primero que hice fue
decirle a mi papá: “vamos a abrir una galería”. Como él hace años tenía ganas
de volver a abrir una galería, decidimos construir este espacio de arte en el
cual seguiremos con la tradición familiar.
Tengo entendido que tenés un enfoque muy
distinto al de tu papá en cuanto a preferencias artísticas. Contame más sobre
esto.
A mi papá le
gusta más trabajar con los grandes maestros. Le gusta trabajar con artistas ya
consolidados. Yo por mi parte prefiero trabajar con artistas emergentes. Me
gusta trabajar con nuevos artistas y espero que este sea un espacio de
legitimación para ellos, y que a través de un compromiso galería/artista, lograr
que estos artistas triunfen. Tal vez sea un poco ilusa e inocente, pero siento
que todo lo que hago, lo hago por amor al arte y con ganas de promover al arte.
Sinceramente quiero que el día de mañana todos mis compañeros de colegio, mis
amigos, todos los paraguayos conozcan los nombres de los artistas, que sepan
dónde queda el Museo del Barro, que frecuenten las galerías, que conozcan un
poco más de la cultura paraguaya y de nuestro arte.
¿Cómo ves a la vinculación de los jóvenes
con el arte actualmente?
Cambió muchísimo. Cuando yo me fui del país hace cinco años el centro
prácticamente no existía. Ahora el centro cobró mucha fuerza y se ha convertido
en una especie de polo cultural. Además hay mucha gente con más apertura
mental, que busca frecuentar lugares distintos, realizar nuevas actividades,
escuchar nuevos estilos de música, ser partícipe de la actividad teatral, ver
buen cine e incluso disfrutar de nuevas propuestas gastronómicas. Veo que más
que una apertura al arte, ahora estamos viviendo una apertura a la cultura.
Creo que la cultura va toda de la mano y el siguiente paso es obviamente el
arte. Creo que nos estamos educando. Cada vez leemos más, viajamos más,
queremos saber más sobre nuestro país, más sobre su arte, su música, su
gastronomía. Me parece que el interés de la gente joven por el arte está
creciendo.
¿Qué proyectos tenés para
tu galería?
Inauguramos con una especie de homenaje a mi abuela. Abrimos la galería
el 25 de Setiembre con una muestra de afiches vintage. Mi abuela había inaugurado su galería en 1987 justamente
con una serie de afiches traídos de París. Nosotros decidimos hacerlo con los
afiches que quedaron sumados a otros que fuimos coleccionando en todos estos
años, ya de artistas locales, como una manera de homenajear a la tradición
familiar.
¿En tu galería, vas a dar
preferencia a algún medio en especial?
Me gustaría trabajar con todos los medios Me gustaría que esta galería
sirva como espacio de exposición para todos los medios y que todos los artistas
que quieran exponer se acerquen aquí con libertad.
¿Qué artistas van a
exponer en los primeros meses de la galería?
En noviembre inauguramos una muestra de Enrique Collar. La muestra se
llama “Oxígeno” y comprende ocho obras suyas recientes que va a traer de
Holanda. El Calendario para el próximo año aún está en proceso de elaboración.
¿Cómo es trabajar con tu
papá?
Mi papá es un caso muy especial. A pesar de que él asegura que es un business man y que hace todo por
negocio, dentro de todo tiene un ojo y una sensibilidad fuera de serie. Tiene
un know how de hace treinta años que
viene acumulado -ya que trabajó toda su vida en esto- que me hace soñar con
llegar a ser como él el día de mañana. Es una persona que ve algo y ya sabe
donde lo puede vender. Obviamente respeto muchísimo su experiencia y todo lo
que dice para mí es ley. Trabajar con él es muy tranquilo, ya que él es una
persona muy buena onda, confía mucho en mí y me apoya en todas mis decisiones, algo
que le agradezco todos los días. Pero juntos vamos decidiendo todo. El me guía
mucho, y yo aporto también nuevas ideas.
¿Cómo fue el cambio de
regresar al Paraguay tras tu experiencia trabajando en el mercado argentino?
Yo vengo de una experiencia de trabajo en un mercado mucho más
desarrollado que el nuestro. Buenos Aires es una ciudad de primer mundo en lo
que respecta al arte. Por darte un ejemplo, allá mis amigos que estudiaban
psicología o periodismo deportivo, sabían perfectamente donde quedaba el Malba
y cuál era la exposición que estaba en ese momento en el Malba. Es muy distinto
a lo que se vive acá. Pero mi expectativa es que algún día acá también se
llegue a eso. En cuanto a mí experiencia personal, allá yo era una pasante pero
de cosas mucho más grandes. Por ejemplo trabajaba en una feria que se llama
Feria Eggo, una feria de artistas emergentes, de nada más dos fines de semana,
pero donde pasaban cerca de 60.000 personas. ¡El movimiento era algo increíble!
No sólo por la cantidad de gente, sino porque se vendían obras a cada rato, a
pesar del mal momento económico, se sentía un gran entusiasmo por el arte y
ésta florecía muchísimo. También me tocó trabajar para un revista online, para
la cual debía reseñar exposiciones. Me tocaba ir a tres muestras por semana y
me resultaba increíble, que sea donde sea, hasta en la galería más chiquita,
siempre me encontraba con al menos 100 personas. Es obviamente un mercado muy
dinámico.
¿A qué se debe ese interés
por el arte?
Creo que se deben a dos factores por igual medida. Por un lado hay una
mayor conciencia del arte como inversión y por otra parte también hay una mayor
concientización cultural. Ir a una muestra es para ellos una actividad tan
válida como ir al cine. Y una vez que uno empieza a frecuentar las muestras,
uno no puede volver atrás.
¿Cómo ves a los artistas
paraguayos?
Son excelentes. Creo que el mejor material que existe hoy en día está en
nuestro país. Creo que hay mucho potencial para exportar. Pero lastimosamente
localmente hace falta un mayor interés por parte del público.
¿Qué deseas vender en tu
galería?
Tal vez mi punto de vista sea muy inocente, pero no quiero vender ninguna
obra de arte de la cual no esté enamorada. Espero no perder nunca este
principio.
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