Vamos a admitirlo, las mujeres inteligentes nos aferramos a nuestros intelectos para sentirnos mejor, pero en el fondo, bajo toneladas de mentiras y patrañas, sabemos que las huecas lo pasan mucho mejor. Estas son las amargas realidades que tenemos que tragarnos las profundas sobre las huecas.
1. No hay nada más feliz que una mujer hueca
Ni siquiera el Dalai Lama con mil horas de meditación trascendental va a llegar a tener una mente tan en blanco como la de una hueca. Y ellas lo hacen sin esfuerzo, de manera natural y sin siquiera ser concientes de ello. Simplemente nacieron así, bombardeadas de muñecas Barbies, revistas de moda y elecciones de miss. Con el don divino de no preocuparse por nada fuera de sus simples proyectos que se reducen a dos cosas: verse bien y casarse aún mejor.
1. No hay nada más feliz que una mujer hueca
Ni siquiera el Dalai Lama con mil horas de meditación trascendental va a llegar a tener una mente tan en blanco como la de una hueca. Y ellas lo hacen sin esfuerzo, de manera natural y sin siquiera ser concientes de ello. Simplemente nacieron así, bombardeadas de muñecas Barbies, revistas de moda y elecciones de miss. Con el don divino de no preocuparse por nada fuera de sus simples proyectos que se reducen a dos cosas: verse bien y casarse aún mejor.
Ellas están contentas todo el día. Como no malgastan el tiempo con las noticias (ya que para ellas lo importante es pasarla bien) crean alrededor suyo una burbuja fabulosa. Y que paseo maravilloso ha de ser visitar la burbuja de una hueca. Allí no hay lugar para el stress ni para los malos ratos. Todo se soluciona con una ida a la peluquería o un paseo por el shopping. Y nosotras, las verdaderas tontas, las que nos preocupamos por el calentamiento global y las futuras elecciones, no conseguimos liberarnos de nuestras preocupaciones ni con 20 sesiones de psicoanálisis ni clases de Yoga 3 veces por semana.
2. Las huecas siempre lo tienen todo más fácil
Será que el peróxido les elimina las neuronas o el exceso de dieta les marea tanto que no pueden concentrarse, pero lo cierto es que tienen una ingenuidad innata que las hace irresistibles. Todo lo consiguen con una sonrisa y alguna frasecilla amorosa. Las filas para ellas no existen, porque a pesar de ser terriblemente tontas, siempre se las ingenian para llegar primero.
Universidad, libros… ¿para qué? Si seguro con las 8 horas de gimnasia diarias van a terminar mucho mejor posicionadas que vos con tus dos títulos y tu master en el extranjero. Andá llorale a Paris Hilton todas tus miserias.
3. Las huecas serán tontas… pero siempre lucen estupendas
Estas diosas del tekoreí flotan por la vida, pensando solo verse regias. Sus pensamientos más profundos oscilan entre que es hot y que es not y donde conseguir el vestido amarillo que salió en la última High Class (porque negarlo… somos su Biblia!)
Para ellas el sinónimo de catástrofe se reduce a una uña rota o a un día nublado justo antes del casamiento para el cual llevan preparándose dos meses. A pesar del traspié lo solucionan con una ida solarium y llegan esplendidas, perfectas y radiantes, como si se las hubiera recortado directamente de las páginas de Vogue.
Que esperaban de una mujer que decora su cuarto de rosa, que pasa horas acicalándose y mimándose y lleva una agenda fucsia en donde va chequeando una a una sus actividades diarias:
8:00-9:00 Pilates
9:00-10.00 Body Pump
10:00-11:00 Masaje desestresante y drenaje
11:00 -12:00 Shopping
12.00-13:00 DIETA!!!! (Resaltada con marcador flúor)
13:00-14:00 solcito
14:00-15:00 siesta reparadora
15:00-19:00 Pelu
20:00 FIESTA!!!
Con esta agenda apretada y esta vida en remojo no es de extrañar que se vean mejor que la Bundschen fotoshopeada hasta cuando van al súper. Es que ellas saben que uno es mucho más lo que desea se que lo que es, y luchan por convertirse en el prototipo de su deseo. Como me dijo una vez con cara de sufrida una amiga modelo: “no es fácil ser modelo, hay que levantarse temprano, hacerse las manos, pasar horas en la peluquería, ir al gimnasio, hay que verse siempre bien.” Por supuesto que la quería estrangular secretamente, pero más al fondo de mis instintos asesinos, sabía que lo que decía era cierto. Ser bella es un trabajo que nunca se acaba.
4. Las huecas saben reírse de todo
No hay nada más increíble que ver a una hueca sortear preguntas profundas o complicadas. Si no entendieron la pregunta o simplemente no pueden contestarla responden con una simple carcajada acompañada de unos ojitos que parpadean juguetonamente para ocultar una mente en low bat.
Por supuesto que saben sacarle el jugo a esta artimaña y cuando se encuentran en aprietos inmediatamente activan su chip cerebral de la risita inocentona (que junto con el chip de atrapar a un hombre representa una de sus únicas áreas de actividad cerebral). Un típico ejemplo son las entrevistas a las modelos en las que los periodistas intentan embretarlas con insinuaciones a cerca de sus amantes y sus ingresos y ellas inequívocamente responden con una risita infantil mientras juegan con los rulos de su alargue, mirando con carita de Bambi degollado al periodista. Todavía no entiendo como los políticos no adoptaron esta estrategia.
5. La gente no exige nada de ellas
Ellas solo tienen que verse bien, nadie espera nada de ellas, simplemente asumen que son tontas y las disfrutan. Son como imanes, todos quieren estar cerca de ellas y reírse con ellas de estupideces (el 90% de las cuales salen de su boca).
Nadie espera de ellas un comentario brillante cuando se habla de política, economía o religión. Cuando se habla de las elecciones ellas solo abren la boca para comentar el fabuloso cambio de look de Blanca Ovelar, o los injertos que Lino O se hizo en San Paulo y por supuesto el infaltable anuncio que van a votar por Fadul porque es churro y se viste ree bien. A Lugo no le votan porque es bolche y la sinistra todo mal con sus pretensiones, que son, por supuesto 100% capitalistas. Eso lo tienen bien en claro: el comunismo es reee nada que verr.
6. Los hombres se rinden a sus pies
Estas mujeres bobaliconas solo tienen en la mente buscar un hombre y llenar su armario de zapatos. Pero principalmente lo primero. Y para ello no tienen ni un pelo de tontas en su cabellera con extensiones.
La combinación de mente en blanco y risita ingenua sumada al eterno estado de acicalamiento se convierte en una fórmula infalible para atrapar a un hombre. Ellas son como Geishas tuneadas pues saben todo lo que necesitan saber sobre los hombres. Saben cuando callar, cuando reír, cuando ser “mimosas” y por supuesto también saben cuando convertirse en reinas del psicodrama. En síntesis, ellos no representan ningún misterio para ellas, los leen como un libro “Semillita” y los manipulan con la misma facilidad con la que se aplican colorete sin espejo. En este aspecto son unas auténticas maestras y al verlas en acción no nos queda otra que quitarnos el sombrero.
7. Ellas saben cuando ser ángeles y cuando ser demonios
Si bien las huecas probablemente no saben cual es la capital de Australia; y probablemente están convencidas que es un barrio de Inglaterra, saben muy bien lo que quieren y como conseguirlo. En ello son tenaces e invencibles. A la hora de maquinar, misteriosamente las nubes mentales se les disipan y adquieren una claridad mental envidiable.
En ellas suele presentarse una combinación muy contradictoria. Pueden se ángeles tan fácilmente como pueden ser demonios. Se las ve como mujeres puras, luminosas, angelicales, mujeres huecas capaces de exhibir una sensualidad extrema. Y, escudadas en el rótulo de tontas que todos les dan, saben sacar provecho de la ingenuidad de la gente. Ellas saben muy bien que hay varios tipos de inteligencia, y si bien se aplazan en cuanto a inteligencia verbal o lógica, sacan 5 felicitado en inteligencia interpersonal y probablemente terminan riéndose de las verdaderas tontas que sabemos que Hemingway no es el vocalista de una banda de rock, pero no tenemos ni idea de como atrapar al hombre de nuestros sueños.
La verdad es que adoramos odiarlas, criticarlas, burlarnos de su último desliz (porque pobrecitas tienen miles) Pero a la hora final, ellas están espléndidas, montadas en el Mercedes Benz que le regaló su marido por el día de la madre, mientras nosotras patéticamente arreglamos en un florero el tediosamente ordinario bouquet de rosas que recibimos el mismo día. La última verdad, y la que más nos cuesta admitir, es que las huecas siempre ríen último (y no porque no entendieron el chiste).
2. Las huecas siempre lo tienen todo más fácil
Será que el peróxido les elimina las neuronas o el exceso de dieta les marea tanto que no pueden concentrarse, pero lo cierto es que tienen una ingenuidad innata que las hace irresistibles. Todo lo consiguen con una sonrisa y alguna frasecilla amorosa. Las filas para ellas no existen, porque a pesar de ser terriblemente tontas, siempre se las ingenian para llegar primero.
Universidad, libros… ¿para qué? Si seguro con las 8 horas de gimnasia diarias van a terminar mucho mejor posicionadas que vos con tus dos títulos y tu master en el extranjero. Andá llorale a Paris Hilton todas tus miserias.
3. Las huecas serán tontas… pero siempre lucen estupendas
Estas diosas del tekoreí flotan por la vida, pensando solo verse regias. Sus pensamientos más profundos oscilan entre que es hot y que es not y donde conseguir el vestido amarillo que salió en la última High Class (porque negarlo… somos su Biblia!)
Para ellas el sinónimo de catástrofe se reduce a una uña rota o a un día nublado justo antes del casamiento para el cual llevan preparándose dos meses. A pesar del traspié lo solucionan con una ida solarium y llegan esplendidas, perfectas y radiantes, como si se las hubiera recortado directamente de las páginas de Vogue.
Que esperaban de una mujer que decora su cuarto de rosa, que pasa horas acicalándose y mimándose y lleva una agenda fucsia en donde va chequeando una a una sus actividades diarias:
8:00-9:00 Pilates
9:00-10.00 Body Pump
10:00-11:00 Masaje desestresante y drenaje
11:00 -12:00 Shopping
12.00-13:00 DIETA!!!! (Resaltada con marcador flúor)
13:00-14:00 solcito
14:00-15:00 siesta reparadora
15:00-19:00 Pelu
20:00 FIESTA!!!
Con esta agenda apretada y esta vida en remojo no es de extrañar que se vean mejor que la Bundschen fotoshopeada hasta cuando van al súper. Es que ellas saben que uno es mucho más lo que desea se que lo que es, y luchan por convertirse en el prototipo de su deseo. Como me dijo una vez con cara de sufrida una amiga modelo: “no es fácil ser modelo, hay que levantarse temprano, hacerse las manos, pasar horas en la peluquería, ir al gimnasio, hay que verse siempre bien.” Por supuesto que la quería estrangular secretamente, pero más al fondo de mis instintos asesinos, sabía que lo que decía era cierto. Ser bella es un trabajo que nunca se acaba.
4. Las huecas saben reírse de todo
No hay nada más increíble que ver a una hueca sortear preguntas profundas o complicadas. Si no entendieron la pregunta o simplemente no pueden contestarla responden con una simple carcajada acompañada de unos ojitos que parpadean juguetonamente para ocultar una mente en low bat.
Por supuesto que saben sacarle el jugo a esta artimaña y cuando se encuentran en aprietos inmediatamente activan su chip cerebral de la risita inocentona (que junto con el chip de atrapar a un hombre representa una de sus únicas áreas de actividad cerebral). Un típico ejemplo son las entrevistas a las modelos en las que los periodistas intentan embretarlas con insinuaciones a cerca de sus amantes y sus ingresos y ellas inequívocamente responden con una risita infantil mientras juegan con los rulos de su alargue, mirando con carita de Bambi degollado al periodista. Todavía no entiendo como los políticos no adoptaron esta estrategia.
5. La gente no exige nada de ellas
Ellas solo tienen que verse bien, nadie espera nada de ellas, simplemente asumen que son tontas y las disfrutan. Son como imanes, todos quieren estar cerca de ellas y reírse con ellas de estupideces (el 90% de las cuales salen de su boca).
Nadie espera de ellas un comentario brillante cuando se habla de política, economía o religión. Cuando se habla de las elecciones ellas solo abren la boca para comentar el fabuloso cambio de look de Blanca Ovelar, o los injertos que Lino O se hizo en San Paulo y por supuesto el infaltable anuncio que van a votar por Fadul porque es churro y se viste ree bien. A Lugo no le votan porque es bolche y la sinistra todo mal con sus pretensiones, que son, por supuesto 100% capitalistas. Eso lo tienen bien en claro: el comunismo es reee nada que verr.
6. Los hombres se rinden a sus pies
Estas mujeres bobaliconas solo tienen en la mente buscar un hombre y llenar su armario de zapatos. Pero principalmente lo primero. Y para ello no tienen ni un pelo de tontas en su cabellera con extensiones.
La combinación de mente en blanco y risita ingenua sumada al eterno estado de acicalamiento se convierte en una fórmula infalible para atrapar a un hombre. Ellas son como Geishas tuneadas pues saben todo lo que necesitan saber sobre los hombres. Saben cuando callar, cuando reír, cuando ser “mimosas” y por supuesto también saben cuando convertirse en reinas del psicodrama. En síntesis, ellos no representan ningún misterio para ellas, los leen como un libro “Semillita” y los manipulan con la misma facilidad con la que se aplican colorete sin espejo. En este aspecto son unas auténticas maestras y al verlas en acción no nos queda otra que quitarnos el sombrero.
7. Ellas saben cuando ser ángeles y cuando ser demonios
Si bien las huecas probablemente no saben cual es la capital de Australia; y probablemente están convencidas que es un barrio de Inglaterra, saben muy bien lo que quieren y como conseguirlo. En ello son tenaces e invencibles. A la hora de maquinar, misteriosamente las nubes mentales se les disipan y adquieren una claridad mental envidiable.
En ellas suele presentarse una combinación muy contradictoria. Pueden se ángeles tan fácilmente como pueden ser demonios. Se las ve como mujeres puras, luminosas, angelicales, mujeres huecas capaces de exhibir una sensualidad extrema. Y, escudadas en el rótulo de tontas que todos les dan, saben sacar provecho de la ingenuidad de la gente. Ellas saben muy bien que hay varios tipos de inteligencia, y si bien se aplazan en cuanto a inteligencia verbal o lógica, sacan 5 felicitado en inteligencia interpersonal y probablemente terminan riéndose de las verdaderas tontas que sabemos que Hemingway no es el vocalista de una banda de rock, pero no tenemos ni idea de como atrapar al hombre de nuestros sueños.
La verdad es que adoramos odiarlas, criticarlas, burlarnos de su último desliz (porque pobrecitas tienen miles) Pero a la hora final, ellas están espléndidas, montadas en el Mercedes Benz que le regaló su marido por el día de la madre, mientras nosotras patéticamente arreglamos en un florero el tediosamente ordinario bouquet de rosas que recibimos el mismo día. La última verdad, y la que más nos cuesta admitir, es que las huecas siempre ríen último (y no porque no entendieron el chiste).
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