martes, 5 de agosto de 2014

Christophe Lemaire y Hermés





“Quiero moda que acompañe la personalidad, permitiendo libertad de movimiento y gestos, las ropas deberían permitir a la mujer ser ella misma.”
-          Christophe Lemaire

En el 2010 el anuncio de que Christophe Lemaire había sido elegido como cabeza de una de las casas de moda francesas más prestigiosas, lujosas y tradicionales sorprendió a la industria de la moda. Lemaire era un diseñador muy poco conocido, cuyo encargo principal había sido a la cabeza de otro gigante francés pero de ropa casual y deportiva, Lacoste. Pero lo que el diseñador carecía en renombre lo compensaba con su experiencia, talento y pedigree fashionista pues había trabajado en el equipo de cuatro icónicos diseñadores franceses.

Christophe nació en Besancon, Francia en 1965. Mientras estudiaba artes visuales se mantenía trabajando como asistente de estilista, trabajo que le llevó a realizar pasantías con Christian Lacroix, Yves Saint Laurent, Jean Patou y Thierry Mugler. Curiosamente siempre trabajó paralelamente (y lo sigue haciendo) como DJ en sus tiempo libre, por lo que la música es sin lugar a dudas una de sus principales fuentes de inspiración. En 1992 lanzó su propia marca de ropa, dentro de su línea estilista algo espartana, minimalista y de sastrería impecable, que fue vendida solamente en pequeñas pero selectas boutiques parisinas.

En el 2000 es contratado por Lacoste para actualizar sus colecciones y llevarlas al nuevo milenio. Acertadamente, Lemaire decide alejarse de la indumentaria preppy y bien tenista típica de la casa, y llenarla de colores llamativos, impresiones, siluetas modernas y un aire más urbano. Además empieza a crear nuevas líneas dentro de la casa, como la línea de alta gama “Club” y la línea “Life!”. En apenas 10 años logró inyectar nueva vida a este gigante francés y llevarlo de la mano al nuevo milenio sin que perdiera su identidad original.

Pero sin lugar a dudas el gran salto en su carrera se produce diez años después cuando acepta la posición de Director Creativo de la casa Hermès, reemplazando al renombrado diseñador francés Jean-Paul Gaultier. Llenar los zapatos de un diseñador de la talla de Jean-Paul Gaultier sin lugar a dudas no habrá sido tarea fácil, sobre todo teniendo en cuenta de que a pesar de lo bien que había posicionado a la marca Lacoste, Lemaire era virtualmente un desconocido tanto para el público en general y hasta para los más fashionistas y la decisión de elegirlo choqueó a todos. Pero los directivos de esta casa Hermés pusieron su fe en él, eligiéndolo gracias a su talento para crear ropas casuales y deportivas chic y atemporales.

Así como lo había hecho en Lacoste, Christophe Lemaire logró dar nuevamente relevancia a la línea de pret-à-porter de Hermes, casa que había subsistido mayoritariamente gracias a la venta de productos de marroquinería y artículos de seda. Gracias a ello Christophe logró atraer a un público nuevo y más joven sin perder a la clientela más antigua.

Desde su primera colección a la cabeza de Hermés, la de otoño invierno 2011-2012 Lemaire sorprendió a todos con la sencillez de su colección que se mostraba actual, pero sin perder el lujo y la tradición de esta respetadísima casa de moda francesa, mediante su acertada elección de materiales, sedas, cuero y cashmere. Su siguiente colección, la de primavera verano, fue recibida aún mejor. Sobre la pasarela se presentaban prendas que todos en la habitación deseaban llevar, sumamente ponibles, prácticas y cómodas creadas con un fabuloso sentido del color. En ellas se veía claramente la visión de Lemaire, de tratar a las prendas como objetos funcionales y reales con un uso práctico y no meramente con una función estética.

El estilo de Lemaire es bastante minimalista, pero sin caer en lo austero. El diseñador asegura que sus referencias son mujeres como Katharine Hepburn, Greta Garbo, Patti Smith, Tilda Swinton, Jane Birkin y Goergia O’Keefe, mujeres que según Lemaire vestían uniformes que acompañaban su personalidad y les permitían moverse libremente y ser ellas mismas. Los gestos cotidianos son su principal inspiración pues al diseñar piensa la libertad que va a tener una mujer de ser ella misma dentro de esas piezas. Así logra diseñar maravillas en los materiales más lujosos, con la impecable terminación por la que es conocida Hermes (cuyas prendas literalmente pueden utilizarse del revés), con volúmenes generosos, una estética depurada y muy actual que vuelve a colocar a la línea de pret-à-porter de Hermès entre las favoritas del momento.



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