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sábado, 4 de julio de 2015

Tory Burch: Una historia de éxito asombrosa





«Lo importante es el buen gusto y el estilo, que cada persona debe encontrar y extenderlo a todos los ámbitos de su vida»
Tory Burch

Tory Burch es una empresaria y diseñadora norteamericana, cuya historia de éxito es verdaderamente increíble. En solo 10 años, y con virtualmente cero experiencia en diseño de modas, logro establecerse como una de las más importantes diseñadoras de Estados Unidos.

Tory nació un 17 de junio de 1966 con el nombre de Tory Robinson, en Pennsylvania, hija de Reva e Ira Robinson.  Fue criada junto a sus tres hermanos en una granja antigua. Su padre era un acaudalado inversor y empresario y su madre, una actriz que de joven había sido pareja de Steve McQueen y Marlon Brando.
Tuvo una crianza privilegiada y  transcurrió su infancia entre escuelas privadas, clases de hípico y de equitación y exóticas vacaciones familiares por Europa, África y Sudamérica. Habituada a moverse en los círculos de la alta sociedad de la costa este de EE.UU., es poseedora de mucho estilo y elegancia. A esto claramente se le sumo su excelente genética WASP.

Desde joven supo que quería trabajar en la industria de la moda. Su primer trabajo, fue en Benetton en un centro comercial. Estudio historia del Arte en la Universidad de Pennsylvania, una de las mejores de Estados Unidos, de donde se recibió en 1988.

Al graduarse se mudó a Nueva York. Allí su primer trabajo fue para el diseñador yugoslavo Zoran. Luego trabajo en la revista Harper’s Bazaar y posteriormente colaboro en los departamentos de marketing y relaciones públicas de las casas de moda: Ralph Lauren, Vera Wang, Narciso Rodríguez y Loewe. 

En 1993 se casó con William Macklowe, el hijo del magnate inmobiliario Harry B. Macklowe, dueño del emblemático rascacielos de General Motors en la Quinta Avenida de Nueva York. El matrimonio duraría menos de un anho. En 1996 contrae nupcias con J. Christopher Burch, un inversor en emprendimientos de informática. Tras su divorcio en el 2006, decidio mantener su apellido y mantener buenas relaciones con su exmarido por sus hijos. En el 2007 fue novia del famoso ciclista Lance Armstrong.

Se puede decir que fue criada entre algodones, pues no solo frecuento siempre a la más alta sociedad neoyorquina, sino que nunca le falto nada. A pesar de sus orígenes acomodados, Tory nunca se conformó con ser vista meramente como una chica bien o una hija de papa. Siempre quiso ser algo mas y esto fue lo que la motivo a triunfar dentro de la industria de la moda.

El 2004 sería un año decisivo, pues fundaría junto a su ex marido, su propia empresa: TRB by Tory Burch que luego se convertiría en la marca Tory Burch. Inicialmente el emprendimiento fue  muy pequeño, una pequeña boutique en Nolita la cual manejaba desde su propio apartamento del Upper East Side de Nueva York, diseñando la colección en su cocina.

Gracias a sus conexiones en la gran manzana, el éxito fue inmediato; el día de apertura vendió tanto que se quedó sin stock. Al año siguiente la gigante de la TV americana, Oprah Winfrey, le dio su guiño de aprobación invitándola a su programa y presentándola como “el próximo gran nombre de la moda”. Como suele suceder cuando Oprah mueve su varita mágica, al dia siguiente del programa de TV, el website de Burch recibió 1 millón de visitas. 

En el 2011 presenta su primera colección en el New York Fashion Week. Desde entonces presenta su colección cada temporada en este prestigioso evento de moda.

Desde que lanzo la marca hace 10 años, la compañía ha crecido a pasos agigantados, contando hoy en día con más de 140 tiendas en el mundo entero. A la línea original de prendas femeninas, se le han incorporado líneas de accesorios, zapatos, pret-a-porter, carteras, relojes, decoración, fragancias y cosmética. Estas líneas se venden en miles de boutiques y grandes almacenes del mundo, entre los cuales se encuentran los más prestigiosos, desde Saks Fifth Avenue, pasando por Berdorf Goodman y Neiman Marcus, hasta Harrods y Galerias Lafayette.

Su estilo es definido como preppy y boho. Tiene mucha influencia del estilo americano de los años sesenta. Sus prendas se caracterizan por ser muy combinables, usables y versátiles y atractivas para las mujeres de todas las edades. Incluso las jóvenes protagonistas de Gossip Girl acostumbraban llevar sus diseños frente a las cámaras. Entre sus fans, muchas celebrities eligen lucir sus prendas fuera de la cámara, como: Cameron Díaz, Oprah Winfrey, Jennifer López, Uma Thurman, Hilary Swank, y Hilary Duff.

 Otra de sus fuentes de inspiración son el arte, la fotografía y las películas. Ademas, la diseñadora afirma nutrirse de lugares como Marrakech y Capri y tiene como iconos de estilo a Thalita Getty y Babe Paley. En sus diseños lo retro y lo étnico se conjugan en prendas que remiten a épocas anteriores cargadas de elegancia, sofisticación y exotismo. Su filosofía se centra en lograr looks sofisticados a precios razonables, ya que considera que el lujo tiene que ser accesible a todos los bolsillos.

En el verano de este año, introdujo su primera línea de accesorios para Fitbit Flex, unos dispositivos de registro de actividad física, convirtiéndose en la primera gran marca de moda en entrar al mundo de la indumentaria tecnológica. Recientemente publicó su primer libro: “Tory Burch en Color”.

Con una carrera tan exitosa, no es de extrañar que los premios no tardaran en llegar. En el 2005 gana el premio a la estrella del diseño en ascenso por el Fashion Group International. En el 2007 el Accesories Council of Excellence (Consejos de Accesorios de Excelencia) como el lanzamiento de accesorios del año. En el 2008 fue galardonada con el premio a la diseñadora de accesorios del año por el CFDA. Y para hacer aún más rotunda su historia de éxito masivo, la revista Forbes la declaro una de las nuevas billonarias, estimando su fortuna en más de 3.5 billones de dólares e ingreso este año a la lista de las 100 Mujeres más Poderosas del Mundo de la revista Forbes, ocupando el puesto 79.

El éxito logrado por Tory es sin lugar a dudas asombroso. En una década se ha convertido en la diseñadora estadounidense del momento. Y sus caftanes o Tory Tunics, y sus ballerinas Reva que cuentan con el anagrama de la doble T de su logotipo son ya considerados ítems clásicos del guardarropa femenino.


Olivier Rousteing: El bebe de Balmain




Oliver Rousteing nació en el sur de Francia en 1986. Creció en Bordeaux con sus padres adoptivos. A los 18 años abandonó la carrera de derecho y se mudó a Paris para seguir su sueño de estudiar en ESMOD, Ecole Superieure des Arts et Techniques de la Mode. En el 2003 se graduó y empezó su carrera en el mundo de la mano trabajando para el equipo de Roberto Cavalli. Su talento lo hizo convertirse en poco tiempo en la cabeza de la división femenina de la marca.  Pero su salto a la fama se dio el 26 de Abril de 2011 cuando fue asignado para reemplazar a Cristophe Decarnin como el nuevo director Creativo de Balmain, con tan solo 25 años.

Sus inicios en la maison Balmain se dieron en el 2009 cuando escribió personalmente al entonces director creativo Christophe Decarnin para ofrecerse para ocupar un puesto en su staff de diseño. Olivier logro obtener el puesto y fue contratado como asistente. Decarnin detecto potencial en el joven diseñador y lo convirtió en su brazo derecho. Al salir de Balmain, era natural que Olivier tomara la posta, aunque era virtualmente un rostro anónimo para el resto del mundo de la moda. 

Si bien muchos aun no registran su nombre, Rousteing es hoy uno de los diseñadores más influyentes del momento. Su innato talento hizo que todo el mundo de la moda se rindiera a sus pies. Su logro no es poca cosa, convertirse en Director creativo de una casa de moda tan legendaria como Balmain ya es todo un enorme mérito de por sí, pero hacerlo a los 25 años y con tan solo unos cinco años de experiencia en el rubro es material de leyenda.




Para completar el cuadro, Olivier logro éxito inmediato desde sus primeras colecciones. Sus creaciones esfuman los bordes entre la alta costura y el pret-a-porter, con una notable inclinación hacia las estructuras de sastrería arquitectónicas y el decorado barroco, que trabajando en conjunto, enseguida lo hicieron notar.
Las celebridades como Rihanna, Kim Kardashian, Kanye West, Prince y Gwen Stefani no tardaron en elegir sus piezas para su guardarropa personal y sus shows. Esto no es de extrañar ya que sus diseños exudan sensualidad, con mucho cuero, muchas transparencias, escotes y mordería que realza las curvas y muchos bordados y tachas que le dan un aire bien moderno y roquero que ha convertido a cada una de sus piezas en las favoritas de todos los red carpets.

Olivier está a cargo tanto de las líneas masculinas como femeninas del pret-a-porter. Según sus propias palabras, para el, ambas líneas son iguales, en ambas procura cargar sensualidad. Siempre intenta que sus diseños sean sexy y que exalten el cuerpo. Puede incluir una pieza oversize en la colección pero siempre balanceada con algo entallado.

Sus piezas son fuertes y elaboradas en extremo, con una manualidad que parece sacada de los talleres de alta costura de la casa de moda. No en vano muchas de sus clientas famosas actualmente comparan sus piezas con obras de arte. Nosotros no podríamos estar más de acuerdo. Desde que Olivier tomó las riendas de Balmain siendo tan joven, innegablemente la casa se recargó de su energía juvenil y se renovó y revitalizó enormemente.


 

JOSEPH ALTUZARRA: entre el sueño y la practicidad



Hay una parte mía que me lleva a hacer ropas para todo el día. Pero también pienso en la moda como un escape. Es como un sueño (..) hay que hacer cosas para que la gente sueñe un poquito .”
-Joseph Altuzarra

El diseñador afincado en la Gran Manzana Joseph Altuzarra nació en París en 1983, de una madre chino-americana y padre francés, ambos dedicados a la banca de inversión. Se crió en París, donde la moda se permeaba por todas las esquinas. Altuzarra transcurrió su infancia como un niño retraído y poco popular, que se abstraía de su entorno dibujando y fantaseando con la idea de transformarse a través de su vestimenta, como una especie de Pigmalión moderno. El tomar conciencia del poder transformativo y de la indumentaria como manera hasta de cambiar la identidad, fue lo que le inspiró a involucrarse en el mundo de la moda.

Estudió Historia del Arte en Filadelfia y al terminar la facultad en el 2004, viajó a Nueva York, donde fue inmediatamente contratado para una pasantía en el atelier de Marc Jacobs, a pesar de no haber tenido formación como diseñador y sin tener ninguna experiencia en la moda. Su talento innato para el diseño se hizo rápidamente evidente y no le llevó mucho tiempo ascender en la empresa. Al año ya estaba trabajando como diseñador free lance para Proenza Schouler y al poco  tiempo ya lo estaba contratando el diseñador italiano Riccardo Tisci para trabajar como asistente suyo para la marca Givenchy. Fue aquí que conoció a Coline Choay, la PR internacional de Givenchy, quien impresionada por el talento de Altuzarra decidió dejar la compañía para ayudarlo a lanzar su propia marca en el 2008.

Para la primavera de 2009 Altuzarra, con sólo 26 años,  ya estaba lanzando su primera colección en el Fashion Week de Nueva York. Sus vestidos perfectamente drapeados y la impecable moldería de sus pantalones y sacos le ganaron críticas fenomenales y lo llevaron a convertirse en el nuevo niño mimado de la industria de la moda neoyorquina.

En el 2010, gana el premio Ecco Domani y el de Estrella en ascenso del Fashion Group International. Ese mismo año también termina como finalista del Premio CFDA/Vogue Fashion Fund. En el 2011 vuelve a ser finalista. En el 2012 obtiene el puesto de Diseñador Emergente del año del CFDA. Este año, finalmente resultó vencedor del prestigioso premio de Diseñador del Año de CFDA. Sobrepasando a pesar de su juventud, a diseñadores más establecidos como Marc Jacobs y Alexander Wang.

Entre sus colaboraciones, algo infaltable en el currículo de todo diseñador de moda contemporáneo de renombre,  ha desarrollado una línea para Swarovski, una colección cápsula para J. Crew.

Uno de sus fuertes como diseñador es su habilidad para integrar un corte fuerte con la fluidez de la forma natural del cuerpo femenino para lograr un estilo sofisticado y sexy a la vez. No es de extrañar que sus prendas agraciaran el cuerpo de las celebridades y socialités más famosas del momento, como: Kim Kardashian, Diane Krueger, Angelina Jolie, Rihanna, Lauren Santo Domingo, Kate Upton y Lana del Rey. Sus vestidos metálicos se convirtieron en un hit instantáneo entre las celebridades que optaron por ellos para llamar la atención de los flashes en todos sus eventos de alfombra roja.

Otra de sus características es la de empujarse siempre a tomar riesgos en sus decisiones de diseño, asegurando que como diseñador considera necesario empujarse a sí mismo hasta límites que hasta lo ponen incómodo. Esto se ve en su manera de deconstruir prendas hasta darles nuevos sentidos. En sus colecciones siempre hay una cohesión entre el sueño y la practicidad. Altuzarra recientemente explicó en una entrevista su proceso creativo y la importancia que da por igual a lo práctico como a lo más artístico a la hora de diseñar: “Como diseñador tienes que encontrar el equilibrio entre piezas que sean comercialmente viables y, al mismo tiempo, resulten atractivas para los medios de comunicación. Una no existe sin la otra. A la hora de crear, siempre pienso en el lado comercial de la colección, sin sacrificar la integridad artística”.


miércoles, 6 de agosto de 2014

PROENZA SCHOULER: Un Dúo de Leyenda




En el 2002 Jack McCollough y Lázaro Hernández fundaron la línea de prendas femeninas y accesorios Proenza Schouler. El dúo se conoció en la escuela de Diseño Parsons donde ambos estudiaban diseño de indumentaria y al poco tiempo formaron una pareja de vida y laboral. Dio la coincidencia que ambos terminaran sentados uno al lado del otro en el primer día de clases y desde entonces, se convirtieron en un dúo inseparable. Trabajando juntos en su tesis, crearon la primera colección de lo que se convertiría en la marca Proenza Schouler. El nombre de la marca es un homenaje a las madres de los diseñadores. Proenza es el apellido de la madre de Hernández y Schouler es el de la madre de McCollough.

La colección de la tesis estaba tan bien lograda, que fue comprada en su totalidad por los afamados almacenes de lujo Barneys New York. Esto es algo absolutamente insólito y que se ha convertido en una especie de leyenda de la moda que constituye el sueño de todo joven diseñador, el ver su primera colección comprada en la totalidad. Fue algo tan extraño que ni siquiera se lo habían imaginado. De hecho, ambos ni siquiera planeaban mantener la marca al salir de la facultad, más bien tenían en mente buscar un empleo como diseñador en alguna casa de moda. Pero el destino tenía otros planes para ellos: el de convertirlos en un dúo de leyenda.

A los dos años de fundada la marca, los diseñadores fueron premiados con el primer premio CFDA Vogue Fashion Fund. Tres años después, recibieron el premio CFDA de diseñadores del año en indumentaria femenina. En el 2011 fueron galardonados nuevamente con el mismo premio. 

En el 2008 lanzaron su primera colección de calzados, confeccionados en Italia por la prestigiosa firma Giuseppe Zanoti. Ese mismo año lanzaron su primera colección de carteras. Hoy, a 12 años de su fundación, la marca se vende en más de 100 boutiques de lujo en todo el mundo entre las que se encuentran boutiques propias y multi marcas como Barneys, Bergdorf Goodman, Harvey Nichols, Colette y Joyce.

Como suele suceder en los dúos, los diseñadores están totalmente compenetrados, al punto de que completan las frases del otro. Todo el proceso creativo, desde la concepción de la colección, hasta la puesta en tienda, está minuciosamente supervisado por ambos. Ellos deciden juntos hasta el tamaño de un botón que van a usar en una camisa, y como ambos se proclaman perfeccionistas, cada decisión se hace con absoluta cautela; sobre todo, porque para resolver algo tienen que estar ambos de acuerdo. Por este motivo su proceso creativo se sustenta fuertemente en el dialogo, ya que cada idea es fundamentada, charlada y mejorada en conjunto.

Obviamente el mezclar lo afectivo y lo laboral suele ser muy difícil, lo que les llevó en el 2007 a tomar la decisión de continuar juntos pero viviendo en departamentos separados: McCollough en el West Village y Hernández en Chelsea. Para ellos esta decisión fue muy difícil, pero necesaria para poder seguir trabajando juntos y mantener la pareja pero también sus espacios propios.

Sus prendas se caracterizan por un clasicismo europeo acompañado de una sensibilidad muy contemporánea y una conciencia muy americana de la comodidad que las mujeres buscan a la hora de vestir. No es de extrañar que sus prendas se convirtieran prácticamente en el uniforme de las chic neoyorquinas. Otras decisiones difíciles pero necesarias fueron las de rechazar a todas las grandes casas de moda que les han pedido para que diseñen sus colecciones como Directores Creativos. Su CEO y íntima amiga Shirley Cook les instó a que las rechazaran, sabiendo que la sobrecarga de trabajo los volvería locos y obviamente para no restar fuerzas en su gran proyecto de convertir a Proenza Schouler en una gran casa de moda.

Entre sus clientas habituales se encuentran Chloé Sevigny, la agente fotográfica Jen Brill, y socialites como Lauren Santo Domingo y su CEO y amiga Shirley Cook. 

En cuanto a su inspiración, cuando se iniciaron en el mundo del diseño, la preocupación de todos los diseñadores era la de deconstruir las prendas. Pero esto nunca les interesó. Ellos estaban más interesados en la construcción, apoyándose fuertemente en referentes como Dior y Balenciaga, con un eje direccional en la sastrería, en el corte, en las formas. Habiendo crecido en los 90’s como parte de la generación del grunge, tampoco podrían mantenerse aislados de la rebeldía y audacia propia de esta generación. Esta mezcla de opulencia y desenfado dieron forma al estilo de Proenza Schouler, donde la sastrería tradicional se mezcla con ese borde duro y de vanguardia absolutamente contemporáneo.

Una de sus hazañas más innovadoras en lo que respecta al diseño fue la de incluir prendas de cuero que habían sido impresas con fotografías y los encajes hechos con goteo de ácido. El plástico y todo tipo de materiales inesperados son frecuentes en sus colecciones.  Temporada tras temporada han continuado aportando altas dosis de tecnología en el diseño textil y expandiendo las aparentemente limitadas fronteras de la moda, creando prendas muy futuristas pero absolutamente ponibles que podrían ser perfectamente definidas como “prendas muy de ahora”.