jueves, 7 de abril de 2016

EUGENIE NIARCHOS: Una diseñadora It





Durante la más reciente edición del Vogue Fashion Dubai Experience, tuve la ocasión de entrevistar a una de las invitadas especiales al evento, una de las diseñadoras de joyas más jóvenes y exitosas, Eugenie Niarchos, quien además de ser una it girl del jet set internacional, es una diseñadora de gran talento y visión cosmopolita.

Eugenie es íntima amiga de Carlota de Mónaco, hija de Victoria Guinness y de Philippos; el segundo hijo de Stavros Niarchos, consejero del MoMA y la Tate de Londres y el mayor coleccionista de arte impresionista y moderno del mundo. Creció dentro del mundo del lujo, por lo que no es de extrañar que decidiera trabajar en el mundo de la alta joyería. 

Ella nació en Nueva York y estudió en París en la escuela Stanislas, donde coincidió con los hijos de Carolina de Mónaco con quien trabó amistad. En el año 2006 comenzó a trabajar como asistente en Vogue París. Al poco tiempo dejó su puesto en Vogue para diseñar una línea de bijoux para Azzaro y luego fue convocada para diseñar una colección de joyas junto a su amiga Gaia Repossi, para la joyería de su familia. En el 2013 crea su marca Venyx y lanza su primera colección propia “Reptilia” inspirada en las pieles de los reptiles.

Cosmopolita como pocas, su línea de joyas “Venyx”, es el fiel reflejo de su estilo refinado y su espíritu libre repleto de acentos internacionales

¿Cómo empezaste a diseñar joyas?
Empecé hace 10 años atrás, cuando mi amiga de infancia Gaia Repossi me invitó a colaborar con ella, al convertirse en directora artística de la joyería de su familia, para diseñar una línea de joyas con ella. A partir de ahí, decidí estudiar joyería ya que me di cuenta de que la joyería era verdaderamente mi pasión.

¿Cuál es la primera memoria que tenés de una joya?
En realidad no tengo una primera memoria que retengo en mi cabeza. Realmente siempre he estado interesada  en distintas cosas visuales, y siempre he amado la belleza en cada pieza de joyería, el arte en cada joya y el brillo de las gemas.

¿Cuál es tu tipo de joya favorita, preferís los anillos, los aros…?
Mi primera colección fue una colección de anillos porque me parece que es la mejor manera para representar texturas y destacar las piedras. Ahora estoy experimentando con distintas piezas de joyería. Particularmente me gusta mucho diseñar aros y también ear cuffs. 

¿Cómo es tu proceso creativo?
Depende mucho. Mis principales puntos de interés son la naturaleza y las joyas antiguas y trato conjugar ambos intereses. A veces tengo ideas que me vienen a la mente, tal vez la idea de un anillo y luego la voy desarrollando; otras veces puedo tener más bien la idea de una piedra preciosa, o encuentro alguna gema y decido crear algo alrededor de ella. La verdad que mi proceso depende, no es muy estricto. No tengo realmente un proceso específico, sino que doy rienda suelta a las ideas que me vienen a la cabeza.


Teniendo tantos intereses, imagino que tenés distintas fuentes de inspiración. ¿Cuál es la más recurrente de ellas?
La naturaleza es mi fuente de inspiración número uno ya que es tan vasta y colorida y alberga a tantas texturas y formas. Es mi punto de referencia principal. Pero también me siento muy inspirada por la ciencia ficción y por las joyas antiguas y los objetos tribales. Verdaderamente tengo muchas cosas que me inspiran.


Tu marca de joyas se llama Venyx. ¿Qué significa este nombre y de donde viene?
Realmente quise construir una marca que representara al universo, que fuera un mundo dentro de sí mismo. Yo llamé a este mundo el Mundo Venyx. La palabra Venyx es una mezcla de Venús – el planeta- y la piedra Ónix. El nombre suena misterioso e incita la curiosidad en las personas. Este planeta o mundo imaginario es el telón de fondo de mis diseños y creaciones. Provee el marco a las historias que puedo contar a través de la joyería y al mismo tiempo me da libertad creativa ya que muchas cosas pueden pasar en un mundo, hay muchas cosas para explorar y observar en un planeta.

miércoles, 6 de abril de 2016

CULÍ DE CUNA




Todos los sábados tengo una cita impostergable con Alexei, mi peluquero de confianza y sensei capilar. Mientras va domando mi blonda cabellera natural, no solo me relajo, sino también me entretengo intercambiando con Alexei  los más jugosos chismes, anécdotas inverosímiles y estudiados debates sobre el rubio ideal. El sábado pasado, mientras me encontraba en pleno debate sobre quienes pueden decolorarse el pelo -y quienes no deberían ni siquiera asomarse al blondon- me interrumpe una cachaquera fuera de contexto (¿Me pueden explicar que hace una cachaquera en mi peluquería Fino?)

 La susodicha- una tal Dalmys  según Alexei-  acotó súper emocionada: “¡Dios míaaaa! Hablás igualiiiito que Lorenza Agrias! Masiado bien co te sale el acento de teresiana”
Mientras mi alisado se hacía frizzé levanté una ceja mientras le contesté indignada: “¡¿Perdóooooonn? ¡¿Qué quéeee?”
A lo cual la Dalmys me contesta orondamente: “Y así todo pipí cucú”.
Ya al borde del afro, le contesté conteniendo una apoplejía: “¡Disculpame pero yo soy culí de CUNA! “
¡Este acentito podrá ser imitado, pero nunca igualado si no sos teresiana de pura cepa! ¡Estamos todos locos! ¡Cuando se ha visto! Estamos ante una verdadera invasión de impostoras, que en vez de aprender dicción y ortografía (y decencia), deciden gastar sus energías en fingir acento de teresiana exagerado y mal pronunciado (y a veces con algunas eses de más y otras tantas de menos).  Pero como no se dan cuenta que culí se nace y no se hace. ¡Es como pretender pasar por rubia natural cuando no te da lo morocha!

Para desenmascarar a las impostoras que fingen demencia robando acentos les voy a pasar esta guía sencilla para distinguir a una culí de cuna de una culí de catre.

1.       A una culí de cuna nadie le baja el penacho y menos una rubia teñida con nombre ingles mal escrito. ¡Pero por favor!  Como se vas a achicar antes ante una Yesica Yohana una culí que tiene DOS apellidos que son CUATRO palabras (y los usa TODOS).

2.       A una culí de cuna todo le queda bien. Se puede incluso permitir ciertos deslices fashionistas sin que sean visto como tropiezos, sino más bien como audacias ya que ella dignifica todo lo que luce. Una culí de cuna puede aparecer en una fiesta en zapatillas e igual ser vista como canchera. Una culí de catre tiene el efecto contrario entruchece hasta al Louis Vuitton más auténtico. En ella el logo de Gucci siempre instala una duda de Trucci.

3.       Una culí de cuna no ostenta ni auto, ni novio, ni viaje, ni marca. Es sobria hasta en sus posteos del Facebook y está convencida que gastar 2 palos verdes en una fiesta de quince es una guanacada de las hordas de nouveaux riches.  Una culi de catre sube luego hasta la foto escandalosa en trikini, acotando que le regaló su nuevo ami junto con un cheque con fondos ilimitados del chonguex del momento, contrata a un decorador hasta para el cumple de su salchicha… lastimosamente el combo del decorador no incluye lecciones de buen gusto.

4.       A una culí de cuna no le quita el sueño salir en ninguna revista. Por su parte, la culí de catre sueña con salir en sociales. Pero lo más probable es que tenga que conformarse con salir en la portada de alguna publicación hot con algún titular nefasto tipo “Temo perder la virginidad”.

5.       Una culí de cuna tiene verdadera y amplia cultura general. Una culí de catre seguramente está convencida que el sillón estilo Luis XVI de su sala verdaderamente perteneció al decapitado.
6.       Una culí de cuna sabe que hablar de dinero no es elegante. La culí de catre te arremete sobre el reloj Rolex bicolor que heredaste de tu abuela preguntándote “¿cuánto te costó tu reglot roglex?” Y luego te muestra un Rolex Trolex chorreado de diamantes que seguro le regaló algún chonguex y acota: “pero el mío es más grande y le salió cariiiiiiiiisimo a mi bebecito” (que seguro tiene más de 70 años y 90 kilos de barriga).


7.       Y por último, lo más importante. Una culí de cuna tiene clase. Sabe ser elegante y respetuosa y tiene un refinamiento auténtico insertado en su ADN. Una culí de catre puede intentar hacerse la refinada levantando el meñique con sus uñas postizas mientras toma el té, pero si eso ya no sirve para delatarla, de seguro su mamá sorbiendo ruidosamente de su taza cumplirá la misión.