Oliver Rousteing nació en el sur de Francia en 1986. Creció en Bordeaux con sus padres adoptivos. A los 18 años abandonó la carrera de derecho y se mudó a Paris para seguir su sueño de estudiar en ESMOD, Ecole Superieure des Arts et Techniques de la Mode. En el 2003 se graduó y empezó su carrera en el mundo de la mano trabajando para el equipo de Roberto Cavalli. Su talento lo hizo convertirse en poco tiempo en la cabeza de la división femenina de la marca. Pero su salto a la fama se dio el 26 de Abril de 2011 cuando fue asignado para reemplazar a Cristophe Decarnin como el nuevo director Creativo de Balmain, con tan solo 25 años.
Sus inicios en la maison Balmain se dieron en el 2009 cuando escribió personalmente al entonces director creativo Christophe Decarnin para ofrecerse para ocupar un puesto en su staff de diseño. Olivier logro obtener el puesto y fue contratado como asistente. Decarnin detecto potencial en el joven diseñador y lo convirtió en su brazo derecho. Al salir de Balmain, era natural que Olivier tomara la posta, aunque era virtualmente un rostro anónimo para el resto del mundo de la moda.
Si bien muchos aun no registran su nombre, Rousteing es hoy uno de los diseñadores más influyentes del momento. Su innato talento hizo que todo el mundo de la moda se rindiera a sus pies. Su logro no es poca cosa, convertirse en Director creativo de una casa de moda tan legendaria como Balmain ya es todo un enorme mérito de por sí, pero hacerlo a los 25 años y con tan solo unos cinco años de experiencia en el rubro es material de leyenda.
Para completar el cuadro, Olivier logro éxito inmediato desde sus primeras colecciones. Sus creaciones esfuman los bordes entre la alta costura y el pret-a-porter, con una notable inclinación hacia las estructuras de sastrería arquitectónicas y el decorado barroco, que trabajando en conjunto, enseguida lo hicieron notar.
Las celebridades como Rihanna, Kim Kardashian, Kanye West, Prince y Gwen Stefani no tardaron en elegir sus piezas para su guardarropa personal y sus shows. Esto no es de extrañar ya que sus diseños exudan sensualidad, con mucho cuero, muchas transparencias, escotes y mordería que realza las curvas y muchos bordados y tachas que le dan un aire bien moderno y roquero que ha convertido a cada una de sus piezas en las favoritas de todos los red carpets.
Olivier está a cargo tanto de las líneas masculinas como femeninas del pret-a-porter. Según sus propias palabras, para el, ambas líneas son iguales, en ambas procura cargar sensualidad. Siempre intenta que sus diseños sean sexy y que exalten el cuerpo. Puede incluir una pieza oversize en la colección pero siempre balanceada con algo entallado.
Sus piezas son fuertes y elaboradas en extremo, con una manualidad que parece sacada de los talleres de alta costura de la casa de moda. No en vano muchas de sus clientas famosas actualmente comparan sus piezas con obras de arte. Nosotros no podríamos estar más de acuerdo. Desde que Olivier tomó las riendas de Balmain siendo tan joven, innegablemente la casa se recargó de su energía juvenil y se renovó y revitalizó enormemente.
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