La
bijouterie o bisutería son aquellos accesorios ornamentales que imitan joyas
pero son confeccionadas con materiales no preciosos. Pero ojo, que no tengan
joyas preciosas no quiere decir que nuestra bijoux no sea preciosa para
nosotras.
Mucho más
que joyas falsas, las bisuterías son elementos claves del guardarropa femenino.
Son las partes más vistosas y ornamentales, las que traen color, alegría, y
fantasía a nuestra indumentaria. No en vano muchas las llaman “joyas de
fantasía”.
La
bijouterie surge, como una versión económica y desechable de las joyas. Más que
permitir enjoyarse a las masas, lo que permitieron las bijoux fue que las
mujeres se animaran a accesorizarse más y con elementos más vistosos, pues como
costaban poco, no tenían que usarlas por el resto de su vida. Es más, podían
tener un accesorio diferente para cada conjunto de su vestuario.
Al contrario
de las joyas, que son por lo general más clásicas y sobrias. Las bisouterías
son mucho más exageradas, coloridas y a veces hasta delirantes. La idea misma
de su existencia es la de servir el tiempo que dura la moda: un nano segundo.
Para
confeccionarlas se emplean todo tipo de materiales, desde metales y piedras
sintéticas hasta plástico y alambres, pasando por cristales de roca y hasta
telas y cerámica.
Las mujeres
siempre hemos amado brillar ya sea con diamantes o purpurina, a lo largo de la
historia siempre hemos optado por adornarnos con destellos. En la antigüedad,
los metales y piedras preciosas siempre estuvieron reservados para las clases
aristocráticas.
En el siglo
XVIII, los joyeros empezaron a elaborar piezas con vidrio en vez de gemas para
dar a las plebeyas la posibilidad de brillar como las reinas. Hacia el siglo
XIX, aparecen las piezas hechas con materiales semi preciosas. Pero la
verdadera era dorada de la bijouterie fue durante la primera mitad del siglo
XX.
La aparición
de la industria de la bisutería viene mano a mano con la Revolución Industrial,
que permitió la producción en serie, y también llevó al surgimiento de nuevos
materiales sintéticos que otorgaban a la nueva clase media piezas hermosas y
económicas. La mecanización ayudó también la reproducción de joyas verdaderas
con una perfección que hacía casi imposible a un ojo no entrenado identificar
la joya verdadera de la réplica.
Durante la
Gran Depresión de los años treinta, la industria de la bisutería tuvo un enorme
boom ya que el público sencillamente no podía permitirse comprar joyas
verdaderas. Pero las coquetas mujeres igual querían seguir brillando, incluso en
esta época tan gris.
Durante la
Segunda Guerra Mundial, como los metales comunes que se empleaban para la
producción de las bijoux también eran utilizados militarmente, la plata empezó
a usarse como base de las piezas de bisutería.
Curiosamente,
la versatibilidad de estas piezas pronto hizo que se extendieran de las clase
media a las clases altas, algo inverso a lo que el sentido común nos haría
suponer. Las mujeres que podían permitirse joyas reales, también se divertían
con estas piezas que actualizaban su atuendo. Así la bijouterie se puso de moda
e incluso importantes diseñadores empezaron a confeccionar bijoux. Una de las
primeras diseñadoras importantes en elaborar una línea de bisutería fue la
siempre práctica Coco Chanel. Ella le dio con esto una validación enorme a las joyas
falsas e inspiró a miles de mujeres a accesorizarse con cascadas de piedras
falsas y esclavas de baquelita.
Otro factor
significativo en la popularización de la bisutería fueron, como se imaginarán,
las películas de Hollywood. Las estrellas de la gran pantalla de la época
dorada del cine (1940-1950) acostumbraban usar piezas de bisuterías
confeccionadas por empresas y diseñadores que auspiciaban la industria. Por
ejemplo si una mujer veía una joya que usaba Bette Davis en alguna película, de
seguro podría comprar por catálogo una copia hecha por fabricantes como Joseff
de Hollywood. Estrellas como Vivien Leigh, Liz Taylor y Jane Russell, aparecían
en publicidades luciendo las joyas que las clientas podían adquirir en grandes
almacenes como Woolworth para poder brillar como sus estrellas favoritas del
espectáculo.
Hoy en día
las bisuterías son cada vez más reales e incorporan una gran variedad de
materiales de alta calidad como cristales, circones, y cristales de Swarovski.
Pero lo fantástico de la bisutería es que no necesariametne están obligadas a
simular piezas verdaderas. Muchas veces las bijoux se diseñan con una
irreverencia absoluta a la manera como lucen las joyas reales, como si éstas
estuvieran orgullosas de ser de bagatela sabiéndose maravillosas vistosas y
sintiéndose validadas en sí mismas sin necesidad de aparentar ser lo que no
son.
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