Fotografías de María Alejandra Gustavino |
La Provincia de
Mendoza, Argentina es hoy en día uno de los principales destinos turísticos
argentinos. Desde la ruta del vino al Rally de Dakar, las excusas para
visitarlas son de las más variadas. En esta edición les presentamos una nueva
excusa para visitarla, “Los Chulengos”, un refugio que nos acerca a las tradiciones
locales y nos permite dejarnos envolver por la paz que transmiten los paisajes
mendocinos.
El refugio “Los
Chulengos” se encuentra ubicado en La Carrera, Tupungato, Provincia de Mendoza,
al centro oeste de la República Argentina. El mismo se construyó a inicios del
siglo pasado en plena cordillera de Los Andes, muy cerca de un cristalino arroyo
alimentado de agua de montaña. Originalmente el refugio funcionaba como humilde
morada de un puestero que se dedicaba a cuidar vacas, ovejas y caballos.
El nombre “Los
Chulengos” proviene de la denominación de la cría del guanaco, especie nativa
de la zona. El antiguo dueño del refugio lo llamó así, inspirado en uno de sus
recuerdos de infancia favoritos, cuando amamantaba con su biberón a los
chulenguitos que habían perdido a su madre.
Este pintoresco pero
cálido puesto de alta montaña, ubicado a sólo una hora y quince minutos en auto
de la ciudad de Mendoza, se convirtió en el lugar de veraneo elegido por la
familia Palma. Ellos vieron el potencial y la magia que tenía este refugio que
decidieron hacer suyo. Con el tiempo lo fueron reformando y dotando de todo
tipo de comodidades y hace unos años decidieron abrir al público las tranqueras
del pedacito de cielo y paz que crearon en el medio de Los Andes.
La familia Palma
adaptó el antiguo establecimiento, respetando la arquitectura original y las
necesidades de la época. El resultado, un lugar que mantiene intacta la calidez
de antaño, transmitiendo al visitante la sensación de que está cobijado de todo
dentro de sus gruesos muros de piedra. Otro de los aciertos de la remodelación,
fue la inclusión de grandes ventanales panorámicos que permiten apropiarse del
arrebatador paisaje: las imponentes cumbres nevadas de Los Andes, el
serpenteante arroyo y las colinas cubiertas de musgo de los verdes más
intensos.
Hoy en día reciben a
grupos de turistas que vienen a disfrutar por una jornada o un par de días de
este mágico lugar que a pesar de estar tan cerca de la capital Mendocina da la
impresión de estar alejado de todo el mundo. Los únicos vecinos del lugar
parecen ser las águilas y el rumor del arroyo. El silencio, el gélido viento, el
cielo límpido y tan cercano y las colinas despobladas trabajan magistralmente
al unísono para devolver a uno la tan necesaria paz que se pierde en el ajetreo
de la vida urbana.
Además de los
paisajes y la paz, en “Los Chulengos” se destacan la buena mesa y la excelente
atención. Los visitantes son recibidos por el mismo propietario, el Sr.
Fernando Palma, un anfitrión insuperable que no deja ningún detalle al
descuido, asegurándose de que los huéspedes estén a gusto en todo momento y que
ni siquiera falten los chistes de sobremesa.
Al llegar al refugio
ya se empieza a sentir el cobijo. El café humeante y vigorizante no tarda en
llegar para hacer frente a las bajas temperaturas de la montaña. Ya nos está
esperando también la chispeante chimenea, de la cual resulta muy difícil
alejarse, sobre todo cuando se cuenta con un buen libro, exquisito vino
mendocino y unas ricas empanadas criollas horneadas en un horno de barro.
Para quienes desean
recorrer los hermosos parajes aledaños, hay distintas actividades disponibles.
Se puede solicitar (de antemano) alguna excursión en 4x4, safaris fotográficos
o video safaris por los alrededores o también una visita a las principales
bodegas productoras de vino de la zona. En “Los Chulengos” se puede realizar
una tranquila caminata para deleitarse con los paisajes mientras pasean por los
sinuosos senderos de montaña o animarse a inolvidable cabalgata hasta los
distintos miradores, fotografiando paisajes únicos y con un poco de suerte,
hasta algún animal salvaje como zorros, pumas, cóndores y guanacos. Los amantes
de la pesca de trucha tienen a su disposición los largos kilómetros del arroyo
de deshielo para practicarla con mosca, con la posterior devolución de la
pesca.
Para los más
aventureros hay disponible una expedición al Glaciar del Cerro El Plata. Esta
consiste en tres días de cabalgata, con dos noches de alojamiento en carpa en
plena montaña. La comida y provisión de equipos está incluida en el paquete y
se puede solicitar como actividad adicional para un mínimo de seis personas y
un máximo de doce.
Un día de campo
completo en “Los Chulengos” incluye un exquisito almuerzo criollo donde podrán
disfrutar de los platos típicos y de un asado fuera de serie elaborado en horno
de barro, similar a nuestro tatakuá,
acompañado por los mejores vinos malbec mendocinos con caminata y cabalgata. La
estadía con alojamiento incluyen las cuatro comidas diarias más todas las
actividades realizadas dentro del predio.
“Los Chulengos” es
un refugio privilegiado ubicado en una locación de una belleza natural
incomparable, que permite al visitante
hacer suya toda la paz y la belleza que lo rodea. Es mucho más que un mero
establecimiento turístico, es una experiencia, una de esas experiencias que
permiten saborear los placeres más sencillos sabiéndolos de lujo: un mate
calentito al amanecer, el sonido del viento entre los árboles, un sabroso
almuerzo regado de sol y buena compañía, acompañar con la mirada al vuelo de un
cóndor hasta que se pierda en el horizonte, un atardecer en las montañas, el
sabor de un tinto frente a la chimenea, un juego de cartas con amigos, y al
caer la noche sentirse chiquito ante la inmensidad de las estrellas.
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