Esta película del cine independiente estrenada en el 2008 es ideal para
maridar con un buen chardonnay
californiano pues justamente habla del momento crucial que puso a estos vinos
en el mapa mundial.
La cinta dirigida por Randall Miller, retrata la famosa cata ciega de
vinos de París de 1976, en la cual, muy a pesar de los expertos franceses, dos
vinos Californianos, antes ignorados y menospreciados, quedaron en los dos
primeros lugares.
Alan Rickman da vida al vendedor de vinos británico radicado en Partís, Steven
Spurrier, quien se interesó en los vinos californianos y organizó la famosa
cata para demostrar su calidad. Bill Pullman encarna a Jim Barret el dueño de
la bodega “Chateau Montelena” la cual resultó ganadora de la cata por su
Chardonnay Alexander Valley de 1973. Chris Pine actúa como Bo Barret, el
encantador hijo hippie de Jim.
Filmada en los valles de Napa y Sonoma, en varias locaciones que incluyen
los viñedos y bodegas de “Chateau Montelena”, “Buena Vista” y “Kunde” “Bottle Shock” nos embarca en un viaje a través
del hermoso paisaje de los viñedos californianos y en un retrato romántico de
la vinicultura en el cual se nos revelan la ilusión y los sueños que son
encerrados en cada botella de vino por sus creadores. Pero principalmente la
cinta nos acerca a un momento decisivo en la historia de los vinos
californianos –y podríamos aventurarnos a afirmar- en la historia de todos los
vinos producidos fuera del territorio europeo. Bottle Shock hace patente la
significancia que un pequeño evento tuvo a la hora de dar valor a los vinos
producidos fuera de Europa, un evento que logró romper el estigma de que los
únicos vinos “buenos” eran aquellos producidos por el triunvirato de Francia,
Italia y España.
Corría el año 1976 cuando un sommelier
británico, propietario de una tienda especializada en vinos finos y de la
primera escuela de vino privada de Francia, L’Accademie du vin”, decidió darse
una vuelta por California para catar la producción local. Definitivamente su
sorpresa fue grande cuando se dio cuenta de la calidad de sus vinos.
Incentivado por su increíble hallazgo, decide organizar una cata París para
demostrar a los pomposos franceses que los vinos californianos podían hacer
frente a los más prestigiosos vinos franceses. Pero el resultado final de la
cata parisina sorprendió hasta al mismo Spurrey, no sólo los vinos
californianos se habían probado buenos, ¡sino que habían terminado ganando
frente a vinos de añejo pedigree!
A los pocos días los vinos californianos eran la nota de tapa de la
revista Time. Este artículo escrito por George M. Taber rezaba: “La semana
pasada en París, en una cata formal de vinos organizada por Spurrier, pasó lo
impensable: California derrotó a todos los Galos”.
Curiosamente sólo 6 meses antes de esta cata se había realizado una
similar en suelo norteamericano, en la cual los chardonnays americanos
resultaron victoriosos frente a sus rivales franceses. Sin embargo estos
resultados no tuvieron significancia internacional debido al hecho de que la
cata se realizó en Nueva York y con jueces americanos. Pero la cata de 1976 en
París tuvo una enorme relevancia, pues se realizó en suelo francés y con un
jurado compuesto principalmente por expertos galos, arrojando un resultado
similar que ubicaba a los vinos americanos por encima de los franceses.
La decisión de Steven Spurrier de conocer los vinos producidos en Estados
Unidos, por entonces desconocidos en el resto del mundo, con el sólo objeto de
ampliar sus conocimientos vinícolas y aumentar el repertorio de su Academia de
Vino, insospechadamente revolucionó la industria vinícola, abriendo todo una nueva
gama de posibilidades y nuevas
variedades de vinos a los amantes de vino del mundo entero.
Irónicamente Jim Barret inicialmente no quiso participar de la cata a
ciegas, temiendo que los jueces franceses se mostraran parciales por la
producción local y que todo el evento se tratara de una treta para mofarse de
la producción californiana. Afortunadamente fue convencido por Spurrier, y el
24 de mayo de 1976, su Chardonnay compitió junto a los mejores chardonnay
franceses resultando vencedor. En el mismo evento también se realizó una cata a
ciegas de vinos tintos en la que los Cabernet Sauvignon californianos
compitieron con los Bordeaux franceses, ganando también un vino californiano el
Stag’s Leap Wine Cellars de 1973. Los vinos californianos habían ganado en
ambas categorías, dejando atónitos a los propios jueces y hasta al mismo
Spurrier, quien no creía que los vinos Californianos tendrían chance frente a
sus pares franceses.
Los 11 jueces eran personalidades de gran prestigio en la industria del
vino. Ellos eran: el propio organizador el británico Steven Spurrier, la
americana Patricia Gallagher de
“L’Academie du Vin” y los franceses: Pierre Brejoux del Instituto de
Denominaciones de Origen, Claude Dubois Millot, Michael Dovaz del Instituto del
Vino de Francia, Odette Kahn, editora de “La Revue du vin de France”, Raymond
Oliver propietario del restaurante “Le Grand Vefour”, Pierre Tari de Chateau
Giscours y secretario general de la Asociación de Grands Crus Classes,
Christian Venneque sommelier de la “Tour d’Argent”, Aubert de Villaine del
“Domaine de la Romanée-Conti” y Jean Claude Vrinat del restaurante
“Taillevent”. Para evitar cualquier duda sólo se contabilizaron los votos de
los 9 jueces franceses.
Como es de esperar, el resultado no sólo fue sorpresivo sino también
controvertido. Los líderes de la industria vinícola francesa estaban
horrorizados y excluyeron a Spurrier de las catas nacionales por un año como
castigo aparente por el daño causado por su evento a la imagen de superioridad
ostentada por los vinos franceses. La prensa francesa literalmente ignoró al
evento. Sólo a los tres meses “Le Figaro” publicaría un artículo sobre la cata
describiendo los resultados como “risibles” y diciendo que éstos no podían ser
tomados seriamente. A los seis meses “Le Monde” escribiría un artículo con el
mismo tono. La controversia llevó a que se replicara la cata a ciegas en San
Francisco en 1978. Nuevamente los vinos californianos ocuparon los tres
primeros puestos de ambas categorías. Esta vez 98 expertos sirvieron de
evaluadores, usando la misma metodología empleada en la cata de París.
En el 24 de Mayo de 2006, al cumplirse el aniversario de 30 años de esta
cata que revolucionaría el mundo del vino, Spurrier organizó otra cata. La
revista Times cubrió el evento y reportaron que “A pesar de que los catadores
Franceses, mucho de los cuales habían participado de la cata original,
esperaban la caída de los viñedos americanos, tuvieron que admitir que la
armonía de los cabernets californianos los habían vuelto a derrotar. Los jueces
de ambos continentes dieron los mayores honores al cabernet Ridge Monte Bello de
1971. Cuatro tintos californianos ocuparon los siguientes lugares frente a los
Bordeaux de más alto rango, un Chateau Mouton Rotschild de 1970 salió sexto.”
Con esta cata se silenció a los críticos que habían argumentado en la primera
cata que los vinos tintos franceses se añejarían mejor que sus contrapartes
californianos.
En
1976, por un giro sorpresivo, los extraordinarios vinos del Valle de Napa
fueron presentados oficialmente al mundo. Con este evento muchos vinicultores
vieron realizados sus sueños, pues los vinos que con tanto esmero y dedicación
habían estado desarrollando desde fines del siglo XIX finalmente habían ganado
su bien merecido puesto entre los mejores. Sus vinos no sólo eran buenos, sino
comparables a los mejores vinos de Francia. Además, el entero Valle de Napa
adquirió la reputación de ser una de las mejores zonas vinícolas del mundo. Los
asombrosos resultados de la Cata Ciega de París de 1976 significarían que la
mirada del mundo de vino se centrara por primera vez en los vinos producidos en
otras regiones. Esta cata abriría las puertas a que la producción vinícola de
Argentina, Sudáfrica y Australia, fuera ganando un lugar antes negado ocupando
hoy un sitio de importancia a nivel mundial. Gracias a este pequeño pero
significativo evento, hoy en día los consumidores pueden disfrutar de
excelentes vinos de todas partes del globo.
1 comentario:
Alan Rickman, mi héroe personal <3 es muy interesante la pelicula, la vi por ser fan de él pero gracias a eso aprendí algo nuevo! Buen post Vale :) xx
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