Percy Bysshe Shelley
"Venus del Espejo" de Velázquez
Aquellas formas que son propias de las mujeres y que tanto eran apreciadas por los antiguos artistas, hoy en día son motivos de dietas, quejas, ejercicios... y más quejas. La flacidez que adornaba a estos cuerpos pasó de ser fuente de inspiración a fuente de desesperación. Las caderas, los muslo, las nalgas, los senos, hoy tienen que verse reducidos a su expresión más minimalista para osar siquiera aspirar el título de "bello".
"Venus de Urbino" de Tiziano
Una Venus contemporánea indudablemente tendría abdominales, siliconas y quein sabe cuantas otras cirugías. Estaría bronceada y demacrada. Probablemente estaría postrada no sobre un blando colchón drapeado en sábanas suaves, sino sobre una delgada colchoneta de gimnasia, revestida en toallas o vendas frías.
La realidad es que la estética actual ha abandonado lo natural por lo artificial, las carnes por los huesos, la curva por la línea. Y como resultado ha dejado a un sinnúmero de Venus abandonadas, rogando que vuelva un Tiziano, un Manet, un Velázquez o un Giorgione a reivindicar sus formas.
Desnudo de Scott Michaels
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