"Agua de vida", así se traduce el nombre del licor escandinavo
Aquavit. Pero hoy hablaremos del licor Aquavit Linie, uno muy especial y único
por un detalle muy particular que ocurre durante su elaboración. Resulta que
este no es un licor cualquiera, es un licor viajero, es un licor marino, ya que
durante su elaboración parte de su natal Oslo en Noruega y navega por el mundo,
surcando los siete mares, cruzando en su larga ruta dos veces el ecuador. Y no
me refiero al país, sino a la línea imaginaria que divide a nuestro planeta en
dos hemisferios. Este es el particular
encanto del Aquavit Linie. De hecho su nombre “Linie” se debe a que cruza dos
veces la línea ecuatorial.
El licor está destilado de la papa con una mezcla de
espirituosos, y una particular mezcla de hierbas aromáticas y especias como la
alcaravea, el comino, el eneldo, el cilantro, el hinojo y granos del paraíso o
pimienta de Guinea, obtenidos de una planta africana. De un color dorado pálido
y un sabor seco e intenso tiene un porcentaje alcohólico de entre 42 y 45%, lo
que le convierte en un escandinavo muy potente, casi como un vikingo.
El Aquavit Linie es embarcado en barricas usadas de jerez y
su recorrido empieza en Oslo hasta Australia y luego regresa nuevamente a Oslo
donde es embotellado tras haber cumplido su ruta náutica. El licor sale de
Oslo, es puesto en barricas en Jerez de la frontera y su travesía sigue
atravesando 35 países.
Los licores Aquavit fueron destilados en todos los países de
Escandinavia desde el siglo XV. Pero la historia de este peculiar licor nace en
1805, cuando Heinrich Meincke cruza el ecuador navegando desde Noruega hasta
Indonesia, llevando con él 5 barriles de Aquavit, un licor muy común de su
país. No pudiendo venderlas en aquel país vuelve a cruzar el ecuador con ella
al regresar a Noruega. A su llegada, dos años después, y con mucha sorpresa
descubre que el sabor del contenido de las barricas había mejorado
notablemente, volviéndose notablemente más suave. Meincke atribuyó el cambio al
doble cruce ecuatorial y se le ocurrió elaborar de esta manera todos sus
aquavits y así nació Linie Aquavit.
La idea fue muy exitosa y el
licor de Meincke adquirió notoriedad y sus barricas siguieron viajando
regularmente por los océanos durante 200 años. Como ya no se emplean veleros la
travesía del licor se redujo de 2 años a solo 4 meses y medio. Actualmente el
Linie Aquavit sigue produciéndose y viaja almacenado en viejas barricas hacia Australia y luego regresa a Noruega.
Este viaje juega un papel esencial en su producción, haciéndolo un licor muy
particular y apreciado tanto por su sabor como por su itinerante historia.
El movimiento constante del mar,
la alta humedad y las temperaturas fluctuantes desde las tormentas de los mares
nórdicos hasta los climas tropicales del hemisferio sur que ocurren durante su
largo itinerario de navegación, hacen que se extraigan mejor los sabores del
licor y contribuyen a acelerar su maduración.
Curiosamente unos destiladores
noruegos intentaron emular en tierra firme los movimientos del mar y
condiciones climáticas a la que están expuestos habitualmente estos licores en
su travesía y el resultado fue totalmente distinto al distintivo sabor de estos
licores, quedando comprobado que lo que le hace diferente es justamente esa
travesía oceánica.
Los escandinavos acostumbran
beberlo en sus festividades, particularmente en navidad y Pascua y lo toman en medio
de la comida acompañando a platos de pescado, ya sea arenques escabechados,
langosta o lutefisk o pescado ahumado. Ellos suelen decir que el Aquavit ayuda
al pescado a nadar hasta el estómago. De hecho las especias y el alcohol ayudan
a digerir mejor la grasa de las comidas.
Otro detalle muy particular de
este licor, es que cada etiqueta, en su parte trasera lleva inscrito el
itinerario de esa botella en particular, con las fechas de salida y llegada a
puerto y concluye con el fabuloso lema de la compañía: “Algunos viajes te
cambian para siempre.”
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