Este nuevo prodigio de la moda nació en Taranto, Italia en 1974 y desde que se graduó del Central Saint Martins de Londres en 1999 trabajó para una sucesión de marcas como Puma Missoni, y Coccapani hasta firmar un contrato de tres años con Ruffo Research, marca que lanzó la carrera de varios diseñadores como Sophia Kokosalaki. Al finalizar este contrato en 2004, Tisci tomó una decisión que marcaría su carrera, la de lanzar en Fashion Week de Milán una colección con su nombre aún siendo prácticamente un desconocido en el mundo de la moda. Esta colección muy atrevida pues jugaba con elementos de la iconografía católica cautivó a la prensa especializada y al poco tiempo fue convocado por Givenchy, convirtiéndose en el 2005 en el Director Creativo de las líneas femeninas de pret a porter y alta costura.
Cuentan que el joven diseñador casi rechazó la propuesta, pues su meta era concentrarse en su propia línea. Pero como su familia estaba atravesando un revés económico que había empujado a su madre a tomar la decisión de vender su casa, el joven diseñador decidió aceptar la propuesta multimillonaria para ayudar a su familia.
El debut de Tisci para la maison Givenchy fue uno de los más significativos del 2005. En esta colección supo combinar la clásica elegancia de la casa con detalles audaces y modernos. Tras el show, Carine Roitfeld, la editora del Vogue parisino, fijó una cita con él para que le confeccionara un vestido de gran soirée, que sería el primero de muchos. Desde entonces ha apoyado al diseñador, mostrándose como una gran entusiasta de sus diseños.
Tisci rompió la mala racha que venía atravesando la famosa casa de moda. A pesar de que la marca Givenchy había intentado reinventarse contratando a talentosos diseñadores como John Galliano, Alexander McQueen y Julien Macdonald, todos habían fracasado. Sin embargo, los diseños de Tisci tuvieron un enorme éxito crítico y comercial, sobre todo en la línea de alta costura. Cuando el diseñador llegó a Givenchy, la división sólo tenía 5 clientes. Al año ya sumaban 29. Con sólo 30 años, Tisci logró conectarse con la generación más joven con su estilo moderno y romántico volviendo nuevamente trendy a la vieja casa de moda, reviviéndola y restaurando su antigua gloria inyectando una alta dosis de energía y modernidad. En una entrevista el diseñador aclaró: “Estoy escribiendo mi propio código para Givenchy sin destruir su historia.”
El 2008 sería un año muy especial para Tisci. No sólo la casa le confió las divisiones masculinas, sino también fue invitado como curador de la edición número 8 del prestigioso A Magazine. Madonna lo convocó para que diseñara su vestuario del “Sticky & Sweet Tour”. Por él, la camaleónica reina del pop abandonó a sus diseñadores fetiches Jean Paul Gaultier y Dolce & Gabbana. Desde entonces ha diseñado conjuntos para la cantante para que lo luzca tanto sobre como fuera del escenario. Entre las numerosas estrellas que lo prefieren se encuentran Liv Tyler, Cate Blanchet y Gwyneth Paltrow.
Su estilo es catalogado por muchos como gótico, una descripción con la que el diseñador no se encuentra totalmente de acuerdo, considerándose a sí mismo más romántico que gótico. Al respecto aclaró: “Mi manera de mostrar es muy melancólica. La gente me llama diseñador gótico, pero yo no me veo así. Yo amo el romanticismo y la sensualidad; tal vez, porque vengo de una familia con ocho hermanas. También soy una persona muy emotiva. Me gusta el negro, me gusta el blanco. Nunca lo que está en el medio.”
Si bien en sus colecciones abundan detalles oscuros, a la vez exudan una elegancia moderna, contemporánea y romántica. Sus diseños cuentan historias cargadas de un romanticismo oscuro, con cortes afilados y contraposiciones de luz y oscuridad uniéndose en armonía para generar una silueta contemporánea. Riccardo Tisci también juega con la mezcla de códigos masculinos y femeninos proponiendo una sensualidad andrógina con una estética en la que convergen reminiscencias románticas con líneas suaves, femeninas y delicadas con una modernidad imaginativa y sorprendente.
En cada colección se percibe el eco del lujo, cuando Tisci combina audazmente texturas exóticas con formas clásicas, impecable sastrería con géneros inesperados y drapeados delicados con accesorios impactantes. Sus colecciones de alta costura son las más esperadas de cada temporada, gracias a su acercamiento dramático y nada convencional a la tradición de la alta costura. Para su última colección de alta costura, se inspiró en el mundo japonés, especialmente en el fallecido bailarín de Butho, Kazuo Ohno. El público fue sorprendido con el intricado trabajo de cada pieza, la impecable terminación y los originales diseños con elementos nipones, kimonos, dibujos propios de la estampa japonesa como gruyas y tocados inspirados en los robots japoneses de las películas de serie B de loa años cincuenta. Los vestidos, todos tonos blancos y claros, estaban adornados en la espalda con pliegues de origami hechos en cuero de colores vibrantes y llamativos como el amarillo neón y el fucsia.
El diseñador asegura que su proceso creativo es muy intenso. Si bien investiga mucho, asegura que su acercamiento siempre es emocional: “Mi trabajo en Givenchy se basa en la emoción, no en la reinterpretación”. Asegura además que se nutre de sus viajes, amigos y familia para expresar su visión y acostumbra escuchar Iron Maiden mientras diseña.
En sus últimas colecciones masculinas para Givenchy se propuso reinventar al hombre Givenchy como un hombre latino. “El hombre Givenchy es un hombre latino. Es quien soy también. Puede sonar extraño para una casa francesa, pero hay algo en el corazón de los latinos que yo amo. Y luego está el fuerte lenguaje corporal. El hombre latino es orgulloso y masculino, aunque no tiene miedo de mostrar facetas femeninas a la hora de vestir.” De hecho, el casting de sus desfiles masculinos es notorio, puesto que en un mundo de modelos extremadamente flacos, delicados y de aspecto andrógino y frágil, selecciona modelos fuertes, rudos y fornidos. Para su última colección masculina se inspiró en el encuentro del streetwear de L.A. y la elegancia europea. Asegura que diseñar para hombres es todo un desafío ya que llegar a algo que sea nuevo, sobresalga y al mismo tiempo sea ponible es especialmente difícil en la moda masculina.
Riccardo Tisci se ha coronado como el mago que fue capaz de reflotar Givenchy; aunque desde el reciente despido de John Galliano, es altamente probable que continúe haciendo su magia pero al frente de Dior, pues se rumorea que es uno de los candidatos para sustituir a Galliano en ésta casa francesa.
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