En este mundo cada vez más virtual, muchas veces nos encontramos dedicando más tiempo a nuestros amigos en el Facebook que en el día a día. La otra noche, al encontrarme en una reunión con un amigo a quien no veía desde hacía siglos, éste exclamó sorprendido y alegre: “¡Que gusto verle en vivo y en directo a todos mis amigos del Facebook!” Creo que fue el comentario más acertado que escuché en todo el 2010. ¡La verdad que tengo amigas de años que viven a cuadras de mi casa, con las que últimamente solo me encuentro en el Facebook!
Estas nuevas comunidades virtuales nos ubican en una especie de limbo en el cual nos es imposible distinguir si la tecnología nos está uniendo o separando. Lo cierto es que lenta, pero inexorablemente nuestra identidad del Facebook se va apropiando de nuestras vidas, como una especie de Dr. Evil a quien no podemos dejar de adorar y menos aún ignorar.
Todo lo que nos pasa vamos escribiendo en nuestro perfil, a veces en el momento mismo en que nos está sucediendo gracias a los Black Berry, por lo que no es de extrañar leer un update que diga: “¡Me están asaltando… este probablemente será el último mensaje que escriba… desde mi BLACK BERRY!”
Todos conocemos a alguien que duerme con, desayuna, come, almuerza, cena y hace el amor en Facebook. Algún mega Looser que pasa 20 horas al día y 7 días a la semana sentado frente al monitor esperando a que alguien escriba algo o suba una foto solo para comentar o hacer click en “me gusta”. Para colmo de los colmos tiene el hábito de actualizarnos sobre cada segundo intrascendente de su vida y cada pensamiento obsoleto que se le cruza por la cabeza en las actualizaciones de su patética vida 99.9% virtual (el .1% Real se lo concedemos por el solo hecho que respira, ocupa un espacio físico frente a su PC y tiene que alimentarse e hidratarse para seguir vivo) Lo peor de todo es que lo hace convencidísimo de que aquello postea es interesante. ¡A mí sinceramente no me interesa a qué hora se levantaron, que están comiendo, si sienten frío o calor o si la lluvia les pone tristes!
Pero los más tediosos son los que literalmente nos bombardean con sucesiones secuenciadas de los eventos más triviales de sus patéticas existencias. Primero postean: “Tengo hambre”, 2 minutos más tarde “No me decido que comer”, 5 minutos después “Finalmente estoy decidido: Marchando una hamburguesa”, 1 minuto luego “Esperando al Delivery”, 27 minutos después “El Delivery de MacBurgerolos es una Mi****”, a los 30 minutos “Mi estómago hace ruido”, 11 minutos luego “Sigo esperando el Maldito Delivery” y 5 minutos más tarde “Al fin llegó la maldita hamburguesa… pero llegó Fría”. ¡Evidentemente uno no puede dejar de celebrar que la hamburguesa le llegó al plaga este! Y luego regocijarse cuando al día siguiente postea a las 7:00 am: “Vomitando, la hamburguesa que comí anoche estaba podrida”. ¡Ahí recién resulta imposible darle Like o Me Gusta a su comentario para luego bloquear todas sus futuras actualizaciones!
Entre tantas necedades evidentemente no pueden faltar los comentarios irónicos. Existen algunas personas que son verdaderas expertas en la materia, ellos son las auténticas dominatrices másters y PHD de la ponzoña viperina del Facebook. No hay error que no corrigen odiosamente, ni foto que no comentan con sarcasmo.
Ya que abordamos el punto de los comentarios necios e irónicos, tan usuales en las redes sociales plagadas de ciber bullies, no se puede socializar en una red social llena de antisociales sin antes filtrar a tus amistades. A las que siempre tienen la ponzoña en la punta de la lengua, a aquellas que tienen la lengua bífida de lo viperinas que son: Eliminalas Y BLOQUEALAS. A las mete pata, eliminalas. A las que siempre están ahí para remover los trapitos sucios bloquealas. A los vairos no los aceptes nunca. A los adeptos al sarcasmo negales tu amistad. Y ya que estas en plan de purga, de paso no te olvides de bloquear a tus padres, porque seguro que nunca va a faltar algún indiscreto que revele alguna circunstancia o situaciones no aptas para padres.
Vengate de todas tus enemigas y enemigos reales y virtuales creando una identidad falsa, ponzoñosa y misteriosa que no tenés que revelar ni a tu almohada. No solo vas a disfrutar creando polémicas y debates inútiles y de vez en cuando peleate también con vos misma para que nadie sospeche que sos vos la mente siniestra detrás de aquel avatar perverso. Esta es la mejor manera de ponerles en su lugar a todos los cibernecios bocasueltas que plagan tu Facebook.
El problema de las redes sociales virtuales, es que muchas veces se expanden hasta invadir nuestra vida real, haciendo que el Facebook parezca un detestable psicópata acosador que te persigue hasta en los sitios más inesperados. Nunca falta el que interrumpe un momento perfecto para sacar su celular y tomar una foto acotando que es para el Facebook ¡y todos a posar con cara de estúpidos! ¡Si voy a una fiesta o a una discoteca, es para bailar, no para sacarme fotos para el Facebook! Ya ni se puede salir de incognito y uno ya ni siquiera se puede agarrar una borrachera anónima, porque al día siguiente de seguro algún buey corneta ya habrá publicado y etiquetado 789 fotos tuyas en cada uno de los 8 estados de la borrachera, pasando del mono al asno y del cerdo hasta a la cabra.
En el Facebook las indiscreciones no solo vienen en formato JPG. Tu muro puede convertirse en tu principal pesadilla. Nunca va a faltar una indiscreta que te deje un mensaje público que se convierta en la nueva comidilla de las conventilleras de este imperio del chisme que es el Facebook. Convertí a tu muro en el Muro de Berlín para evitar que te encuentres con alguien que te diga: “¡Cheee, Me enteré en el Facebook que te peleaste con Fulanita!” o peor aún: “¿Ya te curaste del Herpes que te contagió fulanito?”. No le des ni siquiera a tus amigos más íntimos la opción de que manchen tu muro con burdos grafitis. Ya tienen suficientes lugares donde comunicarse contigo: el chat, tu msn, tu teléfono, tu mail y ¡para todo lo demás está el INBOX!
El Facebook es una guerra y todo vale. Para triunfar en esta guerra aprendé de Machiavello. Primero tenés que destacarte entre tus amigas, sacando a relucir tu lado más competitivo. Photoshopeá todas tus fotos siguiendo mis consejos para el Cibertuneo, equipá tu Farmville, creá tu imperio criminal en Mafia Wars, convertite en la Queen Bee de Sorority Row, tuneá tu Dogville. Comprate todos los gadgets y poné verde de envidia a todos tus rivales con la casa minimalista y re chic que le construiste y decoraste a tu caniche virtual. Tras ejercer tu dominación en todas esas vidas virtuales paralelas, volvete la más popular del Facebook agregándole como amigos hasta al primo del vecino de la hermana de tu socia, por más de que los hayas visto solo una vez en el tu vida. En el Facebook cuenta la cantidad por en cima de la calidad. Allí todos tus 1,550 amigos, son tus íntimos.
No te olvides que en la competencia por ser popular en el Facebook también se tiene en cuenta la popularidad con el sexo opuesto. Tu vida amorosa tiene que ser fantástica. Si no tenés ni un perro que te ladre, inventate una cuenta fantasma, con pseudónimo ooobviamente. Cargá la foto de un churrazo que encuentres googleando (evidentemente olvidate de las celebridades ya que nadie te va a creer) y empezá a dejarte mensajitos hot y piropos a vos misma. Mirá que a los hombres les encaaanta la competencia, o sea que no te preocupes de perder a ningún candidato. Es más, te garantizo que esta táctica te va a conseguir muchos nuevos, ya que todos los hombres se sienten atraídos por las mujeres que los demás desean. ¡Autocotizate querida y hacelo YA!
¡Recuerda que en el Facebook siempre la ficción debe superar a la realidad! Pero nunca, repito: NUNCA, olvides que esto que es solo cierto en Facebook. No permitas que el Facebook se apodere de tu vida, apodérate tú de su virtualidad.
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