miércoles, 17 de junio de 2009

El Tic Tac del tiempo


Para muchos de nosotros nuestros relojes son solo pequeños y útiles artefactos que compramos en una tienda. Olvidamos que esas maravillosas máquinas cuyas manecillas nos indican rítmicamente el pasar del tiempo encierran en su interior toda la información que el hombre aprendió observando al universo.

La historia del reloj inicia cuando nuestros ancestros, al inventar el concepto del tiempo, necesitaron algo para medirlo. Al comienzo miraban a los astros para definir el horario. El sol cumplía la función de un gran reloj en el cielo cuya altura indicaba el momento del día y las horas de luz restantes. Al caer la noche, las estrellas y la luna lo suplían.

Hacia el 4000 a.C. los sacerdotes babilonios, que eran también hábiles astrónomos, decidieron dividir al día y a la noche en 12 horas respectivamente, y cada hora en 60 minutos y éstos a su vez en 60 segundos. Este sistema fue más tarde adoptado por los romanos y fue tan práctico y preciso que perduró hasta nuestros tiempos.

A medida que el hombre fue desarrollándose fue utilizando su ingenio para crear distintos artefactos para medir el tiempo. Los primeros relojes, los solares, surgen en Mesopotamia hacia 1500 a.C. Una vara en el centro de un círculo de piedra llamado dial (que en latín significa día) indicaba el tiempo según la dirección de su sombra. Se cree que el Obelisco de Cleopatra y otros obeliscos egipcios además de ser monumentos dedicados al sol, cumplían la función de gigantescos relojes solares.

Antiguo reloj solar Egipcio

Obelisco de Tutmosis I - Karnak

Los relojes solares eran muy útiles durante el día pero no servían de nada en la noche ni en días nublados o lluviosos. Para hacer frente a este problema los ingeniosos egipcios inventaron el reloj de agua o clepsidra, una especie de reloj de arena acuático, que medía el tiempo por medio de gotas de agua que caían de un vaso a otro. Su ventaja era que podía ser usado dentro de la casa y no requería del sol; sin embargo no indicaba que hora era sino cuantas horas habían transcurrido desde el inicio del goteo. Se los usaba en las cortes romanas para limitar la longitud de los tediosos discursos de los letrados romanos; pero éstos aprendieron a burlar el sistema enturbiando el agua de la clepsidra con arena para que corriese más lenta. Hacia el siglo III a.C. surge en Alejandría el reloj de arena. Su ventaja sobre la clepsidra era que su contenido no se congelaba durante el invierno, ni se volcaba ni debía recargarse. Como eran pequeños los atenienses adoptaron la costumbre de llevarlos consigo.

Clepsidra


Reloj de Arena

Los primeros relojes mecánicos surgen en Europa en el siglo XIII. No tenían ni diales ni manecillas y la hora era indicada por campanadas. Los relojes medievales se fueron volviendo más complejos, como el reloj de la catedral de Estrasburgo colocado en 1352. Éste cuenta con un globo celeste que muestra la posición del sol, de la luna y las estrellas, un calendario perpetuo y una procesión de figuritas que van apareciendo a distintas horas del día. Esta maravilla de la mecánica sigue funcionando hasta hoy y muestra el ingenio y la precisión que alcanzaron los relojeros medievales.

Reloj Astronómico de la Catedral de Estrasburgo

En 1665, el matemático y astrónomo holandés Christian Huyghens, quien descubrió los anillos de Saturno, inventó el reloj a péndola. El londinense George Graham lo perfeccionó en 1690.

Diseño de un reloj a péndulo

Reloj a Péndulo

El primer reloj de bolsillo fue creado en 1524 por Peter Henlein en Núremberg, Alemania. Como eran gorditos y ovalados los llamaban “huevos de Núremberg”. Los primeros relojes de bolsillo eran muy pesados y eran notoriamente inexactos pues sus mecanismos internos eran bastante toscos. Indicaban solo la hora, no tenían minuteros, segunderos ni cristal.


Huevo de Nuremberg - Siglo XVI

En el renacimiento, los artesanos especializados sustituyeron a los científicos en la fabricación de relojes. Éstos pasaron a ser auténticas joyas finamente ornamentadas con joyas y retratos en miniatura. Como eran tan poco precisos, se los consideraba adornos curiosos y costosos más que artefactos verdaderamente útiles. La reina Isabel I y sus damas acostumbraban combinar sus relojes con sus atuendos, llevándolos en cadenas o cintas alrededor del cuello. Algunos miembros de la nobleza tenían un atuendo distinto para cada día del año y también un reloj diferente para combinar con cada uno de ellos. En 1675, Carlos II de Inglaterra puso de moda los chalecos largos y los hombres empezaron a llevar sus relojes en sus pequeños bolsillos sujetándolos con cadenillas.

Detalle de una pintura del Siglo XVII que muestra un reloj decorativo que cuelga de una cinta a juego con el vestido

Reloj decorativo del Siglo XVII

Reloj de bolsillo del siglo XVII


Desarrollos en sus mecanismos permitieron a los relojes de bolsillo dar una hora más exacta. Se introdujeron el minutero y el segundero para hacer compañía a la solitaria manecilla de la hora que por mucho tiempo anduvo sola en las esferas. En 1705, el relojero suizo Nicolás Facio empezó a incluir diminutas joyas dentro del mecanismo de los relojes, que gracias a su dureza y lisura eran usadas como clavijas en los engranajes giratorios para proteger las piezas del metal contra el desgaste.

Antiguo reloj de bolsillo

Para fines del siglo XVIII los relojes eran exquisitos por fuera y precisos por dentro, dando sin dificultad la hora exacta. Los relojes británicos eran considerados los mejores en cuanto a su exactitud y perfección mecánica. Un famoso relojero apellidado Arnold había logrado hacer un reloj para el rey Jorge III, tan diminuto que podía ser llevado en un anillo. Esta era toda una proeza para la época y demostraba el desarrollo que había alcanzado la relojería británica.

Curioso reloj inglés montado en un bastón


Los franceses sabiendo que no podían competir con los británicos en su perfección técnica optaron por hacer relojes más hermosos. Sus relojes eran mucho más elaborados y artísticos que los británicos. Tenían diversas formas y estaban pintados y grabados a mano. Uno de los principales relojeros parisinos de esta época fue Breguet.

Relojes Franceses Esmaltados del Siglo XVIII

Antiguo reloj Frances de repisa

Reloj de bolsillo Frances del Siglo XVII


Reloj de Breguet

Interior del Reloj Breguet

A fines del siglo XVI los suizos empezaron a producir relojes, desplazando en poco tiempo, gracias a la perfección técnica y estética de sus relojes, a sus competidores franceses y británicos. Para 1700 los relojes suizos tenían la reputación de ser los mejores de Europa. Ginebra se convirtió en el centro de la industria relojera, atrayendo tanto a compradores como a fabricantes que se trasladaron allí a instalar sus talleres.

Antiguos relojes de bolsillo suizos

Con la revolución industrial del siglo XIX la vida se hizo más complicada y los trabajadores necesitaban relojes económicos y fiables. Las compañías americanas Hamilton y Waltham fueron las primeras en producir masivamente relojes buenos y accesibles.

En 1868 el relojero suizo Patek Philippe creó el primer reloj pulsera. Los usaban las mujeres. Los hombres seguían prefiriendo los relojes de bolsillo. En la Primera Guerra Mundial los relojes de pulsera ganaron popularidad entre los hombres. Allí los soldados se percataron que éstos eran más prácticos que los relojes de bolsillo, pues uno no necesitaba perder tiempo buscándolos en los bolsillos de sus sacos. Pronto los ejércitos empezaron a dar relojes de pulsera a sus soldados. Terminada la guerra, los hombres siguieron llevándolos. Los relojes de bolsillo continuaron usándose hasta fines de la Segunda Guerra Mundial; pero como para 1945, los relojes de pulsera ya contaban con todas las funciones que antes solo tenían los de bolsillo la demanda y la producción de estos últimos decreció dramáticamente.

Primer Reloj Pulsera para damas de Patek Phillippe

Patek Phillippe Pilot - 1936

En el siglo XIX aparecen las grandes empresas relojeras. En 1832 Auguste Agassiz funda Longines. Su logotipo, un reloj de arena alado, registrado en 1890 es el más antiguo de una marca relojera. Longines es famosa por sus relojes de aviador, como el modelo Lindbergh, diseñado por Charles Lindbergh tras su vuelo trasatlántico. En 1848, Louis Brandt abrió un taller que más tarde se convirtió en la empresa Omega. Esta empresa produjo el Moon Watch, primer reloj llevado a la luna en 1969 y desde entonces todos los astronautas de la NASA lo llevan.

Longines Lindbergh

Omega Moon Watch

En 1875, Joseph Bulova se muda de Bohemia a Nueva York y crea Bulova, una de las relojerías más importantes de Estados Unidos. En 1888 el joyero francés Louis-François Cartier produce el primer reloj pulsera Cartier, un reloj de dama en oro cubierto con diamantes. En 1904, Cartier lanza el icónico reloj Santos, primer reloj pulsera masculino, para ser usado por el aviador Santos-Dumont. En 1933 crean para el Pasha de Marrakech el famoso modelo a prueba de agua Pasha.

Antiguo Reloj Pulsera de Cartier en oro
Cartier Santos de 1904

Cartier Pasha

La Compañía Rolex fue creada por Hans Wilsdorf en 1905. En 1926 crean el Oyster, el primer reloj pulsera impermeable. En 1953 lanzan el primer reloj sumergible, el Submariner. En 1956 Rolex introduce el modelo Day-Date, reloj pulsera que muestra el día y la fecha.


Rolex Oyster de 1926

Rolex Submariner de 1953


Rolex Day Date de 1956

La marca japonesa Seiko se inició en Tokio en 1924. En 1983 SMH de Suiza lanza los populares y coloridos relojes Swatch. En 1980 se funda Hublot, relojes famosos por sus pulseras en caucho natural. En 1985, la famosa relojería Heuer se une al grupo Tag, creando la prestigiosa marca Tag-Heuer.

Relojes Swatch

Reloj Hublot con malla de caucho

El reloj pulsera más caro del mundo fue el World Time, realizado en 1939 por Patek Philippe para celebrar los 150 años de su fundación. De puro platino, llevó 9 años perfeccionarlo y tiene 33 funciones diferentes. Fue vendido por 4,8 millones de euros en una subasta en Ginebra. El reloj joya más caro es el Kallania de Vacheron Constantin. Hecho enteramente en oro blanco, cuenta con 186 diamantes de 170 quilates. Su precio de venta es de 5 millones de euros.

Reloj Patek Phillippe World Time en Platino de 1939

Kallania de Vacheron Constantine

Los siglos XX y XXI introdujeron grandes avances en la relojería. En 1928 los Laboratorios Bell desarrollan el primer reloj de cuarzo. En 1952, se introdujeron las pilas a los relojes pulseras, avance significativo en la relojería que nos liberó de la tediosa tarea de tener que darles cuerda. En 1967 se inventa el reloj más preciso de la historia: el atómico. En los 70’s surgen los relojes electrónicos con pantallas LCD y LED. En años recientes Tissot lanzó sus relojes T-Touch, con pantalla touch; Citizen lanzó su Eco-Drive, un reloj a energía solar y Seiko lanzó sus relojes de Titanio. A medida que pasan los años, solo podemos especular sobre las sorpresas que nos depararán los relojes del futuro.

Tissot T-Touch

La próxima vez que miren sus relojes recuerden toda la tecnología, inventos y grandes pensamientos que tuvieron que desarrollarse para que puedan conocer la hora exacta; aunque, a pesar de la exactitud de nuestros relojes, sigamos siendo impuntuales.

1 comentario:

Gerardo Violero dijo...
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