¿Donde están? ¡Por favor díganme dooonde estáaan!
¡¿Los príncipes azules?! ¡Ma que príncipe azul, que ya no estoy como para creer
en cuentos de hadas! Lo que busco es algo real, pero lastimosamente en peligro
de extinción. ¡Pregunto dónde están los caballeros! ¿A dónde fueron a parar los
modales y las buenas costumbres y la tan necesaria caballerosidad de los
hombres?
Es que no hay vuelta que dar, ¡caballeros eran los
de antes! Ahora hay solo una mansalva de giles que de Caballero tienen sólo el
apellido, pero de caballeros de buena cepa y fina estampa, creo que no llegamos
ni a un puñado. Los hombres hechos y derechos, bien plantados y educados, de
esos que te abren la puerta del auto para bajar, que te tienen como a una
reina, que te prestan el saco cuando tenés frío y que te corren la silla para
que te sientes son más escasos que neuronas de miss tanga.
Los hombres ya no tratan con respeto y deferencia a
las mujeres. Nosotras, como necias quejándonos de que no nos abren más la
puerta del auto. ¡Pero que esperanza! Pero que esperamos si ni siquiera son
capaces de darnos paso con tal de avanzar medio metro en un semáforo y si
osamos interponernos en su camino le bajan 10 bocinazos al hilo seguido de una
sarta de sandeces con un: “mujeeeeer luego tenía que seeeer CARA&%#!”.
Si no te topetás con un australopitecus lo más
probable es que te aparezca con el polo opuesto: un metrosexual, un valor que
tiene más cremas que vos, lee blogs de moda, es más narcisista que de tanto que
va al solárium le dieron una tarjeta de millas, que se cuida tanto que te da
vergüenza comer frente a él y que es más narcisista que una prima ballerina. Y
como vas a pretender que este hombre te cuide, te mime, te proteja y te admire,
si está embelesado con su propio reflejo en el estanque de lodo. El pobre está
convencido que él es el princeso de la relación. Ponéle la firma que, con tal
de no arruinar su look, no te va a prestar su saco por más que te pongas azul
de frio y te empiecen a castañear los dientes de la hipotermia.
No busques más a los caballeros que saben
conquistar a una mujer con su encanto, su ingenio y sus gestos. Menos uno que
te seduzca con su verba. Los hombres de hoy están acostumbrados a los levantes
digitales. Te invitan a salir por el chat del Facebook, flirtean contigo por el
Wassup desplegando como mayor demostración de su “ingenio de hidalgos” burdos
piropos floreados con emoticones y, tras haber agotado su ronda de touch and gos, terminan rompiendo contigo
por mensaje de texto. ¡LOL!
Los chicos de hoy han perdido también el
romanticismo de los hombres de antes. Las serenatas, los galanteos, las
demostraciones de afecto sinceras son reemplazadas por las posturas fabricadas,
forzadas y falsas de nuestros habituales playboys rústicos, que creen que ser
románticos es lanzar piropos por doquier hasta que alguna pelotuda muerda su
anzuelo. Ellos no están interesados en tomarse el tiempo de manifestar su amor
ni de conquistarnos si vivimos en la era de la instantaneidad y de la
glorificación de las golfas. Para qué perder el tiempo conquistando a una dama
si seguro pueden encontrar a una fulana que se le regale o en última instancia
que le haga “el favor” a cambio de una “ayuda” para su combustible.
Para complicar más aún el cuadro, los hombres de
hoy han perdido muchas nociones básicas de la buena educación. No sólo no te
corren la silla, sino que son capaces de dejarte parada como una pelotuda
sentándose ELLOS en la única silla disponible. Han cambiado tocar el timbre por
tocar la bocina y “se hacen respetar” siendo prepotentes y soeces.
Bien decía Arturo Pérez Reverte que “Un caballero
es aquél que lo es sin esforzarse por serlo y sin pretenderlo.” Un verdadero
caballero no vive una simulación, sino que simplemente ES cortés y RESPETA a
las mujeres. No se disfraza de galante o romántico para ligar una noche, sino
que expresa o manifiesta con sinceridad sus sentimientos. Por último, un
caballero hecho y derecho es VALIENTE. No teme ir de frente, se anuncia a viva
voz, y cuando mete la pata (porque los
caballeros también son humanos) tiene los suficientes huevos para dar la cara y
bancársela en vez de borrarse o refugiarse en excusas y pretextos.
1 comentario:
Hombres necios que acusais a la mujer, sin razon, sin saber que sois la ocasion de aquello que la acusais......
s..
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