miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA OTRA


Quien no se ha visto alguna vez portando los stilettos de la regia enfrentada por una chiruza. Nosotras que constituimos el magnífico combo de entrada, el plato principal y el postre y que jamás de los jamases podríamos ocupar el lugar de guarnición, de súbito nos vemos arrojadas a segundo plato por otra que aparece con una presentación más “novedosa”.

Estas crueles usurpadoras no tienen ningún valor moral en su haber, no discriminan hombre alguno y son legionarias del “todo vale”. Para ellas es indistinto que el galán en cuestión sea soltero o casado. Lo único importante para ellas es atraparlo en sus redes cueste lo que cueste. Si cuesta un matrimonio o una familia…. bah, OBVIO que no les importa. Maquiavelo debería haber escrito un segundo tomo de “El Príncipe” inspirado en estas Princesas inescrupulosas y mañosas que aquejan la existencia de tantas TANTAS mujeres.

Es que no hay ser más maquiavélico, calculador y artero que estas maléficas princesas del adulterio. Por eso las odiamos con todas nuestras entrañas y las escrachamos hasta cuando se fugan con el marido de nuestra peor enemiga. Y por más de que en el fondo sabemos que nuestros playboys rústicos tienen MÁS culpa…. Nosotras SIEMPRE preferimos culparlas a ELLAS.

Nuestras abuelitas las llamaban “las queridas” y este término no podría ser más acertado. Es que la triste y horrible verdad es que ellos están locos por ellas. Locos de amor, ciegos de amor, embrutecidos de amor por estas chiruzas virulentas. Claaro, ellas nunca están de mal humor, si los ven sólo un par de horas al día. Ellas no tienen que lidiar con el día a día, con la economía doméstica, con el pirevaí  del susodicho. No, ellas NUNCA se plaguean y siempre están disponibles para el chiqui chiqui por el cheque cheque. ¡Obviamente que las adoran! Lo que los giles de los galanes nunca se dan cuenta es que ni bien formalicen con la otra, la verán convertirse paulatinamente en el clon de su ex novia o esposa. Si queridos, ni bien “la querida” pasa a ser la oficial se convierte automáticamente en la “MAL QUERIDA”.

Otra de las horribles verdades de las otras es que al ser “la querida” siempre son agasajadas por sus galanes. Si mis darlings, todo lo mejor va para la “querida”. Una amiga joyera una vez me contó que en las fechas especiales, cuando estos galanes malnacidos compran joshitas para sus patronas y para sus yiyis, siempre PERO SIEMPRE, la joya más fantabulosa va para la yiyi. Para la querida el diamante de 7 quilates y para la MAL querida el circón. Si mis darlings, esa es la triste verdad. Espero que lo recuerden la próxima vez que duden en reventar la tarjeta adicional de sus maridos. ¡Háganlo sin culpas mis divinas regias!

Además a las queridas ellos no les cuestionan los gastos NUNCA. Si es más que obvio que ellas están involucradas sólo para sacar provecho. Mientras la esposa se preocupa en disimular lo que gastó en el Agosto OFF poniendo en el talonario de su chequera que los 800.000 Gs que gastó en un par de zapatos fantastiquérrimos fueron librados para “comprar flores y plantas para el jardín”, la chonga no tiene que justificar sus gastos. Todo lo soluciona con un “Dalena papi, masiaaado quiero para mi Samsung Galaxy último modelo” o un “Ay papitooo quiero para mi autoooo descapotable, masiado lindo me va a quedar”. A las oficiales que les parta un rayo. Conozco casos de galanes de los yuyales que han comprado el mismo modelo de auto para la esposa y para la chonga y que a la hora que les empezó a forzar el pago de las cuotitas… ¿adivinen el auto de quién devolvió? El de la esposa. ¡OBVIO! Si ella es la única  a quien le importa verdaderamente la economía doméstica.

Ahora pasemos a otras de las verdades innegables en asuntos de cuernos y cornetes. La otra SIEMPRE es la chiruza. Por algo nuestras abuelitas llamaban a los mete cuernos “chineros”. Es que por lo general la otra no cuenta ni con el pedigrí, ni la crianza, ni la educación, ni el entorno, ni la clase, ni el roce social y menos aún los valores de la legítima esposa o novia oficial. No mis Darling, Lo más probable es que la otra sea una vairota con el pelo mal teñido, labios de comedora de guiso y aliento a cocido con galleta kururú que ni siquiera ha terminado la primaria y cuya única meta en la vida en conseguir un sponsor que le financie unas nuevas lolas. Si mis queridas princesas de la aristocracia guaraní, nuestros galanes NO discriminan. Al contrario de lo que pregonaba la Nanis, a ellos les encaaanta la mortadela. A ellos les es indiferente que vos hayas debutado regiamente en el Cente con un vestido de Saiach y la otra envuelta en 100% poliéster con caireles de plástico en el “Clut de Leones de San Feliciano de Ycuamandiyumí”.

Por lo general las otras tienen sólo dos atributos a su favor: su look erotizado de promotoras cachaqueras y sus 15 añitos bieeen vividos, atributos que ya son suficientes para llamar la atención de todo cuarentón en crisis o veinteañero tavyrón.

Otra de las lamentables verdades es que la oficial SIEMPRE es la última en enterarse. Tal como reza la canción “la vida te da sorpresas, soooorpresas te da la vida” la esposa o la novia oficial son siempre las más sorprendidas. Ellas nunca ven llegar a las otras. Para cuando se les aclara la vista las otras ya están firmemente instaladas en su propiedad privada y ni con juicio de desalojo podrán sacar de sus vidas a estas atrevidas invasoras. ¡Y créanme mis queridas, que no hay macho que valga el dolor de cabeza! Pero por el sólo placer de aplastar a estas mosquitas muertas avispadas no hay que desistir hasta salir victoriosas. Ya verán ustedes qué hacer con sus galanes, si mandar echar, regalar con moño y todo o amonestar de por vida. Pero a la otra, siempre pero siempre, hay que hacerle aprender la lección. ¡No te metas con el caviar honey!

  

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