Quien no se ha visto alguna vez
portando los stilettos de la regia
enfrentada por una chiruza. Nosotras que constituimos el magnífico combo de
entrada, el plato principal y el postre y que jamás de los jamases podríamos
ocupar el lugar de guarnición, de súbito nos vemos arrojadas a segundo plato
por otra que aparece con una presentación más “novedosa”.
Estas crueles usurpadoras no
tienen ningún valor moral en su haber, no discriminan hombre alguno y son
legionarias del “todo vale”. Para ellas es indistinto que el galán en cuestión
sea soltero o casado. Lo único importante para ellas es atraparlo en sus redes
cueste lo que cueste. Si cuesta un matrimonio o una familia…. bah, OBVIO que no
les importa. Maquiavelo debería haber escrito un segundo tomo de “El Príncipe”
inspirado en estas Princesas inescrupulosas y mañosas que aquejan la existencia
de tantas TANTAS mujeres.
Es que no hay ser más
maquiavélico, calculador y artero que estas maléficas princesas del adulterio. Por
eso las odiamos con todas nuestras entrañas y las escrachamos hasta cuando se
fugan con el marido de nuestra peor enemiga. Y por más de que en el fondo
sabemos que nuestros playboys rústicos tienen MÁS culpa…. Nosotras SIEMPRE
preferimos culparlas a ELLAS.
Nuestras abuelitas las llamaban
“las queridas” y este término no podría ser más acertado. Es que la triste y
horrible verdad es que ellos están locos por ellas. Locos de amor, ciegos de
amor, embrutecidos de amor por estas chiruzas virulentas. Claaro, ellas nunca
están de mal humor, si los ven sólo un par de horas al día. Ellas no tienen que
lidiar con el día a día, con la economía doméstica, con el pirevaí del susodicho. No, ellas NUNCA se plaguean y
siempre están disponibles para el chiqui chiqui por el cheque cheque. ¡Obviamente
que las adoran! Lo que los giles de los galanes nunca se dan cuenta es que ni
bien formalicen con la otra, la verán convertirse paulatinamente en el clon de
su ex novia o esposa. Si queridos, ni bien “la querida” pasa a ser la oficial
se convierte automáticamente en la “MAL QUERIDA”.
Otra de las horribles verdades de
las otras es que al ser “la querida” siempre son agasajadas por sus galanes. Si
mis darlings, todo lo mejor va para la “querida”. Una amiga joyera una vez me
contó que en las fechas especiales, cuando estos galanes malnacidos compran
joshitas para sus patronas y para sus yiyis, siempre PERO SIEMPRE, la joya más
fantabulosa va para la yiyi. Para la querida el diamante de 7 quilates y para
la MAL querida el circón. Si mis darlings, esa es la triste verdad. Espero que
lo recuerden la próxima vez que duden en reventar la tarjeta adicional de sus
maridos. ¡Háganlo sin culpas mis divinas regias!
Además a las queridas ellos no
les cuestionan los gastos NUNCA. Si es más que obvio que ellas están
involucradas sólo para sacar provecho. Mientras la esposa se preocupa en
disimular lo que gastó en el Agosto OFF poniendo en el talonario de su chequera
que los 800.000 Gs que gastó en un par de zapatos fantastiquérrimos fueron
librados para “comprar flores y plantas para el jardín”, la chonga no tiene que
justificar sus gastos. Todo lo soluciona con un “Dalena papi, masiaaado quiero
para mi Samsung Galaxy último modelo” o un “Ay papitooo quiero para mi autoooo
descapotable, masiado lindo me va a quedar”. A las oficiales que les parta un
rayo. Conozco casos de galanes de los yuyales que han comprado el mismo modelo
de auto para la esposa y para la chonga y que a la hora que les empezó a forzar
el pago de las cuotitas… ¿adivinen el auto de quién devolvió? El de la esposa.
¡OBVIO! Si ella es la única a quien le
importa verdaderamente la economía doméstica.
Ahora pasemos a otras de las
verdades innegables en asuntos de cuernos y cornetes. La otra SIEMPRE es la
chiruza. Por algo nuestras abuelitas llamaban a los mete cuernos “chineros”. Es
que por lo general la otra no cuenta ni con el pedigrí, ni la crianza, ni la
educación, ni el entorno, ni la clase, ni el roce social y menos aún los
valores de la legítima esposa o novia oficial. No mis Darling, Lo más probable
es que la otra sea una vairota con el pelo mal teñido, labios de comedora de
guiso y aliento a cocido con galleta kururú que ni siquiera ha terminado la
primaria y cuya única meta en la vida en conseguir un sponsor que le financie unas nuevas lolas. Si mis queridas
princesas de la aristocracia guaraní, nuestros galanes NO discriminan. Al
contrario de lo que pregonaba la Nanis, a ellos les encaaanta la mortadela. A
ellos les es indiferente que vos hayas debutado regiamente en el Cente con un
vestido de Saiach y la otra envuelta en 100% poliéster con caireles de plástico
en el “Clut de Leones de San Feliciano de Ycuamandiyumí”.
Por lo general las otras tienen
sólo dos atributos a su favor: su look erotizado de promotoras cachaqueras y
sus 15 añitos bieeen vividos, atributos que ya son suficientes para llamar la
atención de todo cuarentón en crisis o veinteañero tavyrón.
Otra de las lamentables verdades
es que la oficial SIEMPRE es la última en enterarse. Tal como reza la canción
“la vida te da sorpresas, soooorpresas te da la vida” la esposa o la novia
oficial son siempre las más sorprendidas. Ellas nunca ven llegar a las otras.
Para cuando se les aclara la vista las otras ya están firmemente instaladas en
su propiedad privada y ni con juicio de desalojo podrán sacar de sus vidas a
estas atrevidas invasoras. ¡Y créanme mis queridas, que no hay macho que valga
el dolor de cabeza! Pero por el sólo placer de aplastar a estas mosquitas
muertas avispadas no hay que desistir hasta salir victoriosas. Ya verán ustedes
qué hacer con sus galanes, si mandar echar, regalar con moño y todo o amonestar
de por vida. Pero a la otra, siempre pero siempre, hay que hacerle aprender la
lección. ¡No te metas con el caviar honey!
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