martes, 1 de abril de 2014

NOVIAS ORIGINALES



Todas las novias desean verse únicas en el día de sus bodas y llevar el vestido más especial imaginable. Pero hay novias que además de verse bonitas, anhelan romper con todos los esquemas y mostrar su originalidad, empujando los límites de lo que tradicionalmente conocemos como vestido de novia.
En este especial de bodas, dejamos de lado el tradicional y clásico vestido blanco de princesa, para darle lugar a los vestidos de novias más originales y poco convencionales que quedaron impresos en la memoria de todos. Les presentamos a las celebridades que decidieron romper todos los esquemas a la hora de elegir sus vestidos de novia. 

 Dita von Teese: En su boda en el 2005 con nada más y nada menos que el cantante Marilyn Manson, la espectacular Dita eligió un vestido tan excéntrico como el novio. Dita lució un vestido de tafeta púrpura diseñado por Vivienne Westwood. El vestido era muy acorde a la temática gótica de la boda que se llevó a cabo en un castillo de estilo gótico en Irlanda a la medianoche. La decoración de la fiesta estaba hecha con rosas negras y rojas, al igual que el ramo. El oscuro vestido contaba con una falda voluminosa y un corsé de Mr. Pearl y era complementado con un sombrero negro triangular con corto velo de tul negro de Stephen Jones y vertiginosos tacones de Louboutin. Un atuendo extravagante para una novia extravagante.
 
Marilyn Monroe: La sensual leyenda de Hollywood eligió un vestido muy poco convencional y en un color aún menos convencional en su boda de 1954 con el legendario jugador de baseball Joe DiMaggio. Si bien fue una boda civil, el traje sastre marrón oscuro con cuello de piel blanca a lo Santa Claus que lució la estrella, fue una decisión extraña hasta para una boda civil y sobre todo siendo ella una de las mujeres más sexy de la historia. Prácticamente se casó con un vestido de secretaria aburrida, sin nada del glamour que habitualmente envolvía a la adorada actriz. En lugar de ramo, Marilyn llevó un corsage de orquídeas blancas al lado del cuello de su saco. El motivo del atuendo tan sencillo fue que la actriz quiso despistar a la prensa ya que quería mantener la boda en secreto. A pesar de haber hecho todo lo posible por no llamar la atención e invitar solamente a 6 personas a su boda para que el rumor no corriera, la noticia se filtró a la prensa un día antes de la ceremonia de manera que quedaron registros fotográficos de su desacertada elección nupcial. El vestido fue vendido en una subasta pública 45 años después por 33,000 dólares.

Elizabeth Taylor: Obviamente que con ocho matrimonios en su haber, Liz Taylor podría haberse casado de blanco y luego con todos los siete colores del arcoíris. De hecho la actriz no decepcionó y aprovechó la ocasión para salirse de lo habitual. En su casamiento en 1959 con Eddie Fisher eligió un glamoros vestido de intensa seda verde acompañado de un velo al tono. En su primer boda con Richard Burton en 1964 (más adelante se divorciaría de él y luego se volvería a casar nuevamente con el mismo actor), eligió un originalísimo y muy llamativo vestido de chiffón amarillo de mangas largas y corte imperio diseñado por Irene Sharaff (la diseñadora del vestuario de la película “Cleopatra” donde se conocieron y se enamoraron Taylor y Burton). El vestido iba acompañado de un ramo de margaritas amarillas. En vez de velo la actriz lució las mismas florecitas amarillas trenzadas en su pelo. En su segunda boda con Burton en 1975 optó nuevamente por el verde.

Gwen Stefani: Esta cantante es famosa por su estilo glamoroso, ultra femenino y poco convencional. Desde que apareció en escena con el cabello rosa y su look retro marcó una diferencia abismal entre ella y el resto de las divas del rock. Así que era de esperarse que el día de su boda con el músico Gavin Rosedale, fuera una ocasión más para echar a volar su imaginación y ser fiel a su estilo. El 14 de septiembre de 2002, Gwen eligió un vestido de Christian Dior Haute Couture de seda de escote asimétrico y la falda teñida de rosa en degradé que iba del rosa pálido hasta unas tonalidades más intensas en el ruedo, diseñado por el extravagante John Galliano, entonces diseñador de Dior. El toque nupcial lo llevaba en un velo hermoso de encaje antiguo también creado por el diseñador. Aunque la ceremonia oficial fue en Londres, la pareja renovó sus votos dos semanas más tarde en la ciudad de Los Ángeles, ya que a Stefani le gustó tanto su impresionante vestido que quería ponérselo al menos una vez más.

Pamela Anderson: Esta novia saltó a la fama por correr en la playa en traje de baño por lo que no es de extrañar que eligiera como vestido de novia, no un vestido, ¡sino un bikini! La actriz se unió al cantante Kid Rock el 29 de julio de 2006 a bordo de un yate en Saint Tropez y rompió todos los estándares de vestimenta para una boda de playa. Al momento de la ceremonia, Anderson lució un minivestido blanco de Heatherette, al terminarla, se cambió a su segundo traje de bodas, un bikini blanco de Melissa Obadash y un gorro de marinero con el que, según la novia, podía festejar mejor. Además, así su look combinaría con el de su nuevo esposo, quien para entonces ya no tenía camisa. El único inconveniente fue que la boda resultó ilegal, pues Francia (país al que pertenece Saint Tropez) solicita una ceremonia civil en el Ayuntamiento y meses de residencia para hacer oficial un matrimonio.

Bianca Jagger: La ex esposa de Mick Jagger, es la mujer nicaragüense que conquistó el corazón del líder de los Rolling Stones en la década de los setenta. Bianca era famosa por su elegancia y estilo. Para su boda con el roquero, decidió hacer de menos al tradicional vestido de novia, optando por un traje sastre blanco. La pareja se casó también en Saint Tropez, el 12 de mayo de 1971, en el Ayuntamiento local y ambos usaron trajes de corte moderno hechos a la medida por el diseñador Yves Saint Laurent. La novia lució un sensual sastre blanco de dos piezas con falda larga y chaqueta ceñida; lo interesante del atuendo es que no llevaba nada debajo del blazer, dejando entrever mucho más de lo que se atrevería una novia promedio. Una tendencia que, además de complacer al novio, pronto se puso de moda en todo el mundo. Para completar su look provocativo, utilizó esmalte rojo en sus uñas, un sombrero con un velo sostenido por flores y, a sugerencia del propio Saint Laurent, un corsage en la muñeca en lugar de ramo para dar un toque más elegante al diseño nupcial.

Mia Farrow: En la época en que enseñar las piernas con minifaldas estaba de moda, la actriz de El bebé de Rosemary aprovechó el auge de esta tendencia y la aplicó durante su boda con el cantante Frank Sinatra el 19 de junio de 1966. Su look fue una sensación entre las novias y algunos críticos de moda lo catalogaron incluso como vanguardista. Farrow se casó de corto con un traje blanco de dos piezas, con falda corta en línea A hasta la altura de la rodilla y un saco de manga tres cuartos con dos filas de botones al centro. Su corte de cabello a la garçon la hicieron lucir más sencilla y adorablemente moderna para la época. La ceremonia que tuvo lugar en Las Vegas, fue muy corta, al igual que su matrimonio, pues la diferencia de casi 30 años de edad entre los novios hizo que su relación sólo durara sólo dos años.

Yoko Ono: La artista se casó con el Beatle John Lennon el 20 de marzo de 1969 en la ciudad de Gibraltar. Para su boda, la feliz novia lució un minivestido blanco de manga tres cuartos y con holanes en la falda, muy al estilo de los años sesenta. ¿Tacones y velo? No para Ono. Ella decidió usar medias altas con zapatillas deportivas blancas, un sombrero de playa y, para sellar con broche de oro, los clásicos lentes de sol redondos que le gustaba usar a la pareja. Sin lugar a dudas fue un vestido acorde a la personalidad excéntrica de la artista nipona. Notablemente, la luna de miel fue aún más excéntrica que el vestido de novia  de Yoko, pues la pareja decidió convertirla en un evento mediático en favor de la paz, recluyéndose en una habitación de hotel durante siete días, dejando que la prensa les tomara fotos en la cama.

Audrey Hepburn: Esta icónica actriz es una de las bellezas clásicas del cine estadounidense y su porte inspiró a las casas de moda más importantes del mundo. ¿Quién podría olvidar lo bien que lucía vestida de Givenchy en Desayuno con diamantes? Cuando la estrella de Hollywood se casó el 26 de septiembre de 1954 con el actor Mel Ferrer, con quien trabajó en la cinta Guerra y paz, cautivó una vez más al mundo con su sofisticado estilo para vestir. Su traje de novia representa a la perfección la moda de los años cincuenta, una cintura muy marcada, falda amplia con mucho volumen a la altura de la pantorrilla y un escote conservador, diseñado nada menos que por Balmain. El detalle original fueron las mangas abultadas de organza y el cuello alto, que lucían aún más por el pelo corto de la actriz, el cual decoró con pequeñas rosas blancas. Lo más atípico del vestido fue el largo, que no era ni largo ni corto, sino que le llegaba a media pierna. Para su segunda boda, con Andrea Dotti fue aún más original, eligiendo un minivestido de lana rosa diseñado por su querido amigo Hubert de Givenchy, que iba acompañado, en vez de velo por una capucha a juego de lo más excéntrica.

Linda Eastman: Otra esposa de un Beatle que lució un traje de novia atípico. Cuando se casó en 1969 con Paul McCartney, optaron por una ceremonia sencilla en la oficina de registro civil de Marylebone, en Londres. Para su boda, Linda eligió un vestido corto de color beige y corte imperio, pero lo que realmente destacó fue su abrigo amarillo brillante que combinaba con la corbata del músico. La hija de seis años de Linda, de un matrimonio anterior, estuvo en todo momento con ellos. Su matrimonio duró hasta que Linda falleció de cáncer de mama en 1998.

Raquel Welch: Cada novia viste de acuerdo con su época, pero de vez en cuando aparece una que se adelanta a su tiempo luciendo diseños que sus contemporáneas comprometidas no usarían jamás. Tal es el caso de la actriz Raquel Welch, quien aprovechó su condición de sex symbol para lucir un minivestido de encaje semitransparente el día de su boda con su mánager, Patrick Curtis, en 1967. Una mujer a la que se le conocía como "el cuerpo" podía darse el lujo de apoyarse en la revolución sexual del momento y usar un vestido que dejara al descubierto gran parte de sus atributos.

Jessica Biel: Para su boda el año pasado con el cantante Justin Timberlake, la bella actriz eligió un romántico vestido rosa, que iba al tono con toda la decoración de la boda que era de este color. El vestido de novia se trataba de un delicado vestido strapless de seda en rosa pálido diseñado por el famoso diseñador Giambattista Valli. Un auténtico vestido de princesa para una boda de ensueño realizada en el sur de Italia. Como accesorios la actriz llevó unos impactantes aros de diamantes canarios y diamantes rosas. Para completar el romanticismo de esta boda, el cantante le dedicó una serenata a su nueva esposa con una canción que escribió especialmente para ese momento.

Julainne Moore: En el 2003 la pelirroja actriz eligió un sencillísimo vestido lavanda de Prada de corte al bies, de estilo enagua, para casarse con su pareja Bart Freundlich. La ceremonia fue muy íntima y la recepción se realizó en la casa de la pareja en la ciudad de Nueva York. La actriz decidió prescindir del velo y llevó el pelo suelto. Como accesorios lució unos zapatos verdes también de Prada.

Sharon Stone: En su boda en 1998 con el magnate de los periódicos Phil Bronstein, la sensual actriz decidió tomar una decisión tan atrevida como las películas que la llevarían a la fama, apartándose del tradicional blanco y optando por un vestido de muselina en rosa viejo diseñado por Vera Wang. Sharon lució un velo al tono también en muselina sujetado por una principesca tiara. La actriz se casó el día de San Valentín.

Sarah Jessica Parker: La actriz e ícono de moda fue una de las audaces mujeres que eligió salirse del tradicional blanco a la hora de elegir su traje de novia. Sin embargo, su decisión fue aún más audaz pues eligió nada más y nada menos que un vestido largo totalmente negro para su boda en 1997 con Matthew Broderick. Años después, en una entrevista concedida a Harper’s Bazaar, la actriz comentó que con los años se había arrepentido de su elección y que si algún día renovaba sus votos o se volviera a casar lo haría con un vestido tradicional en blanco, “como debería haberlo hecho en aquel entonces.”

Keira Knightley: La bellísima actriz británica, recientemente se casó con el músico James Righton en Francia, luciendo un adorable vestido corto de tul rosa de Chanel. Pero lo audaz no sólo fue su elección de optar por un vestido corto y de color para su boda, ¡sino que se trató de un vestido reciclado, que ya había lucido a los premios BAFTA de 2008! Como complementos la actriz lució una chaqueta de tweed blanco y rosa y unas ballerinas de Chanel, y unos lentes de sol Rayban wayfarer.

Sofia Coppola: La directora de cine, famosa por su estilo refinado y cool, así como lo hizo Kiera, optó por un vestido para nada convencional para su boda en el 2011 con el también músico Thomas Mars. La directora eligió un vestido corto de tul lila diseñado por Azzedine Alaia. También prescindió del velo y lució unas sencillas sandalias negras.

Avril Lavigne: En su boda con Chad Kroeger, tanto el novio como la novia fueron de negro. Los dos músicos se casaron en Cannes, Francia. De hecho Avril Lavigne ya lucido el clásico vestido de novia blanco en su primer matrimonio, que fuera diseñado por Vera Wang. Para el segundo decidió ser fiel a su espíritu roquero, optando por una boda con temática gótica, en la cual lució un vestido confeccionado completamente en encaje negro diseñado por Monique Lhuillier, acompañado de un bouquet de flores negras. Como accesorio, ambos novios se hicieron unos tatuajes idénticos conmemorando la ocasión y que decían: “vivre le momento presént” (vivir el momento presente).

Reese Witherspoon: Para su segunda boda con el agente Jim Toth, la actriz decidió dar rienda suelta a su princesa sureña interior, eligiendo un vestido rosa pálido diseñado por Monique Lhuillier. Al igual que Lavigne, ya había pasado por el modelito blanco en su primera boda con Ryan Phillippe. La actriz llevó el pelo suelto adornado con un velo largo en tul rosa.

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