sábado, 25 de diciembre de 2010

LA RUTA JESUÍTICA: Un Recorrido de Historia y Cultura


 

En el siglo XVII, los jesuitas establecieron en el corazón de América comunidades religiosas autosuficientes con la misión de evangelizar a los indígenas. Este extraordinario experimento de colonización y vida comunal fue único en el mundo. Las misiones que construyeron, llamadas Reducciones, eran pequeñas comunidades autónomas donde no solo se impartía enseñanza religiosa, sino también se enseñaba agricultura, técnicas de construcción y artesanía. Estos utópicos modelos de convivencia entre misioneros colonizadores e indígenas guaraníes, duraron hasta la expulsión de los Jesuitas en el año 1768, dejando las huellas de su glorioso pasado en las ruinas ubicadas en los departamentos de Misiones e Itapúa.

Los Jesuitas fundaron cerca de 30 misiones en Paraguay, Argentina y Brasil. Muchas de estas misiones han sido restauradas y reconstruidas. Siete de las mayores reducciones se encuentran en Paraguay y dos de ellas, Trinidad del Paraná y Jesús de Tavarangué, han sido declaradas “Patrimonio de la humanidad” por la UNESCO. Las misiones Jesuíticas, conforman un conjunto arquitectónico de incalculable importancia histórica, religiosa, cultural y artística y constituyen atractivos turísticos de primer orden que atraen a visitantes y estudiosos del mundo entero.


Dignas de ser visitadas, estas misiones constituyen un inestimable legado de lo que fue la asombrosa labor de evangelización de los pueblos nativos, en la que por 150 años, un pequeño grupo de solo 3 a 4 sacerdotes gobernaban a un promedio de 4500 indígenas en cada reducción, enseñándoles el Evangelio y lo mejor de las artes y ciencias europeas y rescatando los valiosos aportes de la cultura y sabiduría guaraní. Todos los paraguayos deberíamos hacer al menos una vez en nuestra vida el recorrido de la Ruta Jesuítica. Una visita a las Ruinas Jesuíticas constituye no solo una excursión turística, sino también un recorrido histórico, arqueológico y artístico de indiscutible valor cultural.

El segmento de esta ruta que se encuentra en nuestro país, arranca en la ciudad de Asunción, donde se encuentra el Museo Diocesano, el Museo de Arte Sacro de la Fundación Nicolás Darío Latourrette Bo y el Museo del Barro, con invaluables piezas del Barroco Hispano Guaraní.


La ruta prosigue en la ciudad de Paraguarí, ubicada a 63 km. de la capital. Allí se estableció en el siglo XVII una misión Jesuita, de la que hoy en día se conserva un edificio colonial que sirve actualmente de sede de la Gobernación.

Continuando el recorrido por la Ruta 1 al sur del país se encuentran las Reducciones y museos de San Ignacio Guazú, Santa María de Fe, Santa Rosa, Santiago, San Cosme y Damián, Jesús de Tavarangué y Trinidad del Paraná. En todas ellas se puede admirar las monumentales edificaciones y bellísimas imágenes talladas de las antiguas Reducciones.

Ruinas Jesuíticas del Paraguay

San Ignacio Guazú (1610): Ubicada en la actual ciudad de San Ignacio de las Misiones, a 225 Km de Asunción por la Ruta Nacional Nº 1, fue la primera Reducción Jesuítica del Paraguay. En febrero de 1610, el padre Roque González de Santa Cruz organizó la fundación, convirtiéndola en el centro de las reducciones jesuíticas de las Misiones en el Paraguay. De San Ignacio partieron sacerdotes jesuitas a fundar otros pueblos como: Santa Rosa, Santiago, Santa María, San Cosme y Damián y también la ciudad de Encarnación. En la plaza central de la ciudad, se encuentra una estatua que homenajea a nuestro único santo paraguayo, quien jugara un rol fundamental en el establecimiento de las misiones. San Ignacio posee el museo más representativo de las reducciones jesuíticas, el Museo Diocesano, con tallas de gran valor y variedad, así como documentos y mapas de la época. Este museo está organizado en cuatro salas: La Creación, La Redención, La Historia de Cristo en la Iglesia y Las Historia de la Compañía de Jesús. Contiene 30 imágenes talladas en madera policromada, ángeles, un púlpito, muebles y retablos. La sede del museo es uno de los edificios más antiguos del Paraguay. Formaba parte del Colegio cercano a la Iglesia de la Misión original, que lamentablemente se derrumbó en 1921. En la Biblioteca Municipal funciona una oficina de información turística y se exhiben fotografías de las reducciones. A 3 km de San Ignacio se encuentra la compañía Tañarandy o “Tierra de Irreductibles”, pintoresca localidad habitada originalmente por indígenas que no se dejaron dominar por los jesuitas y donde actualmente, cada Viernes Santo se ofrece un maravilloso espectáculo religioso y artístico: el Tañarandy. Al atardecer las calles se iluminan con miles de velas de cebo y empieza la marcha del vía crucis iluminada con candiles que sigue el ritmo del quejumbroso canto de los estacioneros. Desde 1992 también se realiza un espectáculo de cuadros vivientes, una actividad impulsada por el artista paraguayo Koki Ruíz que involucra a toda la comunidad.

San Cosme y Damián (1632): A 335 km de Asunción por la Ruta. La iglesia de la reducción fue seriamente dañada por un incendio en 1899, pero en 1977 fue restaurada. La Reducción todavía abriga vestigios de su antiguo esplendor, conservando bellas imágenes policromadas, muebles, tallas, candelabros y una antigua pila bautismal. El Colegio es la única construcción que se conserva tal cual era, siendo el único edificio de dos pisos que todavía se mantiene, también se conservan en excelente estado las columnas de piedra y el reloj solar tallado en piedra de 85 x 90 cm, que hasta hoy nos asombra con su precisión horaria. Esta reducción tiene la particularidad de haber sido el principal observatorio astronómico del continente Sudamericano, donde los jesuitas instalaban sus telescopios y cuadrantes. Aquí el astrónomo jesuita Buenaventura Suárez, elaboró con notable precisión, trabajos de investigación científica que causaron asombro en universidades Europeas. Su obra principal fue "El Lunario del Siglo", a través del cual se podía conocer los fenómenos astrales a suceder con varios años de anticipación. Todas las construcciones se hicieron empleando materiales locales, con cristales de cuarzo encontrados a orillas del río Paraná, confeccionó los lentes del telescopio por él fabricado e instalado en el campanario de la iglesia. Con su rudimentario telescopio observó  y analizó a fondo el comportamiento de los satélites de Júpiter, la trayectoria de Venus, la superficie de la luna y los anillos de Saturno, tomando meticulosas notas que luego fueron publicadas en las Reducciones. Sus mediciones y cálculos permitieron elaborar tablas con la posición exacta de las misiones jesuíticas del Paraguay y trazar el primer mapa de la zona. En San Cosme se llegaron a fabricar globos terráqueos y celestes, se construyó un reloj solar y se elaboraron herbarios clasificando diversas especies de la región. Recientemente en la ciudad de San Cosme fue inaugurado el “Centro de Interpretación Astronómica Buenaventura Suárez”.  La obra consiste en un complejo con un planetario, observatorio astronómico, sala de proyección multimedia y bloque de servicios. Se prevé además una oficina de investigadores, sala de lectura y biblioteca y una estación meteorológica. El planetario está diseñado para 40 personas sentadas. Este nuevo atractivo turístico científico, da valor agregado a la actual Reducción y a la Ruta Jesuítica.

Santa María de Fe (1647): Ubicada en la ciudad de Santa María, a 275 km. de Asunción y cercana a la ciudad de San Ignacio. Si bien la iglesia origina fue destruida por un incendio en 1889, se pudieron salvar numerosas imágenes actualmente exhibidas en la actual iglesia y en el Museo Diocesano que funciona en una de las antiguas casas de indios. Allí se conservan bellísimas imágenes barrocas de incalculable valor y numerosas reliquias jesuíticas, entre la que destaca una talla policromada de más de dos metros de altura de la Virgen y un grupo de la Natividad. En la ciudad también se conservan el antiguo Ykua Teja, un aljibe que en épocas de los jesuitas proveía agua a los pobladores. Esta reducción tuvo el privilegio de tener la primera imprenta del Paraguay, siendo el lugar de nacimiento de las artes gráficas en nuestro país, pues allí se imprimieron los primeros Catecismos guaraníes.

Santiago (1651): Ubicada a 278 km de Asunción, posee el mejor conservado centro histórico urbano-jesuítico, aún en pleno funcionamiento, donde las casas de indios bordean su gran plaza central, siguiendo el típico modelo de trazado de los Jesuitas. La antigua iglesia lastimosamente fue demolida en 1907 y de la misma solo quedan los restos de adobe de su antigua estructura, a cuyo lado se encuentra el Museo de Arte Jesuítico de Santiago. En sus cuatro salas se exhiben estatuas barrocas, así como diversos testimonios arqueológicos y artísticos de las misiones jesuíticas. Llaman especialmente la atención la estatua de San Felipe Neri de 2 metros de altura tallada en una sola pieza, la de Santiago de 1,32 metros, la campana y la pila bautismal de piedra originales de la antigua iglesia y la recreación de la pasión de Cristo, así como tablones de madera policromados pertenecientes al antiguo altar mayor, columnas y capiteles tallados en madera. En la actual iglesia parroquial, pegada al museo, se conservan numerosas imágenes talladas (entre la que destaca la de Santiago Apóstol montado en su caballo) y se exhibe el único retablo jesuítico completo que queda en el país, vestigio de la antigua iglesia derrumbada. El mismo adornaba originalmente el baptisterio de los jesuitas, por lo que retrata el bautismo de Cristo en el centro y  a sus lados, el del etíope por Felipe y San Francisco Javier bautizando a los orientales. La Casa de Indios, situada al costado de la plaza, también es contiene un museo donde pueden apreciarse varias imágenes de santos. En enero Santiago celebra la “Fiesta de la Tradición Misionera”, un importante evento que atrae a numerosos turistas.

Santa Rosa de Lima (1698): Esta reducción que llevó el nombre de la primera santa del continente americano está ubicada en la ciudad de Santa Rosa, a 248 km de Asunción, es otra de las reducciones que se mantuvieron pobladas convirtiéndose en ciudades. Conserva un casco histórico de gran valor testimonial, compuesto por las Casas de Indios, actualmente ocupadas por comercios y residencias particulares y una gran plaza central. La iglesia original, a pesar del incendio sufrido en 1883, aún mantiene su antiguo campanario de 20 m. de altura, que hasta hoy en día está en uso. Otro templo fue construido en el mismo lugar recreando la ornamentación de estilo jesuita. Aún se conserva la Capilla Nuestra Señora de Loreto con impactantes tallas y frescos pintados por los indígenas de la reducción. El Museo Jesuítico de Santa Rosa y el Museo de la Capilla de Loreto exhibe hermosas tallas en madera policromada, mobiliario, y retablos pintados. 
Trinidad del Paraná (1706): Ubicada a 28 km. de Encarnación, a 500 m. de la Ruta 6, fue la última reducción jesuítica construida en Paraguay y fue declarada Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO en 1993, es la más reconocida y más completa de las reducciones. Su casco histórico cuenta con una imponente plaza, una gran Iglesia Mayor, colegios, talleres, casas de indios, cementerio, huerta y museo. Fue la mayor de todas las misiones y cuenta con la iglesia más grande y a pesar de estar en ruinas es una de las más magníficas de todas las Reducciones, con un impresionante altar totalmente tallado en piedra, una pila bautismal en piedra, un púlpito en piedra magistralmente trabajado. Esta iglesia no fue destruida por el fuego ni por el pasar del tiempo como otras, sino por un administrador que quedó encargado tras la expulsión de los jesuitas, quien arrancó piedras de los contrafuertes para construir una casa, acarreando el derrumbamiento del edificio. Se encuentra decorada con frisos de ángeles ejecutando diversos instrumentos, rosetones labrados en piedra sobre los dinteles y una llamativa torre separada de la Iglesia. El campanario, recientemente restaurado y abierto al público, permite disfrutar de una vista privilegiada de toda la magnitud y belleza de la reducción. Tiene especial valor arquitectónico, pues mantiene muy bien conservado su estado natural, sin alteraciones como las demás reducciones que fueron pobladas y reconstruidas. Llaman la atención las numerosas estatuas talladas en piedra que fueron tontamente decapitadas por saqueadores que creían en los rumores de que había oro dentro sus cabezas. También se puede visitar el museo Jesuítico de la misión, localizado en la antigua sacristía, donde se pueden apreciar esculturas, nichos y retablos y una detallada maqueta de la misión. En 1981 se realizó un importantísimo hallazgo en Trinidad, un grupo de ingenieros que estaba trabajando en el restauro de la abandonada reducción, al escavar entre los escombros, encontró un auténtico tesoro de imágenes policromadas dentro de una fosa. Recientemente se habilitó un espectáculo denominado “Luces, Sonido e Imágenes de Trinidad”, que remonta a los visitantes a los tiempos de las misiones. El espectáculo habilitado de viernes a domingo a partir de las 19 horas, y con un costo de 5000 Gs., cuenta con una selección de música sacra compuesta por obras de Doménico Zipoli, así como piezas musicales compuestas por indígenas paraguayos.


Jesús del Tavarangué (1685): Ubicada en la ciudad de Jesús, a 38 km de Encarnación, y también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, es una de las expresiones más completas del urbanismo jesuítico. La iglesia estaba en proceso de construcción, pero quedó sin concluir debido a la expulsión de los jesuitas en 1768. Hubiera sido una de las iglesias más grandes de la época, con una estructura principal de 70 m. de largo y 24 m. de ancho. El templo estaba destinado a ser una réplica de la Iglesia de San Ignacio de Loyola ubicada en Roma. La obra se interrumpió a la altura del arranque de las bóvedas. Solo alcanzaron a abovedar el salón ubicado detrás del presbítero y baptisterio, en la parte baja de la torre. El diseño de la Iglesia, edificada completamente en sillería y de estilo Mudéjar (moro-cristiano), está compuesto por tres naves delimitadas por dos filas de 7 pilares cada una y tres imponentes puertas de acceso con arcos en trébol ubicadas al frente. En el Museo de Arte Jesuítico de la ciudad se conservan 22 imágenes y otras tallas. Actualmente se encuentra en proceso de restauración.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Maravilloso ok.