jueves, 23 de agosto de 2012

LUVIER CASALI: REGISTRANDO LO EFÍMERO




Luvier Casali nació en Asunción en 1982, formándose con grandes maestros locales como Edith Jiménez, Olga Blinder y Carlo Spatuzza. En el 2006 obtuvo el premio Henri Matisse, que le dio la oportunidad de viajar a Francia para participar de una residencia artística y desde entonces vive y trabaja en Nantes y París.

Participó en el laboratorio de artistas como Nury González, y en talleres de artistas como Oscar Manesi y Jean-Michel Vaillant. Luego, en las Palmas de Gran Canaria se especializó, bajo la tutoría del maestro español Alfonso Crujera, en grabado electrolítico no tóxico, una técnica que prescinde de los materiales altamente tóxicos tanto para el artista como para el medio ambiente, que se emplean habitualmente en el grabado.

Además de los talleres que cursó en Argentina, Brasil, México, Estados Unidos, España y Francia, ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Chile, Uruguay, Cuba, México, España, Bélgica y Francia. En el 2009 representó al Paraguay en la Segunda Muestra de Arte Iberoamericano en México y en el 2010 lo hizo en la Trienal Mundial de la Estampa y el Grabado Original en Francia, obteniendo la Mención Especial del Jurado. En el 2011 fue seleccionado para la Bienal Internacional de Grabado Contemporáneo de Lieja, Bélgica, siendo el primer artista paraguayo en participar en esta bienal.

A pesar de su juventud, su obra ya se encuentra en importantes colecciones privadas y públicas, formando parte del acervo de instituciones como la Fundación Museo de las Artes del Grabado de Coruña, España y el Archivo Histórico Wanda Svevo de la Fundación Bienal de Sao Paulo, Brasil.

La obra de Luvier refleja su pasión por la investigación y la experimentación, así como también su fascinación por lo transitorio y efímero. Cada pieza va pasando por diversos procesos conceptuales y técnicos. Un aparentemente sencillo transfer es en realidad el resultado de la impresión de un still de una filmación que registra una performance; en el delgado papel de uno de sus grabados, apenas perceptible, una imagen que se insinúa bajo las otras hecha con un gofrado, otras obras con intervenciones tan imperceptibles como significativas, algunas de las cuales sólo el artista conoce y lo guarda como un secreto significado oculto.

La degradación, lo visceral, lo transitorio del ser sobre la tierra, la muerte, la decadencia del cuerpo son temas que se van reiterando una y otra vez a través de los más diversos medios imaginables. No hay limitaciones para Luvier. Un rollo de papel higiénico puede ser el soporte perfecto para una obra, lo que delata también su agudo sentido del humor.

 En cada obra se va revelando su gran dominio técnico en el cual intricados procesos dan vida a piezas apoyadas en sólidas bases conceptuales, obras que dialogan en diversos medios como si se trataran de lenguas distintas articulando un mismo mensaje. En todas ellas lo constante son las sutilezas y prolijidad con los que el artista transmite ideas complejas, viscerales y de difícil asimilación. Pero las recibimos con gusto. Maravillados, a veces hasta sin palabras.

¿Qué te llevó al arte?
Nunca me cuestioné, intuitivamente lo dejé fluir (¿o influir?) en la complejidad de mi cotidiano. ¿Fue casualidad o causalidad? Poco importa. Quizá se debió a ciertos acontecimientos de mi infancia o de mi adolescencia, o tal vez fue por la falta de un buen psicoanalista (risas) …, de lo que estoy seguro es que siempre se manifestó en mí cierta sensibilidad perceptiva y atracción hacia lo visual y lo plástico. Así fui desarrollando una alta capacidad crítica y de asociación de ideas. Siempre estuve más interesado en el significado abstracto del mundo exterior que el común perceptivo de la gente.

Llevás viviendo cinco años en Francia. Contame más sobre tu vida allí.
Fui a Francia por primera vez como ganador del premio Matisse 2006, otorgado por la Embajada de Francia, la Alianza Francesa y Gente de Arte. En esa ocasión presenté un video-performance titulado “Proyecto Meiáre”. Llegado a Francia tuve la posibilidad de desarrollar un proyecto artístico titulado “Changement de Peau”,  que luego lo expuse como resultado final de mi residencia en la Escuela Superior de Bellas Artes de Nantes. Durante esa estadía conocí a varios artistas y galeristas que me propusieron realizar otros proyectos a largo plazo, uno de ellos fue un proyecto editorial multimedia titulado “Notre Petit Immigré”, publicado por la editorial francesa Joca Seria. Luego mi estadía se fue prolongando indefinidamente, y he aquí yo, 5 años más tarde. Mi cotidiano en Francia es bastante agitado, con muchos proyectos individuales y colaboraciones paralelas con gente del circuito cultural. Si bien en estos últimos años me he movido bastante por Europa y América por el tema de las residencias artísticas en las cuales estuve y sigo participando, siempre vuelvo a Francia, que actualmente considero es mi cable a tierra.

¿De qué te nutrís para generar obra?
Creo que es la obra quien se nutre de mí, pues ella ya está hecha mucho antes de que la genere, simplemente se sirve de mis facultades y necesidades primarias para manifestarse en esta dimensión.  Me sirvo de las perversiones que experimento con el cuerpo, ese cuerpo post-humano tan vigente en nuestros días y de ciertos conceptos ligados a la degradación tanto física como moral del hombre. Me interesa la preocupación existente que tienen las personas en conservarse,  y el apego a lo material y terrenal, ese deseo idílico por mantener lo degradable.

Cuando me encuentro en situaciones en las que se desafía el ciclo natural de las cosas, como el tiempo y la muerte, es cuando me cuestiono sobre el verdadero sentido de la creación, sus fines y objetivos, y si realmente los tiene. Estos son actualmente algunos de los factores influyentes en mi creación.

¿Cómo es tu proceso creativo?
Como mi imaginación. Dicen que el proceso creativo es prácticamente invariable y que la mente del creador es preparada previamente. En mi caso la contemplación es un elemento clave en el proceso creativo; si bien en algunos casos y dependiendo del lenguaje que utilice, el proceso puede ser metódico, en otros puede resultar versátil e inconstante. En cualquiera de los casos el mismo puede surgir de algún detonante que se presente ya sea en la frase de un libro, una música, del gesto o reacción de una persona desconocida ante una situación incómoda, o de una depravada historia de la prensa sensacionalista. Es un círculo vicioso y apasionante que me puede llevar a estados de excitabilidad, de neurosis o depresión, como de plena satisfacción y sosiego.

¿Qué lugar ocupa la experimentación en este proceso?
Ocupa todos los lugares, no sólo en el proceso creativo sino también en mis prácticas diarias. Constantemente estoy experimentando, en mi trabajo, conmigo mismo y con los demás, y creo que toda persona debería estar dispuesta a implementarlo como filosofía de vida, de lo contrario ¿cuál sería el sentido de nuestra existencia si ya conociéramos el resultado? Una práctica predecible, por ende, muy aburrida.

En muchas de tus obras abordás temáticas vinculadas a la muerte. ¿A qué se debe este interés?
A que como vos, también voy a morir, y de esta manera es como si me acercara a ese estado que me apasiona y me atemoriza al mismo tiempo. Como humano creo que es normal temer lo desconocido, ¿no?  Por eso experimento, y la muerte en mi trabajo es una estrategia para amigarme con ella. Cuando estuve viviendo en México me di cuenta de la importancia que tiene el muerto entre los vivos, ese hecho se impregnó en mi manera de observar y crear. Por el momento me resulta interesante que el trabajo hable de mi final, como una obvia premonición. 

En tu serie de grabados "Ecorchés" e "Interstitium" hay marcadas reminiscencias a lo quirúrgico, cómo si se trataran de ilustraciones de antiguos libros de medicina. ¿De dónde surge esta inspiración?
Surge en primera instancia cuando accedí a la sección de libros raros de la Biblioteca Nacional de Francia donde me encontré con archivos que mejor no describirlos, luego se sucede con un encuentro de los cuerpos despellejados de Fragonard, las catacumbas parisinas y las momias de Guanajuato. Estas prácticas que ya eran corriente en el siglo XVIII  y en algunos casos realizadas de manera clandestina y de las cuales la iglesia católica prefería no hablar y las ocultaba, surgen en mi imaginario visual al mismo tiempo que comienzo a investigar sobre las prácticas de los “accionistas vieneses”, o la generación de artistas del “body art”. Allí pude contemplar toda esa experimentación que el hombre realiza con su propio cuerpo, para dejar de lado el “glorioso lienzo” y comenzar a plasmarlo en su propia piel, o la del otro. Me apasiona el hecho de que se hayan sometido a dolorosas prácticas, no como un acto masoquista, sino mas bien para hacer entender al público que el arte no es sólo lo bello y pintoresco, también existen otras maneras de expresarse y reivindicar una realidad paralela que muchos prefieren no ver, pero que hoy en día con las tendencias del arte contemporáneo difícilmente sea obviada.

Tengo entendido que cuando exponés te gusta desarrollar tus planteamientos y temas en distintos medios a la vez. ¿Qué buscas al hacer estos paralelismos entre los distintos medios?
Soy de los que hacen que el fin justifique los medios. Es así como me sirvo de los medios que están a mi alcance para plasmar mis preocupaciones tanto conceptuales como estéticas. Los diversos lenguajes visuales o audiovisuales que utilizo dependen mucho de la temática a ser desarrollada; pero en todos los casos, siempre existe un medio apropiado para cada idea y un hilo conector, como por ejemplo cuando en una exposición manejo obra gráfica, fotografía y video, el principio en estos medios es el mismo: el de la reproducción de la imagen.

¿Con qué medio te sentís más cómodo?
Raras veces el medio me otorgó confort. Trabajo cómodo cuando me siento bien conmigo y mi entorno.

Tus grabados están hechos con métodos distintos y muy complejos. Para realizarlos atravesás intricados procesos técnicos, que requieren mucha investigación previa. ¿Con qué nueva técnica estás trabajando ahora?
Hace un par de años comencé a explorar con grabado electrolítico, que es una revolucionaria e innovadora técnica gráfica no tóxica. Mi primer contacto con esta técnica fue en México y luego seguí indagando en Francia hasta que tuve la posibilidad de ir a España, a las islas Canarias específicamente, para especializarme. Al mismo tiempo estoy haciendo algunas esculturas, creando prototipos en porcelana fría y otros con papel higiénico. Por el momento no hay nada concreto al respecto pero la experimentación con estos medios me otorga cierta libertad que no encontraba en otros.

Trabajás mucho con tu propio cuerpo. ¿Qué te lleva a preferir este recurso expresivo?
Comencé a utilizar la figura de mi cuerpo para crear obras por no tener modelos dispuestos a someterse en particulares situaciones que necesitaba para mis trabajos.
Luego esto se volvió como un fetiche en el acto de filmarme o fotografiarme, y pensé en el clásico tema del autorretrato que es recurrente en varios artistas. Fue así que decidí seguir utilizando mi materia física como elemento y modelo para realizar ciertos proyectos y no precisamente como un acto narcisista.

Tu instalación "Silencios"  y la video Instalación "Changement de Peau"  abordan lo transitorio y también el deterioro del cuerpo humano de una manera muy poética. ¿Me podrías hablar más sobre estas instalaciones?
La instalación titulada “silencios” es una obra de carácter efímero en la cual analizo los límites entre el cuerpo y el tiempo, tanto entre el cuerpo individual y el social, así como entre el interior y el exterior del mismo. Utilicé fotografías de mi cuerpo desnudo en sustitución de mi presencia física, para luego reproducirlas en lenguaje de la estampa. La ausencia de este cuerpo real evoca mortalidad y la caducidad de la materia, puesto que había trabajado con papeles que pudiesen transmutar durante el periodo expositivo. La materia piel-papel en esta obra se utiliza como una propiedad que puede ser fragmentada, alterada y transformada, para que de esta manera el cuerpo se convierta en recuerdo, como lo que permanece cuando alguien desaparece.

En “Changement de Peau” los intereses y conceptos son similares a “Silencios”, salvo que ésta trata de una video-instalación, también efímera, pero realizada para un sitio específico. Cubrí completamente una de las salas de la galería con hojas en estado de putrefacción y proyecté un video sobre uno de los muros. En este video lo que vemos es una serie de cuerpos que se entremezclan y superponen en una danza creadora de nuevos seres con malformaciones anatómicas, como siameses u orgías de clones como paroxismo de mi cuerpo. Esta obra se transformaba a medida que transcurrían los días de exposición, el olor y las hojas pudriéndose nos remitían a los cuerpos en descomposición y esto era evidenciado con las cambiantes texturas que adquiría la piel de los cuerpos proyectados en el video.

Muchos de tus trabajos son instalaciones efímeras en la cual la obra se va transformando con el transcurso del tiempo hasta desaparecer y quedar tan sólo el registro.
Así es, como explicaba anteriormente, en el caso de “Silencios”, “Changement de Peau” e “Ire” lo que me más interesa es como la obra va transmutando y evolucionando; si bien en este caso la evolución de las obras conduce a la desaparición o degradación. En “Ire”, una instalación realizada para un sitio específico en el Museo del Barro, había trabajado el concepto de la transitoriedad de nuestra presencia en la tierra. Para esto me serví de un poema de Alejandra Pizarnik que dice: ”la muerte siempre al lado, escucho su decir, sólo me oigo”. Estaba representado con una serie de sueros fisiológicos, macrogoteros y pigmentos que duraron tan solo la noche del vernissage, fue fugaz.

¿Tenés alguna obra que sea especialmente significativa para vos?
En su momento dado creo que todas fueron y significaron algo, pero hoy me cuestiono mucho acerca de lo que hice. Soy una persona muy cambiante, lo que genera diversos sentimientos y posturas respecto al pasado de cada obra. Una vez el trabajo concluido siento que ya no me pertenece, quizás sea el espectador o la crítica quien se haga cargo de que las obras signifiquen algo para ellos y sentirse mejor al respecto. Tal vez me pase como a otros grandes artistas que una vez muertos sus obras adquirieron importancia. Veremos.

¿Qué proyectos tenés en puerta para este año?
Vuelvo a Francia en breve y me esperan grandes proyectos, uno de ellos es una residencia artística en CAMAC (Centre d’Art – Marnay Art Center) que es un centro de arte, ciencia y tecnología, y lo voy a realizar gracias a una beca que me otorgaron el año pasado de la Fondation Ténot de París. Ahí voy a desarrollar un proyecto experimental relacionado a mi memoria infantil, que es lo único que les puedo decir por el momento, y los otros proyectos…, prefiero reservármelos para más adelante, a ver si me sorprendo nuevamente. (Risas)

¿Qué es el arte para vos?
Es la visión que cada uno tiene acerca de sus realidades, como un acto placentero mediante el cual valiéndose de la imaginación y ciertas habilidades se imita y crea al hombre.


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