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martes, 25 de septiembre de 2012

HUGO CATALDO: CON EL LÁPIZ EN LA MANO


Fotografía: Mónica Matiauda


Hugo Cataldo asegura haber nacido con el lápiz en la mano, algo que al conocerlo nadie se atrevería a poner en duda. Estoy segura que ninguna de las paredes de su infancia habrá quedado inmune a su inquieto lápiz. El hecho de que a los 16 años ya se encontraba estudiando dibujo en una universidad norteamericana podría perfectamente servir de testimonio de que Hugo tenía bien en claro desde chiquito que la ilustración era lo suyo.

Luego de esa precoz experiencia, partió rumbo a Inglaterra donde estudió animación e ilustración graduándose con honres del Southampton Institute. Luego continuaría su formación en el “London Animation Studio” de la prestigiosa universidad de arte y diseño “Central Saint Martins” de Londres, obteniendo nuevamente la distición más alta otorgada por la universidad. Mientras se encontraba aún estudiando, obtuvo su primer premio por el corto animado “La Leyenda del Urutaú”, premio JVC a la Mejor Animación de estudiante del “National TV Society Awards”.

Tras trabajar un tiempo en Europa haciendo diseño de personajes animados, decidió regresar a Paraguay. Acá siguió trabajando como ilustrador freelance, mientras exploraba paralelamente otros medios desde donde expresarse. Así empieza a crear obras, tener sus primeras muestras individuales y colectivas. Sus cortos animados le hacen encontrar una nueva pasión: el cine. Hoy nadie duda que Hugo Cataldo tiene siempre el lápiz en la mano, ya sea ilustrando, bocetando, dibujando, haciendo un story board  o escribiendo guiones para cine y comerciales de TV.

¿Qué te llevó a vincularte con el arte?
En realidad yo nací con un lápiz en la mano. Desde que tengo memoria dibujo. Los primeros recuerdos de infancia que tengo son de mi tía Fifa - quien vivía al lado de nuestra casa, con un portoncito que conectaba nuestros patios – enseñándome los colores. Ella me enseñaba colores difíciles tipo beige, magenta, ultramar, cyan, etc. Creo que no tenía seis años todavía cuando esto. Además, mi mamá Elvira, hizo su carrera de arte en Estados Unidos, se recibió de diseñadora de interiores. Mi papá Hugo, es arquitecto, mi tío Cesar era músico y me acuerdo que venía con su grupo “Juglares” y armaban peñas en mi casa, mi tía Martha también tiene el dote artístico. Las artes siempre me rodearon.

¿Hubo algún familiar que te guiara hacia el arte?
Mis padres, en especial mi mamá. Me acuerdo que mamá no me quería dibujar las carátulas para los cuadernos en primer grado porque decía que yo podía dibujar más lindo. Yo dibujaba todos los días, me pasaba horas frente al papel, pintando con acuarelas. Mamá me mandó a Estados unidos a los 16 y tuve la suerte de asistir a su universidad donde me metieron a clases de Life Drawing, yo era el más pequeño. Fue la primera vez que vi y dibujé un desnudo en vivo. Muchos años después, ya en la universidad en Southampton, ya era cosa de todos los días, pero esa primera experiencia me marcó. Ver que había gente que estudiaba arte fue algo que creo marcó mi rumbo. También lo fue el hecho de saber que mis padres me iban a apoyar. Ellos eran conscientes de que yo iba a estudiar algo relacionado con el arte. Mamá también es mi gran crítica. Ella nunca está 100% contenta con lo que hago, siempre cree que puedo más. Es algo muy bueno que la gente te empuje y crea que todavía no alcanzaste tu máximo potencial. También es una gran responsabilidad tratar de cumplir con esa expectativa.

¿Cómo y cuando surge tu pasión por la ilustración?
Surge allá por 1999 cuando termino mi Foundation en Arte y Diseño en Southampton. En el Foundation te enseñaban todo tipo de disciplinas artísticas como cerámica, dibujo, pintura, diseño de moda, diseño textil, diseño industrial, ilustración, fotografía, diseño grafico, escultura, etc. Todo esto era antes de ingresar a la universidad. Fue aquí donde una profesora, cuyo nombre no recuerdo, pero que era una gran profesora de dibujo, me prestó unos libros de cuentos con unas ilustraciones bellísimas de una ilustradora que se llama Angela Barrett que estudió en el “Royal College of Art” en Londres. Me obsesioné con ella y me compré ese libro. El libro era Blancanieves. Hasta ahora lo tengo conmigo junto con los varios libros de cuento que fui coleccionando hasta ahora. Tengo una colección muy interesante.

Un día fue a visitarnos un profesor (en realidad venían muchos, cada uno tratando de promocionar su universidad, pero yo me acuerdo de uno sólo), se llamaba Nick y habló de una carrera que se llamaba animación e ilustración. A mí me llamó mucho la atención y empecé a investigar. Finalmente después de hablar con mis padres entré a estudiar eso. Para mí era la combinación perfecta, estudiar animación que era algo que siempre amé de niño e ilustración que se volvió una pasión igual de bella.

¿Me imagino que desde chico dibujabas ya un montón? A pesar de que seguramente tenés a tu niño interior muy despierto, ¿en qué se diferencia lo que dibujabas en tu adolescencia con lo que dibujás hoy en día?
Sigo dibujando por más que pasé por un momento donde el dibujo se volvió un trabajo y dejé de dibujar por placer. Por suerte fue solo una etapa y ahora dibujo nuevamente por placer y el trabajo también es por placer. El niño interior es lo que creo que mantiene la fantasía y la imaginación viva y hace que todo lo que dibuje me asombre de alguna forma. Creo que la diferencia técnica es que mejoré en las proporciones y que puedo adaptar mi estilo de dibujo a casi todo lo que me pidan. Por otro lado en los temas creo que cambié mucho, antes dibujaba gordas, bailarinas y sirenas gordas. También dibujé mucho con acuarelas, me inspiraba mucho en Henry Matisse. El control de la técnica es algo que se gana con los años y el oficio. La gran mayoría de mis dibujos de universidad son dibujos a lápiz y son desnudos, todos están en la galería de arte Planta Alta.

¿Sos fanático de algún cómic?
Fanático no, ¡pero tengo muchos! Empiezo a leer el comic por el estilo del dibujo, muchas veces me engancho y otras no tanto. “Sky Doll” son unos comics que leí hace unos años atrás. Cuando viví en Paris me iba mucho a la “Fnac” y miraba los comics franceses tratando de practicar mi lectura. Pero los que más me llamaron la atención siempre fueron los comics de Marvel, Stan Lee es un genio. Spiderman y los X-Men son mis preferidos.

¿Qué ilustradores o artistas pueblan tu imaginario?
Miles. Por citar algunos. Arthur Rackmann, Edward Ardizzone, Paula Rego (artista que ilustró un bello libro de “Jane Eyre”), Ralph Steadman con su fuerza impresionante, Kay Nielsen con su estilo delicado y frágil, Angela Barrett por supuesto hasta ahora sigo obsesionado con ella, Tony Ross, Helen Oxenbury, Quentin Blake, Sara Fanelli, Lauren Child, Raymond Briggs, Maurice Sendak y por supuesto Mary Blair con su paleta de colores asombrosa.

¿De qué te nutrís para ilustrar?
De todo, de lo que veo y lo que me llama la atención. Depende mucho de qué tipo de ilustración tenga que hacer. Revistas, fotografías y fotógrafos, música, teatro, películas, pintores, todo, casi todo en realidad. Creo que los ilustradores que me llaman  la atención generalmente tienen algo en sus dibujos con lo que me identifico, algo que me suena a verdad. Creo que un buen ilustrador es un buen observador. Creo, en realidad que un buen observador es bueno en cualquier profesión.

¿Con qué faceta de la ilustración te sentís más cómodo?
La verdad que me siento cómodo dibujando. Me gustan los desafíos. En Paraguay para lo que más me llaman es para hacer ilustraciones de moda y diseño de personajes.

¿Con qué técnica te sentís más cómodo?
Me gusta mucho trabajar con acuarela, también con tempera. Hace poco hice unos dibujos para la obra de teatro de Paola Irún donde usé papel de arroz y acuarela blanca y con la pintura todavía mojada y a contra luz saqué las fotos de las piezas. El resultado fue fantasmagórico. Me encantó. También me gustan los lápices de colores o de papel, no importa. La tinta también me interesa y salen cosas muy interesantes con ella. Pero últimamente estoy trabajando sobre lienzo, por primera vez, con acrílicos. También me gusta trabajar con PhotoShop y con Illustrator, es muy divertido usar las herramientas digitales. Me encanta.

¿De qué manera considerás han influido las nuevas técnologías en la ilustración?
La nueva ilustración explotó gracias a las nuevas tecnologías y en especial gracias a la ilustración digital. Hay cosas que no se pueden hacer en digital pero así también hay cosas fantásticas que no se pueden hacer sin digital. También se consiguen resultados asombrosos mezclando las dos técnicas. Muchos clientes piensan dos veces antes de elegir fotografía para representar su marca. Ahora la ilustración es un medio considerado de gran fuerza para las marcas.

Trabajás tanto en papel como en digital. ¿Qué parte de tus trabajos realizás en papel y cual en digital y Cómo decidís que medio emplear para una obra o encargo en especial?
Mi metodología de trabajo depende del cliente. Depende de la marca, yo sugiero a partir de algo concreto que es siempre lo que el cliente quiere. Puedo sugerir técnicas y estilos pero al final depende mucho de que vamos a vender. Hay algo de intuición al ver el tema que te hace decidir la técnica.  Por ejemplo, cuando Navarro Correas me pidió ilustraciones para su línea de espumantes sentí que tenía que dibujar las ilustraciones en PhotoShop.

¿Cómo es tu proceso creativo?
Hay mucho de intuición. Mi proceso parte de algo intangible, de unas ganas, un fuego interno que me hace hacer algo casi en piloto automático. Cuando pienso también pueden surgir cosas muy interesantes, trato de no perder la espontaneidad del bosquejo. Cuando mejor trabajo es también cuando el cliente me da libertad de crear. Es importante eso que te dejen sugerir. Es muy importante entender lo que el cliente quiere trasmitir.

¿Cuáles son los límites o las fronteras entre la ilustración y el arte? ¿Existe alguna delimitación?
La diferencia, para mí, entre la ilustración y el arte es que en la ilustración el tema es lo que hace que surja la pieza, el punto de partida está determinado por el cliente. En el arte es el artista el que impone lo que quiere y si al cliente le gusta lo compra.

Además de artista e ilustrador, dirigiste varios cortos e incluso largometrajes. ¿Cómo dialogan tus distintas facetas creativas?
Creo que dialogan de una forma muy orgánica. Uno se nutre del otro y viceversa. Mi amor hacia el cine es muy fuerte, hasta más grande que mi amor por el dibujo y eso es decir mucho. ¡Amo escribir y creo que todas estas disciplinas se complementan tan bien en el cine! El cine es el único arte que es multidisciplinario, ahí entra todo. Si uno se fija en las películas y comerciales que dirigí va a ver mi influencia visual.

¿Cómo surgen tus fantásticas Fridas?
Las Fridas surgen a partir de querer ver a mi artista preferida en otra luz. Verla de forma alegre y sin tratar de competir con sus autorretratos que son sublimes. Creo que ella tiene facciones muy bellas e interesantes de explorar. A través de la repetición quiero llegar a convertir la imagen que creo, también icónica. Mis Fridas son como yo la veo a ella, una mujer fuerte, llena de vida y color.

Otra serie tuya que tuvo un enorme impacto, fue la de los Artoon. Contame más sobre estas criaturas entre lo moderno y lo barroco
Esa serie es una serie tan divertida, creo que cuando la imaginé y empecé a pintarla me reía solo. La idea era tomar conceptos opuestos y juntarlos, como lo barroco y las caricaturas. También era importante que los marcos sean de fibra de vidrio. En el caso de los Artoons primero vi los cuadros de reproducción masiva en Juguetería 10. Ví que eran cuadros “Made in China” pintados por los miles y eso me pareció un punto de partida interesante para hacer una intervención. Tratar de hacer de lo kitsch algo cool. El primer Artoon Exelso estuvo colgado una hora en Planta Alta y ya fue vendido.

En tu última muestra "Leda y el Cisne", llevada a cabo en la Galería Planta Alta, volviste a abordar el erotismo femenino como lo hiciste en "Punto Húmedo". ¿Qué otros vínculos existen entre ambas series?
Como vos misma lo decís la serie comparte el erotismo pero también comparte la fantasía. También comparten el tratar de adentrarme a la psiquis femenina, tratar de entender la fuerza que tiene así como apreciar su delicadeza. La mujer y sus contradicciones que la hacen fascinante para mí.  Las dos series fueron presentadas con instalaciones que apelaban a que se usen los sentidos, a que el espectador entre al mundo que yo creé. Para las dos instalaciones el espectador tenía que sacarse los zapatos y entrar descalzo. Punto Húmedo, con su pieza blanca y su piso acolchonado, su luz tenue, los textos de varias mujeres analizando la obra y la obra en sí, cajas de acrílico traslucido blanco con puertas entreabiertas que descubrían a mujeres dibujadas en tinta. Todas estas mujeres dándose placer de espaldas al espectador.

Para Leda y el Cisne, Thelma Colmán re escribió la leyenda de Leda y el Cisne. La instalación en sí era una habitación negra a oscuras, a la cual se accedía con una linterna y se pisaba sobre plumas blancas. La obra eran unas cajas de acrílico negro, sin puertas esta vez ya que la penumbra de la caja en sí las protegía. Dentro estaban dibujos de mujeres en diferentes posiciones sexuales con el cisne. Los dibujos están hechos sobre papel de arroz. Los cisnes son manchas de acuarela blanca y las Ledas están dibujadas en lápiz de papel.

¿Cuáles son tus proyectos próximos?
Varios, quiero hacer la expo de los cuadros de Fridas antes de fin de año. También tengo un cortometraje sobre el piano de Eliza Lynch que quiero grabar. Este proyecto es lo más bello que escribí hasta ahora. El Fondec me adjudicó una parte del presupuesto pero todavía busco dos tercios del presupuesto que necesito para realizarlo. Es un proyecto de época muy bello. También estoy terminando “Karaoke Exquisito” un largometraje grupal con 6 directores.

¿Qué es para vos el arte?
El arte es mi vida. Sin el arte no vivo, no respiro.


jueves, 23 de agosto de 2012

LUVIER CASALI: REGISTRANDO LO EFÍMERO




Luvier Casali nació en Asunción en 1982, formándose con grandes maestros locales como Edith Jiménez, Olga Blinder y Carlo Spatuzza. En el 2006 obtuvo el premio Henri Matisse, que le dio la oportunidad de viajar a Francia para participar de una residencia artística y desde entonces vive y trabaja en Nantes y París.

Participó en el laboratorio de artistas como Nury González, y en talleres de artistas como Oscar Manesi y Jean-Michel Vaillant. Luego, en las Palmas de Gran Canaria se especializó, bajo la tutoría del maestro español Alfonso Crujera, en grabado electrolítico no tóxico, una técnica que prescinde de los materiales altamente tóxicos tanto para el artista como para el medio ambiente, que se emplean habitualmente en el grabado.

Además de los talleres que cursó en Argentina, Brasil, México, Estados Unidos, España y Francia, ha realizado exposiciones individuales y colectivas en Chile, Uruguay, Cuba, México, España, Bélgica y Francia. En el 2009 representó al Paraguay en la Segunda Muestra de Arte Iberoamericano en México y en el 2010 lo hizo en la Trienal Mundial de la Estampa y el Grabado Original en Francia, obteniendo la Mención Especial del Jurado. En el 2011 fue seleccionado para la Bienal Internacional de Grabado Contemporáneo de Lieja, Bélgica, siendo el primer artista paraguayo en participar en esta bienal.

A pesar de su juventud, su obra ya se encuentra en importantes colecciones privadas y públicas, formando parte del acervo de instituciones como la Fundación Museo de las Artes del Grabado de Coruña, España y el Archivo Histórico Wanda Svevo de la Fundación Bienal de Sao Paulo, Brasil.

La obra de Luvier refleja su pasión por la investigación y la experimentación, así como también su fascinación por lo transitorio y efímero. Cada pieza va pasando por diversos procesos conceptuales y técnicos. Un aparentemente sencillo transfer es en realidad el resultado de la impresión de un still de una filmación que registra una performance; en el delgado papel de uno de sus grabados, apenas perceptible, una imagen que se insinúa bajo las otras hecha con un gofrado, otras obras con intervenciones tan imperceptibles como significativas, algunas de las cuales sólo el artista conoce y lo guarda como un secreto significado oculto.

La degradación, lo visceral, lo transitorio del ser sobre la tierra, la muerte, la decadencia del cuerpo son temas que se van reiterando una y otra vez a través de los más diversos medios imaginables. No hay limitaciones para Luvier. Un rollo de papel higiénico puede ser el soporte perfecto para una obra, lo que delata también su agudo sentido del humor.

 En cada obra se va revelando su gran dominio técnico en el cual intricados procesos dan vida a piezas apoyadas en sólidas bases conceptuales, obras que dialogan en diversos medios como si se trataran de lenguas distintas articulando un mismo mensaje. En todas ellas lo constante son las sutilezas y prolijidad con los que el artista transmite ideas complejas, viscerales y de difícil asimilación. Pero las recibimos con gusto. Maravillados, a veces hasta sin palabras.

¿Qué te llevó al arte?
Nunca me cuestioné, intuitivamente lo dejé fluir (¿o influir?) en la complejidad de mi cotidiano. ¿Fue casualidad o causalidad? Poco importa. Quizá se debió a ciertos acontecimientos de mi infancia o de mi adolescencia, o tal vez fue por la falta de un buen psicoanalista (risas) …, de lo que estoy seguro es que siempre se manifestó en mí cierta sensibilidad perceptiva y atracción hacia lo visual y lo plástico. Así fui desarrollando una alta capacidad crítica y de asociación de ideas. Siempre estuve más interesado en el significado abstracto del mundo exterior que el común perceptivo de la gente.

Llevás viviendo cinco años en Francia. Contame más sobre tu vida allí.
Fui a Francia por primera vez como ganador del premio Matisse 2006, otorgado por la Embajada de Francia, la Alianza Francesa y Gente de Arte. En esa ocasión presenté un video-performance titulado “Proyecto Meiáre”. Llegado a Francia tuve la posibilidad de desarrollar un proyecto artístico titulado “Changement de Peau”,  que luego lo expuse como resultado final de mi residencia en la Escuela Superior de Bellas Artes de Nantes. Durante esa estadía conocí a varios artistas y galeristas que me propusieron realizar otros proyectos a largo plazo, uno de ellos fue un proyecto editorial multimedia titulado “Notre Petit Immigré”, publicado por la editorial francesa Joca Seria. Luego mi estadía se fue prolongando indefinidamente, y he aquí yo, 5 años más tarde. Mi cotidiano en Francia es bastante agitado, con muchos proyectos individuales y colaboraciones paralelas con gente del circuito cultural. Si bien en estos últimos años me he movido bastante por Europa y América por el tema de las residencias artísticas en las cuales estuve y sigo participando, siempre vuelvo a Francia, que actualmente considero es mi cable a tierra.

¿De qué te nutrís para generar obra?
Creo que es la obra quien se nutre de mí, pues ella ya está hecha mucho antes de que la genere, simplemente se sirve de mis facultades y necesidades primarias para manifestarse en esta dimensión.  Me sirvo de las perversiones que experimento con el cuerpo, ese cuerpo post-humano tan vigente en nuestros días y de ciertos conceptos ligados a la degradación tanto física como moral del hombre. Me interesa la preocupación existente que tienen las personas en conservarse,  y el apego a lo material y terrenal, ese deseo idílico por mantener lo degradable.

Cuando me encuentro en situaciones en las que se desafía el ciclo natural de las cosas, como el tiempo y la muerte, es cuando me cuestiono sobre el verdadero sentido de la creación, sus fines y objetivos, y si realmente los tiene. Estos son actualmente algunos de los factores influyentes en mi creación.

¿Cómo es tu proceso creativo?
Como mi imaginación. Dicen que el proceso creativo es prácticamente invariable y que la mente del creador es preparada previamente. En mi caso la contemplación es un elemento clave en el proceso creativo; si bien en algunos casos y dependiendo del lenguaje que utilice, el proceso puede ser metódico, en otros puede resultar versátil e inconstante. En cualquiera de los casos el mismo puede surgir de algún detonante que se presente ya sea en la frase de un libro, una música, del gesto o reacción de una persona desconocida ante una situación incómoda, o de una depravada historia de la prensa sensacionalista. Es un círculo vicioso y apasionante que me puede llevar a estados de excitabilidad, de neurosis o depresión, como de plena satisfacción y sosiego.

¿Qué lugar ocupa la experimentación en este proceso?
Ocupa todos los lugares, no sólo en el proceso creativo sino también en mis prácticas diarias. Constantemente estoy experimentando, en mi trabajo, conmigo mismo y con los demás, y creo que toda persona debería estar dispuesta a implementarlo como filosofía de vida, de lo contrario ¿cuál sería el sentido de nuestra existencia si ya conociéramos el resultado? Una práctica predecible, por ende, muy aburrida.

En muchas de tus obras abordás temáticas vinculadas a la muerte. ¿A qué se debe este interés?
A que como vos, también voy a morir, y de esta manera es como si me acercara a ese estado que me apasiona y me atemoriza al mismo tiempo. Como humano creo que es normal temer lo desconocido, ¿no?  Por eso experimento, y la muerte en mi trabajo es una estrategia para amigarme con ella. Cuando estuve viviendo en México me di cuenta de la importancia que tiene el muerto entre los vivos, ese hecho se impregnó en mi manera de observar y crear. Por el momento me resulta interesante que el trabajo hable de mi final, como una obvia premonición. 

En tu serie de grabados "Ecorchés" e "Interstitium" hay marcadas reminiscencias a lo quirúrgico, cómo si se trataran de ilustraciones de antiguos libros de medicina. ¿De dónde surge esta inspiración?
Surge en primera instancia cuando accedí a la sección de libros raros de la Biblioteca Nacional de Francia donde me encontré con archivos que mejor no describirlos, luego se sucede con un encuentro de los cuerpos despellejados de Fragonard, las catacumbas parisinas y las momias de Guanajuato. Estas prácticas que ya eran corriente en el siglo XVIII  y en algunos casos realizadas de manera clandestina y de las cuales la iglesia católica prefería no hablar y las ocultaba, surgen en mi imaginario visual al mismo tiempo que comienzo a investigar sobre las prácticas de los “accionistas vieneses”, o la generación de artistas del “body art”. Allí pude contemplar toda esa experimentación que el hombre realiza con su propio cuerpo, para dejar de lado el “glorioso lienzo” y comenzar a plasmarlo en su propia piel, o la del otro. Me apasiona el hecho de que se hayan sometido a dolorosas prácticas, no como un acto masoquista, sino mas bien para hacer entender al público que el arte no es sólo lo bello y pintoresco, también existen otras maneras de expresarse y reivindicar una realidad paralela que muchos prefieren no ver, pero que hoy en día con las tendencias del arte contemporáneo difícilmente sea obviada.

Tengo entendido que cuando exponés te gusta desarrollar tus planteamientos y temas en distintos medios a la vez. ¿Qué buscas al hacer estos paralelismos entre los distintos medios?
Soy de los que hacen que el fin justifique los medios. Es así como me sirvo de los medios que están a mi alcance para plasmar mis preocupaciones tanto conceptuales como estéticas. Los diversos lenguajes visuales o audiovisuales que utilizo dependen mucho de la temática a ser desarrollada; pero en todos los casos, siempre existe un medio apropiado para cada idea y un hilo conector, como por ejemplo cuando en una exposición manejo obra gráfica, fotografía y video, el principio en estos medios es el mismo: el de la reproducción de la imagen.

¿Con qué medio te sentís más cómodo?
Raras veces el medio me otorgó confort. Trabajo cómodo cuando me siento bien conmigo y mi entorno.

Tus grabados están hechos con métodos distintos y muy complejos. Para realizarlos atravesás intricados procesos técnicos, que requieren mucha investigación previa. ¿Con qué nueva técnica estás trabajando ahora?
Hace un par de años comencé a explorar con grabado electrolítico, que es una revolucionaria e innovadora técnica gráfica no tóxica. Mi primer contacto con esta técnica fue en México y luego seguí indagando en Francia hasta que tuve la posibilidad de ir a España, a las islas Canarias específicamente, para especializarme. Al mismo tiempo estoy haciendo algunas esculturas, creando prototipos en porcelana fría y otros con papel higiénico. Por el momento no hay nada concreto al respecto pero la experimentación con estos medios me otorga cierta libertad que no encontraba en otros.

Trabajás mucho con tu propio cuerpo. ¿Qué te lleva a preferir este recurso expresivo?
Comencé a utilizar la figura de mi cuerpo para crear obras por no tener modelos dispuestos a someterse en particulares situaciones que necesitaba para mis trabajos.
Luego esto se volvió como un fetiche en el acto de filmarme o fotografiarme, y pensé en el clásico tema del autorretrato que es recurrente en varios artistas. Fue así que decidí seguir utilizando mi materia física como elemento y modelo para realizar ciertos proyectos y no precisamente como un acto narcisista.

Tu instalación "Silencios"  y la video Instalación "Changement de Peau"  abordan lo transitorio y también el deterioro del cuerpo humano de una manera muy poética. ¿Me podrías hablar más sobre estas instalaciones?
La instalación titulada “silencios” es una obra de carácter efímero en la cual analizo los límites entre el cuerpo y el tiempo, tanto entre el cuerpo individual y el social, así como entre el interior y el exterior del mismo. Utilicé fotografías de mi cuerpo desnudo en sustitución de mi presencia física, para luego reproducirlas en lenguaje de la estampa. La ausencia de este cuerpo real evoca mortalidad y la caducidad de la materia, puesto que había trabajado con papeles que pudiesen transmutar durante el periodo expositivo. La materia piel-papel en esta obra se utiliza como una propiedad que puede ser fragmentada, alterada y transformada, para que de esta manera el cuerpo se convierta en recuerdo, como lo que permanece cuando alguien desaparece.

En “Changement de Peau” los intereses y conceptos son similares a “Silencios”, salvo que ésta trata de una video-instalación, también efímera, pero realizada para un sitio específico. Cubrí completamente una de las salas de la galería con hojas en estado de putrefacción y proyecté un video sobre uno de los muros. En este video lo que vemos es una serie de cuerpos que se entremezclan y superponen en una danza creadora de nuevos seres con malformaciones anatómicas, como siameses u orgías de clones como paroxismo de mi cuerpo. Esta obra se transformaba a medida que transcurrían los días de exposición, el olor y las hojas pudriéndose nos remitían a los cuerpos en descomposición y esto era evidenciado con las cambiantes texturas que adquiría la piel de los cuerpos proyectados en el video.

Muchos de tus trabajos son instalaciones efímeras en la cual la obra se va transformando con el transcurso del tiempo hasta desaparecer y quedar tan sólo el registro.
Así es, como explicaba anteriormente, en el caso de “Silencios”, “Changement de Peau” e “Ire” lo que me más interesa es como la obra va transmutando y evolucionando; si bien en este caso la evolución de las obras conduce a la desaparición o degradación. En “Ire”, una instalación realizada para un sitio específico en el Museo del Barro, había trabajado el concepto de la transitoriedad de nuestra presencia en la tierra. Para esto me serví de un poema de Alejandra Pizarnik que dice: ”la muerte siempre al lado, escucho su decir, sólo me oigo”. Estaba representado con una serie de sueros fisiológicos, macrogoteros y pigmentos que duraron tan solo la noche del vernissage, fue fugaz.

¿Tenés alguna obra que sea especialmente significativa para vos?
En su momento dado creo que todas fueron y significaron algo, pero hoy me cuestiono mucho acerca de lo que hice. Soy una persona muy cambiante, lo que genera diversos sentimientos y posturas respecto al pasado de cada obra. Una vez el trabajo concluido siento que ya no me pertenece, quizás sea el espectador o la crítica quien se haga cargo de que las obras signifiquen algo para ellos y sentirse mejor al respecto. Tal vez me pase como a otros grandes artistas que una vez muertos sus obras adquirieron importancia. Veremos.

¿Qué proyectos tenés en puerta para este año?
Vuelvo a Francia en breve y me esperan grandes proyectos, uno de ellos es una residencia artística en CAMAC (Centre d’Art – Marnay Art Center) que es un centro de arte, ciencia y tecnología, y lo voy a realizar gracias a una beca que me otorgaron el año pasado de la Fondation Ténot de París. Ahí voy a desarrollar un proyecto experimental relacionado a mi memoria infantil, que es lo único que les puedo decir por el momento, y los otros proyectos…, prefiero reservármelos para más adelante, a ver si me sorprendo nuevamente. (Risas)

¿Qué es el arte para vos?
Es la visión que cada uno tiene acerca de sus realidades, como un acto placentero mediante el cual valiéndose de la imaginación y ciertas habilidades se imita y crea al hombre.