jueves, 23 de agosto de 2012

Bottle Shock: La Histórica Cata de Vinos de París de 1976





Esta película del cine independiente estrenada en el 2008 es ideal para maridar con un buen chardonnay californiano pues justamente habla del momento crucial que puso a estos vinos en el mapa mundial.

La cinta dirigida por Randall Miller, retrata la famosa cata ciega de vinos de París de 1976, en la cual, muy a pesar de los expertos franceses, dos vinos Californianos, antes ignorados y menospreciados, quedaron en los dos primeros lugares. 

Alan Rickman da vida al vendedor de vinos británico radicado en Partís, Steven Spurrier, quien se interesó en los vinos californianos y organizó la famosa cata para demostrar su calidad. Bill Pullman encarna a Jim Barret el dueño de la bodega “Chateau Montelena” la cual resultó ganadora de la cata por su Chardonnay Alexander Valley de 1973. Chris Pine actúa como Bo Barret, el encantador hijo hippie de Jim.

Filmada en los valles de Napa y Sonoma, en varias locaciones que incluyen los viñedos y bodegas de “Chateau Montelena”, “Buena Vista” y “Kunde”  “Bottle Shock” nos embarca en un viaje a través del hermoso paisaje de los viñedos californianos y en un retrato romántico de la vinicultura en el cual se nos revelan la ilusión y los sueños que son encerrados en cada botella de vino por sus creadores. Pero principalmente la cinta nos acerca a un momento decisivo en la historia de los vinos californianos –y podríamos aventurarnos a afirmar- en la historia de todos los vinos producidos fuera del territorio europeo. Bottle Shock hace patente la significancia que un pequeño evento tuvo a la hora de dar valor a los vinos producidos fuera de Europa, un evento que logró romper el estigma de que los únicos vinos “buenos” eran aquellos producidos por el triunvirato de Francia, Italia y España.

Corría el año 1976 cuando un sommelier británico, propietario de una tienda especializada en vinos finos y de la primera escuela de vino privada de Francia, L’Accademie du vin”, decidió darse una vuelta por California para catar la producción local. Definitivamente su sorpresa fue grande cuando se dio cuenta de la calidad de sus vinos. Incentivado por su increíble hallazgo, decide organizar una cata París para demostrar a los pomposos franceses que los vinos californianos podían hacer frente a los más prestigiosos vinos franceses. Pero el resultado final de la cata parisina sorprendió hasta al mismo Spurrey, no sólo los vinos californianos se habían probado buenos, ¡sino que habían terminado ganando frente a vinos de añejo pedigree!

A los pocos días los vinos californianos eran la nota de tapa de la revista Time. Este artículo escrito por George M. Taber rezaba: “La semana pasada en París, en una cata formal de vinos organizada por Spurrier, pasó lo impensable: California derrotó a todos los Galos”.

Curiosamente sólo 6 meses antes de esta cata se había realizado una similar en suelo norteamericano, en la cual los chardonnays americanos resultaron victoriosos frente a sus rivales franceses. Sin embargo estos resultados no tuvieron significancia internacional debido al hecho de que la cata se realizó en Nueva York y con jueces americanos. Pero la cata de 1976 en París tuvo una enorme relevancia, pues se realizó en suelo francés y con un jurado compuesto principalmente por expertos galos, arrojando un resultado similar que ubicaba a los vinos americanos por encima de los franceses.

La decisión de Steven Spurrier de conocer los vinos producidos en Estados Unidos, por entonces desconocidos en el resto del mundo, con el sólo objeto de ampliar sus conocimientos vinícolas y aumentar el repertorio de su Academia de Vino, insospechadamente revolucionó la industria vinícola, abriendo todo una nueva gama de posibilidades y  nuevas variedades de vinos a los amantes de vino del mundo entero.

Irónicamente Jim Barret inicialmente no quiso participar de la cata a ciegas, temiendo que los jueces franceses se mostraran parciales por la producción local y que todo el evento se tratara de una treta para mofarse de la producción californiana. Afortunadamente fue convencido por Spurrier, y el 24 de mayo de 1976, su Chardonnay compitió junto a los mejores chardonnay franceses resultando vencedor. En el mismo evento también se realizó una cata a ciegas de vinos tintos en la que los Cabernet Sauvignon californianos compitieron con los Bordeaux franceses, ganando también un vino californiano el Stag’s Leap Wine Cellars de 1973. Los vinos californianos habían ganado en ambas categorías, dejando atónitos a los propios jueces y hasta al mismo Spurrier, quien no creía que los vinos Californianos tendrían chance frente a sus pares franceses.

Los 11 jueces eran personalidades de gran prestigio en la industria del vino. Ellos eran: el propio organizador el británico Steven Spurrier, la americana Patricia Gallagher  de “L’Academie du Vin” y los franceses: Pierre Brejoux del Instituto de Denominaciones de Origen, Claude Dubois Millot, Michael Dovaz del Instituto del Vino de Francia, Odette Kahn, editora de “La Revue du vin de France”, Raymond Oliver propietario del restaurante “Le Grand Vefour”, Pierre Tari de Chateau Giscours y secretario general de la Asociación de Grands Crus Classes, Christian Venneque sommelier de la “Tour d’Argent”, Aubert de Villaine del “Domaine de la Romanée-Conti” y Jean Claude Vrinat del restaurante “Taillevent”. Para evitar cualquier duda sólo se contabilizaron los votos de los 9 jueces franceses.

Como es de esperar, el resultado no sólo fue sorpresivo sino también controvertido. Los líderes de la industria vinícola francesa estaban horrorizados y excluyeron a Spurrier de las catas nacionales por un año como castigo aparente por el daño causado por su evento a la imagen de superioridad ostentada por los vinos franceses. La prensa francesa literalmente ignoró al evento. Sólo a los tres meses “Le Figaro” publicaría un artículo sobre la cata describiendo los resultados como “risibles” y diciendo que éstos no podían ser tomados seriamente. A los seis meses “Le Monde” escribiría un artículo con el mismo tono. La controversia llevó a que se replicara la cata a ciegas en San Francisco en 1978. Nuevamente los vinos californianos ocuparon los tres primeros puestos de ambas categorías. Esta vez 98 expertos sirvieron de evaluadores, usando la misma metodología empleada en la cata de París.

En el 24 de Mayo de 2006, al cumplirse el aniversario de 30 años de esta cata que revolucionaría el mundo del vino, Spurrier organizó otra cata. La revista Times cubrió el evento y reportaron que “A pesar de que los catadores Franceses, mucho de los cuales habían participado de la cata original, esperaban la caída de los viñedos americanos, tuvieron que admitir que la armonía de los cabernets californianos los habían vuelto a derrotar. Los jueces de ambos continentes dieron los mayores honores al cabernet Ridge Monte Bello de 1971. Cuatro tintos californianos ocuparon los siguientes lugares frente a los Bordeaux de más alto rango, un Chateau Mouton Rotschild de 1970 salió sexto.” Con esta cata se silenció a los críticos que habían argumentado en la primera cata que los vinos tintos franceses se añejarían mejor que sus contrapartes californianos.

En 1976, por un giro sorpresivo, los extraordinarios vinos del Valle de Napa fueron presentados oficialmente al mundo. Con este evento muchos vinicultores vieron realizados sus sueños, pues los vinos que con tanto esmero y dedicación habían estado desarrollando desde fines del siglo XIX finalmente habían ganado su bien merecido puesto entre los mejores. Sus vinos no sólo eran buenos, sino comparables a los mejores vinos de Francia. Además, el entero Valle de Napa adquirió la reputación de ser una de las mejores zonas vinícolas del mundo. Los asombrosos resultados de la Cata Ciega de París de 1976 significarían que la mirada del mundo de vino se centrara por primera vez en los vinos producidos en otras regiones. Esta cata abriría las puertas a que la producción vinícola de Argentina, Sudáfrica y Australia, fuera ganando un lugar antes negado ocupando hoy un sitio de importancia a nivel mundial. Gracias a este pequeño pero significativo evento, hoy en día los consumidores pueden disfrutar de excelentes vinos de todas partes del globo.

1 comentario:

Sandra dijo...

Alan Rickman, mi héroe personal <3 es muy interesante la pelicula, la vi por ser fan de él pero gracias a eso aprendí algo nuevo! Buen post Vale :) xx