Su Amor No Era Sencillo
“Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.”
Mario Benedetti
Todos buscamos nuestra pareja ideal, aquella persona que se encuentra en perfecta sincronía y armonía con nosotros y con la que compartimos una infinidad de cosas en común. Lastimosamente es más fácil encontrar una dieta que incluya pan blanco y chocolate que encontrar a la pareja ideal.
Le ponemos boca para abajo a nuestro San Antonio, rogándole que ponga en nuestro camino al hombre de nuestros sueños. Cuando nos damos cuenta de que este santo es tan inútil como el rechoncho de Cupido en sus labores de celestino, nos percatamos de que ninguna fuerza celestial ni esotérica responde a nuestras súplicas y cansadas de buscar a la media naranja, nos terminamos conformando con un medio pomelo, que si bien no se adapta a uno ni con poxipol, al menos sirve de compañía. Así, mis queridas lectoras, surge el fenómeno comúnmente denominado: “las parejas disparejas”.
Estas son las parejas destinadas a romper con la armonía que uno espera encontrar en una relación. Estas son las parejas que hacen de Barbie y Ken una utopía y que ponen en evidencia el hecho de que el patético infante gordinflón de Cupido, debe estar ciego o debe tener un sentido del humor muy retorcido.
La naturaleza es sabia. En el mundo animal estas uniones no se dan. Por motivos más que obvios, los leones no se aparean con las gaviotas, ni los chihuahuas con los gran daneses; mas la raza humana tiene sus peculiaridades…
El lindo y la fea: Ella ya está acostumbrada a que le pregunten con cara de asombro: “¿EESE es TUUU novio?” ya que no pueden creer que semejante semental pueda fijarse en un bicho tan feo. Cada vez que salen juntos las tipas se le lanzan encima como si ella formara parte del decorado, asumiendo que se trata de su hermano o amigo. Hasta los gays se le tiran en lance convencidos de que deber ser gay por salir con una pantalla tan fea. Los amigos de él lo cargan hasta el cansancio, mientras que sus amigas se ponen el babero aguardando el momento oportuno para pasarle discretamente sus números de celular. Esta relación de seguirá para siempre ya que de seguro se trata de amor real, pues como todos sabemos el verdadero amor es ciego.
La regia y el pila: El llama a todas sus amigas “Señorita”, todavía no entiende con qué tenedor se come la entrada y sigue diciendo: “nos fuimos en Punta del Este en un cuatro por cuatros”. Ella habla francés FLUÍDO, él habla un jopará tan cerrado que sus amigas tienen que descifrar lo que dice por sus gestos. Cuando ella le contó que debutó en el Cente y él le contó que debutó con su vecina en la fiesta de la seccional del barrio. Como vienen de dos mundos distintos, en el único lugar que tienen algo en común es en la cama y mientras los encuentros bajo las sábanas sigan siendo ardientes, ella seguirá a su lado sin sentir vergüenza por sus eses atravesadas, su pasión por la cachaca pirú y su pinta de provinciano en ropa de domingo.
La señora de las cuatro décadas y su accesorio: Ella acuñó el término "boy toy" cuando Madonna aún estaba en pañales. Su segunda piel es el leopardo y el sonido que la precede es el click clack de unos altísimos estiletos que desafían a su reuma. Le teme a la iluminación directa como Drácula al Crucifijo y acecha y caza a su presa con la habilidad de una leona del Serengueti. Ella sigue espléndida gracias a que le vendió su alma al bisturí de Bacchetta. No conoce el término cara lavada y su edad es un secreto de estado tan celosamente guardado que ni James Bond con todo el MI6 lo podría descubrir. En esta relación ambos tienen claro que lo único que importa es lo que ella desea., por lo que su accesorio se desvive en agradarla piropeándola y manteniendo bien en alto su líbido reencontrado. Ella se divierte vistiendo a su juguetito para combine con su look y siempre y cuando ella se mantenga constante apoyando y financiando los emprendimientos comerciales que le ayudan a dejar atrás sus inicios como personal trainer.
El viejo verde y la jovenzuela: Ella lo llama “Papi” y “tío” a todos sus amigos ante el espanto de sus respectivas esposas. Se conocieron en el típico boliche frecuentado por jovatos en plena crisis de la tercerea edad y chicas de generosos escotes en busca de sponsor. La mejor y única amiga de ella es su mamá, quien la acompaña a todos lados para cuidar sus intereses y negociar su caché. Gracias a sus cariñosas gestiones logró ubicar a toda su parentela en la empresa de su “papi”. Ella trata en vano de amigarse con las hijas de él, que obviamente son de su misma edad y la aborrecen por oxigenada, vaira y trepadora. Él la exhibe orgulloso en cuanta reunión encuentra y ella siempre se luce vistiendo “a tono” con la ocasión (léase escotes, minis y mucha licra). Desde que se conocieron el perdió liquidez y ella ganó un auto, una casa, joyas, una nueva cara, nuevas lolas para “sentirse más mujer” y un guardarropas que pondría verde de envidia a la mismísima Susana Giménez. El Viagra los mantendrá unidos hasta que ella llegue a los 30, siempre y cuando él siga generoso con sus regalitos y ella no engorde.
La alta y el petiso: Cuando se conocieron ella le dijo adiós a los tacos y él le dijo hello a las botas tejanas. Él tiene complejo napoleónico como buen enano de cepa, y la única forma de mantener cautiva a semejante valkiria es bajándole el autoestima hasta que quede a su altura. Cada vez que posan juntos para sociales tienen que hacerlo desde un desnivel donde él pueda verse más alto o en su defecto ella disimuladamente debe flexionar las rodillas para no aumentar su complejo. La única posición en la que él se encuentra cómodo con ella es en la horizontal. Él odia bailar con ella y por obvios motivos prefieren las reuniones donde puedan estar sentados para que nadie se percate de los centímetros que los separan.
La ejecutiva y el golfista: Ella vive calculando el balance de su cuenta y él su hándicap. El día típico de ella está rigurosamente agendado:
7:00 Correr 20 km en la caminadora, optimizando el tiempo manteniendo en paralelo una teleconferencia a Tokio.
8:00 Desayuno de negocios en el Sheraton con los inversionistas
9:00 Llegada a la oficina, controlar correo, dictar directivas y actualizar las planillas
10:00-11:30 Reunión de directorio seguida por la reunión con el departamento jurídico
12:00 Almuerzo ejecutivo en el Crown
13:00 Paso veloz por la manicurista mientras repasa el nuevo contrato
14:00-16:00 Regreso a la oficina para reunirse con los clientes
16:00-18:00 Análisis exhaustivo de sus inversiones en bolsas internacionales
18:00-21:00 Reuniones con el staff y planificación de las actividades del día siguiente
22:00 Cena con el director del Directorio
23:00 Regreso a casa, toma de calmantes y sedantes para conciliar el sueño
Él no tiene agenda, pero sigue un patrón regular de actividades:
10:00 Suena el despertador, según su nivel de resaca se despierta o sigue durmiendo. Solo se levanta temprano los domingos para seguir el gran prix de turno
11:00 Desayuno con el grupo de Tennis del cente
12:00 -15:00 Sauna, almuerzo, solcito, masaje y sesión de chismes con los socios del sauna
15:00-17:00 Golf y charla sobre millonarios negocios que nunca se concretan
17:00 Personal Trainner y flirteo intensivo con todas las cuerachonas del gym.
18:00 Tereré después del gym para hidratarse y volver hablar sobre sus millonarios proyectos
19:00 Cafecito con los amigos
20:00 Del café se pasa a la cerveza y se le llama a la yiyi clandestina
21:00 Break para ver “Mal Parida”
22:00- hasta que se acabe la cerveza o llame la yiyi Asado con los perros
… Como ya se habrán percatado solo se ven los fines de semana y la unión prosperará siempre y cuando ella siga pagando su tarjeta de crédito.
El rey del ganado y la reina del brushing: Él ama el campo con todo el fervor que ella odia el barro y los mosquitos. Él ama encontrarse consigo mismo en la quietud del monte, ella ama encontrarse con sus amigas en Serena Spa. Él sueña con que ella aprenda a cocinar vorí vorí, ella sueña con el cheque del frigorífico para salir de shopping. Cuando van juntos a la estancia, él viste bombacha de montar, bota de media caña y sombrero panamá, ella luce babucha, botas de Sarkany y lentes Gucci dorados. A la estancia él lleva la provista, alambre, repuestos para el tractor y balanceado. Ella no cruza Madame Lynch sin su planchita, secador, beauty case, bronceador, 5 maletas, bikini y todo su stock de cremas de Victoria Secret con purpurina. Su condición para ir a la estancia es que tenga señal su Black Berry, ¡o sino con quién va a hablar, si allí para ella todos hablan “guara algo”!
Susanita y Casanova: Ella está planeando su boda desde los 15 años, él viene planeando su estrategia de fuga desde entonces. Desde que se conocieron ella empezó a bordar todo su ajuar con las iniciales de ambos, mientras él planeaba como seducir a todas sus primas y amigas. La frase de cabecera de ella es: “Si quiero”, la de él es “Yo no fui”. El lema de ella es: “el amor todo lo puede” el de él: “negá hasta morir”. En sus contactos del celular ella tiene los números de su modista, su decoradora y su wedding planner, él tiene agendado los teléfonos de todas las modelos del último calendario del popu, bajo seudónimos como: mecánico o electricista; o siglas como ANDE (Andrea Noemí Duarte Esteche), COPECO (Chica Old Parr Expo Conceción), BNF (Banda Ninfa de Faces), MEC (Mina Escultural de Chechos) o IPS (Ilse Promotora Seneté). Esta relación prosperará siempre y cuando ella siga tan concentrada en su boda como para darse cuenta de las andanzas de su prometido.
La dama de hierro y el títere: Ella dice NO y él responde: “Sí mi amor”. Antes de que ella termine de decir: “vamos”, él ya le abrió la puerta y arrancó el auto. Los amigos de él lo ven como un flojo, las amigas de ella la ven como una ídola. Ella ha perfeccionado el arte de manejarlo con una mirada, el ha hecho de la sumisión su estilo de vida. Ella nunca levanta la voz, pero ante cada susurro él está al borde del ataque de pánico. Estas parejas tienden a funcionar de maravilla, siempre y cuando él nunca se revele ni empiece a verse a sí mismo como lo ven sus amigos: como un flojo.
El bohemio y la chuchi: Ella es la poster girl del capitalismo, él estudió en Cuba “Políticas de reforma agraria”. Él es tan bolche que los padres de ella tienen miedo de que la secuestre. El no pisa Bambuddha por convicción y ella no pisa los antros que él frecuenta por asco. Las amigas de ella a él le parecen frívolas y materialistas. Ellas consideran estos adjetivos un piropo. Ella piensa que todos sus amigos son conflictuados y drogadictos. Ellos están totalmente de acuerdo. Sus noches las pasan dando vueltas en el auto, al no ponerse de acuerdo a donde ir. Cuando finalmente encuentran un lugar neutro para pasar el rato ella es el alma de la fiesta y él el trago amargo, razón por la cual sus amigas lo apodaron “el Amaretto” y ni bien lo ven llegar huyen despavoridas como si estuviera llegando el EPP. La única manera de que esta relación funcione se encuentra en conciliar una alianza de izquierda-derecha, esperando que tenga más éxito que la de Lugo y Franco.
La reina y la reina: Las parejas gay también tienen sus uniones atípicas. Una regla en las relaciones gay es que dos divas no pueden compartir el camarín y mucho menos el escenario. Si bien ellos aman las mismas cosas y juntos pueden pasar horas describiendo en detalle la última colección de John Galliano, o cantar a dúo y con lágrimas en los ojos “I will survive”, siempre terminan compitiendo en todo. Rivalizando siempre por el aplauso del público y por acaparar toda la atención en sus personas, juntos se embarcan en una relación más bélica que amorosa. La única forma de que esta relación tenga algún dejo de armonía es que, mediante duelo de plumas, se defina quien es la diva y quien es su vestuarista.
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