lunes, 25 de julio de 2016

SEGUIME.COM : LAS PERIPECIAS DE LA BLOGSFERA

















Estoy podrida de este mundo virtual de seguidores digitales.
En este preciso momento con muchísimo gusto terminaría con mi vida virtual
cometiendo flagrante suicidio digital con un CTRL+ALT+ DELETE contundente y
rotundo. Es que honestamente, nuestra vida digital en gran medida ha avasallado
nuestra vida real. Cada vez dedicamos más y más tiempo a administrar nuestras
redes sociales y menos a socializar. Cada día perdemos horas y horas observando
la vida de los otros mientras dejamos de prestar atención a los quienes nos
rodean en nuestras vidas. 




Y que nos deja esta excesiva preocupación por el social media. Nada más que una enorme
nube de pedos.  Vivimos consumiendo y generando
virtualidad pura. Pura fantasía para alimentar nuestro narcisismo ante la
mirada ajena. Pero en vez de generar la anhelada admiración, terminamos
avivando la envidia ajena. 




Instagram es un claro ejemplo del progresivo de cómo una red
social puede pasar de maravillosa a nefasta en un abrir y cerrar de ojos.
Quienes contaban con Instagram en sus inicios (allá por los remotos 2010)
aseguran de que era una aplicación que parecía destinada a exaltar y celebrar
la buena fotografía. De repente todos nos convertimos en fotógrafos de celular,
buscando sacar buenas tomas, encontrar el filtro correcto para hacerla ver más
cool y luego compartirla con nuestro pequeño y selecto grupo de amigos (el 90%
de ellos aficionados a la fotografía) y disfrutar de las deliciosas imágenes
que sus ojos iban captando. Pero de repente – SAS- las Kardashians descubrieron
Instagram y todo se fue a la miermier. 




De repente la calidad de las tomas pasó a un segundo plano y
lo único que parecía contar era la cantidad de seguidores. Las cuentas más
seguidas no eran las de mejor calidad, ni las más interesantes, ni las más
creativas. Nooo. Las reglas de instagram parecían de repente haber sido
cambiadas por otras redactadas en un mundo de existencia paralela en el cual
todo estaba al revés. En qué cabeza cabe que la persona más seguida después de
la cuenta de Instagram (oficialmente la cuenta más seguida de esta red social
con 168 millones de seguidores) sea SELENA GÓMEZ (WTF??) y que TOOODAS Y CADA
UNA DE LAS KARDASHIAN tengan más seguidores que MADONNA???!!! Como la reina del
pop va a ser desplazada en el reinado de las redes por una familia de
reverendas inútiles que además de ser chabacanas y grasas nadie entiende como
se hicieron famosas sin saber cantar, ni bailar, ni actuar….ni nada más que
sacarse selfies escotadas.  En este
siniestro mundo paralelo, Queen Madge solo tiene 7.3 millones de seguidores
(algo así como la población de Paraguay) frente a los 74.4 millones de
seguidores de Kim (algo así como la población de Alemania). #WATAHOLYMADONNAFAK
¡!! (Honestamente mi nivel de asombro solo es plausible de ser expresado vía
emoticones).




Luego ocurrió otro fenómeno aún más bizarro. De repente,
ante esta exposición brutal de mundos privados vía redes sociales, TODOS
empezaron a sentirse celebrities de sus propios reality shows y a comportarse
un poco como personajes mediáticos. Desde tu manicurista hasta tu sobrina
adolescente de repente empezaron a preocuparse más y más en construir una
audiencia de followers como si estuvieran jugando un juego de popularidad o
tenían que conquistar marcas como si fueran celebrities. Y métale posteo
ridículo tras posteo patético sacrificando su dignidad propia con el solo
objeto de tener más seguidores.




La otra vez  un amigo
me dijo algo muy cierto: Instagram mató a la fotografía. No solo nos hace sacar
fotos de baja resolución con filtros que las hacen parecer sacadas hace 20 años,
sino que también nos empuja a registrar las cosas más absolutamente banales de
nuestra existencia. Antes el revelado costaba tiempo y dinero. Uno no hacía
fotos por hacerlas nomás. Debía elegir cuidadosamente el sujeto, el fondo, la
pose, la situación. Se hacían fotos de viajes y eventos especiales, no de
platos de comida y tazas de café. Nadie le sacaba fotos a su plato de
ensalada!!!! Había que administrar bien el rollo de 36 tomas. Jamás de los
jamases un plato de ensalada iba a valer el esfuerzo tiempo /costo del proceso
de revelado.  Sacarle foto a unos pies
con paisaje, a tu look de un día cualquiera, a tus piernas de salchicha frente
a la playa, a un plato de café o a tu desayuno de cereal con el hashtag “#beFit”,
era algo inaudito que JAMAS iba a terminar enmarcado en un portarretratos. ¿Qué
nos regaló Instagram entonces? Pues el tener que bancarse la lenta y tediosa agonía
de la fotografía, una toma de ensalada a la vez. 




En el mundo de las redes plagadas de seguidores aparaecieron
de repente otros seres fenoménicos regidos por las leyes paralelas del universo
kardashian: los bloggers. Los primeros bloggers eran serios, y su fortaleza se
centraba en sus escritos con voces interesantes e independientes. Pero de
repente decidieron crearse cuentas en redes para amplificar su voz…. Y ahí
nuevamente todo se fue a la miermier. Ahora ya hay hasta bloggers que
oficialmente no tienen blogs sino solamente cuentas en instagram y que no hacen
literalmente nada más que posar por likes, y sacarle  fotos a su platos de ensalada, a sus maletas
o pasaportes cuando viajan, o reproducir hasta la lenta muerte cerebral de
todos sus seguidores un millón de fotos de ellas en la playa con frases
inspiradoras de todos los poetas muertos. 




Pero como no están muertas todas las neuronas digitales, se
ha acuñado un término para referirse a esta clase de bloggers vacíos de
contenido: egobloggers. No existe un término más apropiado para estos seres tan
detestables. Ellos representan el “#aquíEstoyYO con . Su mayor logro consiste
en vestirse de manera vistosa y acompañar sus selfies de frases inspiradoras
que dicen mucho pero en realidad no dicen nada y que al fin y al cabo no tienen
nada que ver con el selfie que se sacaron haciendo un duckface frente al
espejo. 




Imagínense la Insta escena: espejo de baño, duckface, selfie
y vestido vistoso verde limón y abajo una frase así: “Me encanta ser yo porque
soy un ser de luz. La vida me enseñó que quien quiere puede, y que más allá de
cualquier obstáculo social todo esfuerzo es recompensado porque no hay mal que
por bien no venga y cuando una puerta se cierra otra se abre para que le
pongamos al mal tiempo buena cara.” #TodoEsPorAlgo Imposible que a uno no se le
revuelva el estómago ante tanta cursilería junta googleada del refranero
español popular, cuando justo se olvidaron del único refrán que le iba a la
perfección a la foto: “aunque mona se vista de seda mona queda.”




Entre egobloggers y filósofos de la pacotilla digital no
deja de sorprenderme la cantidad de seguidores de muchos de estos especímenes.
Francamente es en muchos casos hasta sospechosa. Si se trata de personajes
mediaticos uno entiende, pero de repente aparece cada personaje de la nada y
SAS: 35K de seguidores  de la noche a la
mañana y TA-DAAAAAAA!  Te dejan como Kim
a Madge hablando pavadas con tu following de Mil’í.  Pero a la hora de la verdad en estos casos, lo
más probable es que se compró todos sus seguidores y tus 1K seguidores realesy
orgánicos  siempre van a ser más relevantes
que los 100K fantasmitas adquiridos onda @huanpotkoswag de Sri Lanka. Y como
todos los que admiramos a MADONNA por sobre todas las #Kardashian/Jenners del
Universo Digital, les comparto este HASHTAG #JUSTSAYING #FYI
#LaCalidadSiempreSuperaALaCantidad.  



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