viernes, 8 de octubre de 2010

Osvaldo Salerno: Entre el filo crítico y la poesía





Nacido en 1952, en Asunción, el artista Osvaldo Salerno inicia de manera autodidacta su experiencia en el arte a mediados de los años sesenta. Como otros artistas de su generación, estudió arquitectura, profesión que nunca ejerció, pues empieza a moverse en distintos ámbitos del quehacer artístico, como artista visual, curador, galerista, promotor cultural, museógrafo del Museo de la Justicia, cofundador y actual director del Museo del Barro. En 2008/9 trabajó en Santiago de Chile como museógrafo de la Primera Trienal de Chile para el diseño de seis grandes exposiciones.

En sus más de tres décadas de producción artística, ha creado obras tan variadas como las tareas que ocupan su tiempo. Ha trabajado la pintura, el grabado, la impresión gráfica, la instalación, el montaje, la construcción de objetos, el video, entre otros medios. A todas sus obras ha sabido incorporarles un elemento crítico y reflexivo que lo instala dentro de las filas del arte conceptual contemporáneo.

En su obra, aborda de manera casi obsesiva, temáticas punzantes que calan hondo en la memoria colectiva latinoamericana. La fuerte carga expresiva y visceralidad de sus obras huye de lo directo, impactando a través de sutilezas irónicas, hondos gestos reflexivos y una siempre elegante depuración estética. En su obra abundan las complejidades, se entrelazan tensiones y se abren ventanas a múltiples lecturas. Salerno conjuga la poesía con la imagen ya sea valiéndose de citas poéticas o literarias o gestando metáforas visuales cargadas de una poesía intrínseca.

Como una especie de poeta visual, a través de la crítica, de la ironía, de la expresión visceral e incisiva mirada sobre la problemática humana, Osvaldo Salerno llama a la reflexión logrando que su obra trascienda fronteras, situándose entre los principales exponentes del arte postmoderno latinoamericano.

¿Qué te llevó al arte?
Yo soñaba con ser músico, pero por circunstancias familiares, no perseguí esa carrera. Empecé a trabajar en artes visuales en los años sesenta. Estudié algo de pintura al principio, y empecé a jugar con materiales pictóricos y con la visualidad. Luego estudié arquitectura. Si bien concluí la carrera, nunca me dediqué a la arquitectura. De hecho, nos graduamos con Marta, mi hermana y Ricardo (Migliorisi) y al terminar la carrera abrimos una pequeña tienda de arte, una suerte de galería liliputizada. Trabajamos juntos durante veinte años, hasta que cada uno se dedicó a ejecutar sus propios deseos pendientes. Yo seguí metido con el –siempre-  incipiente mercado del arte asunceno. Al mismo tiempo en el que trabajaba en este medio me dediqué a producir mi propia obra. Durante los últimos años de la década del setenta, paralelamente, entro a trabajar en la faena de producir museos, cuando en 1979 con Ysanne Gayet y Carlos Colombino creamos el Museo del Barro.

Muchos artistas paraguayos de tu generación también pasaron por la Facultad de Arquitectura. ¿A qué crees se debe este fenómeno?
La oferta educativa  en nuestro país no ofrecía alternativa para pensar arte contemporáneo de manera profesional. Casi todos pasamos por la facultad de arquitectura: Enrique Careaga, Carlos Colombino, Genaro Pindú, Felix Toranzos, Ricardo Migliorisi y otros. En los años setenta, por primera vez pude acceder  a bibliografía sobre arte moderno aunque, muchas veces, los instructores no entendían del todo a qué se estaban refiriendo. La facultad de arquitectura nos ofrecía material teórico y un pensamiento mucho más abierto a cosas más contemporáneas de lo que ofrecían instituciones como la recién creada Escuela de Bellas Artes en ese momento. Tenía un programa más movilizador y sobre todo una comunidad estudiantil que te motivaba más. En términos profesionales era un buen tiempo económico (años itaiputistas)y mucha gente de Asunción empezaba a mirar y comprar arte, era un buen momento para los artistas.

¿Qué te empujó a crear el Museo del Barro junto con Carlos Colombino e Ysanne Gayet?
El medio nos empujó a hacerlo. Al crear el Museo del Barro en 1979 creo que inventamos un microclima, porque Paraguay era irrespirable en ese momento. No sólo se vivía una vida de presión política, sino también una vida muy mediocre. Con la creación de un espacio, destinado a un museo, que nos ocupara la vida, que nos ocupara en pensar el trabajo de los artistas populares, que nos alimentara esa obsesión continua de reunir y clasificar, inventamos una ciudad ideal, un espacio utópico para volver respirable el país. Vivir en un contexto hostil, problemático me movió para crear junto con Carlos e Ysanne este museo. No sé si hoy lo hubiera hecho.
En lo personal, yo tuve un periodo de casi seis años de un total silencio de productividad personal. Fui a estudiar a Europa con una beca en el 77, expuse en Madrid y Barcelona y al volver entré en un periodo de incapacidad productiva. Había adquirido elementos de rigor y de autocrítica muy grandes, y todo lo que intentaba producir yo mismo lo censuraba. Iba descalificando mi propia tarea hasta que llegó un punto en que ya  no podía avanzar en mi obra, por lo que me volqué mucho a la galería y al museo, hacia mediados de los ochenta eso terminó.

¿Cómo es tu proceso creativo?
Creo que el arte existe allí donde hay un problema. Donde todo está bien, donde todo está estupendamente ordenado, no hay necesidad de arte, no hay necesidad de producir sublimación, dirían los sicoanalistas.  En mi trabajo me planteo problemas que surgen visceralmente, me encuentro con ellos y segrego algo que luego se convierte en un objeto o gesto de arte.

¿En tu primeros trabajos de impresión, que originó el salto del objeto a tu propio cuerpo?
Hacia 1969 detecté la idea de la impresión de la huella, imprimiendo objetos reales, camisas, candados, tuercas. Llegó un momento en que me estaba acercando a mi propio cuerpo, porque imprimí mis prendas, imprimí zapatos míos, y ¿qué faltaba? Llegar a mi cuerpo. No reproduciéndolo sino presentándolo como impronta sobre el soporte.
Ropa Sucia

En tu obra suele conjugarse lo visceral con lo conceptual. ¿Cómo se produce esta unión?
 Yo creo que lo poético emerge y se alimenta de las vísceras y pasa después por el registro de la racionalidad a través de la edición. Las vísceras te empujan, te urgen, te obligan a hacer, pero lo que uno da por faena terminada es una obra que pasó por muchos tamices, por largos análisis.

¿Tuviste alguna obra que te haya costado sacarla afuera?
Quizás aquellas donde aparece más frontalmente el tema de la muerte. En mi trabajo siempre hay una pregunta subyacente sobre la muerte.

¿De todos los medios con los cuales trabajás, con cuál te sentís más cómodo?
Manejo varios medios, y me siento muy cómodo con todos ellos, sobre todo porque desde hace varios años trabajo un lenguaje que tiene que ver con la instalación en el cual se manejan muchos medios.

¿Cómo surge tu interés por la instalación?
Quizás se conecta con mi oficio de administrador de museos y de profesional frustrado de arquitectura. Yo vengo imaginando, ejecutando a veces, concretando otras, y frustrando las más de las veces ficciones museales. La idea del espacio de memoria, del espacio donde se reúnen objetos y documentos que juntos relatan algo, me convoca con intensidad. Armar un museo es instalar, es producir un relato para contar. En mi trabajo en los museos siento que produzco instalaciones, ya sea de arte popular, de arte religioso o de arte contemporáneo o referidas a derechos humanos.

¿Qué te llevó a convertirte en curador?
Como soy responsable de una galería de arte, Fábrica, desde hace tres décadas, yo vengo trabajando con artistas vivos con los cuales entro en diálogo permanentemente. Muchas veces estos diálogos son solamente pragmáticos, como qué tipo de enmarcado va a llevar la obra, cómo se colgará la pieza; y muchas veces, incluso, son indagaciones en la interioridad de cada autor. Siempre trabajé así. Inconcientemente fui desarrollando y afilando la mirada de curador. De lo que hoy-contemporáneamente- se denomina curador. Que es el oficio de un gerente-organizador que intenta operar con lo poetico. Esa es una cuestión que fue creciendo en el trayecto, una especie de capacidad como el de una partera chae, y tampoco tengo mucha certeza de que lo sea.

La tortura, la opresión están muy presentes en tu obra. ¿Tuviste alguna experiencia personal que te llevó a abordar esta temática?
No pasé ninguna situación personal de tortura durante el tiempo de la dictadura,  pero ella  nos afectó a todos. En 1989 el Paraguay se abrió a un tiempo de libertades civiles como no tuvo probablemente nunca. Evidentemente la atmósfera que se vivía en Paraguay, era una atmósfera cuya temperatura llegaba a todos. Justamente me tocó en los últimos cinco años trabajar en el Archivo del Terror del Poder Judicial como museógrafo, lo cual no busqué, pero me encontré trabajando en ello. Mi preocupación por el tema de los derechos humanos siempre estuvo vinculada a mi obra, pero no con el rótulo canónico de derechos humanos.

La preocupación política también está muy presente en tu obra.
Sin duda si empezáramos a hacer un inventario, mucha parte de mi obra está atravesada por la preocupación política . Por más de que no soy un militante, creo tener un filo crítico políticamente definido. De hecho, tras los años de silencio e improductividad empecé a interesarme en los grafitis políticos que posteriormente eran censurados a través de tachaduras y sobreescrituras. Los fui registrando fotográficamente y de a poco me puse a pintar los grafittis y su censura. De alguna manera y sin tener conciencia, salí del silencio y auto-censura, abordando en mi obra ideas de pentimento,  tachadura,  borradura y  negación.

¿Cómo surge tu mirada crítica?
Paraguay siempre fue un país que estuvo al margen. Esta marginalidad y esa conciencia de estar fuera (y expectante) de la muralla de la ciudad vedada donde ocurre la historia me dio instrumentos críticos y de sospecha sobre lo que acontecía, incluso con lo que me acontece. El arte es un poco suicida. Permanentemente está construyendo vanguardias con una punta y con la otra  carcome la propia conquista. Sin querer, me coloqué en la fila del arte crítico. Si tomara sólo un aspecto de mis tareas, te puedo decir que llevo tres décadas trabajando como galerista, y conozco muy bien el mercado local, sin embargo no alcanzo a hacer circular mi obra. Esto quizás se debe a que trabajando dentro de este medio, hago una obra de resistencia contra el mismo mercado que a mí me sostiene. El arte más crítico, permanentemente está sospechando sobre la propia producción. En el arte no hay certezas, no hay seguridades.

Las citas literarias son otra constante en tu obra. ¿Qué importancia ocupa la palabra en tu obra?
Uno se encuentra bombardeado por ofertas de vitalidad poética en todas partes, no solo en la literatura, en la prensa, incluso en el cine, y en el día a día. El asunto es tener  el ojo de la serpiente para apuntar sobre la frase, dispararla y extraerla. Soy un poco  cazador. Voy como un flaneur, un oportunista buscando cosas y oportunidades, me sirvo de ellas. No invento nada, lo que hago es combinarlas, establezco diálogos, encontrar un hilo conductor entre las citas y los objetos, pura alcahuetería.
Me apropio todo el tiempo de palabras, de objetos, de obras escritas o hechas por otra gente. Soy un pajaro-abutarda. La cita es un recurrente en mi obra. Específicamente en la instalación La Pileta” de 1999 tomé una frase de Roa Bastos, repitiendo como un castigo escolar la frase: “Salí del encierro oliendo a intemperie”. Yo asocié a la imagen de la pileta, como dispositivo de tortura, a la idea del castigo como si una persona penalizada hubiera estado pagando su culpa bordando esta frase por años.
La Pileta

Otro recurso habitual en tu obra es la inversión de las palabras. ¿Qué buscas al invertir las palabras?
Vengo usando oraciones invertidas desde hace años. En 1999 hice una obra relacionada con el marzo paraguayo en la que puse unos pañuelos donde bordé las fechas de nacimiento y muerte de las  personas que habían matado en la plaza. Al invertir la fecha de muerte, quise  negar el hecho. Lo que trata de hacer el arte es comunicar cosas de una manera no frontal y enigmática. Los artistas buscamos mecanismos indirectos, allí puede –o no- emerger la poesía. El arte  busca- muchas veces- hacer rodeos, engañar y no es para que llegue a todo el mundo.  Al arte no hay que pedirle claridad. El arte intenta dar rodeos, nunca da las cosas de frente, siempre está merodeando desde las sombras, coqueteando. Y esa idea de dificultar el acceso directo es un mecanismo del cual se vale el arte para convocar enigmas y producir lecturas plurales.

¿En qué momento sobreviene el momento conceptual en tu obra?
No sé en que momento mi  obra se carga de la reflexión o del concepto. A mí me alimenta lo que sucede, no fuerzo las cosas. Me impacta una cosa y lo mastico por un tiempo e intento resolver la obra con materiales posibles, un poco como la digestión de las vacas. No busco entablar una crítica para que la sociedad se dé cuenta de un problema, o sino haría periodismo. El trabajo del artista es algo que se mueve con la intuición. Hay un deseo que me empuja, unos problemas que yo vivo y que me instan a crear. Luego viene otro momento del arte, el momento de la reflexión y la edición. El arte intuye, huele cosas, es como un animal ciego que va por el mundo monitoreando cosas. Los que reflexionan sobre el arte son los filósofos, los críticos y los poetas, decía Edith Jiménez. Es un momento que viene después.

¿Qué importancia tiene la poesía en tu obra?
Bastante. El poeta es aquel que indaga la soledad, que indaga la muerte y que indaga la desesperación con la palabra. La poesía trata de ser escueta, usa palabras precisas  produciendo figuras retóricas. Me acerco mucho a la palabra escrita, a la literatura. No me puedo agotar con la visualidad solamente, necesito de la palabra y sus significados, para intentar movilizar lo poético.

¿Qué es una obra de arte?
No todas las obras que hacemos los artistas, o los que creemos que somos artistas, son obras de arte. Son obras de arte aquellas que consiguen abrir una ventana en la muralla más alta. Muchas de las obras que nosotros hacemos son -siempre- intentos fallidos, son búsquedas permanentes para inaugurar mundos.

¿En qué curaduría estás trabajando actualmente?
Desde junio estoy trabajando en una curaduría que se encuentra en el Museo del Barro llamada “Carne”. Empecé a trabajar la muestra con Lía Colombino, como una exposición que planteaba el problema del desnudo y al final la exposición me abrió la posibilidad de trabajarla como una instalación, con obras de otros artistas. Usé obra de todos los artistas muertos/vivos, amigos/no amigos, incluyendo objetos, ropas, trabajando la idea de la carne, la idea de la corporalidad, de su interior, hasta incluí una obra totalmente inmaterial, una grabación de una respiración, obra de Marcos Benítez y sobre todo la palabra incautada.  En estos días me apareció un texto del cineasta Robert Bresson que dice: “….Tu película no está de todo hecha, la hace paulatinamente la mirada, imágenes y sonidos en situación de espera y recelo.” Para mí esta curaduría no es una curaduría concluida, no se terminó con la habilitación de la muestra. Es  una  curaduría en tránsito. Desearía llegar al punto más alto en setiembre en que ya no se pueda ingresar al espacio expositivo por la  acumulación que generó la mirada, incluso las miradas de otros artistas, que continúan sugiriendo obras suyas para la exposición y yo voy buscando el sitio para que esa obra dialogue con la exposición. Me muevo empujado por el horror vacui, buscando siempre, intentando en la oscuridad.

¿Qué es el arte?
El arte es problema. El artista puede llegar a ser un espejo quebrado que refleje en forma fragmentada, pero fundamentalmente es un sujeto con necesidades, carente siempre.

SACÁ TU DIVA INTERIOR

Todas guardamos en nuestro interior una diva oculta con un extraordinario talento para el drama y la exageración. Este alter ego caprichoso y complicado tiende a salir a la luz en momentos de crisis de diversa intensidad. Puede tratarse solo de un inconveniente menor, como que se te rompa una uña; o de algo ya de mayor envergadura, como que te atropelle una chiruza prepotente con alguna injuria.

Algunas de nosotras intentamos contener a nuestra diva interior y en la mayoría de los casos llegamos a dominarla, respirando profundamente y contando hasta 10. Pero hay ocasiones en las que las circunstancias nos obligan a exteriorizarla. Cuando la diva interior hace su aparición, se apodera del cuerpo entero de tal manera, que cada centímetro de piel parece gritar: “¡PELIGRO!” Cuando esto sucede, ya no hay vuelta atrás.

La primera señal de que la diva interior está emergiendo es un repentino destello furioso en la mirada. De ahí en más, una deja de ser lo que era, cualquier rastro de docilidad desaparece para dar lugar a una entidad 100% arisca, llena de confianza y dispuesta a tomar al toro por los cuernos hasta someterlo.

Esta entidad tan segura de sí misma sabe hacer su entrada. Camina con pasos firmes y seguros como si un fotógrafo invisible le estuviera sacando fotos exclamándole “¡ACTITUD! ¡ACTITUD!”. Al entrar a una habitación se apodera de ella con ojos encendidos, zancadas de Giselle Bundchen y pucherito de top. Cuanta persona la mire captará en seguida que hay que tener cuidado con ella, porque con ella no se juega. ELLA es una diva y está a punto de hacer una escena, pues sabe muy bien que nada que valga la pena se logra sin crear conflictos.


Si hay algo que la diva interior no tolera es que la usen de alfombra y mucho menos que invadan su territorio. Cuando se presente algún dilema que merezca la aparición de su diva interior, no la refrenen. Déjenla fluir. Recuerden que tienen todo el derecho del mundo de armar un desmadre por la sencilla razón de que ustedes lo valen. Si Troya tiene que arder, ¡que arda!

La crisis: Te enterás que tu nuevo novio anda hablando con su ex.
Actitud de diva: La regla N° 1 de toda diva es muy sencilla: No se acepta ninguna falta de respeto. Probablemente tu nuevo novio aún no lo ha comprendido, y de seguro que si no se lo hacés comprender bien desde el comienzo nunca aprenderá la lección. Nada de conversarlo con él calmadamente. Esto le abrirá las puertas a que vuelva a cometer la falta e incluso a que  se atreva a cometer faltas mayores. Troya tiene que arder junto con Roma, Nueva York, Chololó y San Pedro de Ycuamandiyú. Armale el escándalo de su vida para que aprenda la lección de que las palabras: comprensiva y permisiva no figuran en tu diccionario. Toda diva sabe marcar muy bien los límites en sus relaciones, así como sabe que toda infracción debe ser correspondida con una reacción ampliamente superior y hasta desproporcionada a los hechos punibles. Si el galán en cuestión reincide a pesar del escándalo que le armaste tené por seguro que este galán nunca aprenderá la lección y seguirá atropellando tu dignidad una y otra vez. Una verdadera diva no perdona reincidencias. Mandalo con moño y todo junto con la ex a Tanganica. Tampoco olviden que una verdadera diva también tiene su lado vengativo. Asegurate de difundir el rumor de que lo dejaste porque era malísimo en la cama y devolvele la delicadeza mostrándote por todas partes con tu ex la noche misma en que lo dejaste.

La crisis: Alguien está esparciendo un chisme sobre vos.
Actitud de diva: Solo hay una forma de encarar este dilema: confrontación. Investigá hasta llegar directamente a la fuente original del chisme y confrontala cara a cara como digna diva que sos. Con compostura y altivez y tu mejor pose de diva intimale a la conventillera a cerrar la bocota dejándole bien clarito que sabés de fuente segura que anda diciendo tal y tal cosa de vos y que si no para le vas a querellar por difamación y calumnia con Gilda Burgstaller.

La crisis: Una blonda farmacéutica está acosando a tu novio en una discoteca.
Actitud de diva: ES-CAN-DA-LO. Este tipo de situaciones ameritan el surgimiento de tu UBER DIVA INTERIOR. Toda verdadera diva sabe elegir muy bien sus batallas, y ninguna blonda de cuarta merece una pelea pública, por lo que es fundamental que pongas todo tu empeño en que tus acciones parezcan accidentales. Agarrá tu bebida o la primera champañera que encuentres a tu alcance y aprovechando la excusa de los stilletos inmensos que seguramente tenés puestos, simulá un tropezón estrepitoso asegurándote de vaciar el contenido en la blonda en cuestión. No hay mejor manera de enfriar a una blonda en celo. Por supuesto tenés que asegurarte de fingir penita para evitar que la gata se te eche encima y con cara y tono de mosquita muerta decile: “¡Ay… fue sin querer!” Y luego asegurate de dejar la escena del delito… con tu novio OBVIAMENTE!!!

La Crisis: No le podés ver ni en figurita al mejor amigo de tu novio.
Actitud de Diva: Ponele la firma de que el desamor es recíproco. Una verdadera diva sabe que sus instintos nunca fallan. Si no le podés ver al susodicho, es por algo. Pero nada de manifestarle a tu novio que pensás que su BFF es más pesado que vorí vorí de uranio. La mejor manera de encarar la situación a lo diva es la de librar una batalla silenciosa. Aplicá la psicología inversa y comentale constantemente lo atractivo que te parece su mejor amigo. Asegurate de aprovechar cuanta ocasión tengas para que te oiga comentándole también a tus amigas que el plaga en cuestión está como quiere. Si a tu novio no le entra bala, aplicá el comentario infalible: “Con el único de tus amigos con el que saldría con gusto es con fulanito”. Tu novio terminará por convencerse de que su mejor amigo es un rival en potencia y evitará frecuentarlo cuando está contigo, liberándote así del suplicio.

La Crisis: Tu nuevo novio muestra signos de tacañería.
Actitud de Diva: No hay nada tan poco glamoroso como tener un novio tacaño. De seguro esta situación límite hará surgir instantáneamente a tu diva interior. La mejor manera de lidiar con esta situación es la de curarle de espanto. Si cuando llega la cuenta empiezan a sonar los grillos antes de que saque su billetera que ni se te ocurra ni amagar pagar la cuenta. Con voz firme y segura decile que en tu cartera solo llevás maquillajes y tu celular y que si sigue haciéndose el ñembotavy vas a usarlo para llamar un taxi.

La crisis: Tu novio anda haciéndote escenillas de celos.
Actitud de Diva: Sólo hay lugar para una sola diva en una pareja. Si tu novio empieza a ser más escandaloso que vos es momento de que saques a tu diva interior y pongas freno a esta situación. Nada de achicarte e intentar tranquilizarlo deshaciéndote en explicaciones. Decile que tiene que agradecer de estar con una regia como vos y si quiere seguir gozando de tu espléndida compañía, más le vale que deje de imaginar cosas y hacerte perder el tiempo con sus crisis imaginarias, que suficiente ya tenés con las tuyas. Si la escenilla es telefónica decile que estás cansada y que te llame cuando se le pase la locura y cortale el teléfono antes de que tenga tiempo de contestarte nada. Si la escenilla es en vivo y en directo aplicá la ley de hielo e ignóralo con frialdad absoluta ofendiéndote veinte veces más que él y dejándolo plagueándose solo mientras pegas la media vuelta.

La crisis: Una indeseable critica tu apariencia.
Actitud de Diva: Lastimosamente en el mundo abundan las desbocadas que siempre están listas para emitir críticas o comentarios desagradables. Una verdadera diva siempre tiene una respuesta ácida para todo comentario necio. Nada de dejar pasar el comentario y menos aún de acomplejarse. Ponele a la indeseable en su lugar devolviéndole la gentileza. Si te baja un comentario del tipo: “estás más gordita” contestale en el acto: “y vos cada día más fea y desagradable” o “Por suerte puedo hacer dieta, pero tu cara no tiene remedio.” Si te dice que tu nuevo corte no te favorece, respondele que su cara tampoco. Una diva siempre contraataca con inteligencia, rapidez y golpes de gracia.





































martes, 7 de septiembre de 2010

DIAMANTE O DIAMANTE EN BRUTO – LA GUIA DE NICOLETTA PARA ELEGIR A TU FUTURO MARIDO





La mayoría de las mujeres sabemos muy poco de geología y menos aún de mineralogía. Sin embargo, al tratarse de diamantes, podemos dejar boquiabiertos a nuestros interlocutores con nuestros conocimientos técnicos sobre quilates, claridad, pureza, dureza, color y cortes. Lo que sucede es que amamos los diamantes con todo nuestro corazón. Su brillo nos hipnotiza y nos hace delirar de deseo. Si bien los diamantes en bruto nos impresionan por su grandeza, como aún no están cortados y tallados no tienen el brillo suficiente como para hacernos entrar en ese trance que nos producen sus versiones más pequeñas pero más llamativas. Por más de que un diamante en bruto tiene un potencial enorme para resplandecer en  un sinfín de posibilidades, no llegan a llamar nuestra atención como sus versiones menores de la alta joyería.

Los diamantes, piedras protagonistas de los anillos de compromiso soñados por toda las novias, son la analogía perfecta para referirnos a quienes los colocan en sus deditos anulares: los novios.

NOVIOS ZIRCONES: Antes que nada, creo conveniente empezar esta guía con una advertencia: NO OS DEJEIS EMBAUCAR CON VULGARES ZIRCONES. Los diamantes, como todas las cosas regias de la vida, tienen sus burdas imitaciones. No dejen que les vendan gato por liebre, o mejor dicho zircón por diamante. Recuerden que las apariencias engañan y si bien los novios zircones te pueden encandilar tanto como un auténtico diamante, en el fondo son tan truchos como las carteras Louis Trouchón que venden en el mercado. ¡Por favor no caigas en el error de confundir un Trucci por un Gucci!

Los novios zircones son pura pinta, son maestros en el arte del engaño y magísteres embaucadores.  Parecen buenos, inteligentes, comprensivos, fieles, serios, trabajadores, de buena familia, eré eréa y pueden llegar a mantenerte engañada por años sobre sus nobles cualidades. Su brillante apariencia esconde bajezas e impurezas de oculto mamarracho. Este tipo de novios pasa por nuestra vida causando estragos. Decir que rompen nuestros corazones es un eufemismo, ya que lo acribillan, lo mutilan, y hacen picadillo con lo que queda para luego tirarlo de comida a los perros. Obviamente este tipo de novios pueden dejar a una seriamente traumatizada, haciéndola dudar hasta de a bondad de Lassie. Mi consejo: ¡Rezá para que aparezca un tasador experto que te rompa la burbuja o que tus propios ojitos se den cuenta del fraude antes de que sea demasiado tarde!

NOVIOS STRASS: El novio strass es peor que el zircón, ya que al menos el zircón tiene buena pinta. Como no pueden engañar ni aun ojo inexperto, ni siquiera hacen el esfuerzo de aparentar. Como toda baratija, se les nota el Petirossi por donde se los mire. Su amplia lista de defectos afecta a cada aspecto de su persona, desde su apariencia, carácter y hasta personalidad. Estos mamarrachos suelen venir con combo defectivo en combinaciones: feo/maleducado; farrista/ haragán; mujeriego/ caradura; farrista/ mujeriego; haragán/ maleducado; feo/ caradura, etc. En el peor de los casos presentan un potpurrí de defectos que los hacen francamente impresentables. Son los novios que queremos borrar de nuestro pasado ya que representan el peor faux pas de nuestra existencia.

Como son odiados por nuestros familiares y amigos, generalmente llegan a nuestra vida por algún acto de rebeldía que podemos llegar a lamentar. Conocemos muy bien sus defectos ya que éstos saltan a la vista al minuto de conocerlo. Sabemos que son valles desde el momento que nos dicen: “¡me encanta Versassshe!”, salpicándonos con su saliva a través de su diente de oro; pero aún así terminamos vinculadas a ellos por alguna misteriosa razón que resulta inexplicable hasta para nosotras mismas. Los novios strass suelen suplir a los novios zircones, que nos dejan con la autoestima tan baja, que preferimos seguir la máxima de: “peor mal conocido que mal por conocer”. Afortunadamente este tipo de novios suele ser transitorio y el único estrago que dejan tras su breve paso por nuestros corazones es la burla anecdótica repetida por tus amigos hasta el hartazgo. Mi consejo: No dejes que la roncha alérgica de su mala calidad se extienda demasiado, ya que puede afectar tremendamente a tu reputación. Un novio strass solo debe durar un par de meses y jamás debe adquirir un status superior a un fling pasajero. Cuando lo deseches, negalo a muerte hasta a tu propia madre y asegurate de que su paso por tu vida no deje evidencias: ¡nada de cometer el terrible error de dejarte fotografiar con el mamarracho strass para una página de sociales! Big No-No!!!

NOVIOS DIAMANTES EN BRUTO: Los diamantes en bruto son esos chicos a quienes ignoraste en tus épocas de colegio o facultad porque no eran lo suficientemente churros o cool como para asomarse a tu regitud. Evidentemente algún defecto estúpido afectó tu claridad visual o simplemente te fallaron tus instintos. Son los novios o pretendientes que una lamenta haber dejado partir. El diamante en bruto puede ser algo nerd, algo feíto, algo vairito o el popular “demasiado bueno ya” (porque la mayoría de las mujeres tenemos un gen masoquista que hace que nos repelan los chicos demasiado buenos), pero indudablemente todos ellos tienen un potencial tremendo que generalmente aflora cuando ya es demasiado tarde. Imagínense a un Bill Gates adolescente, con gafas y menos onda que flequillo chino, perdidamente enamorado de alguna regia de la secundaria que no le daba ni la hora pues ignoraba que aquel chico nerd pero brillante era el diamante en bruto que se arrepentiría de por vida de haber rechazado. ¡Seguramente se habrá querido hacer el harakiri de la rabia!

Los mayores atractivos del diamante en bruto son su nobleza y maleabilidad. Como son diamantes en su estado más puro, tienen un enorme potencial para brillar. El hecho de que aún se los puede pulir a voluntad, permite que le des la forma que mejor se adapte a tu gusto. Puede tener algún micro defecto que te haga dudar, pero una chica entendida debería saber el enorme potencial que tiene un diamante en bruto. Por ejemplo, si es ceceoso y te dice “zoz mi corazonzito”, pero en el fondo tiene un corazón de oro que le da un excelente potencial para ser un súper papá, un compañero fiel y una pareja dulce y comprensiva, ¡trágate el seseo mi reina! Mi consejo: Tampoco es el caso de que te pongas a pulir una piedra con carbono, convencida de que tiene el potencial de convertirse en diamante. Hay límites para saber hasta cuan en bruto puede estar tu diamante. Pero si tiene un corazón noble, te da seguridad, tiene buenos valores, es una persona que siempre hace lo correcto (por lo que no tenés que preocuparte que te convierta en venado por los cuernos), es trabajador, emprendedor y te hace sentir como la persona más importante del universo…. ¡No lo dejes escapar por más nerd que sea!

NOVIOS DIAMANTES: Los novios diamantes son casi perfectos. Digo casi, porque todas las mujeres inteligentes sabemos que el hombre perfecto es tan irreal como el jasy jateré; pero digamos que estos chicos están cerca, muy cerca de la perfección. Si bien pueden tener alguna mínima impureza, ésta es tan diminuta que ni se les nota, y estamos más que dispuestas a pasarla por alto. Sus atributos varían según lo que cada mujer espera de su novio ideal. Todas sabemos que cada mujer tiene su preferencia en lo que a hombres se refieren. El novio diamante es aquel hombre que llena casi todas tus expectativas.

Una mujer puede buscar un novio que tenga sentido del humor, sea dulce y buen compañero, otra puede buscar un hombre que sea churro, millonario y romántico, y otra puede buscar uno que sea inteligente, emprendedor, familiero y fiel. Cuando una mujer conoce a un hombre que reúne todos sus requisitos, sabe muy bien que encontró a su media naranja, al novio diamante con el que quiere compartir el resto de su vida. Pero ojo, si su lista de requisitos es más larga que lamento de zurdo inconformista, lo más probable es que NUNCA encuentren a su novio diamante. Mi consejo: Esta bien que tengas expectativas altas, pero no abuses. Si estás buscando un novio churro, alto, varonil, con buen lomo, clon de George Clooney, millonario, regalón, generoso, noble, inteligente, con sentido del humor, de buena familia, conversador, honesto, emprendedor, fiel, familiero, dulce, compañero, religioso, cariñoso, romántico, sensible, comprensivo, justo, atlético, fino, creativo, alegre, optimista, solidario, y que encima escriba poesía, toque la guitarra, ame bailar y cocinar, se vista bien, ame la literatura, tenga buen gusto y hable con acento francés y sea un potro en la cama, preparate para buscarlo sin éxito por el resto de tu vida, porque lo que estás buscando simplemente ¡NO EXISTE!


viernes, 30 de julio de 2010

VALENTINO MI MEJOR AMIGO


Yo nunca fui muy amiga de los animales. Los perros grandes siempre me resultaron molestos y torpes y los falderos me daban la impresión de que hacían mucho ruido para pocas nueces. De los gatos no soportaba sus pelos esparcidos por toda la casa, aunque debo admitir que siempre respeté su elegancia innata y su actitud soberbia. Se saben hacer respetar esos bichitos.


Por suerte me crié en una familia en la que los animales estaban destinados a la estancia o a la parrilla, por lo que crecí en un ambiente íntegramente humano y exento de seres subdesarrollados (con la salvedad de los eventuales pretendientes adolescentes que alguna vez pasaron por mi casa).


Mi prueba de fuego la pasé al crecer mis hijos, cuando se les activó un gen (evidentemente heredado del lado paterno) que les hacía clamar por una mascota. Mucho tiempo me opuse con absoluta tenacidad. Reivindicando mi autoridad materna y respondiendo a sus constantes súplicas con un rotundo “NO”. Si me preguntaban porqué simplemente les respondía “PORQUE SÍ” y ahí se acababa el tema.


Pero como a toda madre, llegó un momento en el que las lágrimas y súplicas de mis hijos ablandaron mi corazón. Como aún no estaba preparada psicológicamente como para tener una mascota de mayor envergadura acepté que tuvieran un pez. Era el Lassie de la pecera. Para mis hijos era más carismático que Flipper y hasta yo estaba encantada con el poco trabajo que me daba. Creo que aquel pececillo que llegó a mi casa como mascota y que llevaba el ostentoso nombre de Shamú, fue el pececillo más amado del mundo (aunque debo admitir que en realidad fueron varios, aunque mis hijos jamás se percataron de ello). El único stress que ocasionaban era cuando cada tanto aparecían flotando en la pecera y tenía que correr a la tienda de mascotas a comprar otro idéntico, que disimuladamente pasaba a sustituir a aquél que pasó a mejor vida.


Como los niños se aburren rápido pronto empezaron nuevamente los reclamos. Tal como temía, ¡les había pasado la mano y me estaban agarrando del codo! Ahora el cielo era el límite. Pedían desde ponis hasta elefantes y tigres blancos. Por supuesto que ante estas alternativas opté por la más viable: el perro. Así llegó el primer mamífero cuadrúpedo a mi vida, un simpático cachorro de bóxer llamado, Acahatá, que aún no sabía era la encarnación de Lucifer.


El nombre que le habían puesto los chicos en nuestra dulce lengua nativa resultó ser profético. Decir que el perro era travieso, sería quedarme corta. ¡Hasta me quedo corta diciendo que era un demonio con piel de perro! Destrozó el pasto, los sofás, mis azaleas, y estuvo a punto de transformar el árbol de mango en un bonsái. A la semana ya estaba planeando mentalmente mil formas para exorcizar mi hogar de ese huracán de cuatro patas. Y ni se imaginan lo que le extrañé en ese momento a Shamú tan tranquilito en su pecera.


La gota que colmó el vaso fue un sábado de noche, cuando me disponía a ir a una boda en todo mi esplendor. Después de haber pasado horas en remojo hasta quedar impecable de pies a cabeza fui atropellada por el cuadrúpedo satánico quien se ensañó con los volados bordados en Richelieu de mi fantástico vestido, un auténtico Saiach, que por supuesto quedó hecho añicos. No solo lloré hasta hacer correr ríos de rímel a prueba de agua por mis mejillas. También me juré a mí misma deshacerme de una vez por todas del cachorro endemoniado. Mi primer instinto fue el de desollarlo allí mismo para hacer una estola de bóxer con su pelaje al más puro estilo Cruella de Vil, pero tuve que controlarme para no traumatizar a los niños que evidentemente ya le habían tomado cariño.


Me quedaban solo dos alternativas: Plan A: Prepararle un delicioso Bife de Racumín y echarle la culpa a los vecinos o Plan B: el exilio. Tras pensarlo mucho resultó mucho más práctico y humano el plan B. Por lo que rápidamente lo despaché a la estancia y le dije a los chicos que el pobrecito de Acahatá le extrañaba muchísimo a su mami que vivía en el campo y que se había ido a su encuentro y que lo visitaríamos cada semana santa y en las vacaciones de invierno.


Siguió un breve periodo de duelo y justo cuando las cosas empezaron a calmarse y me sentía de nuevo feliz en mi ordenado ambiente libre de animales, empezaron de nuevo los reclamos por parte de mis hijos. Como sabía muy bien que no iban a parar hasta convencerme, decidí poner una condición casi imposible de cumplir. Si mis tres hijos exoneraban todas sus materias les premiaría con un nuevo perrito que por supuesto elegiría yo. Creo que fue el primer año que no me senté a estudiar con ellos y hasta les puedo confesar que secretamente deseaban que se aplazaran con tal de no tener que comprarles otro perro. Pero al llegar la libreta, ¡hasta Juancito que desde el prácticamente desde el preescolar venía llevando materias a febrero trajo la mejor libreta de su vida! Y yo en vez de ponerme contenta quería largarme a llorar como una condenada a la guillotina francesa, quería arrancarme las uñas esculpidas y hasta rasgar mi blusa de seda favorita de HC Collections.


Como no quedaba vuelta atrás hice una seria investigación para encontrar la mascota ideal para mí. Ya no quería ninguna bestia salvaje e incontrolable por lo que estaba decidido que de ahora en más en mi casa solo ingresarían perros falderos. Me encontraba dividida entre un Chihuahua a lo Paris Hilton, un Yorkie a lo Gisele Bundchen y Susana Giménez o un Caniche Toy a lo Marilyn Monroe y Grace Kelly. Un perro digno de una rubia regia como yo, que hasta hiciera sus necesidades en miniatura. Del chihuahua me preocupaba un poco su tamaño, ¿que pasaría si terminaba aplastado bajo mis estiletos o tragado por la aspiradora? La idea de tener que hacerle brushing a un perro borró al Yorkie de la lista y salió ganador el caniche toy.


Esa tierna bolita de pelos que llamamos Valentino en honor al rey de la moda, pasó a ser el rey de nuestra casa. Hasta ahora me asombra como supo ganarse mi corazón. Yo que toda la vida me pasé dándoles discretas pataditas bajo la mesa a los odiosos perros de mis amigas estaba fascinada con mi pequeño Valentino. Y en cima es un perro tan pero tan chic. Cuando sale de la peluquería todo perfumadito y esponjoso con su coqueto corte caniche dan ganas de llevarlo a todas partes como un accesorio.


A pesar de que Valentino cambió mi vida. Aún no me considero una amante de los animales. En primer lugar porque sigo amando las pieles y en segundo lugar porque soy racista con los perros ya que solo amo a los caniches.

Paola Irún: En Borrador, teatro en construcción


Paola Irún: En Borrador, teatro en construcción – Valeria Gallarini Sienra

“En Borrador, Teatro en Construcción” es un ambicioso proyecto teatral desarrollado por la joven actriz, dramaturga y directora de teatro Paola Irún. Este proyecto tiene la particularidad no solo de incluir la participación de artistas de diversos medios, sino también la de ser una creación colectiva. El proyecto arranca de una página en blanco, sin un guión preestablecido, gestándose a partir de una idea que va siendo desarrollada en conjunto durante los ensayos.

El punto de partida, en esta ocasión (pues hay planes de repetir esta experiencia más adelante abordando una temática distinta) tiene que ver con la comunicación virtual, los avances de la tecnología y como Internet influye, o no, en nuestras vidas, en el relacionamiento con los demás y sus efectos en la sociedad. La virtualidad como tema de la obra surge a partir de inquietudes que surgieron en la creadora de este interesante proyecto, Paola Irún, mientras se encontraba realizando un máster en Nueva York. La distancia con los seres queridos y el tener a internet como único enlace emocional y cultural, fueron despertando numerosas preguntas que ella intenta responder con este proyecto y finalmente con la pieza teatral.

Paola, siguiendo un interés personal a nivel creativo y artístico, optó por la creación multidisciplinaria e interdisciplinaria, reuniendo a artistas nacionales e internacionales para que participaran en la creación de este espectáculo. Así formó primeramente la “Mesa Colaboradora New York”, una mesa de crítica y debate sobre el proceso de creación, conformada por artistas como Dan Hurlin, uno de los directores y creadores teatrales más reconocidos actualmente dentro del teatro experimental; Colleen Sullivan, directora y profesora de teatro; Danny Kopel, artista visual y crítico de arte neoyorquino; Krissy Smith, directora y dramaturga; David Neumann, director, bailarín, coreógrafo, actor y creador teatral; Tony Schultz, físico dedicado a la investigación de la ingeniería informática aplicada al movimiento, a la danza y a la interacción entre tecnología y movimiento escénico.

Al volver al Paraguay, reunió a artistas y referentes de distintas disciplinas en la “Mesa Colaboradora Paraguay”, conformada por Mónica González, Artista plástica; Alejandra Díaz, coreógrafa; Mauricio “Pinchi” Cardozo Ocampo, músico; Darío Cardona, director de cine; Juanma Teixidó, diseñador web; Pablo Meilicke, artista multidisciplinario y Diana García, Socióloga. Así también reunió a un gran equipo creativo conformado por Gabriela Zuccolillo (diseño audiovisual), Juanchi Franco (diseño gráfico y producción técnica audiovisual), Christian Ceuppens (diseño de vestuario), Diego Serafini (música original y producción musical), Bettina Brizuela (escenografía), Bea Bosio (asistente en estructura de guión), Santiago Schaerer (diseño de luces), Fátima Fernandez (asistente de dirección y coordinación) y Patricia Masera (productora ejecutiva).

A través de audiciones virtuales, seleccionó al elenco de la puesta teatral, conformado por Jorge Báez, Natalia Cálcena, Tania Irún, Mauricio Martínez, Rayam Mussi, Andrea Quattrocchi, Juan Rolón y Ma. Elena Sachero. La obra, dirigida por Paola Irún, será estrenada el 6 de Agosto en el Teatro de las Américas, permaneciendo en cartelera hasta el 22 de Agosto.

¿Cómo surgió la idea para este proyecto?

Primero que hace ya un tiempo, desde que me fui, estoy con muchas ganas de crear un espectáculo acá en Asunción. Mi problema fue que mientras hacia mi máster, el programa era muy pesado, agotador, sin respiro y no tenia tiempo de detenerme y pensar en lo que quería contar. Ahora que ya terminé pude dedicarle tiempo y así empieza EN BORRADOR. El tema de Internet viene por el lado de que es algo que siempre fue muy importante para mí, en muchos sentidos y a muchos niveles. No necesariamente ahora que estoy lejos y es mi único medio de comunicación con mis afectos aquí en Paraguay, sino mucho antes inclusive, desde que tuve mi primera computadora en los 90 y mis primeras incursiones en Internet.

¿Qué te llevó a abordar la temática de la virtualidad?

Me es importante comentar que la obra no necesariamente es solo sobre Internet. La obra transita por varios momentos. Internet y la virtualidad son las herramientas que elijo para contar estos momentos, mostrar y compartirlos con la gente que vaya a ver. Realicé una investigación de 6 meses previos a mi venida a Paraguay sobre todos los conceptos virtuales que yo quería utilizar y fue al llegar aquí que "linkeé" esos conceptos con el aporte vivencial de los actores y el mío propio, HOY, que evidentemente se va transformado a lo que fue AYER cuando empecé mi investigación. Quizás llegué a utilizar 20 de esos conceptos, y quedaron detrás y archivados unos 50 más que ya no alcance a introducir… será para otra obra.

¿Por cuales motivos decidiste trabajar en colaboración con una mesa creativa?

Justamente mi máster es un máster en teatro multidisciplinario y estuve estos 3 años trabajando y creando de esta manera, multi e interdisciplinariamente y quería continuar con esa forma de trabajo. De igual manera, en el ambiente donde yo me estuve moviendo y formando, la critica es fundamental. No existe ninguna nueva creación que no pase por el filtro de la crítica, que puede ser positiva o negativa pero constructiva. No existe nada que vaya del autor al público directo. La crítica y el feedback es un paso más en el camino a la creación de una obra original (en todas las disciplinas) y para mí eso enriquece muchísimo. De repente, en nuestro ambiente, muchas veces la palabra "crítica" nomas ya tiene una especie de connotación negativa, y no tiene por qué ser así. El proceso creativo siempre es a puertas cerradas hasta la noche del estreno. Lo que yo hago, es abrir las puertas a un grupo de artistas colaboradores desde el día UNO, asumiendo que se esta en proceso y creando todo "artesanalmente". Yo trabaje en mis primeros 6 meses de investigación con la MESA COLABORADORA NEW YORK con gente de primera, de la vanguardia del teatro experimental neoyorkino y ahora acá con un equipo de lujo, la MESA COLABORADORA PARAGUAY, que no tengo palabras para expresar el honor que tengo de que hayan accedido a trabajar conmigo, algunos incluso antes de ni siquiera saber que es lo que quería hacer. El resultado de este proceso ya supera todas mis expectativas incluso antes del estreno. No podría haber tenido un mejor equipo y un proceso de trabajo más enriquecedor y estoy muy orgullosa y agradecida.

¿Qué metodología seguiste para desarrollar el proyecto?

Antes que nada, la creación en rompe cabezas. Del trabajo con el elenco, parte la materia prima, en pedazos, momentos independientes que existen por sí solos. A partir de ahí, el equipo de diseñadores lleva en video para analizar y dar su aporte desde su disciplina. Luego, una vez por semana se reúne la mesa colaboradora y asiste a una pequeña función donde vamos mostrando segmentos. Al mismo tiempo voy mandando todo en video a la MESA NY y sigo recibiendo feedback de ellos. Recibo la opinión y el punto de vista distinto de unas 30 personas al mismo tiempo, uniendo a todos los equipos. Proceso esa información sin volverme loca y perder la cabeza en el proceso y luego voy viendo como ir ajustando los segmentos de acuerdo a lo que a mí me parece conveniente. Mas adelante, llega la primera estructura, donde ya se resume a un "mover de piezas" y de que mejor manera funciona para seguir la "historia". Y todo absolutamente todo se encuentra documentado en texto, audio y video, TODO. Quizás después se convierta en otra cosa, ¿por qué no? También hay que saber que esta NO es una obra tradicional, y no tiene una línea conductora totalmente recta, porque Internet es eso: miles y miles de momentos que te saltan en la pantalla, que te llevan a otro totalmente distinto o no, y al final es un mar de información y uno ELIJE con que se queda…, la obra esta yendo por ese camino.

¿Cómo fue evolucionando el proceso?

Con todo lo que una evolución puede tener: altos, bajos, mesetas, rachas de creatividad, nervios, tranquilidad, superficialidad, profundidad, desesperación, emoción, risas, casi llantos, gritos, apagones, mucho video, mucho café, lomitos y empanadas trasnoche, calor, frio, mosquitos, enojos, encuentros, romances, reales e imaginarios, enojos, alergias, perdidas de llave, de candado, mucha química ...., y al final, la obra.

¿Te esperabas la evolución que tuvo la obra?

Todo me sorprendió. Si bien esta todo pensado, y mis 6 meses previos, a mi ya me tiraban hacia un lugar especifico, muchas otras cosas surgieron en sala de ensayo, en la mesa colaboradora, en mi casa yo sola con mi computadora, o en noches sin dormir. Cosas que no estaban en el plan original ¡y eso es maravilloso! Este método de trabajo me da la libertad de priorizar esas cosas que salen solas porque el momento es ahora…, y no salieron antes porque todavía yo no había llegado a ese momento. Y es así, esas cosas son las que te dan mas satisfacciones y las que entran en la estructura como si el espacio para ellas haya sido medido antes milímetro a milímetro, cuando en realidad no, sino que ocupan su lugar porque reflejan el momento que todos y cada uno de nosotros, todo el equipo EN BORRADOR, esta experimentando aquí y ahora. Es así de simple.

¿Que fue lo más enriquecedor de este proyecto para vos?

Una de mis metas desde que concebí el proyecto: unir a la mayor cantidad de artistas posibles, y aquellos que no se quieren llamar artistas también, y todos juntos colaborar desde cada lugar a la creación de un espectáculo teatral.

Este proyecto supone muchos desafíos. ¿Cuál fue el desafío más grande que tuviste que afrontar en esta obra?

El mayor desafío fue crear la obra, el proceso en sala de ensayo. Ese proceso tiene que ver con el trabajo con los actores. El poder primero transmitir a los actores lo que quería hacer, construir una simbiosis creativa con ellos y con ellos hacer realidad concreta los conceptos que tenia en la cabeza. La creación primera de los materiales, como llegar a esos materiales. El trabajo de lo abstracto y de lo literal y cuál es la diferencia para el actor en el momento de crear situaciones concretas. Esto fue el mayor desafío, porque de ahí parte todo. Si no esta el material primero que sale de los actores, los diseñadores no tienen con que trabajar, el equipo de producción no tiene que producir, la mesa no tiene que venir a ver y como colaborar y yo no tengo obra a dar forma. A la hora de la verdad, nada hubiera sido posible sin el elenco talentosísimo con el cual tuve la suerte de trabajar.

¿Que esperás transmitir al público con esta obra?

Espero transmitir que mas allá de la "maquina", para bien o para mal, el uso o el mal uso, el exceso o la carencia, el ser humano necesita comunicarse, necesita tener a alguien con quien conectarse y ese ser humano existe por el simple hecho de que tiene alguien con quien compartir cosas.

¿Que papel jugó la virtualidad en el desarrollo de la obra?

Mi propia experiencia con la virtualidad tiñó toda la obra. Lo que yo viví en Internet desde mis comienzos en los años 90 hasta hoy, movió todas las piezas en la construcción de este espectáculo. Eso para empezar. También toda la comunicación entre nosotros (equipo creativo, diseñadores, producción) se realizo a través de Internet la mayoría de las veces. Todo el traspaso de información de uno a otro se volvió mucho más rápido y fácil gracias a la red. Y también, yo sigo comunicada por emails o video chat con la MESA NEW YORK continuando el trabajo que empezamos allá.

¿El proyecto En Borrador tendrá nuevas ediciones?

Mi idea desde un principio fue crear un método de trabajo que pueda tener una continuidad. “EN BORRADOR...Teatro en construcción” tiene que seguir existiendo luego de esta obra. El año que viene quiero construir otro EN BORRADOR ya con otro tema, otra obra nueva, otra historia que contar, pero siempre con el mismo método. Por eso esta obra va a tener otro titulo diferente a EN BORRADOR. EN BORRADOR es el proyecto, esta obra aún no tiene título. Quizás el título definitivo es lo que va a llegar al final de todo.

La Mesa Creativa: 7 entrevistas y 7 miradas distintas

ALEJANDRA DÍAZ, Danza

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Mi aporte es brindar una colaboración desde mis conocimientos y experiencias como artista de la danza, del movimiento y la expresión, así como desde los procesos creativos. Creo que me sumo también desde una mirada amplia del creador, donde se engloba la visión escénica, humana, los conceptos y contenidos del mensaje propuesto en relación a los avances de nuevas tecnologías y a los cambios generacionales.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Es un proceso rico, renovador, el tener la ocasión de compartir y escuchar distintas opiniones, otras miradas, compartir el proceso de creación, tanto de la autora como de los actores, quiénes con coraje se exponen a vivir los diferentes momentos de la creación en sí. El artista se despoja de todo al ser blanco de las miradas y pensamientos en ese proceso, donde aún a lo mejor no logra el tono justo de su rol, o no tiene aún aprendido, memorizado o logrado un papel, y se abre a participarlo. Esto implica un riesgo y también mucho respeto por parte de los que compartimos para conjugar una construcción de la obra, y para que la creadora, Paola, logre encontrar la resultante final de lo que quiere transmitir. Creo también, que es de parte de Paola, quién ha sabido rodearse de un buen equipo de trabajo, una propuesta y oportunidad increíble de provocar desafíos y sinergias de cambio que son un soplo de aire renovador y maravilloso. Al mismo tiempo, como cada colaborador viene de áreas muy diferentes, uno puede escuchar y participar de diferentes miradas y lecturas de un mismo hecho, lo cual abre nuevas ventanas, punto en el cual coincide, por así decirlo, con los procesos que ofrece la nueva tecnología, desde donde se sitúa el eje y la dinámica de la obra.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Es fantástica en su justa medida, y en relación siempre a los aportes que brinda a la comunicación, al conocimiento en la realización del ser humano y a la velocidad de transferencia de conocimiento e información. Es genial conocer desde la sala de tu casa por ejemplo, detalles de un ensayo de música de un amigo que está en Senegal, o crear una obra de danza en Asunción y pasárselo a la bailarina que ensaya en un estudio en New York, como ya me pasó. Creo que se vuelve nociva en cuánto queda supeditada a la dependencia, excesos o mal uso, ligados a las carencias o debilidades humanas. Creo profundamente en que nada reemplaza a la calidez humana, no hay maquina que supere a la energía del contacto de un ser con otro: un profesor que enseña a un alumno, una caricia, una mirada, un abrazo, un pensamiento, una palabra transmitida de persona a persona.

DARÍO CARDONA, Cine

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Entender la mirada de Paola a través de lo que sus actores cuentan, reinterpretando a través de mi propia mirada lo que lo que el conjunto hace. No te puedo definir un aporte propio o personal mío, más bien veo como un trabajo conjunto que se va creando día a día, que tiene que ver con lo que están haciendo ellos, y va creciendo con ellos. Lo que está proponiendo Paola es tremendamente experimental y desafiante. Mi aporte implica intentar acompañarla a ella y lo que los actores cuentan a través de ella en la sumatoria de toda la gente que estuvo involucrada.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Es un proyecto súper desafiante. El proceso se va definiendo hasta el último día de la última función.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

La virtualidad ya dejó de ser el futuro. Es un presente absoluto. Es lo que está empezando a enmarcar lo que será el futuro.

JUANMA TEIXIDÓ, Diseño Web

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Creo que el papel de todos en este sentido es ayudar en la alquimia creativa desde la experiencia de cada uno. En mi caso estoy en el tema de internet desde hace 15 años y esto ayuda a diferenciar ciertas cosas desde un punto de vista más lógico y no tan artístico. Nunca participé en algo como esto, por lo que me encantó esta oportunidad, porque lo que normalmente yo hago es crear algo para que alguien lo utilice detrás de una pantalla pero no se puede tocar. Este proyecto me permitió formar parte de algo físico y que existe

¿Cómo fue para vos el proceso?

Es un concepto que es muy nuevo acá pero que a nivel global se está utilizando cada vez más y se llama crowd sourcing, y que consiste en una suma de ideas que superan los aportes individuales. El resultado es mayor que la suma de sus componentes. Son aportes grupales con un mismo objetivo. Esto se ve mucho en el tema de diseño, para mejorar productos, y es la primera vez que yo lo veo aplicado en una obra teatral.

¿Cuál es tu opinión sobre la virtualidad?

Esta es una discusión para largo. Yo creo que se trata de un canal virtual, pero lo que se decodifica, tanto en el lugar de origen como en el lugar de destino, es real. Es comunicación, como alguna vez fue el teléfono, el telegrama o la carta y ahora es la computadora. Lo virtual es simplemente el canal, las emociones y sentimientos que se generan son reales y existen. Es algo que viene a transformar simplemente la manera en la cual nos relacionamos, pero las personas siguen siendo las personas, con sus mambos, sus historias y sus problemas.

MAURICIO “PINCHI” CARDOZO OCAMPO, Música

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Yo fui convocado como músico, para evaluar específicamente aspectos referentes al audio y a la música de la obra. Pero finalmente, como es un trabajo de grupo, todos, desde nuestra área, fuimos aportando nuestros pareceres y nuestras ideas de lo que estábamos viendo y así se fue armando el trabajo conjunto creativo.

¿Cómo fue para vos el proceso?

La verdad que es un proceso interesantísimo. Yo nunca estuve en algo así, cuando me convocó Paola Irún, de quien todos conocemos su talento, me sentí muy interesado. Me parece muy original el trabajo de grupo, algo a lo que no estamos acostumbrados, sobretodo los de mi generación, que somos muy individualistas. Nosotros hacemos todo, escribimos la obra, dirigimos o hacemos la música. Este trabajo nos ayuda un poco a dejar de ser tan egos y hacer un trabajo grupal, y creo que el resultado va a ser impresionante porque se potencia la creatividad de este grupo de gente joven, capaz, muy talentosa y preparada, del cual me siento halagado de formar parte.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Es una cuestión que nos toca a todos cada vez más. Cuesta adaptarse, sobre todo a la gente de mi generación. Muchos pescamos la onda final, a partir de los noventas, cuando acá tuvimos acceso a las computadoras a nivel profesional. A mí personalmente me fascina la virtualidad porque en mi trabajo musical nos permite hacer orquestas virtuales con sonidos y frecuencias sonoras que antes no podíamos ni soñar y que ahora podemos lograr gracias la virtualidad. En el aspecto humano, la comunicación virtual, el hecho de estar conectado con gente en otro continente es mágico. Al menos yo lo veo así. A lo mejor para la nueva generación ya es algo tan normal, que no se podrían imaginar otro mundo que no fuera así, pero para la gente de mi generación es mágico.

PABLO MEILICKE, Artes Multidisciplinarias

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Definir el aporte de cada uno es muy difícil. Yo pienso que lo principal que cada integrante dio, fue su opinión, desde su esencia y su carácter. Paola y los actores fueron como elementos más activos y nosotros tuvimos una presencia más pasiva, opinando como espectadores.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Fue simplemente observar lo que teníamos enfrente y entre todos ir viendo lo que resultaba y lo que no. Admiro a Paola, porque creo que solo una persona con mucho carácter puede estar a la cabeza y ser el catalizador de algo así, ya que escuchar tantas opiniones, filtrarlas y saber con cuales te podés quedar y engranar eso que te van diciendo es muy difícil.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Esta obra describe una realidad que no es virtual como yo pensé que sería. La virtualidad es ya algo cotidiano.

DIANA GARCÍA, Sociología

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Yo vengo desde la sociología y la literatura. De alguna manera estoy trabajando los textos y también las conexiones y los signos en general. Yo vengo más del campo de la ciencia, y para mí fue muy enriquecedor poder trabajar en algo que permite integrar las múltiples miradas a partir de la creación colectiva. En este sentido es muy destacable el esfuerzo que hace Paola para poder escuchar y articular estas diferentes miradas. Esto es algo que en nuestro país generalmente no se da.

¿Cómo fue para vos el proceso?

Complejo pero desafiante. En el sentido que uno después de los encuentros recién empieza a pensar en todo lo que implicó este paso a paso; como los diferentes lenguajes se fueron articulando y como cada uno fue aportando desde lo actoral, desde la mesa, desde lo audiovisual y desde el diseño en general. Es un proceso cuya complejidad recién puede ser dimensionada con el tiempo.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

Es interesante que se empiece a plantear este tema en Paraguay. Tenemos que salir del tabú de que es una realidad que no existe y demostrar de qué manera esta nueva forma de comunicación ha cambiado o no nuestra forma de relacionamiento.

MONICA GONZÁLEZ, Artes Visuales

¿Cuál considerás fue tu aporte a este proyecto?

Creo que mi principal aporte fueron mis comentarios, que siempre surgieron desde lo que yo sentía. Yo no entiendo mucho de teatro, por lo que mi manera de ver habrá sido bastante diferente a la de las miradas habituales. Como artista yo soy bastante minimalista, por lo que los detalles me sobran y tiendo a preferir lo simple. Mis comentarios probablemente hayan tendido ese enfoque.

¿Cómo fue para vos el proceso?

El proceso me parece maravilloso. Me encantó la propuesta de Paola y le estoy agradecida por incluirme en este proyecto que me enriqueció muchísimo. El proceso me generó muchísimas emociones. Hubo momentos en los que lloré de emoción y otros de risa durante los ensayos. Lo que me encanta es que usa un sistema muy similar al que yo uso en mis clases de instalación, porque ella trata de que cada persona saque de su interior y vaya construyendo así la obra.

¿Cual es tu opinión sobre la virtualidad?

A mí me parce que la vida virtual es como una vida pobre. Yo te decía que la otra vez lloré en uno de los ensayos. Lloré por la pena que me generaba el sufrimiento de las personas que se ve en la obra y sobretodo esa sensación de encierro que se da con la virtualidad.