miércoles, 7 de mayo de 2014

Tere del Valle: Una Artista de la Moda





Durante la semana del AFW tuve la suerte de conocer a Tere del Valle, una de las productoras de moda más top de Argentina, quien llegó al Paraguay de la mano de Javier Saiach para encargarse del styling y la puesta en escena de uno de los desfiles más impactantes de la temporada. 

Tere tiene años de carrera y se ha hecho de nombre en el medio como una destacada profesional de la moda. Como productora de moda, Tere tiene en sus manos un sinfín de responsabilidades, desde hacer editoriales de moda para prestigiosas revistas, hasta armar pasadas para desfiles; como asesora de imagen se encarga de elegir el vestuario de estrellas de la talla de Susana Giménez y Araceli González. Además como vestuarista trabaja regularmente a cargo del vestuario para comerciales y películas.
Les invito a conocer más sobre esta destacada profesional y encantadora persona quien en esta nota nos habla sobre su trabajo y su vida.

¿Cómo empezaste a trabajar en el mundo de la moda?
Yo fui bailarina clásica de chica y estudiaba danza en el teatro Colón, como que me encantaba meterme en los pasillos del teatro y allí descubrí los talleres de costura y empecé a fijarme en el vestuario, lo que me llevó a seguir la carrera de vestuarista en el Teatro Colón. Luego arranqué haciendo obras de teatro y cine. Después  comencé con el tema de las revistas y de ahí empecé a hacer mucha asesoría de imagen, lo que me permitió trabajar con grandes divas como Susana Giménez, Araceli González, Nacha Guevara, Emilia Attias y Julieta Cardinali y  también actores como Gonzalo Heredia.

¿Al hacer el trabajo de asesoría, te mantenes fiel al estilo de las celebrities o intentas imponer el tuyo?
Para mí lo fundamental es conocer a la persona. Tengo que hablar con ella, conocerla bien hasta saber qué es lo que ella conoce de sí misma. Porque es muy importante que ellas se conozcan. Porque hay gente que de verdad no se conoc. Una vez que yo se hacia dónde ellas quieren apuntar ahí es cuando que defino qué camino tomar. En muchos casos respeto su idea pero obviamente asesorando en lo que respecta a los colores que van bien con su piel y también siendo muy sincera siempre en los que les digo. Yo siempre les digo la verdad sobre lo que tienen que destacar y lo que tienen que tapar. Me fijo primero en lo que se puede destacar, si tiene buenos hombros, buena cara, el busto, las piernas, siempre encuentro algo para destacar. También tengo muy en cuenta el ámbito donde se va a manejar, si es una arquitecta, una ingeniera o una artista.

¿Con cuál de tus clientas tenés mejor sintonía en cuanto a gustos?
Con Araceli González. A ella le gusta todo lo que yo elijo para ella y a parte todo le queda bien. Como la conozco mucho, sé muy bien qué destacar en ella, como ese cuello tan largo que tiene, sus hombros divinos, la cara preciosa y esos dientes que son fantásticos. A ella hay que destacarla siempre del torso para arriba.

¿Qué sucede cuando disentís con una diva como Susana Giménez?
Con ella es más complicado, porque ya tiene un estilo personal en el cual ella se siente cómoda y no quiere cambios. Pero a la par, Susana es la mujer más educada y respetuosa que yo conocí. Sabe mucho de moda, sabe de telas, sabe de texturas, sabe reconocer lo bueno y la ropa la mira toda, desde adentro. Es de las que al tocar la tela ya sabe lo que tiene en frente. También está informadísima sobre los colores que se vienen y las tendencias. Es un amor y a mí me gratifica un montón trabajar con ella. Tenemos como una especie de rutina. Yo le llevo los outfits a su casa, y los tendemos en el living con los zapatos, las carteras, los accesorios. Siempre me intercambia mis propuestas ya que sabe muy bien lo que le gusta y con lo que se siente cómoda. Si llega a ocurrir que un vestido no le gusta, lo dialogamos y me explica por qué no le gusta y hacemos los cambios necesarios. 

¿De dónde te inspiras a la hora de idear una editorial de moda?
Por lo general me sugieren un tema o un color, y yo ese tema o ese color lo traslado a una obra de arte o a algún paisaje o a alguna historia. Me gusta mucho el teatro y la ópera y también me gusta el cine por lo que me son fuentes de inspiración constante.

¿Cómo es tu método de trabajo cuando te contratan para un desfile?
Primero veo la colección y ahí trabajo con el diseñador, dándole propuestas sobre como mostrar lo que quiere mostrar. Y juntos vamos viendo si lo hacemos más moderno, o más urbano. Lo primero que hago es hacer el estilismo, trabajando sobre la colección.  Luego hablamos sobre la escenografía.  También me meto en la música, básicamente le armo todo el desfile. Yo les propongo diversas propuestas de pasarela, coreografía y montajes. Yo hago el casting de las modelos. Después hacemos el fitting. Y durante el desfile estoy con mi equipo atendiendo todos los detalles en el backstage. Siempre tengo todo bajo control. 

¿Cómo es tu estilo propio como productora?
Yo tengo como un estilo bastante marcado, que es como que más chic. Me gusta destacar a la mujer desde la simplicidad y la finura. Es lo que más me gusta. Por lo general apunto siempre hacia ese camino. Si por ejemplo me contrata una marca de jeans, termino haciéndola más sofisticada. 

¿Cómo fue la colaboración con Javier Saiach?
Me trajo Javier Saiach, a quien conocí hace dos años en el Buenos Aires Alta Moda. Cuando vi su colección me morí. De verdad era increíble, y me pareció un diseñador que trabaja con el oficio, como un artista, con la artesanía, muy exclusivo ya que se diferencia de todo lo que uno ve normalmente. Todo lo que hace me parece como sacado de un cuento de hadas. Es muy romántico como diseñador. Me lo presentaron y le pedí que me hiciera un vestido para Susana Giménez y él me hizo cinco y Susana no sabía con cual quedarse, ¡le gustaban todos!  Nos mantuvimos siempre en contacto. La idea de trabajar juntos para su presentación en el Asunción Fashion Week la veníamos hablando desde hace un par de meses. Él quería volver al Fashion Week con todo ya que hacía un tiempo que no se presentaba. Para lograrlo hicimos hincapié en lo que mejor hace, que es el richelieu, que me parece algo absolutamente único y especial, ya que en Argentina ya no se hace. Rescatamos el oficio de este trabajo tan artesanal que ya es un lujo en sí. 

Luego vine a Asunción y vi el vestido orquídea, el vestido que fue la inspiración para el nombre del desfile: “Flores de mi tierra”. Cuando vi ese vestido me morí por lo bello que era.  En el estilismo le fuimos poniendo enaguas y tutús, para exagerar la silueta y hacerla como más fantasiosa. Trabajamos sobre la idea de las flores y trabajamos el espacio como si fuera un jardín, inspirado en los grandes palacios. En cuanto a las pasadas, armamos los grupos por colores y flores: orquídeas, camelias, lirios rojos y tulipanes negros.

¿Cómo surgió la idea de hacer dos salidas para la pasarela?
Javier me contó que siempre convoca a tanta gente para sus desfiles y que muchísima queda afuera, por lo que surgió la idea de hacerlo en dos salas. Nos juntamos con Pamela Nuñez del AFW y por suerte todo salió bien ya empezamos a trabajar con las dos salas y pude hacer un desfile como soñaba hacerlo. 

Contame más sobre esa novia tan fantástica.
La novia fue inspirada por la Virgen de Fátima. Yo había tenido un problema de salud con mi hijo y Javier me trajo un portarretrato del rostro de esta virgen preciosa a la cual le rezabamos ambos por su sanación. Digamos que la inspiración nos llegó de arriba. Cuando hacemos la novia se nos ocurre que hiciéramos un manto inspirado en una virgen y ponerle una corona como ya que Javier había visto en Europa una muestra itinerante de Jean Paul Gaultier en la cual había unos maniquíes inspirados en vírgenes con coronas. En Buenos Aires mande a hacer la corona con el artista Marcelo Pendola. Cuando vengo Javier me muestra una imagen completa de la virgencita (ya que la imagen que yo conocía, la del portarretrato, mostraba solo el rostro y no se veía nada más). Curiosamente la corona que traje era igualita a la que usaba la virgen a la que rezabamos ambos.  

¿Cómo fue la experiencia de trabajar en Paraguay y que imagen te llevas de la moda paraguaya?
Me pareció muy bien el AFW, creo que está a la altura de cualquier otro país. Todo estuvo muy bien cuidado. Las chicas de la peluquería peinaron divinamente, Sabryna Ayala, un amor y una excelente profesional. La gente de EMG muy bien dispuesta siempre y la encargada de la escenografía Patricia Estragó, se re puso las pilas y entendió perfectamente la idea y logró algo incluso mejor de lo que nos hubiéramos imaginado. En cuanto a la moda, además obviamente de Javier Saiach, otro diseñador que amé fue Carlitos Burró, quien me parece  también un diseñador increíble, con mucho vuelo, muy fino y delicado y quien también destaca mucho la silueta femenina. Me llevo una muy buena imagen.

¿Cuál fue el momento en tu carrera en el cual te sentiste de que habías alcanzado tu sueño?
A mí siempre me gustó lo que hice, desde las marcas más chicas hasta las más importantes y a todas le doy el mismo valor y la misma energía. Pero después de más de 20 años de carrera, cuando hace tres años le empecé a vestir a Susana Giménez, sentí como que hubo un vuelco. Sentí que algo pasó en mi carrera. Se me abrieron muchas puertas gracias a ella.

El año pasado me tocó con Araceli estar del otro lado de la cámara, para un reality llamado “Novia a los 40”, en el cual salía frecuentemente ante cámaras acompañándola a Araceli, algo que le dio mucha más visibilidad a mi trabajo y que tuvo un gran impacto en mi carrera. 

¿Cómo fue para que Araceli eligiera el vestido de Javier Saiach para su boda?
Yo le presenté cuatro opciones para que ella eligiera. Una de ellas fue el vestido de Javier. Cuando lo vi supe que se quedaría con ese vestido.  Lo vi y dije “ese es el vestido” y así fue. Todo el mundo habló sobre el vestido de Araceli. Hablaban solamente del vestido divino.

Sé que además de ser una súper productora de moda, sos una mamá muy presente.  ¿Cómo conjugás tanto trabajo con tu rol de madre?
 Soy mamá de dos hijos, Lautaro y Álvaro y todo mi tiempo lo divido entre mi trabajo y mis hijos. Soy una mamá súper presente. Yo me separé muy joven y me quedé sola con mis hijos de tres años y el chiquito de ocho meses. Fue una separación muy dolorosa y fui a vivir con mis padres y luego tuve que salir a la vida a trabajar el doble.  Para mí lo más importante son mis hijos. Yo nunca volví a tener pareja porque no tenía tiempo. Trabajaba todo el día y al llegar a casa siempre me daba un tiempo con ellos, para jugar y leerles cuentos. También siempre les cociné. No pasa un día en el que yo no les cocine. Todos los días, así llegue tarde, igual les preparo algo, y si  tengo un evento les dejo algo preparado. Hoy mi hijo menor tiene 15 años, pero aún así sigo muy pendiente de ellos y soy muy mamá. 


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