Nicolás Latourrette Bo desde hace mucho tiempo es un baluarte de la cultura y de las artes de nuestro país. Ha ayudado a promover las bellas artes, apoyando a distintos grupos y sectores; así como también ha respaldado importantes proyectos de restauración logrando rescatar de la desidia estatal y del olvido público valiosas piezas artísticas y arquitectónicas que conforman nuestro patrimonio nacional.
En todo este tiempo, ha sabido rodearse de piezas exquisitas, formando con perseverancia y atinada elección la colección privada de tallas misioneras mas importante del mundo.
Conciente de la dimensión e importancia de su colección, ya ha empezando las gestiones para la creación de una fundación y la posterior apertura de un museo que albergará las tallas del barroco misionero que fue coleccionando en todos estos años, así como el resto de su colección de obras de arte. Estas piezas de gran valor artístico e histórico, representan los primeros frutos de la imaginería religiosa latinoamericana y testimonian el proceso del encuentro de las dos culturas que conforman nuestra identidad.
¿Cómo empezó tu pasión por las tallas jesuíticas?
De chico yo vivía con mis abuelos italianos, con ellos aprendí el gusto por la música erudita y el arte en general. A los 14 años, mi madre me regaló un reloj antiguo. Yo lo cambié por mi primera talla jesuítica, un hermoso Cristo de la columna. La llevé al taller de la profesora Estela Rodríguez Cubero quien me hizo ver la importancia de una buena restauración en una talla misionera. Siempre es una sorpresa ver los colores originales y los detalles rescatados. Justamente, al restaurar la talla que yo había comprado, Estela descubrió que las heridas originales estaban en sitios diferentes. Por esto, yo siempre valoro la importancia de una buena restauración en las piezas y considero a Estela Rodríguez Cubero como la Maestra de la restauración en Paraguay.
¿Tenés alguna pieza que te traiga algún recuerdo especial?
No tengo piezas favoritas, pero las primeras tallas me traen mejores recuerdos porque me costó más trabajo adquirirlas. Mi madre junto con mis abuelos, me apoyó en los inicios de mi colección, y me regaló un arcángel que quiero mucho y que considero una de las mejores y más hermosas piezas de mi colección.
¿Dónde crees que se encuentra el verdadero valor o encanto de las piezas del barroco hispano guaraní?
Me gustan más las piezas en las que uno ve una mano ingenua. En cada talla se puede apreciar la integración de culturas porque el indígena aportaba a la obra, ya sea incorporando o sacando elementos.
Tenés tallas verdaderamente exquisitas, ¿Qué criterios usas para seleccionar las piezas que vas a incluir a tu colección?
Yo compro las piezas con un criterio muy subjetivo. A veces me hago asesorar en base a la autenticidad de la pieza, pero la elijo en base a una comunicación entre la pieza y yo.
Tu colección está considerada como una de las más importantes del mundo. ¿En qué radica el valor de tu colección?
El valor de mi colección de tallas misioneras está en la calidad y en la cantidad de piezas. Tengo cerca de 700 piezas de todos los tamaños y cada una fue elegida con mucho cuidado y restaurada por profesionales. Pero tal vez lo más importante es que en mi colección está reflejada toda la historia de la imaginería del Barroco Hispano-Guaraní
¿Cómo surgió el proyecto de la Fundación y Museo Nicolás Darío Latourrette –Bo?
Mi colección es un proyecto de vida y será mi legado para el futuro. Por supuesto que no empecé pensando en esto, pero una vez que me di cuenta de la dimensión de la misma y del gran valor que tiene, surgió la necesidad de mantener la unidad para que no se fragmente y no se pierda. Soy conciente de que mediante mi colección estoy rescatando de otros destinos a una gran parte de nuestro patrimonio.
Contame más sobre este proyecto.
Pienso que el museo va a servir para cuidar y proyectar nuestra identidad y espero que después de conocerlo, los paraguayos sepamos valorar nuestro patrimonio y cuidarlo para no permitir nuevas profanaciones, pues ya han destruido buena parte del mismo. Todos saben de mi protesta por la mala restauración en San Ignacio Guazú, lo que me ha traído múltiples disgustos. Gracias a Monseñor Mario Melanio Medina y del profesor Darko Sustersic se han parado las restauraciones y espero se haya tomado conciencia de lo que se destruyó y de lo que se podría haber destruido
La Iglesia seguro te estará agradecido por haber parado estos trabajos.
Increíblemente no es así al contrario hay como un malestar al respecto y a ellos hice llegar las denuncias sin tener una respuesta apropiada; pero el tiempo que es un gran médico es también un gran juez
¿Qué te llevó a abrir tu colección al público?
Mi idea es poner la colección al alcance del que la quiera ver, conocer, apreciar y estudiar. Lo que no se conoce no se puede amar y lo que no se ama no se puede cuidar ni defender.
¿Cuáles son tus expectativas con este proyecto, que esperás generar en la gente que se acerque al futuro museo?
Me interesa que vaya la juventud paraguaya, por lo que planeo firmar convenios con distintas universidades y ministerios para facilitar el acceso a la colección. Espero que la juventud paraguaya pueda ver no solo la parte estética, sino sentir el alma de estas tallas y que tomen conciencia de que las mismas fueron hechas por nuestros hermanos indígenas bajo la enseñanza de valientes y visionarios misioneros.
¿Cómo te definís?
Me defino como un apasionado de la verdad, el respeto las artes y estética.
Me imagino que la inminente creación de este Museo es prácticamente un sueño cumplido. ¿Después de lograr algo tan grande, te quedaría algún otro sueño pendiente?
Es efectivamente un sueño cumplido pero meta alcanzada deja de ser meta y una vez que llegue allí estoy seguro seguirán surgiendo proyectos.
En todo este tiempo, ha sabido rodearse de piezas exquisitas, formando con perseverancia y atinada elección la colección privada de tallas misioneras mas importante del mundo.
Conciente de la dimensión e importancia de su colección, ya ha empezando las gestiones para la creación de una fundación y la posterior apertura de un museo que albergará las tallas del barroco misionero que fue coleccionando en todos estos años, así como el resto de su colección de obras de arte. Estas piezas de gran valor artístico e histórico, representan los primeros frutos de la imaginería religiosa latinoamericana y testimonian el proceso del encuentro de las dos culturas que conforman nuestra identidad.
¿Cómo empezó tu pasión por las tallas jesuíticas?
De chico yo vivía con mis abuelos italianos, con ellos aprendí el gusto por la música erudita y el arte en general. A los 14 años, mi madre me regaló un reloj antiguo. Yo lo cambié por mi primera talla jesuítica, un hermoso Cristo de la columna. La llevé al taller de la profesora Estela Rodríguez Cubero quien me hizo ver la importancia de una buena restauración en una talla misionera. Siempre es una sorpresa ver los colores originales y los detalles rescatados. Justamente, al restaurar la talla que yo había comprado, Estela descubrió que las heridas originales estaban en sitios diferentes. Por esto, yo siempre valoro la importancia de una buena restauración en las piezas y considero a Estela Rodríguez Cubero como la Maestra de la restauración en Paraguay.
¿Tenés alguna pieza que te traiga algún recuerdo especial?
No tengo piezas favoritas, pero las primeras tallas me traen mejores recuerdos porque me costó más trabajo adquirirlas. Mi madre junto con mis abuelos, me apoyó en los inicios de mi colección, y me regaló un arcángel que quiero mucho y que considero una de las mejores y más hermosas piezas de mi colección.
¿Dónde crees que se encuentra el verdadero valor o encanto de las piezas del barroco hispano guaraní?
Me gustan más las piezas en las que uno ve una mano ingenua. En cada talla se puede apreciar la integración de culturas porque el indígena aportaba a la obra, ya sea incorporando o sacando elementos.
Tenés tallas verdaderamente exquisitas, ¿Qué criterios usas para seleccionar las piezas que vas a incluir a tu colección?
Yo compro las piezas con un criterio muy subjetivo. A veces me hago asesorar en base a la autenticidad de la pieza, pero la elijo en base a una comunicación entre la pieza y yo.
Tu colección está considerada como una de las más importantes del mundo. ¿En qué radica el valor de tu colección?
El valor de mi colección de tallas misioneras está en la calidad y en la cantidad de piezas. Tengo cerca de 700 piezas de todos los tamaños y cada una fue elegida con mucho cuidado y restaurada por profesionales. Pero tal vez lo más importante es que en mi colección está reflejada toda la historia de la imaginería del Barroco Hispano-Guaraní
¿Cómo surgió el proyecto de la Fundación y Museo Nicolás Darío Latourrette –Bo?
Mi colección es un proyecto de vida y será mi legado para el futuro. Por supuesto que no empecé pensando en esto, pero una vez que me di cuenta de la dimensión de la misma y del gran valor que tiene, surgió la necesidad de mantener la unidad para que no se fragmente y no se pierda. Soy conciente de que mediante mi colección estoy rescatando de otros destinos a una gran parte de nuestro patrimonio.
Contame más sobre este proyecto.
Pienso que el museo va a servir para cuidar y proyectar nuestra identidad y espero que después de conocerlo, los paraguayos sepamos valorar nuestro patrimonio y cuidarlo para no permitir nuevas profanaciones, pues ya han destruido buena parte del mismo. Todos saben de mi protesta por la mala restauración en San Ignacio Guazú, lo que me ha traído múltiples disgustos. Gracias a Monseñor Mario Melanio Medina y del profesor Darko Sustersic se han parado las restauraciones y espero se haya tomado conciencia de lo que se destruyó y de lo que se podría haber destruido
La Iglesia seguro te estará agradecido por haber parado estos trabajos.
Increíblemente no es así al contrario hay como un malestar al respecto y a ellos hice llegar las denuncias sin tener una respuesta apropiada; pero el tiempo que es un gran médico es también un gran juez
¿Qué te llevó a abrir tu colección al público?
Mi idea es poner la colección al alcance del que la quiera ver, conocer, apreciar y estudiar. Lo que no se conoce no se puede amar y lo que no se ama no se puede cuidar ni defender.
¿Cuáles son tus expectativas con este proyecto, que esperás generar en la gente que se acerque al futuro museo?
Me interesa que vaya la juventud paraguaya, por lo que planeo firmar convenios con distintas universidades y ministerios para facilitar el acceso a la colección. Espero que la juventud paraguaya pueda ver no solo la parte estética, sino sentir el alma de estas tallas y que tomen conciencia de que las mismas fueron hechas por nuestros hermanos indígenas bajo la enseñanza de valientes y visionarios misioneros.
¿Cómo te definís?
Me defino como un apasionado de la verdad, el respeto las artes y estética.
Me imagino que la inminente creación de este Museo es prácticamente un sueño cumplido. ¿Después de lograr algo tan grande, te quedaría algún otro sueño pendiente?
Es efectivamente un sueño cumplido pero meta alcanzada deja de ser meta y una vez que llegue allí estoy seguro seguirán surgiendo proyectos.
Para más infrmación sobre Nicolás Latourrette Bo visitar la página web de la Casa de la Independencia: www.casadelaindependencia.org.py
Visité el lugar hace unos dias atras con un amigo amante de las artes sacras, y no pensé encontrarme con tantas piezas fantasticas que ni sabia que existían, le agradezco muchisimo su interes por el arte paraguayo y por crear un espacio tan agradable para el visitante, aprendí mucho el dia que estuve por allí!!
ResponderEliminaryo soy artesano en cuero.